Mi Amigo el Productor – Capítulo 6
Sesión especial en un taller mecánico.
“¿Otra vez al Tren Fantasma?” le pregunto a la niña, ya sintiéndome un poco sobrepasado por tantas emociones.
“Sí, es que me gustó mucho…” me dice pícaramente Carla, mientras Verito se sonríe también con una complicidad que me asombra.
Las dos sabían muy bien por qué deseaban volver. Ambas querían seguir jugando con el monstruo de la verga erecta, el monstruo que las quería manosear y frotarse contra ellas, pero yo sabía que hacerlo otra vez era tomar demasiados riesgos. Decidí tratar de bajar la temperatura de las chiquitas y les propuse ir a comer algo bien rico, pues ya era pasado el mediodía.
El resto del tiempo en el parque fue comer rico y mucho en el burguer, y ellas pasándola bien con los demás niños y niñas en el sector de juegos, mientras yo las miraba desde mi mesa.
No pude evitar ponerme a cavilar. Por momentos me sentía culpable acerca de todo el asunto en general, y por momentos me repetía a mí mismo que a nada las había obligado. Que además Pablo, y aparentemente el papá de Carla, también tenían las mismas inclinaciones que yo, etc, etc.
A media tarde di por terminado el paseo y volvimos a casa.
Las dejé mirando la TV mientras me fui a dar una ducha, más que nada para sacarme todo el semen pegoteado y seco, que tenía sobre la piel.
Un rato más tarde sonó el timbre de calle. Era Rafael que venía a buscar, junto con su esposa a la niña,
“¡Hola! Héctor, ella es Isabela mi esposa.” ne dice Rafael presentándome a su hermosa mujer, una hembra espectacular de unos 30 años, la imagen de Carla en versión adulta diría.
Al verla me pregunté como a Rafael no le alcanzaba con ella, como podía ser que necesitara excitarse con Carlita también. ,
Las nenas dejan de mirar la TV y vienen hacia nosotros. Carla se abraza a su mamá que le acaricia el cabello.
“Mucho gusto Hector,” me dije ella. “Te ha dado mucho trabajo Carla? Seguro que no ha querido lavarse el cabello al bañarse….” Me dice con mirada inquisidora, y luego clavando sus ojos de gata en mi hija, como desvistiéndola con la mirada.
“es que me entra en los ojos y me hace doler!” protesta la nena
“La próxima vez que venga de visita, por favor Héctor le ayudarías a lavarse el cabello mientras se baña?” me pregunta la madre, mirándome a los ojos sugestivamente y dejándome atónito.
“Seguro Isabel…. Seguro…” le digo tartamudeando un poco, mientras Rafael interviene y le explica a su mujer que olvidó darme esa indicación.
Charlamos un ratito más y nos despedimos con la promesa de que Verito irá a pasar un fin de semana con ellos, en cuanto se dé la oportunidad.
Ni bien se ciérra la puerta, Vero salta a mis brazos, trepándose a mi cuerpo como si yo fuese un árbol. No hubo necesidad de decir palabra alguna. Nos fundimos en un abrazo y beso apasionado, mientras yo la sostenia por sus nalgas y ella reodeaba mi cintura con sus piernas.
La cargué en mis brazos hasta la habitación y la arrojé sobre la cama! Ella empezó a quitarse la ropa, y yo me bajé los pantalones, excitándome al instante como si fuese un adolescente.
Los dos ya completamente desnudos, nos abrazamos sobre la cama y comenzamos a darnos besos y caricias, como dos amantes adultos. Ya estaba oscureciendo y solo entraba un poco de luz por el ventanal abierto.
Fue la noche inolvidable de mi vida. Con gran deleite recorrí el cuerpito de mi hija, con mis manos, con mi boca, con mi verga. La suavidad y tersura de su piel me seducían y excitaban al mismo tiempo. Su anatomía de niña era para mí como el jardín del edén, un paraíso donde zambullirme, donde olvidar todas las penas y recobrar el gozo de estar vivo! Sus reacciones de placer al recibir mis caricias, sus suaves gemidos o los movimientos de su cuerpo buscando entregarse por completo a su padre, me enloquecían de deseo!
