Mi Amigo el Productor – Capítulo 12
El Plan.
El avión había aterrizado muy temprano. Por eso, cuando entraron a la casa, Gabriela – la hermana de Andrés – y su hija Laura, no encontraron a nadie despierto, y decidieron irse derecho a la cocina para prepararse un rico desayuno.
Arriba en las habitaciones casi todos dormían luego de una deliciosa noche de placer, todos excepto Pablo y Andrés, que yaciendo desnudos sobre la cama con Michelle dormidita entre los dos, estaban pensativos, conversando sobre asuntos bastante serios, mientras acariciaban la suave piel de la niña.
“Fue duro lo de anoche Pablo, lo sé. Aunque Isabela haya sido una traidora y un peligro para todos… ” le dice en voz baja Andrés. En su rostro se reflejaba una preocupación que él intentaba disimular lo mejor posible.
“Es cierto… ¡hubiese sido mejor que alguien se la llevara de aquí y listo!” le respondió mi amigo.
“Puede ser, pero debo confesarte algo que a nadie creo haberle contado. Ya te tengo confianza y lo voy a hacer.”
“¿Y de qué se trata?”
“Se trata del monje, de Rasputín. La verdad, no sé si ese hombre tendrá o no algún poder oculto, pero el Supremo sí lo cree, y la prueba está que ni siquiera se atreve a tocarle. Por eso le he apodado Rasputín, ya que como sabrás la Zarina consideraba a ese monje como un ser dotado de poderes sobrenaturales y ni siquiera el Zar se atrevía a contradecirle.” explica, mientras acaricia suavemente el pechito de su hija menor, que duerme plácidamente.
“Tu jefe debe ser un hombre poderoso y sin duda muy inteligente, ¿cómo es posible que crea en ese tipo de cosas?”
“No te extrañes Pablo… hay en la historia cantidad de ejemplos de hombres poderosos y sin duda inteligentes, que creían en cosas sobrenaturales o se guiaban por alguna ‘señal’ que consideraban sobrenatural. El emperador Constantino sin ir más lejos, que soñó con una cruz la noche anterior a la Batalla del Puente Milvio, y por eso sus legiones marcharon a la misma con cruces cristianas en sus estandartes.”
“Ahá…. ¿y con eso?”, le pregunta Pablo ignorando a que viene la clase de historia.
“Y, pues que como ganó la batalla, y lo atribuyó al símbolo de la cruz, el asunto concluyó con todo el Imperio Romano convirtiéndose al cristianismo si te parece poco!”, dice Andrés expresivamente.
Michelle se revuelve inquieta sobre la cama, tal vez comenzando a despertarse, y abre un poco sus piernitas. Pablo desliza su mano hacia abajo sobre el vientre de la niña para acariciar esa sedosa conchita que ella parece estar ofreciendo.
Mientras Andrés le sigue contando sus pensamientos acerca del Jefe, del Monje, etc., ambos hombres, de tanto acariciar a la niña, se van excitando y frotan suavemente sus vergas alzadas contra los costados de la pequeña, cuidando de no despertala.
“Otro ejemplo más cercano en el tiempo es Hitler, – sigue Andrés – quien creía en cosas esotéricas, y creó organizaciones como El Sol Negro, encargadas de darle el control del mundo a través de unos supuestos poderes superiores, cosas ocultas al común de las personas.”
“Ya veo… ¿pero cómo es que éste hombre vino a parar contigo aquí en la Isla?” pregunta Pablo, no muy interesado en los supuestos hechos históricos que le refería Andrés.
“Es una larga historia, pero creo que fue miembro de alguna secta y también de fuerzas especiales en alguna guerra genocida. Conoció al Supremo hace muchos años. Como habrás visto es un sádico y asesino. Por momentos me causa escalofríos. Se la pasa todo el tiempo estudiando unos manuscritos antiguos, y nunca sale del sótano, al menos no durante el día”, continúa Andrés.
“¿Y no hay forma que te puedas librar de él?” pregunta Pablo, algo inocentemente.
“Por ahora no veo la forma amigo… sería como tratar de librarme del Supremo, ¡algo extremadamente difícil!” le dice.
Los dos hombres se quedan pensativos y entonces Andrés comienza a besar la carita de su hija que se está despertando. Pablo sigue jugando con la sedosa vulva de la niña. Las vergas de los dos hombres están ahora hambrientas de placer, excitadas por el irresistible cuerpito desnudo que tienen entre ellas.
