MI ABUELO; EL ORIGEN
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ando por los 20 años morocha pelo largo bien negro, 85-65-100 de medidas y he sido generosa con mi cuerpo como también me he sacado muchos gusto en el sexo, lesbianismo, de a 3, negros, rubios, profesionales, empleaduchos y aunque sea libertino tampoco es que han sido tantos.
Soy de familia típica italiana, numerosos y dentro de ellos una curiosidad de incesto.
Lo descarté un tiempo por primos buchones, tíos convencionales pero en más de una oportunidad si capté el abuelo maternal (70 delgado y alto) observandome de una manera libidinosa pensaría y tal vez consideré que mi fantasía tenía raíz o era muy común en el pensamiento general de las personas.
Normalmente nos reunimos en un caserón cercano a la playa y aunque no siempre estamos todos con frecuencia hacemos comidas familiares allí.
Empecé a investigar mi inquietud con charlas separadas con él y para mi placer descubrí que sí era correspondida como mujer; aún así decidí ir despacio y sentados a la mesa como al descuido acarició mi muslo paternalmente, contesté mas de una vez de la misma manera y para salir totalmente de dudas lo invité a que al otro día hiciéramos una caminata temprana.
Aceptó y fue así que cuando empezaba a amanecer salimos por la arena donde por momentos lo hacíamos de la mano ayudándose uno al otro.
Decidí llevar la delantera y después de breves charlas de hombres egoístas y mujeres malas y varias risas le invité a subir un pequeño médano haciéndolo yo delante de él.
Bajo mi mini vaquera solo tenía una tanga metida entre las nalgas y había acomodado que un labio vaginal quedara a la vista.
Cunado trepaba agachando la cabeza y sin parar ví el regodeo de su vista con mis partes casi expuestas.
Cuando terminó la subida quedamos entre una pequeñas pero tupidas matas.
Lo miré esperando una repuesta ante lo expuesto y vi su mirada confundida acompañada de una respiración agitada y nerviosa.
Sonreí y cerré los ojos con miedo pero segura abriendo mi boca y asomando mi lengua tiré todos mis sueños.
Sentí por fin su cálida lengua entrando en mi boca mientras sus manos tomaban mis nalgas para llevarme hacia él.
Nos ahogamos en saliva y sus manos ya escarbaban entre mi zanja húmeda desde siempre y busqué su bragueta para acariciar por arriba su verga.
Nos separamos un momento unidos por un hilo de saliva de labio a labio mirándonos fijamente y fue cuando sin bajar la vista sacó del bolsillo chiquito del pantalón la dichosa pastilla azul.
No dijimos nada, solo seguimos sumergidos en la intensidad de los besos desaforados y mientras no paraba de tocarme toda le bajé el cierre y deslicé mi lengua por su torso peludo para sacar la fina pero larga pija y meterla en mi boca.
Mientras lo chupé le miré la cara y no había culpa ni reproche; solo un rostro de disfrute y supe que lo degenerado en mí tenía origen en él.
se bajó los pantalones sacando la pija de la boca y ofreciendo los huevos para que los chupara haciéndolo desaparecer en mi boca.
Me tumbó sobre la arena y corriendo la tanga me entró sentenciando= "No uso condón, no estoy acostumbrado así que cállate y coge".
Se movía muy bien y levanté las piernas para recibirlo todo y sobaba sus caderas pidiendo más y más mientras su lengua recorría mi cara, su pija croaba dentro de mi jugosa, hinchada y afiebrada concha que se la apretaba para acabar una y otra vez.
Cuando terminamos me ayudó a limpiar la arena aprovechando a tocarme toda y decirme que de todas las personas cercanas a él yo era la mejor hembra; "No hay sobrina, nuera, tía o prima que te supere.
se nota que sabes coger" Empecé a amar el sabor de su verga y no tuve reparos en entregarme a sus gustos, se hace sacar la pija cuando va a mear y se la tengo que limpiar con la lengua; así llegué por primera vez a la lluvia dorada, la sensación de ser poseída y denigrada por el hombre que se adueñó de mí, el cual también se tomaba mis orines y terminamos chupandosno el culo para sobarnos las lengua una contra otra hasta llenar de baba las peras.
Amo ponerme boca abajo con las pierna abiertas para que me haga el orto y ver como cierra los ojos y dibuja una sonrisa mientras me coge y yo siento su respiración de placer mientras frota su pecho en su espalda al susurro de "me cojo el mejor culo que hay" y le contesto "Cuando querés y las veces que se te antoje, macho divino".
Nos cuidamos de mirarnos cuando estamos en ronda familiar y si anda cansado me pajeo mientras me levanta la blusa para saborear las tetas libando con gran maestría mis pezones para despues chupar mis dedos uno por uno repletos de jugos.
En una oportunidad estando solo lo sentí llegar de atrás; metió su mano bajo mi pollera y bajando los calzones hasta mi muslos empezó a tocarme.
sentí su jadeo y cuando iba a mirarlo muy bajito me ordenó="No me mires seguí así.
" sentí su lengua por mi cuello y nuca y ahí de reojo noté que se estaba haciendo la paja.
Acabó en mis nalgas y me subió la bombacha dejándome toda pegoteada; lo miré entre curiosa y enojada y confesó que solo era una más de las tantas que se había hecho cuando no podía tocarme.
En un franeleo me metió el dedo en el culo sacándolo con restos de caca, me miró y sonriendo lo llevó a su boca limpiandolo y quedandole el sabor a mierda en la misma para sentirlo en el beso posterior que me dió sabiendo yo que se venía una nueva experiencia.
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