Mi amigo y su regalo (12 años más tarde).
El tiempo pasó y en cierta ocasión me enteré que mi esposas querían intimar con nuestros hijos, pero al querer yo ver esa situación terminó ocurriendo otra cosa. .
Mi amigo y su regalo.
12 años más tarde.
Brenda y Sandra habían vuelto a quedar embarazadas al poco tiempo de tener nuestras bebas. Éramos una familia muy feliz que disfrutaba de sexo endógeno y cada vez lo hacíamos con más intensidad.
Sucede que, como es natural, fue pasando el tiempo, las nenas crecieron al igual que los niños. Jeremías es hijo de Brenda y Brian es hijo de Sandra. MI relación con mis esposas era muy fluida sexualmente y ellas son bastante disparatadas en relación a sus fantasías sexuales. Lo cual que me pone muy cachondo, sobre todo que ya me estoy poniendo más grande y cada vez me gusta más tener intimidad intrafamiliar. Es un sexo seguro y con mucho amor, más allá de ciertas locuras que llevamos a cabo.
En cierta oportunidad llegué más temprano del trabajo y entré a casa sin hacer mucho ruido, de hecho soy bastante silencioso en todo lo que hago. Pero en este caso resultó que me llevé una sorpresa al escuchar a hablar en voz baja a Brenda y Sandra. Pudo escuchar que cada una de ellas, por separado habían encontrado a Jeremías y a Brian con la pija erecta y haciéndose un buena paja. Recuerdo que las chicas tienen 13 años y sus hermanos tienen 12.
Y parece que ser que ambas se calentaron y se quieren coger a sus vástagos. Seguí muy interesado en escuchar lo que charlaban entre estas dos putonas hermosas y me dijeron que iban a probar al día siguiente. Lo que pensé era en encontrar una manera de ausentarme y poder volver y quedarme en casa para ver lo que podía ocurrir.
Hice todo el ruido posible y ambas salieron a mi encuentro y me besaron y me dieron las buenas tardes. Me preguntaron cómo me había ido en el trabajo y esas cosas que se preguntan siempre en un hogar.
Les dije que mañana por la noche me iría a cenar con unos amigos del trabajo que iba a volver un poco tarde. Se miraron entre ellas, sonrieron y me dijeron que no había ningún problema que ellas iban a estar bien y que si podían me esperaban despiertas.
Al día siguiente cuando llegué del trabajo, me di una ducha para salir supuestamente con mis amigos a cenar. Me despedí de ambas y de los chicos y me fui con el auto y lo detuve a dos cuadras, dejé pasar unos cuarenta minutos, me bajé del coche y me volví a mi casa. Intenté ver por la ventana de la pieza y a través de una rendija de una cortina mal cerrada pude ver que ambas estaban en bolas con los chicos y jugando son sus vergas ya erectas, fui hasta la puerta e ingresé la llave con toda minuciosidad para no hacer ruido. Me saqué los zapatos, entré a casa muy sigilosamente.
A todo esto tenía que sortear la habitación de las nenas, para que no hicieran ningún alboroto si llegaban a verme. La puerta de la habitación de la chicas estaba entreabierta y pude ver que ambas estaban desnudas y chupándose las conchas en un muy ardiente 69. Miré con gran calentura y la verga erecta ese acontecimiento y me olvidé de lo que ocurría en la otra habitación.
Ingresé sigilosamente a la habitación de Luna y Celeste que ni se dieron cuenta de lo entretenidas que estaban, me acerqué y les pedí que hicieran silencio, me miraron, se sonrieron y le dije que continuaran que yo quería ver, mientras me sacaba la ropa y estaba con la verga muy parada.
Me coloque sentado en el borde de una da las camas y comencé a hacerme la paja, mientras Luna vino y me comenzó a acariciar la pija y luego se la llevó a la boca, mientras Celeste se acercó y comenzó darme besos de lengua, en voz baja les dije como sabían todo lo que estaban haciendo y me dijeron que muchas veces me vieron a mí y a sus mamis hacer el amor a los tres. Por cierto con mis mujeres no somos muy cuidadosos en cerrar puertas mientras cogemos, de hecho es altamente posible que fuera cierto lo que las chicas decían.
De todos modos, les pregunté, siempre en voz baja para que sus madres no dejaran de gozar de las pijas de sus hijos, que si ya habían probado con algún compañerito de la escuela y lo negaron rotundamente. Solo me dijeron que lo hacían entre ellas.
Les dije entonces que primero iba a ser papi quien le metiera en sus agujeros la pija dura y ambas se pusieron muy contentas porque me contaron que veían felices a sus madres cuando yo me la garchaba.
Chupé sus hermosas tetitas, y por supuesto hubo chupada de concha y besos negros de ambos lados, sin duda tuve que ser un poco docente en esta primera vez, pero nunca había gozado tanto con el calor de esas conchas húmedas y ajustadas.
De hecho, probé meter mi verga en sus culos, solo alcancé a ponerles la cabeza porque, aún lubricadas, necesitan un periodo de adaptación. Cosa que seguiré haciendo con estas mujercitas tan cachondas, dignas hijas de sus madres. Unas putas muy hermosas.
Durante casi dos meses seguimos teniendo relaciones con sexuales intensas con Luna y Celeste, ya estaban bien abiertas y yo había derramado semen en sus bocas, culos y conchas.
Hasta que una de ella me dijo que no le había venido la regla, bueno, dije entre mí, la cosa viene por otro lado. Y era cierto había embazado a mis hijas. De hecho, eso me puso muy contento, pero ahora tenía que decirles a Sandra y a Brenda lo que había ocurrido durante estos dos últimos meses.
Que rico relato
Te gustó?????? Tengo algo interesante que me ha pasado y voy a relatarlo pero estoy buscando la manera de hacerlo. Gracias pro el comentario.
Amigo, muy entretenido tu relato, me encantó, solo te doy un consejo, se más específico a la hora de describir a mis personajes y lo que se hace durante el sexo, leer el detalle de lo que se les hace es lo que más prende, sigue así vas bien
Muchas gracias pro el consejo, lo voy a seguir a pie juntillas.