“A esta nena la vamos a llevar despacito Pablo, para que sea tan putita como la hermana. Sólo espero que el Monje no me vuelva a reclamar que se la entregue para disciplinarla…”, dice y una arruga se le forma entre las cejas.
“¿Papi? Te prometo que voy a ser buena….” musita ella entreabriendo los ojos, y le da un besito a su papá.
“Sí, mi amor, ya lo sé. No te preocupes. Ya nunca más dejaré que el Monje te maltrate. Tú sigue durmiendo.” le dice él con algún cargo de conciencia.
“Hummm…. si me permites Andrés, pienso que hay que hacer todo lo posible y lo imposible también por resguardarla a ella y también a las demás niñas de este personaje.”
Andrés asiente con la cabeza.
“Se me está ocurriendo una idea… ¿Qué pasaría si yo, digamos… si yo altero un poco el video de anoche?” insinúa Pablo.
“Alterar, ¿cómo?”
“Amigo, modestia aparte soy un genio manipulando imágenes y sonidos. ¿Qué tal si hago que el video se corte antes del asesinato… y logro intercalar palabras del Monje sobre el final, si encuentro palabras sueltas y las pongo al final diciendo algo así como: “mejor no la matemos…”?
“Hummm…. ¿Tú dices hacerle creer al Supremo que el Monje desobedeció sus órdenes?”
“Sí, exactamente eso.” le contesta Pablo, que ya está maquinando cómo llevar adelante su idea.
“Suena interesante. ¡pero peligroso! Ahora, si logras alterarlo de manera que no se note, entonces eso podría poner al jefe en contra del Monje.”
“Esa es la idea, pero tendríamos que averiguar qué hizo con el cuerpo. Como tú sabes, si no hay cuerpo no hay crimen. Si el Monje no puede demostrar que la mató, ¡entonces el viento soplará a nuestro favor!” agrega mi amigo entusiasmándose
“Yo averiguaré qué fue del cuerpo, y tú ya puedes ir alterando el video…” contesta Andrés finalmente considerando que el plan no es tan descabellado.
Se hace un silencio, y ambos hombres vuelven su atención a la nena. Ella se termina de despertar, y se gira hacia su papá para volver a prometerle que será buena, y le da otro beso.
El culito desnudo de la pequeña queda expuesto de tal forma que la verga alzada de Pablo está apuntándole directamente….
“¿Te dan ganas de metérsela, Pablo?”
Mi amigo está re-caliente, al igual que el papá de la chiquita, pero éste le vuelve a recordar, en voz muy baja, que habrán de ir despacito con ella.
En ese momento se escuchan voces en el pasillo y Andrés distingue claramente la voz de su hermana Gabriela. ¡La cara se le ilumina de alegría!
“Ven, vamos a vestirnos, quiero presentarte a mi hermana y a mi sobrina! ¡Ya han llegado!”
Los hombres se visten y dejan a Michelle un rato más en la cama.
Al bajar se encuentran con Gabriela y Laurita en la cocina y Andrés las abraza efusivamente.
Gabriela es una bella hembra de unos treinta años, con un cuerpo hermosamente bien proporcionado, ni demasiado busto, ni demasiado culo, todo en su lugar en cantidades armoniosas, su cabello es lacio y oscuro, sus ojos son castaños… Andrés la está abrazando y no la suelta, mientras ambos se ríen y algo en secreto al oído se dicen.
Laurita, su hija, y lógicamente sobrina de Andrés, es la versión adolescente de su madre. Con sus once añitos y un cabello un poco más claro, se parece en todo a su mami, salvo que su pecho sigue siendo el de una niña, para regocijo de su tío, que pasa de abrazar a su hermana a los arrumacos con su sobrina.
“Tío! Te extrañábamos mucho! Hace como dos años que no nos invitas a la Isla!” le reprocha la niña.
“Es que mi vida es muy complicada querida… Espero que esta vez se puedan quedar más tiempo”, le dice él, mirando de soslayo a su hermana.
Todos van llegando a la cocina para desayunar y Andrés hace las presentaciones.
Luego de desayunar, invita a su hermana a dar un paseo por la playa, al tiempo que entra la pequeña Michelle a la cocina, restregándose los ojos y preguntando por su papi.
