Mi abuela Sara. 2ª Parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
2ª Parte Lo que yo relaté en la primera parte de esta historia había pasado la noche del Viernes al Sábado. Yo quedé con mi abuela Sara en que iría a dormir a su casa todos los Viernes. El Jueves siguiente mi madre me pregunto si iría mañana a dormir a casa de la abuela. Sí , le contesté. Pues entonces te iré a buscar al colegio y te llevaré en coche a su casa , tengo que hablar una cosa con tu abuela. Al día siguiente tal como habíamos quedado, mi madre me llevó en coche a casa de la abuela. Llegamos a casa de mi abuela. Nos saludamos y mi madre me dijo quédate viendo la televisión que yo voy a ir a la cocina con tu abuela pues tengo que hablar cosas con ella. ¿Qué tendría que hablar mi madre con mi abuela?
Me picaba la curiosidad , así que decidí ir y escuchar detrás de la puerta su conversación. Mi madre empezó diciéndole a mi abuela que tenía un problema serio. Mamá, dijo mi madre a la abuela, hace más de un año que no tengo relaciones sexuales con Luís ( Luís era mi padre) pues ya no se le levanta la polla y no quiere ir al médico, porque dice le da vergüenza. Tengo unas ganas enormes de follar, pero no quiero engañar a Luis y además no sabría con quien poder hacerlo, no me veo yendo por a ir a buscar un ligue. Tú, mamá desde que murió papá, cómo puedes estar sin follar. Hija follar es maravilloso, pero para hacerlo se necesita a un hombre, y no se puede follar con cualquier hombre, debe ser alguien de confianza, no un cualquiera. Yo hija, desde que murió tu padre he estado mucho tiempo sin follar, pero te voy a confesar que últimamente me he echado un amante, un chico joven de confianza que sólo folla conmigo. Mamá me sorprendes . Por qué hija, tú mismo acabas de decir que tienes una ganas enormes de follar, yo también soy mujer y he estado mucho tiempo sin hacerlo. Es verdad mamá , perdona, además eres viuda y puedes hacer lo que quieras, pero yo estoy casada y tengo reparos en engañar a Luís. Pero hija, Luís no quiere ir al médico, no quiere remediar esta situación, tu aún eres joven y es lógico que quieras disfrutar del sexo. Yo podría pedirle a este chico que te hiciese también a ti el amor. No sé mamá, por un lado tengo muchas ganas y por otro si se enterase Luís se armaría algo muy gordo.
Y si se enterase mi hijo Carlos se llevaría una gran decepción , qué pensaría de su madre. Y porque se van a enterar, yo no se lo voy a decir y además para mayor seguridad si quieres le diré a mi amante que cuando hagáis el amor la habitación este sin luz y así no podrá reconocerte y no sabrá con quien está follando . Bueno si es así me lo pensaré, bueno ya lo he pensado, sí digo sí, pregúntale a tu amante si accederá a ello, Esta misma noche le llamaré por teléfono y se lo comentaré y seguro que accederá si se lo pido yo, le diré que eres una buena amiga mía que quiere probar a ese amante tan bueno del que le hablado. Y qué tal es como amante, qué tal folla. Es muy joven y por lo tanto inexperto pero todo lo que no tiene de experiencia lo tiene de fogosidad, su polla no es muy larga pero es gorda y te rellena completamente la vagina. Sus cojones sí que son grandes y de cara es guapísimo, lástima que no se la podrás ver. Es nieto de una amiga mía y me parece que va al mismo colegio que Carlos, e incluso creo juega en su mismo equipo, así que no podemos correr el riesgo de que te conozca y así estarás segura de que tu marido y tu hijo no sabrán nunca nada. Mañana por la mañana te llamaré y te informaré, pero dalo por hecho, mi amante no me negará lo que yo le pida. Oí que se levantaban y me retiré para no ser descubierto. Carlos, me voy, ven a darme un beso. Mañana tu padre te recogerá a las diez para llevarte al partido de fútbol. Se despidió de la abuela , me dio un beso en la mejilla y se marchó diciéndome que me portase bien con la abuela. Al darme ella aquel inocente beso pensé yo en el beso apasionado que pronto le podría dar yo en la boca. Respecto a que me portase bien con la abuela, no se podía imaginar lo bien que me iba a portar con ella esa noche desflorando su lindo culito.
Mi abuela Sara y yo nos quedamos solos. Yo ardía en deseos de estar con ella en la cama. Sara me preguntó qué me apetecía para cenar. Me apeteces tú, le contesté. Pues vamos a ducharnos y luego iremos a la cama, cariño. Mientras nos duchábamos juntos me explicó lo que era un enema. Se había puesto uno para tener el recto limpio y así acoger en él mi polla con total limpieza. Desde la ducha vi el bidé lleno de agua a la que había añadido un perfume de rosas con el que se iba a lavar el ano. Salimos de la ducha y me dijo ve a la cama, que yo voy a limpiar bien mi ano para que te sepa rico. Ya de regreso en la cama me dijo Carlos voy a regalarte mi culito, vas a ser el primer hombre en penetrarme por el ano, pero te pediré algo a cambio. Lo que quieras abuela Sara, por poseer ese culito tan lindo tuyo haría cualquier cosa que me pidieses.