Me la cogí en la posición tradicional para empezar y le acabé adentro, gozando junto con ella.
Luego de ese primer orgasmo, nos quedamos abrazados largo rato, mientras charlábamos. Ella me hablaba y me hacía preguntas mientras mi boca se deleitaba en besar su carita preciosa, mi aliento y mi lengua sobre su orejita, mis manos sobre su dulce pecho de niña, erotizándole los pezoncitos, bajando hasta su vientre suave como la seda y pasando como por casualidad sobre su pequeña vulva, no perdiendo oportunidad de ir excitándola nuevamente.
“¿Papá… soy linda yo? ¿De veras te gusto?
“Claro mi amor, ¡sos preciosa!
“¿Más linda que mamá?”
“Sí más linda de una manera especial”
“ Cómo especial, papi?”
“Especial porque sos una nena…. todavía no tenés tetas, ni pelos ahí entre tus piernitas” le explico acariciando su montecito de Venus.
“Papi, ¿te gustan las nenas entonces? ¿Más que las mujeres?
“Si mi amor, me gustan las nenas….” le confieso, reconociendo mi debilidad y sintiendo cómo ya me venía otra erección.
“¿Carla te gusta también Pa? Hoy en el tren fantasma le apoyaste tu cosa dura contra su colita?”
“Sí, pero también te acariciaba a vos, no?” le digo para que no se ponga celosa.
“¿Todos los papás tienen su cosa así de grande?” me pregunta, agarrándome con su manito la verga, que seguía creciendo con ganas de volver a clavarse en su conchita.
“Pienso que sí mi amor, se pone así cuando los papás ven una nena hermosa como vos… Pero mejor no le cuentes esto a nadie”, le digo, recordando la sociedad en que vivíamos y sus tabúes.
“A nadie?”
“A nadie, solo lo puede saber Pablo…” le digo sin demasiada convicción.
Ella se sube arriba de mi cuerpo, y comienza a frotar su rajita sobre mi falo erecto, buscando gozar otra vez de la sensación que le daba.
“¡Te amo papi! ¡Nunca me dejes!” me dice apasionadamente, al tiempo que le apoyo la punta de la pija en su entradita.”
“Ahhh! Sí, nunca nos vamos a separar….”le digo gimiendo de placer, y ya clavándosela con ganas.
Ella seguía con sus preguntitas mientras me la cogía, gozándola a mi antojo!
“Papi… ahhh…. mmm… .papi, ¿Pablo también me la va a meter?”
“Seguro mi vida…. “, musito yo entre lamidas y mordiditas a sus ricos pezones saliditos.
“Porque él también es mi novio, ¿no es cierto?” insiste entre gemidos deliciosos de niña.
“Sí, tu segundo novio, yo soy el principal…” y le voy metiendo un dedo en el culito, mientras le sigo metiendo la pija lo más a fondo que puedo.
“Ay! Duele un poco!”
“Te voy preparando mi amor, tal vez tu otro novio te quiera meter su cosa por ahí atrás!” le digo al oído como si fuera un secreto.
Ella no llega a contestarme…. y siento como su vaginita comienza a contraerse con espasmos bien fuertes para su edad…. Creo que la mención de Pablo sodomizándola la hizo acabar a la muy putita!
¡Y a mí también!!!! Le volví a llenar la vaginita caliente de semen, imaginando a mi amigo rompiendo el culito de mi hija… con su verga de hombre adulto enterrada en la nena hasta los huevos!!!!
Luego de ese segundo orgasmo, nos quedamos jadeando y después charlando un rato más entrelazados , entre besos y lametones.
Mi hija y yo, charlamos del futuro, y ella me hizo prometerle que algún día me casaría con ella y tendríamos bebés.
Nos quedamos dormidos bien pasada la medianoche….
Llegó el lunes, sin sospechar nosotros que sería otro día difícil de olvidar.
