Mi amigo John y su padre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por getaway11.
Esta historia me la contó un amigo por internet que hice hace como cinco años cuando andaba buscando más gente con historias reales de incesto gay y este chico tenía sexo con su padre y platicábamos muy cachondo contándonos nuestras experiencias, por motivos de privacidad voy a llamar a mi amigo John:
John es afroamericano con uno de esos cuerpos de envidia, alto, delgado con los músculos marcados, una verga gigante y unas nalgas deliciosas, además está guapo y tiene una sonrisa muy linda.
Los padres de John se separaron desde que él era muy pequeño y se quedó a vivir con su padre, sin tener casi contacto con su madre.
John tenía miedo a la oscuridad y a dormir solo entre otras cosas, así que a pesar de tener su propia habitación dormía siempre con su padre.
Fueron pasando los años y se hizo normal que durmieran juntos, a veces abrazados pero nunca hubo nada de morbo en la relación, además utilizaban pijamas o ropa porque normalmente hacía frío y tampoco acostumbraban a hacer actividades juntos como cambiarse de ropa o bañarse, ninguna cosa que pudiera ser ligeramente erótica.
Sin embargo, John pasaba mucho tiempo solo y le gustaba meterse al internet a leer historias porno gays en la biblioteca de la escuela.
Desde pequeño, a John siempre le gustaron los hombres y tenía muy claro que era homosexual, nunca trató de ocultarlo, lo único que hacía era proteger su intimidad y tratar de evitar que se dieran cuenta que estaba leyendo pornografía en la escuela.
En la página, los relatos estaban catalogados por tipo de historias y rápidamente se dio cuenta de que le excitaba mucho leer las de incesto, especialmente padre-hijo.
John tenía su historia favorita y le excitaba tanto que finalmente la imprimió y se la llevó a su casa para poder leerla mientras se masturbaba.
Así que mantenía la historia impresa oculta dentro de un libro en su habitación.
John tenía al rededor de 13 años y con la adolescencia y los cambios en su cuerpo también le entró mucha curiosidad por ver a su padre desnudo y muchas veces trató de espiarlo mientras se desvestía o bañaba.
Y por las noches hizo varios intentos para bajar el ropa de su padre hasta que finalmente una noche pudo bajar el pantalón los suficiente para verle la verga sin despertarlo.
Dice John que no supo que instinto lo movió a chupar el pito de su padre, sin saber lo que estaba haciendo realmente.
Pero solamente logró despertar a su papá que muy molesto se volvió a vestir y le pidió que se fuera a su habitación.
El día siguiente fue algo incómodo y casi no se hablaron.
Al llegar la noche se reunieron en casa y su padre intrigado por lo que había pasado se puso a revisar la habitación de John hasta que encontró la hoja con la historia de incesto gay.
Su padre le preguntó si era gay y que no estaba realmente preocupado por su orientación sexual sino por el hecho de que había tratado de seducir a su padre y que tal vez tenía que ir al psicólogo pero que si prometía olvidar esos pensamientos estarían bien.
John como cualquier chico confundido de esa edad dijo que si a todo para evitar problemas.
John volvió a acostarse en cama de su padre como si nada, sin embargo, su padre volteó a verlo y levantó ligeramente las cobijas como para checar si estaba todo normal y, después de comprobar que no había nada raro, se acostó a dormir.
Más tarde durante la madrugada se abrazaron como cualquier otra noche y John se dio cuenta de que su padre no estaba realmente molesto.
Sin embargo, el joven John sintió que su padre lo rozaba con el pito duro y empezó a acariciarlo suavemente por adentro del muslo, pero el chico no quiso arriesgarse a tener otro regaño, así que solamente abrazó a su padre hasta que se quedaron dormidos.
Siguieron durmiendo juntos por otros meses sin que pasara nada inusual hasta que en otro abrazo a media noche, John volvió a sentir una erección de su padre, solamente que ahora tuvo la audacia de agarrarle la verga dura por encima de la ropa.
La reacción se su padre fue darse vuelta y soltar a John pero no dijo nada ni hizo ninguna expresión, por lo que John volvió a tocarlo por encima de la ropa hasta que le murmuró: "John por favor no", y le quitó la mano de su entrepierna.
Entonces el hijo abrazó fuerte a su padre.
El joven no podía dormir y seguía tratando de rozar eróticamente a su padre, pero el señor no se dejaba y se movía lo suficiente para alejarse de las manos inquieras de John.
Se dieron cuenta que ambos estaban despiertos, así que dentro de su calentura, John le rogó a su padre que le dejara hacerlo solamente para ver qué se sentía y así ambos iban a saberlo y que si era demasiado raro, él iba a irse a dormir a su habitación.
Su padre dijo al principio que no pero John siguió rogando hasta que su padre le dijo que si era la única forma en que eso iba a parar entonces siguiera adelante.
El papá de John dejó de luchar y se dejó tocar por su hijo.
Los dos empezaron con muchos nervios una aventura donde no sabían que pasaría después.
Esa noche John hizo su primer sexo oral a ni más ni menos que su propio padre.
Como era la primera vez, John era bastante inexperto y no sabía realmente lo que estaba haciendo.
