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Incestos en Familia

Mi abuelo estrenó mi culito en la piscina a mis 13 años.

En mi cumple de 13, fui a la piscina y mi abuelo ebrio me siguió….

Primero quiero agradecer a cada una de las personas que me escribe a mi telegram. Ha sido una gran idea, ya que a pesar de que hay muchos que solo están interesados en ver una foto mía y aburren bastante, hay otros tantos hombres y también mujeres que me hablan para contarme sus experiencias, sus dudas, sus deseos, fantasías y ni hablar de aquellos que me piden un consejo. No saben lo bien que me hace sentir que me confíen sus cosas mas íntimas y deseen mi punto de vista, realmente les agradezco que hagan eso y siempre que alguien desee que lo ayude, intentaré dar mi mejor y mas sincera opinión 🙂
Hoy tengo 21 años y con la experiencia que he adquirido a pesar de ser tan jovencita, he llegado a la conclusión de que todo lo que me pasa y lo que soy tiene un por qué. Me he dado cuenta de las muchas de las experiencias que tengo para contarles están vinculadas a manoseos, exhibición y con adultos mayores tanto como de mi familia y también desconocidos ¿Ahí estará el por qué me gusta tanto provocar adultos mayores? ¿Vengo viviendo roces con adultos desde pequeña y por eso lo tomé como algo natural y me siento cómoda, incluso admitiendo que me gusta? Por eso hoy quiero contarles cuando en mi cumple de 13 mi abuelo de casi 85 años intentó meterme los dedos, hasta que…
El padre de mi mamá no fue un abuelo muy presente, ni mucho menos cariñoso. Era una persona muy fría, había estado en el servicio militar y ya saben cómo se transforman esas personas. Mi mamá siempre me contaba sobre lo estricto y duro que había sido con ella de pequeña. Ni siquiera hablaba demasiado, a penas un poco con mi madre y desde que falleció mi abuela incluso empeoró su forma de dialogar, había que insistirle mil veces para que asistiera a algún cumpleaños o reunión familiar…
Mi cumpleaños es en pleno verano, hace mucho calor de día pero también a la noche. Siempre hacemos día de piscina, bebidas y a la noche cenamos y cada uno a su casa, excepto aquellos que viven muy lejos o simplemente quieren quedarse y se les hace un lugar.
Pero cuando cumplí 13 solo asistieron mis amigas mas íntimas, mi abuelo que vino desde su pueblo por insistencia de mi mamá y mi papá llegaría recién a la hora de cenar porque estaba todo el día en su empresa.
Mis amigas vinieron a almorzar y nos metimos a la piscina. Mi abuelo llegó a la tarde por su cuenta, conduciendo su coche, nunca quería que lo busquen ni que lo lleven, era un viejo orgulloso y amargado. Saludó de lejos y se sentó en la sombra con mi madre a tomar algo fresco y a dialogar entre ellos. Si largaba algún diálogo solo lo hacía con ella…
A media tarde, mis amigas debían irse porque vivían lejos, corté la torta, me cantaron el feliz cumple y se fueron. Ni siquiera atinamos a llamarlo a mi abuelo que ya a esa hora se había tirado a dormir su siesta y no valía la pena ni molestarlo.
Llegó mi papá a la hora de cenar y nos sentamos todos en la mesa a comer las pastas caseras que le había pedido a mi mamá que me haga. Mi abuelo tenía una excelente relación con mi papá, era con quién mas se «alegraba» porque era el que lo acompañaba con las botellas de vino tinto y ni bien llegó eso fue lo primero que hicieron…beber.
Yo aún continuaba en bikini y cenamos bajo el ventilador de techo porque esas pastas parecían no haber sido la mejor opción por el calor, pero era mi plato favorito. Terminamos de cenar, hicimos sobremesa y ellos continuaron bebiendo.
A eso de las 23hs ya me había cansado de escuchar sus aburridas conversaciones y pensé que estaba ideal para un chapuzón nocturno a solas. Me dirigí a la piscina que queda muy al fondo en la parte trasera de mi casa que en ese entonces no estaba del todo iluminado.
Rato mas tarde se escuchaba a mi mamá bien a lo lejos lavar los platos y se apareció una silueta en medio de la oscuridad y a medida que se acercó lo podía ver mejor. Era mi abuelo con una copa de vino en la mano y una copa de helado en la otra. Honestamente su presencia a solas me intimidaba mucho, se lo notaba muy ebrio. Incluso a 3 metros de distancia sentía el olor a vino. Por el servicio militar era un hombre fuerte pero ya a esa edad no debía beber tanto. Me dió el helado, se sentó en el borde metiendo sus pies en el agua y hablamos:
Abuelo: Tu madre me dijo que te traiga helado. Y por cierto, feliz cumpleaños.
