Mi abuela y sus costumbres
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, me llamo Jorge, tengo ahora 19 años, pero todo esto empezó a mis 14 años.
Yo vivía con mis padres en la zona de Bella Vista, en el Gran Buenos Aires, tenemos ahí una casa quinta, grande y muy cómoda, con mucho parque, muy tranquilo todo.
Una tarde mis padres van a la estación de colectivos de Retiro, que venía mi abuela materna del campo y la trajeron a casa, bueno, besos, abrazos, me encanta como es la vieja.
La acomodaron en una casa chiquita que hay pegada al quincho donde hacemos los asados, mas que nada para que tenga comodidad y su privacidad, ya que la casa esta completa, mas de una vez pensé que cuando sea mas grande me iba a ir a vivir ahí
La abuela se instaló, se puso cómoda y estaba en la casa grande con nosotros hablando y todo eso.
Me gustaba como hablaba la abuela, con el dejo de la gente del campo, sus costumbres de comer y tomar mate, yo había tomado una o dos veces, pero no me gustaba, la veía recoger yuyos, yo en mi mundo y ella en el de ella.
Una vez fui al baño de su casa, y algo me llamo la atención, era un recipiente enlosado, abierto de arriba y abajo le salía un piquito, y de ahí, como una manguerita finita, que terminaba en algo redondeado, yo no tenía ni idea para que era eso, y tampoco le di mas importancia.
Abuela tenía la costumbre de dormir con las ventanas abiertas y nunca cerraba la puerta, como decía ella, así se vive en el campo.
Una mañana, que no se porque me levanté temprano, estaba afuera dando una vuelta y me fui a la casa de la abuela, pero primero me asomo por la ventana para ver si ya estaba despierta, y casi me caigo de culo, estaba ella desnuda de cintura para abajo, acomodando esa especie de jarra enlosada como en un perchero, veo que se acuesta de costado en la cama y se empieza a meter la manguerita en el culo, hasta que veo que se relaja y se queda quieta con esa cosa en el orto.
Yo le veía sus nalgas enormes, como se le salían pelos de entre las piernas, hasta que se lo saca apurada y sale corriendo al baño.
Yo como si no hubiera vista nada, entro en la casa de la abuela llamándola a gritos, "estoy en el baño", me responde, sin decirle nada me siento en la cocina a esperarla, y ella sin saber que yo seguía ahí, sale del baño desnuda de cintura para abajo, donde fue que le vi una tremenda mata de pelos entre sus piernas y ella dando un grito de sorpresa salio corriendo a su dormitorio, yo fui, "que pasa abuela?", le dije preocupado viendo como ella se ponía apurada un enorme calzón, y con el apuro, le quedó medio culo afuera, "nada, nada, es que estaba desnuda", me dijo, arreglando su ropa, "si, te vi, pero cual es el problema, vos sos mi abuela, cuantas veces me viste desnudo a mi", le dije, parado en la puerta, mientras ella buscaba que ponerse, "pero vos sos un niño, yo soy una mujer mayor", me dijo, poniéndose un vestido por la cabeza, "no se que tendrá que ver", le seguí diciendo, y fuimos a la cocina a desayunar.
Cuando desayunamos, ella fue a arreglar su dormitorio, y vi la jarra, "que es eso abuela?", le dije, señalando el coso ese, "ha, eso es mío, lo uso para ir al baño", me dijo, descolgando la jarra y después de lavarla, la volvió a colgar en esa especie de perchero, y me explicó que con eso se hacía enemas, metía agua dentro de la jarra y se metía la otra punta en el culo, así el agua le aflojaba el vientre como decía ella, yo la miraba como sorprendido, "me dejas ver como lo haces?", le dije, "estas loco, como voy a dejar que me veas haciéndome una enema?", me dijo, "pero que tiene de malo abuela, parece que todo es malo", le dije, "no, no es que sea malo, es que es una cosa muy íntima", me respondió, "que te metas una manguera en el culo es íntimo?", le respondí a lo que ella se empezó a reir, "hay, que loco que sos, bueno, si me acuerdo, la próxima vez te aviso y ves como me hago", me dijo, dando por terminado el tema, pero yo no dejaba de espiarla por la ventana, me gustaba verla con sus enormes tetas al aire, cuando salía desnuda del baño después de bañarse, ya la veía y me hacía mis buenas pajas.