Pablo me llamó algo temprano y me pidió que fuésemos al Estudio luego del almuerzo.
Al llegar al Estudio Vero se fue con Nadina para unas fotos de las típicas, mientras nosotros nos quedamos en la oficina.
“Héctor, te cuento que al cliente le encantaron las fotos! ¡Está re-obsesionado con tu hija y quiere más! ¡Te dije que podías ganar mucho dinero con Vero!” me dice entusiasmado.
“¡Genial! ¿Quiere más? Qué cosa ahora?” le pregunto
“Está dispuesto a pagar el doble por el próximo pedido…. Quiere ver a Verito como niña que trabaja en un taller mecánico, un taller de reparación de automóviles, verla vestida con un mameluco, trabajando y luego sin nada puesto….”
“¿Y qué mas?”
“Y quiere video, quiere fotos y video donde luego llega el supuesto dueño del taller y se coge a la nena. Un video donde le rompan el culito…” me dice, revolviéndose sobre el sillón.
Me quedo asombrado por un momento, temiendo un poco que Vero sufra dolor, pero luego asiento, ya que la idea de ver a mi nena siendo penetrada por detrás me calentaba y mucho!
“Está bien” le digo, “pero con la condición que seas vos el que se la coge, y no cualquiera de tus actores masculinos… Además, acordate que ella te considera su novio, lo mismo que a mí. Estará dispuesta a dejarse hacer lo que vos quieras.”
“Seguro Héctor! Será un placer meterle mi verga…. ¡ya sabes las ganas que le tengo!” me dice sin disimular su calentura – “El problema es que no tengo ningún escenario así,” me dice pensativo, “¿dónde consigo un taller mecánico para filmar esto?”
“Creo que tengo una idea de cómo solucionarlo, pero no estoy seguro. Hay que confirmar.” le digo, mientras pienso en Rafael, y su negocio automotor.
Luego de contarle a Pablo lo sucedido el viernes por la noche con Vero y Carla, y lo del sábado en el parque de diversiones, se convenció de que Rafael era confiable, uno de los nuestros, y que era seguro, al menos intentar obtener su ayuda.
Llamé a Rafael y luego de una breve explicación, quedamos en ir a verlo a su oficina.
Media hora después nos recibió, parecía ansioso por hacerlo. Su oficina quedaba dentro del amplio salón de ventas de su negocio, con una veintena de lujosos vehículos todo-terreno a la venta, nuevos y usados. Hacia el fondo del salón, podía verse que había una zona de trabajo mecánico, reparaciones, pintura, etc. Un gran taller en resumen.
Pablo y Rafael congeniaron de inmediato, y mi amigo el productor empezó a explicarle lo que necesitaba, incluyendo las condiciones de absoluta privacidad, como por ejemplo desconectar las cámaras de vigilancia interna que habíamos visto instaladas en varios puntos. Y que no hubiese nadie en el local salvo nosotros.
“Pero la producción será solamente con Verónica como modelito?” pregunta Rafael, para estar seguro.
“Solo ella. Creo que ya la conoces a la niña de Héctor… un bomboncito!” le responde Pablo, “Y no nos molestaría si quieres estar y presenciar la producción de fotos y video. Verás cosas muy agradables….” le dice sugestivamente.
“Me encantaría ver como trabajas…. y ver a Verónica posando, de hecho yo tengo una niña de ocho años y hace varias semanas que anda hablando de ser modelo, cuando sea grande por supuesto. Se llama Carla,” le dice Rafa.
“Tú sabes que…. O sea, ¿Héctor te ha contado que… algunas de nuestras producciones no son exactamente material para consumo del público en general?” pregunta Pablo para estar seguro.
“Si… entiendo. Ya Héctor sabe que me gusta lo mismo que a él. Acá entre nosotros, que me gustan las niñas…” dice Rafa, ya sin ruborizarse.
“Entonces disfrutarás esta noche viendo a Verito, la verás como seguramente solo su papá y yo la hemos visto hasta ahora…” le dice, mientras se nota que Rafael se está excitando con la idea.