Yo: Gracias, abuelo
Abuelo: Sé que soy un pésimo abuelo, me fui a dormir cuando te cantaron
Yo: Ay abuelo, no te preocupes. Me trajiste helado, eso soluciona todo.
Abuelo: Que bueno. Hoy moría de calor pero no queria meterme porque estaban tus amigas y no quería arruinarles la tarde ¿Te molesta si me meto?
Yo: Abuelo la piscina es para todos, hace calor ¿Cómo me va a molestar?
Se quitó su remera dejando expuesto todo su cuerpo completamente lleno de pelos canosos y su piel arrugada como todo abuelo. El agua me daba a la altura de mis pequeñas tetitas sin taparlas del todo y me quedé nerviosa en una punta de la piscina terminando mi helado mientras él caminaba de un lado a otro. De un sorbo se terminó su copa de vino y lentamente de dirigía hacia mi rincón y con un tono algo melancólico dijo:
Abuelo: Hablando de mal abuelo, traje una botella de vino y no he sido capaz de comprarte algo
Yo: Abuelo ¿Otra vez con eso? Olvídate ya
Abuelo: Eres mi unica nieta…
Yo: No te preocupes, los regalos me dan igual, has venido y eso cuenta.
Abuelo: ¿Aceptarías un abrazo de tu abuelo como regalo?
Yo: Ay abuelo, por supuesto
Honestamente no sabía dónde meterme, no deseaba abrazarlo ¿Pero qué más podía hacer? Era mi abuelo. Lo iba a hacer por puro compromiso. Lentamente caminé medio metro por el agua e intenté abrazarlo, le di pequeñas palmadas en su hombro riéndome nerviosa, queriendo no pegarme a él. Cuando busqué alejarme me agarró por mi cintura llevandome con fuerza hacia él, dejando nuestros cuerpos completamente pegados de pies a cabeza, sentía que me hundía entre los pelos de su pecho y su aliento era impresionante lo que apestaba a alcohol…
Haciendo presión con mis brazos para alejarlo le dije:
Yo: Ay abuelo ya está, ya nos abrazamos
Abuelo: Cata ¿No era que ibas a aceptar un abrazo de tu abuelo?
Yo: Si pero ya está, déjame ir
Abuelo: Solo abrázame fuerte una vez…
Dicho eso, decidí hacerle caso, quizás con eso al fin me soltaría. Me rendí, relajé mi cuerpo y con ambos brazos rodee su cuello apoyando mi cabeza en su hombro, pero el cabrón aprovechó para colocar sus ambas manos en mi pequeño pero durito culo de 13 años, haciendo que diera un salto de susto.
Volví a forcejear con él, estaba decidida a salir de esa piscina pero está vez lo empujé con mucha fuerza en su pecho, logré soltarme, me di la vuelta y busqué el borde de la piscina para intentar salir, pero al darme la vuelta me tomó de la cintura y volvió a pegarme contra su pecho, pero ahora le daba la espalda, apoyando su paquete en mi culito. Forcejeando, asustada, nerviosa, en tono agresivo le dije:
Yo: Abuelo ya basta, déjame. Estás muy ebrio
Abuelo: Solo permíteme abrazarte 5 minutos así
Yo: Abuelo, soy tu nieta. Si no me sueltas te juro que gritaré
Abuelo: Por favor no hagas eso, sabes el problema que habrá
Yo: Entonces dime qué es lo que haces, soy tu nieta
Abuelo: Verte todo el día en bikini, Cata, mas el alcohol…no lo se. Solo deja que tu abuelo te abrace 5 minutos y me iré
Yo: 5 minutos y te vas…
Me empujó contra su cuerpo y pude sentir su pene flácido en mis nalguitas. Pero mas me llamaba la atención como se sentían los pelos de su pecho y su panza en toda mi espalda. Él apoyó su espalda en el borde de la piscina y yo me apoyé en él. Nos quedamos en esa posición. Empezó con sus manos a tocarme la cintura, mi estómago, tocaba el borde de mis muslos, quería tocarme más pero estaba siendo cuidadoso, sabia que yo estaba tensa, inmóvil. Luego empezó con caricias y empezó a hacerme pequeños masajes en la espalda y en mis hombros. Su sucio juego de mierda funcionó porque relajé por completo mi cuerpo, dejando caer mi culito en su paquete, pero seguí sin realizar ningún movimiento extra. Me dió un pequeño beso en mi hombro y con un aliento horrible al oído me dijo:
Abuelo: ¿Te gustan los masajes del abuelo?