Como a los tres o cuatro días, le digo que cuando se iba a hacer una enema, si se había olvidado, "bueno, hagamos una cosa, mañana vení temprano y te muestro como lo hago", me dijo, "y si me quedo a dormir con vos?", le dije, y a ella le pareció bien.
A la noche, le dije que me iba a quedar a dormir en el sofa, pero me dijo que duerma con ella, así que dormimos juntos con mi abuela, yo no dejaba de restregarme contra su culo, haciéndome el dormido, hasta que me dormí de verdad.
Cuando me despierto, estaba bien pegado a su culo y tenía la pija bien dura, yo no se si ella se había dado cuenta o no, pero no hacía nada para que me separe de ella.
Escucho que se levanta, muy despacio, va al baño y aparece con el perchero y la jarra, le pone agua tibia y veo como se saca el tremendo calzón que llevaba puesto, se acuesta de costado y yo le dije que la ayudaba, me arrodille casi pegando mi cara contra sus nalgas y veía como se buscaba el ojete, "te ayudo", le dije, abriendo una de sus nalgas, viendo un tremendo ojete, abierto, rosado, con mi mano guié la suya hasta que veo como se metía esa manguerita y se relajaba.
Yo me había quedado mirando su ojete y no le soltaba la nalga, estaba como hipnotizado viendo el ojete de mi abuela y los pelos que le salía de la concha para atrás, "ya Jorge, suelta mi nalga", me dijo, haciendo que se la suelte, "que tremendo culo abu, y tu ojete es enorme", le dije, con toda inocencia, ella se reía a carcajadas mientras seguía de costado dejando que el agua inunde sus intestinos y yo de rodillas con mi cara casi en sus nalgas, "hay que niño este, seguro que abras visto muchos ojetes en tu vida", me decía sin dejar de reír,, "no, el primero es el tuyo, y la primer cola también", le dije, casi sin poder dejar de ver sus nalgas.
"Dejame levantar", me dijo la abuela después de que le entre casi toda el agua en los intestinos, cosa que yo me aparte y ella se levantó y como el otro día fue corriendo al baño.
Yo me quedé solo en la habitación, y vi el calzón en el suelo, y sin darme cuenta lo agarré y lo empecé a oler, sin darme cuenta que ella había salido del baño, "que haces oliendo mis bombachas?", me dijo, y yo como estaba en calzoncillos, se notaba que tenía la pija parada, lo único que hice fue quedar mirando a mi abuela que estaba parada en la puerta desnuda de cintura para abajo, ahora ya no podía apartar los ojos de esa maraña de pelos que tiene en la concha, "pero que te pasa que me mirás así?", me dijo, agarrando sus calzones y cuando se los fue a poner, yo le agarre la mano, "dejame que siga viendo abuela", le dije, intentando que no se los ponga y no dejaba de verle la concha peluda que tiene, "pero que quieres verme?", me dijo, con el calzón en la mano, "toda", le dije, pasando mi mano por los pelos de su concha, "pero Jorge, estas loco, como me querés mirar desnuda?", me dijo, "por favor abuela, dejame que te siga mirando, es maravilloso lo que estoy viendo", le decía como en una nube, viendo la concha peluda de mi abuela.
Ella tiró el calzón para un costado, se acostó cruzada en la cama, abrió sus piernas y se abrió los labios de su concha dejando que se la vea bien, yo acerqué mi cara, era el mismo olor que había en su bombacha, se la empecé a oler, era como que si ese olor me emborrachaba, empecé a pasar mi cara por su concha, "la lengua pasa, pasala por aquí", me dijo, tocándose como una pijita chiquita que tenía, yo sin esperar a que me diga nada mas, empecé a pasar mi lengua por ahí donde me había dicho, al principio fue como si me picaba la lengua, pero me gustaba el sabor y el olor que salía de su concha, ella empezó a gemir, sin dejar de abrir sus labios vaginales, yo a medida que pasaba mi lengua por ese lugar que ella me dijo, sentía sus quejidos, sus gemidos, como retorcía el cuerpo, "ha, que rico, seguí, seguí un poquito mas", me decía, yo hubiera estado lamiendo su concha todo el día.
"Sacate el calzoncillo y subí encima mío", me dijo, dejando de abrir su labios vaginales, yo hice lo que ella me dijo, y cuando me subo, mi abuela agarra mi pija y se la pone contra la concha, "empuja, empuja y cogeme", me dijo con los ojos cerrados, sin soltar mi pija hasta que empujando se la metí toda en esa concha peluda, ella estaba con sus piernas bien abiertas, sentía su concha muy caliente, mojada, "así, cogeme así, no sabes cuanto hace que no me cogen", decía, moviendo sus caderas y gimiendo despacio a medida que nos movíamos los dos, hasta que por mi falta de experiencia, me empecé a acabar dentro de su concha entre gemidos y pequeños gritos, "haaaa, como me estas llenando la concha de leche, que rico", decía mi abuela , mientras yo no dejaba de meterle leche en su concha.
