Mi alumna Angélica y su hija Viviana parte 4
Por fin tengo la oportunidad de hacer mía a Viviana.
Esta es la continuación de los relatos anteriores, pueden encontrar el enlace a esos relatos en mi perfil.
Pasaron varios sábados donde la situación fue más o menos la misma, para quién no ha vivido una experiencia así, sé que puede sonar increíble pero a pesar del morbo, nuevamente después de unos meses comenzó a caer en la rutina, una placentera rutina, pero rutina al fin y al cabo, mi principal molestia era que solo fueran unas horas, no poder ir a la playa o a otros lados con ellas, así que era como un sucio y excitante secreto. En mi cumpleaños ellas dos me cumplieron una fantasía como regalo, vinieron a mi casa vestidas de colegiala, Angélica con su uniforme del bachillerato, increíble que aún le quedara y Viviana con el de la primaria, no recuerdo si iba en primer o segundo grado, fue una experiencia visualmente muy excitante, incluso me hicieron un bailecito mientras se desnudaban, partimos el pastel, les unte el merengue en sus senos a ambas y pude lamerlo de los pechos de ambas también, fue la primera vez que pude lamer los pechos de Viviana, otro aspecto interesante era que ya era normal que masturbará a Viviana jugando con su clítoris siempre que venía y a ella le encantaba, también me abrazaba con frecuencia y me besaba en la boca cada que tenía oportunidad, era muy cariñosa conmigo y eso me encantaba, durante medio año más o menos ese fue el límite hasta que llegó el bendito fin de año.
Llegaron las fiestas navideñas, Angélica vivía de arrimada con sus papás y la situación era mala, debió echar mano de sus ahorros porqué su papá perdió su empleo y no encontraba otro, de más esta decir que obviamente no habría una buena cena de navidad y regalo de reyes mucho menos, Angélica tuvo que decirle a Viviana quienes eran los reyes, eso la hizo llorar, pero se recuperó y entonces se le ocurrió una idea, uno de los días que me vinieron a ver aprovechando que su mamá salió a comprar unos tlacoyos que se nos antojaron para desayunar y como ya había confianza me dejo solo con Viviana y ella me preguntó si yo le daba reyes a mis sobrinos (los hijos de mi hermano) le dije que sí, que este año les había comprado un Play Station porqué mi hermano pues tenía esposa e hijos y yo no, por lo que tenía más dinero «libre» por decirlo de alguna manera al no tener esos gastos adicionales, ella me preguntó si yo le podría comprar una tele, le dije que yo ya le daba lo que me parecía justo y que ella había estado de acuerdo, ella me dijo que yo le daba más a su mamá, le dije que su mamá hacía más cosas conmigo, ella me preguntó entonces «si hago lo mismo que hace mi mamá contigo ¿me compras mi tele?» eso me excitó muchísimo y le dije, sí y agregué «y si lo continuas haciendo cada que vengas a verme también te pago el cable», pero no creo que tu mamá lo acepte nunca, ella sonrió y me dijo que ella hablaría con ella, el resto del día fue normal, cuando se fueron me quedé pensando en lo que podría pasar la próxima vez.