Yo: Si, están bien
Abuelo: Ya van a pasar los 5 minutos, debí haberte pedido 10 minutos.
Sus palabras y sus masajes me habían tranquilizado del todo. Ahora sentía que simplemente estaba ante un viejo borracho, vencido totalmente por el alcohol, que solo deseaba tener contacto con cualquier jovencita. Sin decir ni una palabra giré sobre mi misma, quedando de frente a él, con mi rostro rozando el colchón de pelos de su pecho.
No sé qué clase de locura cruzó por mi cabeza, que me puse de puntas de pié y lo rodee con ambos brazos sobre su cuello, dándole un fuerte abrazo, pero al mismo tiempo dejando mis pequeñas nalguitas al alcance de sus enormes manos. No demoró un segundo en agarrarme por debajo de las nalgas alzandome, abriendome de piernas y apoyándome mi vaginita en su bulto, pero lo mas loco era que yo correspondía ese acto abrazándolo también con mis piernas. Me apretó fuerte para que sintiera su pene en mi rajita y soltando un pequeño gemido le dije:
Yo: Ay abuelo ¿Qué estamos haciendo?
Abuelo: Es solo un abrazo con tu abuelo ¿Quieres irte?
Yo: No, abuelo. Estoy cómoda así…
Me quedé aferrada como una garrapata mientras él comenzaba a aprovechar para hacerme mimos en mis nalgas y me besaba en el hombro, a veces en mi cuello y también buscaba quedar frente a frente porque notaba que buscaba mi boca, pero siempre lo esquivaba y me besaba en la mejilla. Pero evidentemente que yo me negara a besarlo lo encendía cada vez mas… Ya no acariciaba mis nalgas, las apretaba con mucha fuerza, incluso me sacaba algunos pequeños gemiditos.
Ya habían pasado de largo los 10 minutos y empezó a buscar el agujerito de mi culito. Yo lo noté pero no sabía qué hacer, no estaba segura si frenarlo o dejarlo, me latía muy fuerte el corazón. En un momento corrió mi bikini y apoyó su dedo en mi ano, de un susto le quité la mano pero sin dejar de abrazarlo y le dije:
Yo: No, abuelo, no me metas el dedo
Abuelo: No, Cata tranquila, solo déjame jugar con él
Yo: Pero por favor no lo metas
Abuelo: Te prometo que no lo haré
Evidentemente deseaba seguir siendo manoseada por mi abuelo pero su dedo en mi ano me congeló por completo. Ni siquiera yo me había atrevido a jugar con mi propio culito todavía, era algo nuevo para mi.
Siguió tocando mi ano con su dedo mas largo, luego cambiaba a los demás, nunca hacía intentos de meterlos. Hacía circulos que de repente empezaron a hacerme sentír muy cómoda, demasiado, disfrutaba esos círculos, tanto que me hacían soltar pequeños gemiditos. Se turnaba con ambas manos para utilizar y jugar con todos sus dedos.
Comencé a sentirme realmente y quizás por primera vez muy muy cachonda. Gemía en su oído. Cuando un dedo pasaba por mi ano, yo lo relajaba y lo dejaba completamente abierto para que hiciera sus círculos.
Esto lo encendió tanto que no pudo con lo que había prometido y metió la punta de uno de sus dedos, haciéndome saltar y dejándome completamente quieta, con la boca abierta, con el dedo aún dentro mío y soltando un gemido, dije:
Yo: Aagghh! Abuelo ¿Qué haces?
Abuelo: Perdón, no pude contenerme
Yo: Hazlo pero despacio
Abuelo: ¿Estás segura?
Yo: ¡MÉTELO!
Me puse frente a frente y mirándonos fijamente a los ojos fue metiéndo su dedo muuuuy lentamente hasta la mitad, haciéndome pegar un pequeño salto, lo sacó por completo y volvió otra vez a meterlo lentamente. Supo que no era la mejor posición de todas para hacer eso y me dijo:
Abuelo: ¿Te gusta?