“Bueno, bueno.. ajem…. Esta noche después de las ocho, pueden venir con la nena. Los estaré esperando…” nos dice, y una sonrisa de satisfacción se dibuja en su rostro.
Nos fuimos satisfechos, y a la hora señalada llegamos en la combi de Pablo con todos los equipos y Vero, muy inquieta, preguntando cómo será esta vez, aunque ya sabe que tendrá que desnudarse, pero nada más.
Al llegar, todos los empleados se había retirado y solo unas pocas luces quedaban encendidas en el interior. Rafael vino a abrirnos y, ¡cual no sería nuestra sorpresa cuando vimos que estaba acompañado por Carla, su hija y amiguita de Vero!
“¿Y quién es esta belleza?” pregunta Pablo al ver a la nena, y ya relamiéndose de gusto.
“Es mi hija Carla de quien te hablé, ella también quiere ser modelo.” le dice Rafael
Vero salta de alegría al ver a su amiguita y las dos niñas se dan un abrazo y un beso, un piquito en los labios, delante de nosotros.
“¡Interesante!” dice Pablo viéndolas, y luego pasamos al fondo al gran taller de reparaciones y mantenimiento.
Pablo va a buscar las cámaras y elementos a la combi, mientras nosotros damos una vuelta por el taller. Hay un foso y elevadores, cadenas que cuelgan del techo, ganchos para levantar motores, y varios vehículos, incluyendo un antiguo auto convertible, un Chevrolet Impala, probablemente modelo 62 o 63.
“Y eso?” le pregunto a Rafa, señalando el auto, que está medio desmantelado, sin los asientos delanteros ni luneta, todo chato como una bañadera.
“Ah, ese Impala! No es un todoterreno obviamente, lo he comprado para hacer un overhauling. Lo compré por muy poco dinero.” me explica.
Pablo empieza a instalar todo y luego le entrega a Vero un mameluco de color verde opaco, como ropa de trabajo y le indica que se lo ponga.
“Vero, mi amor…. Tienes que ponerte esto, y nada debajo, entiendes?
“¿Nada de nada?” le pregunta ella inocentemente.
“Nada de nada mi vida. Te necesito bien desnudita debajo de esta ropa fea…” le dice, mostrándole en detalle el mameluco, que tiene un cierre por delante, un cierre que va desde el cuello y llega abajo hasta la entrepierna.
Vero, con extraña timidez, se va detrás de una camioneta para desnudarse y ponerse el traje, que le queda algo grande también.
“Ustedes pueden mirar, pero sin hacer mucho ruido, ya que estaré filmando además de tomar fotos” nos dice. “Por qué no se sientan en el auto aquel y miran desde allí?” nos sugiere, señalando el convertible.
Rafael y yo nos llevamos a Carla y nos sentamos sobre el asiento trasero, el único que había, para mirar cómodamente la producción.
Vero sale de detrás de la camioneta vestida como una niña mecánico, y además del mameluco tiene un gorro tipo casco de plástico amarillo, y unas botitas como de trabajo, sucias, y con cordones.
Pablo le ayuda cariñosamente a atarse esos cordones. También lo pone un poco de tizne negro sobre la frente y en las manos, como para simular que se ha ensuciado trabajando.
Hay dos cámaras filmando, montadas sobre sendos trípodes, y luego comienzan las fotos.
“¡Me gusta como Vero es modelo papi!” dice Carla tiernamente.
“A mí también me gusta!” le contesta su padre, que ya está disfrutando de las poses sugerentes en las que Pablo hace colocarse a mi hija.
“Esto se va a poner caliente…” digo, acomodándome en el ancho asiento del Impala.
Rafael, se sube a la nena sobre sus piernas y la abraza contra su cuerpo, igual a como yo la sostuve el domingo en aquel carrito del tren fantasma.
Las poses y fotos que Pablo le está tomando a Vero se van poniendo cada vez más atrevidas y llega el momento en que la cremallera del mameluco, va siendo bajada, cada vez más, primero hasta su ombligo, luego un poco más abajo, ¡luego hasta casi dejar al aire su rajita infantil!