Igual que había sucedido la vez pasada, Angélica paso el día domingo temprano a casa, venía hasta en chanclas con su bolsa del mandado, supuse que había aprovechado su ida al tianguis para pasar a verme de rápido, inicio reclamando molesta porqué le había hecho esa oferta a su hija, le dije que Viviana era la que me había buscado porqué quería una tele, porqué en casa de su abuela solamente había una y esa la usaba la abuela todo el tiempo por lo que ella casi nunca podía ver lo que ella quería, tampoco le gustaba que solo tuvieran los canales públicos, quería ver Cartoon Network como en mi casa, quería una tele que ella pudiera usar cuando quisiera, se aburrí en su recámara, Angélica se calmó un poco, sabía que todo eso solo lo podía saber si Viviana me lo hubiera dicho, continué diciendo «tú me platicaste que a esa edad comenzaste a experimentar con tu tío y de a gratis, también me dijiste que lo disfrutaste y esperabas con ansías el siguiente encuentro ¿por qué no dejas a Viviana vivir lo mismo que tú? además en el caso de ella, ella eligió con quien iniciarse y no lo hará de a gratis, también sabes que ella y yo nos llevamos muy bien, cada que viene le saco un orgasmo, me abraza con mucho cariño y cada que puede me besa también, entonces, dime ¿qué procede?» ella me dijo «no sé, tengo que pensarlo, no es fácil, me preocupa que diga algo», quedamos en que lo pensaría y me lo diría el siguiente fin de semana, fue una semana muy larga para mí, era mediados de noviembre y faltaban unas seis semanas para el día de reyes, así que aún había algo de tiempo.
El siguiente sábado, llegaron ambas como siempre, todo fue como siempre, no se mencionó el tema, ellas se portaron normal, terminamos, se fueron y me quedé pensando, me puse un poco triste, creí que al final habían decidido no dar el siguiente paso. Al día siguiente el domingo, nuevamente en chanclas, short, playera y con bolsa de mandado tocó temprano en la mañana Angélica a la puerta, me dijo que habían decidido aceptar, pero con 2 condiciones, le daría a Viviana el mismo monto que le daba a Angélica a partir de que estuviéramos juntos por primera vez y que la tele se la daría a cambio de darme su primera vez, pero que si quería continuar teniendo sexo con Viviana debería darle el mismo monto que a Angélica cada sábado, en aquel entonces como docente de tiempo completo yo ganaba poco más de 10 mil pesos después de las retenciones de ley, pagaba unos $1,500 de renta, unos $3,000 de comida, $1,000 más de luz, gas, agua y cable, por lo que si les daba $4,000 al mes entre las dos, me quedaría bastante justo con solamente unos $500 libres al mes, dependiendo de los bonos, aguinaldo, adelanto de aguinaldo, prima vacacional, para cualquier otra necesidad que tuviera o para darme un gusto como ir a un restaurante o algo así, pero estaba con la cabeza muy caliente, así que decidí aceptar, pero le dije que era un trato si me permitía hacer cualquier cosa con ellas, ella dijo que sí pero sin lastimarlas, golpearlas, maltratarlas, insultarlas o exhibirlas frente a alguien más, acepté sus condiciones, así que acordamos que el próximo sábado podría estar por primera vez con Viviana, Angélica me preguntó «¿quieres que te confiese algo?» yo le dije «sí, claro, dime» y ella me dijo «Viviana estará muy feliz, te quiere mucho y se ha sentido muy frustrada de no poder hacer contigo lo que haces conmigo, hace rato que me lo ha venido diciendo, muere de curiosidad por saber que se siente y me ha confesado que esta enamorada de ti, creo que yo también, pero solo un poco, no te emociones, trata de que sea bonito, por favor», le pregunté si podría dedicarme mejor su día libre para estar juntos, así podría llevarlas a un lugar bonito y hacerlo con calma, sin prisas, que yo faltaría al trabajo para estar con Viviana y darle un bonito día, ella sonrió, me besó y me dijo «claro que sí, nos vemos mañana lunes entonces ¿qué ropa llevamos?» le dije que algo cómodo y que nos veríamos lo más temprano que pudieran, ella me dijo que tenía rato diciendo a los abuelos que quería salir con Viviana a un viajecito aunque sea cerca, así que no sería problema, nos despedimos y yo moría de la emoción, Angélica también se veía contenta.