Yo naturalmente ya sabía lo que me iba a pedir. Pídemelo cuando tenga la verga dentro de ti. Carlos, me dijo estoy excitadísima de pensar lo que me vas a hacer pero a la vez tengo un poco de miedo. Tranquila Sara , lo haré con mucha delicadeza y cariño. Soy todo tuya , dijo, adoptando una posición en la cama que me ofrecía todo su culo. Así que empecé dándole besitos en el ano, primero sólo con los labios apretando el de abajo contra el de arriba y proyectándolos hacia su ano, restregándolos bien por todo él . Lo había lavado tan bien que el aroma a rosas que desprendía me incitó a empezar a sacar poco a poco mi lengua apreciando con ella la agradable textura del esfínter de mi abuela. Aquello puso mi verga a cien, y por lo visto a Sara también pues sus jadeos indicaban que aquello le proporcionaba un gran placer. Mientras con mi lengua seguía yo jugando y saboreando aquel manjar que mi abuela Sara había aderezado con aquel agua de rosas para mí, introduje mi dedo corazón en su vagina, la cual estaba completamente mojada y el juego de mi dedo en su vagina y el juego de mi lengua en su ano le produjo tal excitación que tuvo el primer orgasmo de los varios que iba a disfrutar esa noche.
Yo también tuve mi primera eyaculación producida por la gran excitación que me produjo ver las tremendas convulsiones de Sara y oír sus jadeos de placer. La eyaculación que desparramé por todo el cuerpo de mi abuela en cuatro o cinco sacudidas de mi verga, hizo que esta perdiese algo de tamaño y dureza. Con la boca succioné el semen que Sara tenía sobre su cuerpo, lo retuve dentro de la boca y le di un beso traspasando el semen de mi boca a su boca reteniéndolo ella en la suya sin tragar. Me chupé el dedo corazón que había sacado de su vagina impregnado de sus fluidos y le volví a besar intercambiándonos todos esos fluidos sexuales de una boca a otra y ese trasiego entre la suya y la mía me excitó de tal modo que mi verga volvió a crecer y a endurecerse alcanzando el grado de dureza necesario para afrontar la agradable tarea de desflorar el culo de mi abuela Sara. Pero primero volví a introducir los dedos en su vagina para humedecerlos y luego se los fui introduciendo poco a poco en el ano para ir dilatándolo. La pedí que escupiese sobre mi otra mano la mezcla de fluidos sexuales que retenía en su boca y con ellos lubriqué más aún su esfínter anal.
Le pregunté, Sara,¿ estás preparada?. Sí, Carlos, soy todo tuya. Entonces coloqué la punta de mi erecta y dura verga en su ano y empecé a empujar con mucha suavidad conquistando poco a poco esa parte de su cuerpo aún virgen, mientras ella me decía así, así Carlos, despacito pero sin parar. En unos pocos minutos había introducido todo el largo de mi pene en su culo, mis 12 cm. de verga estaban totalmente engullidos por su ano. Qué agradable era para mí notar la presión que las paredes de su recto ejercían sobre mi verga y que agradable placer experimentaba mi abuela Sara al notar la presión que mi verga ejercía sobre las paredes de su recto. En esa posición tenía yo bien agarrada a Sara y empecé a besarle y mordisquearle el cuello, y le susurré en su oído, Sara qué es lo que me ibas a pedir. Carlos, me dijo ¿ te gustaría follar con una amiga mía? que también hace mucho que no ha follado y está deseando hacerlo. Si es tan guapa y cachonda como tú me encantaría, le contesté. Me respondió: Es muy guapa e incluso algo más joven, pero aunque es muy guapa no la podrás ver pues le da vergüenza y quiere conservar su identidad sin revelarla, así que deberíais follar a oscuras, con la luz apagada, así tú no sabrás quién es ella ni ella sabrá quién eres tú. El placer de tener a Sara completamente penetrada por su culo, unido al morbo que me producía lo que me estaba pidiendo sabiendo yo que esa "desconocida" con la que mi abuela Sara me pedía que hiciese el amor era mi propia madre, hizo que tuviese mi segundo orgasmo y llenase con mi semen aquel sabroso orificio por donde la tenía penetrada. Qué calentito está tu semen me dijo, no la saques aún, espera a que me corra yo también.
Con el dedo comencé a jugar con su clítoris y pronto alcanzó ella también otro gran orgasmo. Mi verga aún en el interior de lo más intimo de Sara fue perdiendo dureza y tamaño hasta retraerse y salir de aquella agradable cueva, entonces vi que de su ano refluía el semen que yo le había depositado, así que puse la cabeza a la altura de aquel y succione con mi boca el semen que refluía de su ano. Una vez todo él en mi boca volví a besarla pasándoselo a la suya y se lo tragó. Nos pusimos los dos largos en la cama, uno junto al otro. ¿Follarás con mi amiga? Si es lo que tú quiere lo haré le dije como quien hace un favor, aunque naturalmente yo lo estaba deseando con todas mis fuerzas. Más aún, pues follar con mi madre sería como follar con mi abuela pero en versión más joven pues mi madre tenía treinta y siete y se parecía mucho a Sara. Entonces me explicó su morboso plan. No te puedo decir su verdadero nombre, pero para entendernos la llamaremos Sarita. Mi madre se llamaba también Sara como mi abuela.
Ella te esperará en está cama con la luz apagada y tú vendrás y la poseerás dándole el mismo placer que me das a mí. No le hablarás, ni ella te hablará a ti. Recuerda que ante todo quiere que no se sepa quién es. Yo maliciosamente pregunté a mi abuela si su amiga sí sabía quién era yo. No, no lo sabe. Y cuándo será, le pregunté a mi abuela. No lo sé, pero puede que sea mañana por la tarde. Toda esta conversación y el morbo que me producía hizo que tuviese otra erección, fui al baño, me lave la polla y regresé a la cama para volver a follar a Sara, esta vez por el conducto natural para tal menester, o sea por el chocho. Luego dormí plácidamente. Debía yo descansar pues al día siguiente por la mañana tenía que jugar un partido de fútbol y por la tarde tal vez tuviese que…….
(CONTINUARA)
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