“Jiji!!!! ¿Vero se va a desnudar toda papi?” le pregunta Carla a Rafael.
“No estoy seguro…” dice él, mientras se acomoda en el asiento, con el culo de su hijita apoyado sobre sus partes masculinas.
Yo me acomodo también, imaginando lo que viene, y porque ya siento cómo me crece la verga debajo del pantalón.
“¿Lista para mostrar la conchita mi amor?” le dice Pablo y le baja el cierre del todo, por delante, dejando al aire esa suave rajita sin un solo vello que la cubra. Y al tiempo que le dice eso, suavemente pasa la palma de su mano sobre la vulva sedosa de mi nena, rozándola, buscando calentarla. Ella se deja tocar gustosa, y Pablo siente en su mano la humedad que ya le está bajando por ahí.
A todo esto yo ya estoy al palo y me desabrocho el cinturón, bajando el cierre de mis pantalones, para sacar mi pija, ¡para pajearme mirando a mi hija posar desnuda!
A Rafael se le salen los ojos de las órbitas y aprieta a Carla contra su vientre. Sin duda esta empalmado y no tiene vergüenza de mostrarlo.
En las siguientes fotos, Vero posa sin quitarse ese uniforme, pero está todo abierto al frente y Pablo se asegura de que siempre esté bien a la vista ese coñito tentador de mi hija.
La hace tomarse de unas cadenas que cuelgan del techo, le pide que saque la lengüita y la pase por el metal, ¡es cada vez más morboso!
Luego la lleva a un costado, donde hay unas cubiertas viejas tiradas sobre el piso sucio, y ya completamente desnuda, la hace echarse sobre ellas, arqueando el cuerpito, la cabecita caída hacia atrás, las piernitas abiertas mostrando todo!
“Así tirada mi amor, así! ¡Quédate así un poco como si estuvieras desmayada… así, así!” exclama mi amigo que ya está caliente, por lo que él mismo está creando, y la fotografía desde varios ángulos.
Yo no aguanto más, y me saco la verga de los pantalones para empezar a pajearme.
Carla, bien apoyadita sobre el cuerpo de su padre que la está acariciando sin pudor, mira asombrada lo que tengo en mi mano y cómo me la sacudo; echa la cabecita hacia atrás y le dice algo en secreto a su papá, que comienza a besarle el cuello.
Las últimas poses de Vero son sobre aquellas cubiertas sucias, pero boca abajo mostrando el culito al aire, la conchita medio abierta y húmeda, provocando descaradamente.
“Perfecto Verito! Una diosa!” le dice Pablo y la trae de la mano hacia el auto donde estamos nosotros, mirando excitados. Mi hija sigue completamente desnuda, y Rafael se la come con los ojos. Se nota que la desea!
“Rafael…. “ dice Pablo, “puedo poner a Vero sobre el capot del auto? Es para una parte filmada, pero temo que se abolle o hunda el capot por el peso de la niña, y luego el mío.” Agrega mientras se va quitando la ropa, y yo sé lo que le va a hacer a continuación!
“No hay problema, es un auto para hacer a nuevo….” le contesta Rafael jadeando, porque ya está disfrutando libremente de frotarse la verga entre las nalgas de Carla, que se deja hacer con gusto.
Verito sube sobre el capot y se coloca como perrita, a instancias de Pablo, y queda mirándonos a nosotros. Mira pícaramente como su papá se está pajeando y cómo el papá de Carla está manoseando y frotándose contra su amiguita.
Entonces lo vemos a Pablo que ya está completamente desnudo, con la verga alzada como lanza, y se sube sobre el capot detrás de la nena, apoyando su falo sobre ese culito tentador!
Podemos verle la verga parada, detrás del culito de Vero, como una lanza lista para clavarse en esa carnecita tierna.
Rafael ya está metiendo las manos dentro de la ropita de Carla, por debajo del shortcito y el top, tocándola íntimamente.