El lunes me levanté temprano, desde las cinco de la mañana ya estaba listo, me encontraba lavando el carro cuando a eso de las seis de la mañana llegaron Angélica y Viviana, cada una traía una mochila con lo que supuse eran sus cosas, me sorprendí, Angélica me dijo que habían decidido salir lo más temprano posible, que asumieron que no habría problema, yo les dije que estaba bien, también me comentó que avisaron que pasarían la noche fuera y llegarían al día siguiente a tiempo para su turno en el trabajo, lo que me sorprendió, sería mi primera noche con esas dos hermosas mujeres, terminé de lavar el carro y a eso de las seis y media salimos, me preguntaron a donde iríamos y les dije que era una sorpresa, a más o menos una hora, llegamos a una zona boscosa, muy popular en México, se puede montar a caballo, andar en Go Karts, comida tradicional, área para pescar e incluso cabañas para pasar la noche, yo había pensado rentar una aunque no nos quedáramos, pero sabiendo que nos íbamos a quedar todo pintaba aún mejor.
Primero fuimos por nuestra cabaña, pagué, nos la entregarían al medio día, asumieron que éramos una familia, papá, mamá e hija, me pareció perfecto, una sola habitación en la que estaba la cama, un par de sillones, una mesita, chimenea, vista al lago, un porche con una banca, un par de sillas y una mesa, el baño era rústico pero amplío, así que ya apartada nos fuimos a desayunar, unas quesadillas, un café de olla, todo muy bien, el servicio, el sabor, luego las llevé a montar a caballo, ellas se subieron juntas en uno y yo en otro, todo fueron risas y felicidad, después fuimos a los Go Karts, ellas en uno y yo en otro, caminamos por los alrededores, no nos metimos a nadar en el lago porqué hacía un frío durísimo, pero pudimos tener un bonito paseo, las llevé a comer a otro restaurante que tiene una como alberca donde puedes pescar la trucha o mojarra que te vas a comer, pescamos nuestra comida, nos las prepararon a las brasas, acompañadas con frijoles, tortillas, arroz, salsa, pero sinceramente estaban medio flacas, así que pedimos también un pollo al carbón para completar, ya eran cerca de las tres de la tarde y nos dirigimos a nuestra cabaña, bajaron sus cosas y yo bajé una hielera, así como una caja, me miraron intrigadas y les dije que era una sorpresa, solo me sonrieron, salí a comprar con ellas algo de madera, frente a la cabaña había lugar para una fogata, primero jugamos un rato juegos de mesa, UNO, Damas Chinas, Damas Inglesas, y ellas me veían nerviosas, yo había decidido darle a Viviana el mejor día de su vida antes de estar con ella, así que estaba siendo paciente, después a eso de las siete prendimos la fogata, asamos bombones y salchichas, fueron una buena botana, contamos historias de miedo y a eso de las nueve de la noche les dije que era hora, ellas me pidieron esperar afuera en lo que se «preparaban».
Cuando entré Viviana y Angélica estaban con unas pantuflas peluditas, con medias a medio muslo, ligero, sin pantaletas ni sostén, vi a Viviana maquillada por primera vez, se veía hermosa, Viviana de blanco, Angélica de rojo, fui a la hielera y saqué un par de botellas de vino que venían con hielo ya medio derretido, queso, carnes frías como jamón, salamí, peperoni y abrí la caja, traía copas de vino, platos, una tablita, un cuchillo, tenedores y unos baguettes, me tomó un momento preparar la mesa y prender la chimenea, apagué la luz, quedamos solamente iluminados por las brasas, puse algo de música instrumental romántica con canciones como el concierto de Aranjuez con guitarra, en