"Esta noche dormimos juntos de nuevo?", me dijo, haciendo que me levante de encima de ella, viendo como se le mojaban las piernas de la leche que le salía de su concha, "si claro", le dije, sintiendo como me limpiaba la pija con su mano y se pasaba la lengua.
Pasamos el día casi normal, de vez en cuando le tocaba el culo, cuando nadie nos veía, ella solo sonreía y me dejaba tocarla, hasta que llegó la noche.
Cenamos y nos fuimos a su casa, ahi fue la primera vez que vi a la abuela cerrar todo, fuimos a su habitación, ella se empezó a desnudar, hasta que quedó completamente desnuda, yo no sabía que mirarle si su concha o sus tetas, enormes caídas, se acostó, "y vos, me vas a mirar o te vas a desnudar también?", me dijo, acomodándose en la cama.
Yo me desnudé y me acosté a su lado, manoseando sus tetas y ella acariciando mi pija que estaba dura, empezó a besarme, bajando lentamente, hasta que siento como mete mi pija en su boca y la chupaba, yo abrí los ojos como si se me fueran a salir de las órbitas al sentir su lengua lamer la cabeza de mi pija, sentir como la chupaba, "abu, abu", solo pude decir, al empezar a acabarme en la boca de la abuela, pensando que iba a sacar su cabeza y para sorpresa mía, siguió chupando mientras yo me acababa, dejó de chupar mi pija y se sentó sobre mi, acomodando de nuevo la pija contra su concha y vi que no tenía leche en su boca, se la había tragado, yo estaba loco, nunca me imaginé que mi abuela me chupara la pija y menos que se trague la leche, estaba como si estuviera en un sueño, nos movíamos los dos, mi pija seguía dura dentro de su concha, las tetas de la abuela se movían de un lado a otro mientras cogíamos, en un momento dado se baja de mi pija, se pone de espadas a mi, y se abre sus enormes nalgas, buscando mi pija con su mano y la dirige a su ojete, empezando a sentarse y yo veía como mi pija desaparecía dentro de su culo, hasta que vi como se sentaba sobre mi y mi pija se le metía toda, "así, ahora por la colita, haceme la colita", me decía mi abuela, moviendo sus caderas con toda mi pija metida adentro, "te gusta cogerme por la cola?", me decía la abuela abriendo sus nalgas y haciendo que toda mi pija siga dentro de su culo, "haaaa, que rico me estas haciendo el ojete, la voy a sacar y me pongo en cuatro patas, asi me seguis cogiendo el culo", me dijo, levantándose, y viendo como mi pija salía de su ojete
Vi su ojete abierto, abuela se puso en cuatro patas, se abrió sus nalgas y me dijo que se la vuelva a meter, yo me puse detrás de ella y de una sola se la clave toda en el culo, haciendo que mi abuela de un gemido, "que maravilla, como estoy disfrutando abuela, dejame que te coja todos los días", le decía metiendo y sacando mi pija de su ojete, "vos cogeme ahora, mañana ya veremos que hacemos", me decía la abuela dejando que le coja el culo, yo estaba como enloquecido, me movía como loco, me quería meter todo dentro de su culo, "abu, abu, que me acabo", le decía con movimientos y saltos, "si, dale la lechita a tu abuela, llename bien la cola", me dijo, agachando mas el cuerpo y sacando mas la cola para afuera, yo quería morderla, sentía que me meaba dentro de su culo acabando como loco, quería gritar, estaba agotado, lentamente le saque la pija del ojete a mi abuela, caí como fulminado en la cama, mi abuela me dio un beso en los labios y se acostó a mi lado, de espaldas, pegando su culo contra mi pija, y así nos dormimos, desnudos los dos.
Los diálogos bien obscenos de la abuela son exquisitos, te afirma que gozó harto coger con el nieto. Cuántas maduras así hay, que si nosotros disfrutamos cogernos nenas con jugosa vagina infantil o bien jovencitas, ellas se sacian con lo mismo, la verga de nenes de la familia o ajenos. ¡Vivan las depravadas que cogen y maman nenes! 😉