Yo me sigo masturbando viendo lo que ocurre a mi lado y enfrente.
“Papi…. ahora Pablo me la va a meter por mi culito… ya me avisó… que…. Ahhhhh!!!!” gime sin poder terminar de hablarme Verito, porque en ese momento mi amigo la penetra con fuerza por ese ano rosadito y nunca abierto hasta ahora!
Yo me inclino un poco hacia adelante y la beso en la boca, “déjate Vero, déjate que ya te va a empezar a gustar!” le digo y luego me dejo caer hacia atrás, junto a Rafa y su nena. De alguna forma él ya le abrió toda la ropita a Carla, y la tiene alzada con la verga entre las piernas abiertas de la niña, listo para penetrarla.
“Rafa, ¿puedo acariciarla mientras te la coges?” le pregunto, y él asiente con la cabeza.
Lo que siguió fue casi una orgía improvisada. Yo le acariciaba el pechito, vientre y clítoris a Carla, mientras su padre le metía toda la verga en la conchita y la nena, increíblemente lo cabalgaba con evidente placer!
Al mismo tiempo Pablo se cogía casi con violencia del culo de Verito, al punto de hacerla sangrar un poco.
“Ahora te la paso Héctor! Ahora te la paso, en cuanto me corra!” me dice Rafael, prometiendo compartirme su hija, para que yo la goce también.
Se escuchaban gemidos de placer de nosotros tres los hombres, y también de Carlita, mientras que en cambio de la boca de Verito brotaban gemidos de dolor. Pero el pedido del cliente había muy explícito: quería un video donde se la cogieran a mi hija casi como violándola, y como Pablo era muy profesional, cumplió exactamente con lo solicitado, como si estuviera tomando a mi nena por la fuerza.
“¿No es la primera vez Rafa? Carla no está sangrando…” le digo
“No, no…. ya hace un par de meses que me la estoy follando….. ahhhhh!!!!!” dice gimiendo de placer, y se derrama dentro de esa conchita de nena, y el semen empieza a caer en seguida.
En ese momento, Pablo gruñe de placer mientras le llena el ano a mi hija con su esperma caliente, y ya la tiene aplastada sobre el metal de capot, acabando desenfrenadamente, mordiéndole el cuello mientras la goza!
El único que todavía no disfrutó al máximo soy yo… y entonces Rafael me pasa a Carla, como si fuese una muñequita por lo liviana, y me la monta para que yo también la penetre.
Ahora soy el único que sigue cogiendo. La nena esta de frente a mí, y yo me como su boquita a besos mientras se la meto y se la saco. ¡Es fácil porque tiene la vaginita bien abierta y lubricada con sus jugos, y con el semen de su papá!
Vero mira cómo me estoy garchando a su amiguita, y unas lagrimitas caen de sus ojos.
“¡Ya está Verito, ya está” No llores…. Te juro que a partir de ahora, todo te va a gustar, todo! Por adelante y por atrás, ya vas a ver… ya vas a ver… ahhhh, ahhhh!!!!” le digo y empiezo a eyacular fuertes chorros dentro de la rajita de Carla!!!! ¡Placer de los dioses!!!
Los tres hombres estamos jadeando, recuperándonos y las nenas sufriendo y gozando de darnos ese placer prohibido.
Pablo se levanta de sobre el cuerpo de Verito y ella se arrastra sobre el capot hasta llegar al asiento, donde yo la abrazo aunque todavía la tengo ensartada a Carla, clavada hasta los huevos.
Pablo se baja del auto y puedo ver que tiene la verga ensangrentada y sucia, y que se va al fondo para lavarse.
Rafael, se acerca a mí, y juntos besamos y consolamos a Verónica, prometiéndole que ya no le dolerá más.
Esta noche había sido el comienzo de la amistad más depravada, aunque en ese momento no sabíamos hasta qué extremos llegaríamos.
Continuará.
Cada vez mejor, que continúe esta saga depravada👍
Me encanto, sigue porfavor!!!