Andrés se arrodilla para abrazar a su hijita menor y la llena de besos cariñosos. Luego me pide que organice algo, junto con Rafael, para entretener a los niños, mientras Pablo se va a su habitación, ya que tiene algo importante que hacer.
Gabriela y su hermano, tomados de la mano, se van hacia los acantilados.
“No sabes cuánto te extrañé, y Laurita también…” le dice ella por el camino.
“Y yo a ustedes… mucho!”
“Y de mí, qué es lo que más extrañaste hermano?” pregunta Gabriela con su voz dulce pero tan sensual.
A esta altura ya habían llegado a la parte pedregosa de la playa, bajo los acantilados.
Él casi que la empuja contra el paredón de piedra, la toma de la cintura, y comienza a besar su cuello.
“Extrañé todo de ti… tu compañía, tu voz, tus ojos, tus tetas!” le dice, comenzando a abrirle la camisa.
En menos de cinco minutos ya estaban los dos hermanos completamente desnudos. Ella se echó boca arriba sobre un montículo de arena seca, abriendo sus piernas, invitando a su hermano a gozar de ella. Él se la montó, y comenzaron a coger con toda la pasión contenida por casi dos años.
Con la verga clavada hasta los huevos en la concha de su querida hermana, Andrés jadeaba y la besaba en la boca, la garganta… le chupaba los pechos y los pezones paraditos, mientras ella gemía de placer con el fondo del sonido de las olas.
Cogieron con abandono hasta que ambos disfrutaron de un intenso orgasmo y él le llenó la vagina de semen.
Se quedaron tirados sobre la arena, tomando aliento, y mirando a las nubes que pasaban. ¡Se sentían en el cielo!
“Espero que te quedes mucho tiempo hermanita.”
“Me gustaría mucho Andy… y a Laurita ni te digo!”
“Ella te pidió? Quedarse muchos días?”
“Sí… todo este tiempo que no nos vimos, se la pasó preguntándome por ti”.
“¡Qué linda que está la nena….! ¿Ya se le fue la timidez? ¿Ya se la están cogiendo?” le pregunta Andrés ansioso por saber.
“No, mi amor…. No exactamente” le dice la hermana
“¿No exactamente?”
“Lauri ya tiene un volcán en la conchita, vive caliente… pero no ha querido que ningún hombre la toque. Creo que se está reservando para alguien especial. Alguien como su tío….” le dice guiñándole un ojo.
Al escuchar esto, la pija de Andrés se empezó a levantar de vuelta.
“Veo que te excita la idea… “ le dice Gabriela, acariciándole entre las piernas, “por ahora solo se toca ella misma, y también me pide a mí.”
“¿Qué te pide?”
“Que la bese, que la chupe entre sus piernas, por delante y por detrás. Casi siempre dormimos juntas, y yo le doy el gusto. Sí, te aseguro que aunque no soy lesbiana, tu sobrinita me pone a mil. Hace ya como un año de esto. Pero yo no le alcanzo hermanito, necesita desesperadamente la verga de un macho, un macho adulto en lo posible.” le dice Gabriela, pasando la lengua por la oreja de su hermano, que está re-caliente otra vez.
“Esta verga quiere más guerra me parece… Por qué no te la reservas para esta noche. Los tres juntitos, ¿qué te parece?”, le propone ella con una sonrisa llena de morbo.
Siguen charlando sobre la arena y Andrés trata de controlar su calentura. Luego le cuenta a su hermana sobre sus nuevos amigos, sobre las nenas, y sobre los videos pornográficos que han venido a filmar, lo que parece excitar mucho a Gabriela.
Mientras tanto, en otra parte de la playa, Rafael y yo estamos con todos los niños, viendo cómo se divierten corriendo sobre la arena.
“Paaaa! ¿Podemos meternos al mar?” me pregunta Vero, con esa sonrisa picarona.
“Bueno mi vida, sí. Pero no se metan hondo, solo en la orilla”, le digo.
Los niños saltan de alegría y todos se quitan la ropita para meterse al agua.
Rafael y yo los vigilamos desde la orilla, deleitando nuestros ojos con esa cantidad de cuerpitos desnudos retozando en el agua.
“Ay Héctor! ¡Qué ganas de gozarlas a todas! Y a Seba también!” me confiesa Rafael, notando que el nene ya la tiene paradita, mientras Carla y Valentina le hacen cosquillas y las otras nenas se salpican unas a otras con la espuma de las olas.
