MI AMIGO MI MADRE Y YO
Esto sucedió a finales del año pasado cuando terminábamos estudios de la secundaria y hubo muchas fiestas con este motivo y en dos de ellas asistían los padres de familia. En mi caso me acompaño solo mi madre porque mi padre está haciendo un trabajo fuera del país desde hace un año.
Esto sucedió a finales del año pasado cuando terminábamos estudios de la secundaria y hubo muchas fiestas con este motivo y en dos de ellas asistían los padres de familia. En mi caso me acompaño solo mi madre porque mi padre está haciendo un trabajo fuera del país desde hace un año.
En estas fiestas a pesar de la edad de todos los estudiantes no falto el licor un poco a escondidas y yo desde luego participe.
En los últimos dos años con Rafael fuimos amigos más cercanos algunas veces se quedó en mi casa cuando tuvimos que hacer trabajos en compañía y hoy debo reconocer que solo hasta el último año salí de esa ingenuidad en que viví, sin tener ninguna malicia de nada.
Pero ahora que comenzamos a asistir a fiestas con amigas las cosas fueron cambiando y Rafael fue quien me animo a muchas cosas sacándome de ese mundo de pena que sentía por todo y me hizo ganar más confianza con las chicas para invitarlas a salir y hasta conquistarlas.
Pero debo reconocer que en esa parte de conquistas Rafael era un maestro y por eso hubo algo de lo cual me di cuenta muy tarde y era que había logrado ganarse la confianza de mi madre y sus saludos eran bastante afectuosos y cuando fue necesario él se ofreció a acompañar a mama a diligencias cuando yo no podía.
Como en les comente, en las fiestas del último año mi padre no estaba, mi madre iba sola y Rafael rápidamente se fue convirtiendo en el parejo de baile de ella.
En la última fiesta todo el mundo estaba muy alegre, hubo más licor que de costumbre, incluso mi madre que nunca toma licor, le acepto algunas copas a Rafael y cuando salimos de la fiesta todo era risas y alegría, mama se sintió un poco mareada y por eso el coche lo condujo Rafael, yo me fui sentado atrás y por el camino por momentos me quede dormido.
Al llegar a casa Rafael entro el auto al garaje y yo estaba tan cansado que me fui directo a mi habitación y me quede dormido.
Pero no se cuánto tiempo después me despertó la sed y baje a la cocina a beber agua y cuando caminaba descalzo y a oscuras vi movimientos dentro del auto y me asuste, imagine que podía ser un ladrón por eso me escondí y lentamente me fui acercando hasta alcanzar a identificar que era.
Quede sorprendido al ver dentro en el asiento de atrás a mi mama y a Rafael, prácticamente desnudos, ellos se besaban apasionadamente y Rafael acariciaba el cuerpo de ella por todas partes, de pronto mama se quedó sentada y Rafael se agacho entre las piernas de ella y la vi respirando agitadamente, moviendo su cabeza para un lado y otro y gimiendo por momentos.
Así estuvieron varios minutos.
Después Rafael se levantó y mama inclino su cuerpo hacia adelante y comenzó a mamarle la verga a él.
Yo no comprendía nada, para mí todo esto era nuevo y jamás imaginé que algo así fuera a suceder entre mi mama y Rafael. Decidí acercarme un poco más porque quería ver todo con más detalle y si era posible escuchar que se decían.
Para mi estos minutos fueron interminables, de pronto cambiaron de posición Rafael se sentó en la silla y mama se subió sobre Rafael, se besaron apasionadamente y de pronto mama se elevó un poco y Rafael tomo su verga y la dirigió a la concha de mama.
Ella la fue dejando entrar en su cuerpo y sin parar de besarse, y que Rafael le masajeara las tetas, ella comenzó a subir y bajar en la verga de Rafael y las respiraciones de los dos se fueron agitando pero adicionalmente mama comenzó a gemir.