Estaba tan emocionado que temblaba y le daba miedo metérsela completa a la boca y tampoco quería dejar todo lleno de baba, ni siquiera se atrevía a tocarla con las manos por temor a lastimarlo de alguna forma, así que simplemente se puso a chupar la puntita y a jugar con su lengua, probar el sabor a hombre y escuchar la respiración profunda de su padre, mientras hacía movimientos involuntarios como si tuviera cosquillas y todas esas emociones de la primera vez.
El padre tardó mucho tiempo en lograr una erección, sin embargo le salía líquido de excitación, por un momento John no sabía si era algún tipo de semen o de orina pero estaba demasiado excitado en ese momento como para razonar.
Finalmente, John estaba confundido porque él a esa edad eyaculaba muy rápido y no sabía que estaba ocurriendo, le pareció una eternidad y estaba muy nervioso como para disfrutarlo realmente, además de que todo el tiempo estaba esperando a una reacción negativa de su padre y que lo mandara a dormir a su cuarto.
Después de un rato en silencio, John no aguantó más la tensión y le preguntó a su padre si lo estaba haciendo bien, sin embargo, el papá se apresuró a pedirle que no hablara.
John siguió haciendo lo suyo por un rato más pero la verga empezó a ponerse suave de nuevo.
En ese momento su padre le dijo que se detuviera y que mejor se fueran a dormir, solamente se levantó para ir a orinar y regresar a meterse en la cama.
Por alguna razón John se puso a llorar, así que su padre lo abrazó para consolarlo y le dijo "no era lo que estaba esperando pero si te hace sentir mejor tal vez podamos intentarlo después".
Pasaron varias noches como si nada hasta que lo volvieron a intentar y se empezó a volver una rutina, cada vez que John tenía ganas su padre cooperaba y se dejaba chupar, aunque el resultado era el mismo, después de un rato se ponía suave de nuevo y se iban a dormir.
John no recuerda exactamente cuándo pero algunas noches su padre terminaba masturbándose él mismo para eyacular y se limpiaba con un trapo sucio, obviamente este trapo se volvió un fetiche para el hijo y lo buscaba cada vez que quería masturbarse, además de que a veces mezclaba su semen con las manchas del semen de su padre e incluso algunas veces que todavía tenía semen fresco se lo chupaba al trapo, pero nunca se atrevió a hacer nada de esto en frente de su padre.
Con la práctica John fue mejorando, además de que empezaron a hacerlo todas las noches sin falta y ambos se fueron poniendo cada vez más cómodos con las mamadas hasta que una gloriosa noche se cumplió una de las fantasías de John: El pequeño empezó a masajear a su padre en la entrepierna hasta que sintió la verga dura, entonces su padre se puso en silencio boca arriba mientras su hijo le bajaba el pantalón y el calzón para liberar su pitote que salió casi de un brinco.
John ya se podía tragar casi toda la verga de su padre pero hay que recordar que como afroamericanos bien dotados era casi imposible tragarse el trozo completo.
El papá se dejaba acariciar el interior de los muslos y John le chupaba los huevos y la verga, la lengüeteaba toda, se la metía completa, apretaba los labios, hacía todo tipo de cosas que había aprendido con el tiempo, además había aprendido a distinguir lo que más le gustaba a su padre por sus reacciones porque además de los gemidos y respiraciones fuertes, su padre difícilmente decía alguna palabra y John había decidido no hablar para no romper el momento.
Finalmente el padre empezó a gemir más agitadamente que nunca mientras John apretaba sus labios y succionaba su palo duro, el papá agarró a su hijo por la cabeza y empezó a estremecerse en un orgasmo que solo le permitió gemir de placer.
Al sentir los chorros de semen calientes o olorosos saliendo directamente del palo, John se pegó como desesperado y disfrutó todos y cada uno de los mecos que su padre le vaciaba en la boca.
Después de esa noche ya también fue normal que John se tragara la leche de su padre o que su padre se masturbara en su boca para terminar.
Las cosas fueron escalando con el tiempo, no se conformaron solo con mamadas aunque siempre fue John el que empezaba y hacía todo a su padre.
Cuando John cumplió 17 años convenció a su padre para que se lo cogiera por primera vez y luego de eso el sexo anal también se volvió algo diario.
Otro gran éxito de John fueron las noches en que su padre se ponía caliente solito y se bajaba la ropa para rozar a su hijo y darle a entender que estaba caliente, esto era suficiente señal para empezar con las mamadas y terminar en cogidas.
John y su padre nunca estuvieron enamorados ni tuvieron una relación de pareja, siempre fue todo muy padre-hijo, solamente que añadieron el sexo de noche cuando estaban calientes.
A veces platicaban de lo que sucedía de noche en su cama pero su padre lo explicaba como: "tú querías hacerme feliz y yo quería hacerte feliz, así que poco a poco fue bajando mi resistencia".
El sexo siguió por 12 años hasta el momento en que conocí a John por internet que él tenía 25 años y yo 30.
Así que le conté sobre la experiencia que tuve con mi hermano desde los 9 años hasta los 20 y en realidad creo que hay muchas similitudes, por eso estoy seguro de que su historia es verdadera.
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