“Bueno amigo… ya tendrás oportunidad, eso es seguro.” le digo, acomodándome la verga que ya la tengo queriendo salirse de mis pantalones.
Ambos le prestábamos especial atención a Laurita, por ser la recién llegada. Era divina! Parecía tener un poquito de vello por encima de su rajita la nena, pero su pecho todavía era plano, su cintura más angosta que sus caderas, sin duda presagiando que pronto entraría en la pubertad.
“A esa hay que disfrutarla antes que se vuelva mujer.” le digo, a la par que me la devoro con la mirada.
A la hora de almuerzo se vuelven a encontrar todos en la casa.
“Papi, ¿otras vez voy a ser la comida?, le pregunta Michelle a su padre mirando la mesa y con cierto temor en su carita.
“No, mi amor no…. eso no va a volver a ocurrir….”, le dice él acariciando su cabecita.
Luego del almuerzo, Andrés va con Pablo a la habitación de este último, para revisar juntos el video retocado.
El trabajo no podía estar mejor hecho. Luego de las flagelaciones, durante las cuales no se llega a percibir ningún corte de la filmación o el sonido, se ve al Monje de espaldas, y claramente se escucha su voz diciendo: “mejor no la matemos”… luego termina el video.
“¡Asombroso!” exclama Andrés…. “lo voy a enviar y que sea lo que dios quiera!” Y así lo hace.
“Gracias Pablo! ¿Y qué tal si pasamos a cosas más placenteras? Muéstrame cómo filmas a los niños haciendo porno…
“Seguro Andrés… Verónica con su hermanito Sebastián, lo tengo ensayado para ti….”, le dice guiñando un ojo.
Un rato más tarde, todos son invitados a acomodarse en la gran sala. Pablo prepara los equipos y hace bajar una cama de las habitaciones para colocarla en medio de la sala, y que mis hijos puedan coger allí.
En un semicírculo alrededor de la cama, bastante cerca, hace ubicar varios sillones, de modo que todos se puedan acomodar y observar todos los detalles de la filmación
El video se graba con algunas variantes que Pablo les indica a Verito y Seba. A ambos se les nota excitados de poder hacerlo frente a todos, que les veamos desnudarse y provocar, además de ser filmados.
Todos los que miramos estamos muy calientes, especialmente Laurita y su mamá. Gabriela tiene a su hija sentada entre sus piernas abiertas, la cola de la nena sobre el sillón y su cabecita contra el pecho de su mamá, entre sus tetas. Todos estamos decentemente vestidos, cuando Vero y Seba comienzan un lento strip tease, paraditos entre la cama y nosotros.
Al igual que durante el ensayo en el estudio, Vero está con su camisoncito corto, y sin nada debajo. Es una tela semitransparente que nos deja entrever su desnudez. Seba tiene unos boxers apretados, que le marcan la pijita, y una remera celeste arriba.
Pablo les da instrucciones sobre qué quitarse primero, y como adoptar poses sutilmente provocativas.
“Así chicos… muy bien! Desvístanse mirándose el uno al otro… Vero, levántate un poco el camisón para que tu hermano te vea la rajita. Seba, quítate solamente la remera, no los boxers”, les instruye Pablo.
Vero queda toda desnuda primero, y se arrodilla frente a Seba, con su carita pegada a los boxers del hermano. Él ya tiene una rica erección y la nena le va bajando los boxers, hasta que su pequeña verga salta como resorte y queda expuesta para que Vero se la chupe.
Ella saca la lengüita y primero se la pasa por los huevos, mientras Seba echa su cabeza hacia atrás y gime suavemente. Vero va subiendo con su lengua y su boca por la verga paradita y con una mano le baja la piel, para dejar al aire la cabecita y se la mete en la boca…
Mientras mis hijos actúan, los que miramos estamos cada vez más calientes.
Gabriela, le está abriendo los botones de la camisa a su hija, hasta descubrir su hermoso pecho aun plano, quedando a la vista de todos nosotros un par de ricos pezoncitos marrones. Ella se deja que su mamá la muestre y parece disfrutar al darse cuenta de cómo la miramos los hombres.
Andrés tiene a la pequeña Michelle sobre una de sus rodillas, y es el primero en bajarse el cierre del pantalón para sacar su verga, dura como un palo y comenzar a pajearse tranquilamente mientras mira casi como hipnotizado el morboso espectáculo.