Ella balbuceaba algunas palabras sueltas… Uhmmmm, Rafita, que rico, esto lo deseaba hace rato, por la ausencia de mi esposo, pero tu follas muy rico, uhmmm, así, así, eso, eso, que verga más gruesa tienes, la siento bastante, vamos, vamos, dame más duro, quiero sentirla toda, así, así, eso, así, uhmmmmm, me corro, me corroooooo Rafita, no aguanto más.
Lléname con tu lechita, hay que rico Rafis, y al minuto Rafael gemía al alcanzar el clímax.
Luego todo quedo en total silencio y poco a poco se fueron moviendo sin despegarse, se besaron como dos enamorados y mama le dijo… Rafita que locura, pero hacia días que deseaba esto.
Gracias por hacerme sentir mujer.
Y Rafa le respondió… yo también lo deseaba, pero me daba pena con tu hijo.
Mama le contesto Pablo es muy ingenuo y no se da cuenta de estas cosas.
En ese momento me sentí un idiota y decidí reivindicarme ante mama demostrándole que no era tan tonto como ella creía y antes que ellos salieran del auto me retire y sin tomar agua me fui a mi habitación.
Escuche cuando Rafael se fue y mama subió a su habitación, entro al baño, se dio una ducha y luego se fue a la cama.
Yo continuaba despierto y no me podía dormir, lo que acababa de ver me había dejado una erección que no podía hacer que me bajara.
Entonces decidí ir a la habitación de mama y como aun ella no estaba dormida le dije que si podía dormir con ella y me dijo que sí.
Ella apago la luz y me dio la espalda, yo enseguida me pegue a ella en especial mi verga a su culo.
Ella no dijo nada pero mi deseo de disfrutar como lo había hecho Rafael me empujo a comenzar a acariciarla y ella me dijo, bueno, bueno a dormir.
¿Entonces fui directo y le dije quiero estar contigo como lo hiciste con Rafael, y sin voltearse me dijo ¿Queeee? Sí, quiero estar contigo para poder bajar esta erección que tengo.
Pero yo soy tu madre.
Si, pero desde ahora te veo más como mujer y esto nadie lo va a saber, además cuando quieras volver a estar con Rafael en ausencia de mi padre lo puedes hacer y nadie se va a enterar.
Con este cruce de palabras ella se suavizo y dejo que la comenzara a acariciar en sus senos y más tarde en su concha la cual poco a poco se fue lubricando.
Cuando ella se excitó se acomodó boca arriba, y yo me subí sobre ella, estando desnuda bajo mi cuerpo, esperando en silencio.
En ese momento mi verga entro en el coño de mama. La primera embestida fue bestial, porque ella estaba intentando frenarme, pero la fuerza de mi cuerpo hizo el resto y noté como mi verga entró totalmente en la concha soñada, llegando hasta el final.
Ni yo mismo me lo creo, pero se la había metido entera, ¡Con todas las ganas y hasta lo más profundo!
¡Ahhhhh! – es el gemido de mama, que abre su boca intentando captar algo de aire.
¡Joder! – digo yo apresado en el conducto prohibido de su sexo que envuelve tan maravillosamente mi verga pudiendo sentir un calor más que gratificante.
¡Está dentro! – dice mama asustada y gimiendo.
Me voy retirando lentamente y ese movimiento hace que mi gusto sea aún mayor, no quiero que termine nunca.
Estoy dispuesto a sacar mi miembro de la cueva del pecado, pero es tanto el placer que siento que no puedo controlar mi cuerpo y empujo de nuevo con todas las ganas mi pelvis para clavársela de nuevo hasta lo más profundo de su concha.
¡Ahhhhh! – es otro de los gemidos de ella y el mío sin importarnos que podamos ser oídos.
Vuelvo a sacarla hasta que mi glande llega a las puertas de su concha que me abraza y vuelvo a la carga, esta vez siguiendo un ritmo lento pero constante.
Las piernas de mama están completamente abiertas y mi cuerpo se aprieta contra el suyo en un vaivén cada vez más acelerado.
Ella me mira con sus ojos desorbitados, su boca abierta que hace que su aliento impregne mis labios con una bocanada caliente.