una grabadora que llevé, nos serví vino a los tres, Angélica solo me sonrió, brindamos, picamos un poco y les dije que conforme tuvieran hambre la idea era poder dar un traguito, picar algo y continuar en lo nuestro para tener energía, yo mido 1.80 pesando 100 kilos, Angélica 1.50 pesando 40 kilos y Viviana como 1.40 con unos 30-35 kilos máximo, ambas eran bajitas y muy delgadas eso me encantaba, disfruté mucho verlas así, lo disfruté por un momento, luego me senté, atraje a Viviana hacia mí y la besé por varios minutos mientras acariciaba su cuerpo, Angélica nos veía a un lado esperando que la llamáramos, me paré, me desnudé, había algo que siempre había querido hacer y Angélica ya hacía tiempo que había aceptado pero no se había dado la ocasión, así que decidí que ese era el día, pusé depante de mí a Viviana y detrás de mi a Angélica, ambas me abrazaron, tomé de la cabeza a Viviana y la hice arrodillarse para que me hiciera oral, era algo torpe pero me volvía loco sentir esa boquita lamiendo, besando, chupando, también me dio un par de mordiditas, a Angélica le dije que quería probar lo que le había dicho, me sonrió y me dijo que estaba bien, ella se hincó detrás mío, me comenzó a besar las nalgas, a morderlas, lamerlas, hasta que se decidió, me las abrió y comenzó a lamer, tenía a Angélica haciéndome beso negro y a Viviana haciéndome oral, en un momento dado Viviana me agarró las nalgas con sus manitas mientras me las apretaba y se dedicaba solo a mi pene, succionando, Angélica me agarró con una mano de la cadera y la otra la metió entre mis piernas para acariciar mis testículos mientras su hija me mamaba, no aguanté mucho más, le dije que se pasará con Viviana, ella sabía que se venía, le dijo a Viviana que alzara la cara y abriera la boca, terminé masturbándome echando mi semen en sus caras, Angélica lamió la cara de Viviana hasta no dejar nada de semen en ella, luego le dijo que una buena mujer debía siempre limpiar el semen, así que Viviana lamió el semen de la cara de su madre, por último juntas me lamieron hasta dejarme limpio, les dije que les había quedado un poco en los labios, ambas entendieron y se besaron muy cachondamente.
Comimos y descansamos un poco, hubo besos, abrazos, vino, queso, a las diez decidí continuar, le dije a Viviana que era hora de lubricarla y tener su primer orgasmo para que fuera más fácil penetrarla, Angélica me miro extrañada como queriendo entender cómo sería posible hacer eso, recosté a Viviana en la cama hasta la cabecera, le abrí las piernas e hice que Angélica gateara hasta estar junto a ella en cuatro, ella me vio medio molesta, pero sabía que hablaba en serio, cerró los ojos resignándose y comenzó a hacerle sexo oral yo me puse detrás de Angélica y comencé a penetrarla mientras ella llevaba a Viviana a su primer orgasmos, ambos duramos poco y nos venimos casi al mismo tiempo, yo por lo excitante de la situación y Viviana por su inexperiencia, Angélica estaba tan mojada que dudo mucho que sintiera gran cosa, se notaba su tremenda excitación, la hice voltear aún en cuatro y la puse a limpiarme el pene, vi a Viviana que aún estaba con las piernas temblorosas y le dije, ya sabes que debes limpiar siempre, vio la vagina de su mamá con mi semen y comenzó a limpiar lamiéndola, metiendo la lengua tan profundo como le era posible, Angélica en cuanto terminó de limpiarme, lo que hizo muy rápido tuvo un orgasmo brutal y se dejó caer en la cama, las piernas le temblaban, pero aún no estaba del todo limpia, así que Viviana la lamió un poco más lo que la hacía gemir muy duro.