Rafael y yo sostenemos a las otras nenas, Carla y Valentina, que miran con mucho interés, mientras las acariciamos sobre la ropa.
“Yo también quiero hacer videos papá!”, le dice Carlita a Rafael, ya que la nena está obsesionada con seguir los pasos de Vero.
Rafael le dice que sí, y le pasa la mano entre las piernas, notando lo calentita que está ahí, incluso sin quitarle el short.
Vero y Seba terminan sobre la cama y cogen en varias posiciones, todas cuidadosamente dirigidas por Pablo, para asegurarse que sean bien morbosas y que mis hijos muestren bien sus cuerpitos tan deseables. Varias veces toma primeros planos y los chicos colaboran para que se les vea bien todo.
En algún momento les interrumpe, para reposicionar un micrófono, y que se graben mejor los jadeos de placer de nuestras pequeñas estrellas.
Al igual que en el ensayado, el video termina con Seba cogiéndose a Vero por el culito, mientras mi hija hace contacto visual con los espectadores, su preciosa boca entreabierta, ¡gimiendo de placer y arqueando su cuerpo como una gata en celo para ser penetrada mejor!
“Un aplauso por favor!” exclama Pablo, y todos aplaudimos, sacando presurosamente las manos de donde las teníamos.
Vero y Seba caminan hacia nosotros y, uno por uno, nos agradecen a todos, con un rico beso húmedo. Mientras nos besan, lo hombres aprovechamos para manosearlos sin el menor reparo. Cuando llegan a Gabriela y Lauri, la mujer lo agarra a Seba y le manosea los genitales. Lauri se enreda en un beso demasiado largo con Vero!
“Bueno, bueno!” exclama Andrés, “esto fue excelente! Espero ver mucho más en los próximos días!”
Mis hijos se van a nuestro cuarto para vestirse y los demás nos ocupamos de ordenar la sala y Pablo de los equipos.
Pasamos el resto del día cada uno haciendo lo que le viniera en gana, a excepción Andrés que va a ver a uno de sus hombres de mayor confianza, y que es el jefe de su seguridad personal.
“¿Dónde fue a parar el cuerpo Jim?” le pregunta ansioso, ambos ya lejos de la casa bajo un frondoso árbol.
“El Monje me hizo tirárselo a los perros Señor Miller, en la jaula del patio trasero.” le dice con cara de repugnancia.
“Hummm…. Ni te digo lo que pienso, eh? Mira, tengo una misión para ti. De nivel 1. Seguramente ya solo quedarán los huesos. En cuanto puedas y que el Monje no se entere, juntas todo, lo metes en una bolsa, con varias piedras dentro, y arrojas la bolsa a lo profundo del mar”, le ordena Andrés.
El rudo hombre, hace de tripas corazón y asiente. Cosas mucho peores había visto en la guerra, donde había sido mercenario.
Antes de partir cada uno para su lado, Andrés le hace un último comentario.
“Jim, no creas que me olvido de tí ni de tus hombres. En cuanto pueda les traeré unos lindos regalitos, unas cositas para que se entretengan unos días…” Jim sonríe satisfecho sabiendo a qué se refiere su jefe.
Llegada la noche y luego de la cena, se notaba entre los hombres que había ansiedad y excitación por saber quién pasaría la noche con quién.
La cosa se va definiendo naturalmente cuando Andrés pide disculpas por retirarse primero y se lleva de la mano a su hermana y su sobrina.
Pablo se lleva a la pequeña Michelle, que ya le conoce de la noche anterior, y le promete que le va a tomar unas lindas fotos, mientras se promete a sí mismo tratarla con cuidado y no follársela.
Rafael toma de la mano a mi hija y a Valentina, que le acompañan gustosamente. A Vero le gusta mucho entregarse a Rafael, porque dice que tiene la verga más grande.
Al final quedo yo en la mesa con Seba y Carlita…. pero no necesito tomarles de la mano. Ellos me jalan a mí, y me llevan hacia arriba por las escaleras… ¡Será otra de esas noches para recordar!
Continuará
estan deliciosos estos relatos, solo porfavor no te salgas de la fantasia de tener a las nenas y disfrutarlas al maximo…. espero los demas con muchas ansias… saludossss si tienes Telegram me avisas para charlar
Robert, esta en mi perfil, pero te lo paso por acá porque no encuentro la forma de mandar mensaje privado en este sitio. @Hec37nnd
en telegram
me gusta como va avanzando la historia