Me detengo en seco con toda mi verga dentro de ella.
Noto con fuerza la palpitación de mi corazón y las contracciones de su concha.
De pronto siento algo de culpa y digo… Lo siento.
No sé qué me ha pasado.
– digo intentando disculpar algo que está fuera de mi control, pero sin dejar de seguir con el mete-saca.
¡Sácala por favor! – dice ella con una voz que no indica que realmente lo esté deseando.
Vuelvo a sentir cierto temor y voy sacando mi verga de su conducto sagrado y el placer de ese movimiento es más agradable cada vez.
Me lo confirma otro de sus largos gemidos.
Creo que prefiero arriesgarme, pues es tanto el placer que siento y el que ella misma a comenzado a sentir que vuelvo a la carga insertando toda mi verga en su interior.
¡Ahhhhh, qué gusto! – finalmente dice ella en una especie de sollozo.
¡Siii! – oigo mi propia voz saliendo de mi interior.
Sin hacer ni el más mínimo amago por sacarla, empiezo a bombear dentro de ella, sintiendo las paredes de su concha aferrándose a mi verga.
No sé si escucharan nuestros vecinos y me da igual, ya no hay mundo a nuestro alrededor, solo nosotros dos, ella y yo.
Los jadeos se multiplican, las respiraciones son intensas y nuestras bocas están tan cerca que no pueden por más que unirse y empezamos a besarnos sin que yo deje de empujar con mis caderas hacia el cuerpo de ella, metiendo y sacando mi miembro de su interior.
En un momento reduzco el ritmo pues estoy a punto de correrme si continúo con esa fuerza y ese brío, sin embargo, hacerlo despacio no me ayuda absolutamente nada, sino al contrario me excita aún más hasta dejarme a las puertas de una corrida.
Sé que ella está también descontrolada.
Nuestras lenguas se unen de nuevo en nuestras bocas intentando combinar la respiración a través de la nariz y en jadeos de nuestros respectivos alientos.
¡Mama, me corro!, ¿la saco? – le pregunto deseando oír un “sí”.
Ella no responde, sino que tiene cerrados los ojos, sus piernas apretando mis caderas, su cabeza echada hacia atrás y sus manos agarrando fuertemente en un puño, las sábanas.
Quiero tener el control, pero no puedo cuando intento sacar mi miembro lentamente, sus pies empujan mi culo hacia ella, mientras no deja de gemir con más fuerza cada vez, hasta que veo como esta disfrutando su orgasmo sin contemplación.
Decido seguir mi ritmo y no parar, así que inserto varias veces más mi verga dentro de su sexo, hasta que en una de esas embestidas lo dejo completamente metido y noto el calor que me viene desde los pies a la cabeza sintiendo cómo se tensa mi verga y parece querer explotar dentro de ese lugar maravilloso.
Y me corro soltando varios chorros que inundan la concha de mama.
Ella sigue gimiendo y apretando sus pies contra mi culo en señal de que desea que siga brotando mi semen dentro de ella hasta vaciarme por completo.
Son varios más los espasmos hasta que pierdo la cuenta, pero sé que he inundado ese lugar maravilloso que me ha enseñado lo que es sentir la felicidad plena.
Permanezco sobre ella y ambos jadeamos intentando recobrar el aliento e intentando asimilar al mismo tiempo todo lo que ha sucedido.
¡Acabamos de follar! y ¡Me he corrido dentro!
Finalmente mi verga comienza a recogerse y siento un placer enorme hasta que salgo de la concha de ella, me dejo deslizar hacia un lado y abrazados nos quedamos profundamente dormidos.
A la mañana siguiente cuando despierto ella no está en la cama, pero minutos después entra con una bandeja y en ella un vaso de jugo delicioso y dice… Tomate esto perezoso y levántate que es sábado para irnos a pasear.
Ese día fue maravilloso, una camaradería espectacular, nada se habló de lo sucedido la noche anterior.
Hasta aquí mi relato, más adelante si algunas cosas interesantes suceden se las contare.
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