Nuevamente descansamos, vino, queso, carne, baguette, a la media noche llegó el momento principal de la noche, me recosté boca arriba, Viviana ayudó a su hija a sentarse sobre mí e introducirse lentamente mi miembro, fue delicioso sentir como me montaba, demoramos un rato en que pudiera entrar por completo, se notó que le dolió porqué sollozo un poco pero ella estaba decidida, yo no sabía pero su mamá ya le había explicado que solo dolía al inicio la primera vez y luego era puro disfrutar, una vez que lo tenía por completo adentro solo sabía hacer un movimiento como que se sentaba, pero me valió madre, la llené de semen, aún no reglaba así que no me preocupaba y su mamá se cuidaba con un DIU, una vez que la llené y tuvo otro orgasmo le indique que me limpiará, se puso en cuatro en la cama y mientras ella me limpiaba, su mamá la limpiaba a ella, ya lo dije antes y lo repito, esa costumbre de Angélica llegó para quedarse y marco mi vida sexual para siempre, al terminar se recostó y nos quedamos dormidos, en la madrugada, no sé a qué hora haya sido desperté, estaba medio ebrio y ya todo me valía madre, Viviana estaba durmiendo boca abajo, esas nalgas, dios, eran hermosas, a pesar de que ya estaba todo oscuro porqué se había apagado la chimenea, me acomodé, puse mi cabeza en la entrada de su ano, pedí perdón a dios, al universo y a todos, le tapé la boca a Viviana y de inmediato le dejé caer todo mi peso mientras se la metía de una hasta el fondo, a pesar de ello no pude ahogar su grito por completo, apretó súper delicioso el culito, fue una manera muy brusca de despertar, también despertó Angélica para verme meterla y sacarla con fuerza de Viviana mientras ella sollozaba, me miró con odio, pero el daño ya estaba hecho, comenzó a decirle a Viviana relajate, ya casi deja de doler, afloja, sino te dolerá más, ahorita vas a comenzar a disfrutar, tranquila, solo es la primera vez, te dije, tranquila, respira afloja, le decía esto mientras ocasionalmente me volteaba a ver con miradas que matan, yo ya estaba perdido, me valía madre todo, no me iba a detener, después de unas embestidas los sollozos cambiaron por gemidos, el dolor por placer, me vine en Viviana, ya no tenía tanto semen, ya andaba medio seco, pero aún así le dejé unas lagrimas de semen en su culito, me baje y su mamá lamió el ano de su hija con mucho cariño hasta dejarlo limpio, luego me lamió a mi hasta dejarme limpio, Viviana no sangró, pero sí había un poco de suciedad, pero Angélica no se rajó, nos limpió a ambos, me recosté al centro boca arriba y como siempre Angélica en mi costado izquierdo dándome la espalda y Viviana en mi costado derecho dándome la espalda y así nos quedamos dormidos.
Al día siguiente temprano a eso de las seis de la mañana desperté a Viviana con besos, la recosté boca arriba, me puse boca abajo sobre ella, abrí sus piernas y comencé a penetrarla mientras la besaba y le decía que la amaba, que era hermosa, hasta dejarla llena nuevamente, Angélica hizo por limpiarla y le dije que esperará, unos 10 minutos después se me paró de nuevo e hice lo mismo con Angélica hasta llenarla también a ella, les pedí una última cosa y las puse a hacer un 69, pufff que espectáculo, la madre lamiendo mi semen de su hija y la hija lamiendo el semen de su madre, una vez limpias continuaron hasta que ambas tuvieron un orgasmo, no quedaba tiempo ya para nada porqué Angélica no podía faltar al trabajo, nos bañamos como siempre, primero Angélica y yo bañamos a Viviana, luego Viviana y yo bañamos a Angélica, por último ellas me bañaron a mí, ya no hubo más sexo en la cabaña, al salir le dije a Angélica que pasaríamos a desayunar y nos iríamos de regreso terminando, eran las siete, una hora de desayuno, las ocho, una hora de viaje las nueve, máximo diez de la mañana, el viaje de regreso fue tranquilo, durante el mismo Angélica me preguntó si podían vivir conmigo, le dije de inmediato «por supuesto, cuando quieran» ella sonrió y Viviana aplaudió mientras decía que estaba muy feliz por eso, Angélica me dijo que tenía que pensar bien cómo hacerlo y cuándo, también debía pensar como presentarme con sus papás, afortunadamente ellos nunca supieron que fui maestro de su hija, llegamos a tiempo, las dejé cerca de su casa, se bajaron, se veían muy felices ambas, me fui a casa y me masturbe varias veces recordando tremenda aventura, el futuro se veía prometedor, pero eso lo contaré más adelante.
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