Yo: Si
Abuelo: Si deseas que te meta el dedo bien, inclínate en el borde de la piscina
Supe perfectamente lo que quería decirme. Bajé mis piernas y me recosté en el borde de la piscina boca abajo, medio cuerpo fuera pero con las piernas adentro, dejando mi culito expuesto. Con 13 añitos estaba entregandole el ano a mi abuelo totalmente ebrio, pero para qué mentir, se lo había ganado.
Sin decir nada y de manera brusca corrió mi bikini para un costado, lo escuchaba meterse el dedo en la boca, dejando caer sus babas en su dedo largo y luego de hacer sus famosos círculos, me lo mete de una y hasta el fondo, haciéndome largar un gemido distinto a los demás. Mi culito ya no ofrecía resistencia, su dedo era perfecto, no me hacía doler y lo disfrutaba, tanto que no pude evitar decirle cosas:
Yo: Aaghh abuelo sigue sigue
Abuelo: ¿Te gusta así, Cata?
Yo: Me encanta, mételo hasta el fondo
Abuelo: ¿Quieres que meta otros dedos?
Yo: Si mételos todos, uno por uno
Comenzó a jugar metiéndome todos los dedos, primero de una mano, luego la otra, lo escuchaba chuparse los dedos. Empecé a dar pequeños espasmos con mi cuerpo, ambos sabía lo que significaba, estaba a punto de tener un orgasmo. Ya lo había experimentado antes jugando conmigo misma, pero no con otra persona y con 10 dedos metiéndose en mi culito…se sentía espectacular.
Empecé a gemir demasiado, supo que iba a correrme y decidió meter únicamente su dedo mas largo a una gran velocidad con un mete y saca imparable que golpeaba y hacía sonar mis nalgas:
Yo: agh aghh abuelo, me vengo
Abuelo: Córrete, mi amor. No sabia que tenía una nieta tan puta
Yo: ay abuelo, que puta que soy ay diosss
Abuelo: Eres tan puta como tu madre
Yo: Seré mas puta que ella, abuelo te lo prometo ayyy diosss
Comencé a retorcerme, corriéndome mucho, intenté quitarle su dedo de mi ano porque no aguantaba mas pero él tenía más fuerza y siguió penetrandome con su dedo hasta que solté un largo y grave gemido, que me dejó recostada boca abajo con mi cara contra el suelo.
Chupándose los dedos me dijo:
Abuelo: Nunca escuché a una mujer gemir de esa manera
Yo: Gracias abuelo
Abuelo: Espero que te haya gustado tu regalo
Yo: Muchísimo. Abuelo ¿Por qué dijiste que soy tan puta como mi mamá?
Abuelo: Porque eso es lo que es y tú también.
Yo: Bueno 🙂
Salió de la piscina, agarró su copa de vino vacía y se dirigió hacia adentro. Yo quedé tendida, aún con mi bikini hacia un costado el cual no atiné a acomodarme. Me sentía todavía en shock, complacida, me había fascinado. Sentía mi vagina totalmente húmeda, llena de fluidos y un fuerte latido en mi ano. Esperé media hora antes de entrar a mi casa nuevamente y luego fui a darme una ducha.
Al día siguiente me despertó mi madre antes del mediodía para decirme que el abuelo se iría y lo tenía que despedir. Sin que mis padres me vieran fui casi corriendo, toda alegre, le di un fuerte abrazo como el de la piscina, rodeando su cuello con mis brazos y haciendo puntita de pies para darle a entender que quería un último toquecito…
Lo entendió perfectamente. Primero me abrazó por la espalda, miró que mis padres no estuvieran cerca y agarró con ambas manos abiertas mis dos pequeñas nalguitas…
Espero que les haya gustado. Para que no se queden con la duda, ese fué el único encuentro íntimo que tuve con él. Lamentablemente no se dió ninguna otra oportunidad antes de su partida. Pero claramente hoy, con el amor que tengo por los adultos muy mayores, puedo decir que estoy mas que orgullosa de que mi abuelo haya sido quién estrene mi culito por primera vez y con sus dedos.
Ahora nos podemos dar una mejor idea de por qué me gusta lo que me gusta. Siempre he sido exhibida, manoseada, mirada y halagada por los hombres de mi familia…
Los espero en mi telegram con sus lindos comentarios. Cuéntenme sus experiencias…
No sean pesados pidiendo mas…
Telegram Catalina_relatos
38 Lecturas/7 diciembre, 2025/0 Comentarios/por Faqundo
Etiquetas: culo, cumpleaños, madre, mayores, militar, orgasmo, padre, vagina
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