Mi abuelo me lleva a su habitación
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
No se como empezar a contar lo que me pasó con mi abuelo….
Recuerdo que mis padres y mis hermanos, vivíamos en casa de mi abuelo. Desde muy chica, dormía con él en su habitación, no tenía una casa grande, por lo que yo debía dormir con él .
No sé desde cuando mi abuelo me tocaba, seguro que desde muy chica, pero yo solamente tengo recuerdos desde cuando yo tenía 8 años, esa noche, él comenzó a tocarme entera, tocaba mis piernas y tocaba mis tetas, metía su mano y sus dedos por dentro de mi trusa, masturbaba mi coño, volvía a tocarme las lolas, me acariciaba todo el cuerpo y me decía que no cuente a nadie, que era de nosotros esas caricias, me pasaba la mano por todo el cuerpo y esa noche agarró mi mano y la puso arriba de su pingo, me hizo acariciarlo, después me dijo que lo meta en mi boca y lo chupe, cuando yo dejaba de hacerlo, me decía que no pare, que siga, que no deje de chupar, mientras yo chupaba el respiraba y gemía de gusto, comenzó a hacerse mas grande y duro y yo chupaba sin parar, hasta que salió toda su leche caliente dentro de mi boca. Esa noche me dijo que siempre haríamos lo mismo y se puso a dormir
Al día siguiente, a la hora de descansar, me llevó a la habitación y me dijo que me desnude, que me saque toda la ropa, me dijo que abra las piernas y que me abra la concha con mis manos para que el la vea, puso la luz de una una linterna para ver bien y me tocaba la concha, sobre todo el clítoris.
Sacó de un cajón un aparato como una linterna chica y la puso sobre mi clítoris, me dijo que era un vibrador, me gustaba sentirlo sobre mi sexo, me exitaba. El me preguntó si me gustaba y le dije que si, y que también me gustaba todo lo que me hacía y lo que haciamos
En ese momento me dijo- querés mi pingo? Si lo querés pedímelo, dale-
– abuelo, dame tu pingo, quiero tu pingo, aunque es muy grande, me da miedo –
Me dijo-te va a gustar, quédate tranquila, no te va a pasar nada, te la voy a meter en tu concha, relajate-
Comenzó a meter el pingo en mi concha y embestía para meterla adentro, agarraba la pija, la apoyaba y la metía, me abría los labios y me decía –“relájate”- me iba entrando de a poco y me dolía, esa cabeza tan grande que tenía y un pingo tan grande, -es muy grande- le decía yo,- no quiero, no me gusta abuelito-
El estaba muy caliente y empezó a meter y sacar aumentando el ritmo y movimiento, más rápido , mas adentro mas y mas y yo me quejaba despacio para que no me escuche nadie, -no, no, no por favor abuelo, basta, no la metas más- me haces doler
-Recién me la pediste mi amor, ahora aguantatela, vos la pediste, ya estoy caliente y te voy a culiar, tengo que seguir y tengo que eyacular-
Yo sentía un gran dolor y me tapaba los gritos con la sabana, el seguía metiendo y sacando brutalmente, locamente, enceguecido de deseo, hasta que salió a chorros su leche y me la dejó adentro de mi coño.
-aaahhh! Me encantó!!, que hermoso coño, tan chiquito y cerrado, tan hermoso, me apretabas mi pija con tu concha pequeña!….Te gustó a vos?
-me dolió abuelo, mucho,si, me dolió…me dolio!……..pero……si… me gustó, si…. me gusta-
-ahora te digo otra vez, que lo vamos a hacer todas las noches, a partir de hoy te voy a culiar todo el tiempo, todas las noches y de día si no hay nadie en la casa, vas a tener que estar lista-
Y así fue, cuando nos quedábamos solos, me desnudaba y me metía el pingo en cualquier lado, en la cocina, en el jardín, en la habitación,me ponía con las manos apoyadas en la pared y me chupaba los pechos, me bajaba las trusas y metía su pingo de parado nomás.
Una vez yo estaba jugando en el patío tratando de subir por un tronco, hacia arriba, hacia el techo, como yo saltaba, enganchaba mis piernas al tronco sin poder llegar, me dijo, -yo te ayudo a subir,- me agarró de la cola y me comenzó a subir, mientras me subía, metía sus dedos en mi concha, yo sentía sus dedos duros metiéndose por encima de mi trusa, me subía hasta arriba del tronco con sus dedos dentro de mi coño, me tocaba el culito y me decía- ves como llegas? Ves que podes?- nadie se daba cuenta porque era un juego. Me decía – vos sostenete con las manos, agarrate con las manos y subí nomas. Me subió hasta arriba del tronco cerca del techo y a mi me gustaba sentir sus dedos meterse en mi coñito, me subía y bajaba muchas veces, al final,cuando me bajó de ahí, quedé caliente, lista para culiar en cualquier momento. Al rato vino y me dijo – vamos al cuarto que me calentó este juego, quiero culiarte- me agarró de la mano y me llevó a la pieza, nadie nos vió, me sacó la trusa y bajo el cierre de su pantalón y se sacó el pingo por ahí, me hizo chuparle un poco y luego me lo metió en la concha, así fueron pasando los días y los años, teniendo sexo muy seguido
Ahora sigo durmiendo con mi abuelo, cada noche espero ir a la habitación para que me toque, para que me chupe las lolas y el coño, para que me toque el cuerpo, para que se tire encima mio y pueda sentir su piel y su morbo y para que yo le chupe el pingo, chuparle el pingo me exita, se lo chupo mucho tiempo y comienzo a mojarme, a humedecer mi coñito, después me culia deslizando su pija yendo y viniendo, empujando de manera loca por mi concha y también lo hacemos durante el día, me transformó en una puta, en “su putita” como me dice
Les cuento que también me lo metió por el culo, tuvimos esos encuentros, pero eso, lo contaré en otro relato si os parece
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