Mi aventura con mi prima – Versión Mery (Tercera Parte – Final )
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por betonto.
Era una aventura total, por el día nos rozábamos con ropa sin pena, y por las noches se repetía la sesión pero un poco más salvaje, un día viernes, mis tíos nos dieron la noticia de que saldrían a una fiesta a un lugar no tan retirado pero por la distancia y la hora en que terminaría la fiesta no querían volver de noche, para mi sorpresa mi prima iría con ellos, ya que era familia de parte de mi tío, y pues a mi preguntaron si quería ir, ya que me dijeron que mi primo se quedaría, apenas pude contener la sonrisa maliciosa cuando supe que estaríamos solos si aceptaba quedarme, pero a duras penas con semblante inocente, dije que me quedaba.
No lo podía creer, tendríamos toda la tarde del viernes y medio día del sábado para nosotros sólos, mi intuición me decía que esa noche pasaría algo mágico.
Mis tíos y mi prima se fueron alrededor de las 2 de la tarde, no habían pasado ni 5 minutos cuándo mi primo y yo ya estábamos hablando en doble sentido, se nos daba hacerlo pero la situación ahora era más excitante.
Yo no pude disimular y le dije que por el calor estaba demasiado caliente, ya había perdido la razón y no había pasado nada, a mi primo se le ocurrió que para quitarnos el calor, sería buena idea inflar la alberca y ponerla en el patio y estarnos ahí toda la tarde.
En lo que mi primo preparaba todo, yo me fui a cambiar de ropa, únicamente cambió el color ya que el conjunto era similar pero ahora vestía una camisetita y un short blancos, decidí no ponerme sostén ya que se mojaría en vano, y así fue, nos metimos en cuanto estuvo lista.
El sólo tenía puesto un short que dejaba ver la erección que tenía antes de meternos incluso, y pues el agua y el color de mi conjunto, hacían que se me transparentara casi todo, mis pezones se notaban claramente, y aunque no lo hice premeditadamente, me gustaba eso.
Estuvimos jugando y rozándonos en el agua por casi 3 horas, nos salimos y decidimos meternos a la casa ya que teníamos algo de hambre, mi primo, al meternos me dijo que me cambiara la ropa mojada y que si quería me anduviera en ropa interior, que cerraría todas las cortinas para que nadie viera, y yo, muy emocionada lo hice, me quité la ropa mojada, y me puse únicamente uno de mis sostenes favoritos y mis panties mas ajustadas.
Casi se le cae la baba en cuanto me vió por primera vez vestida de esa manera y pude notar que se excitó de sobre manera ya que solo tenía puesto un bóxer, comimos unos sándwiches y nos fuimos a acostar para descansar, ya en la cama, no pudimos contenernos y comenzó nuestro juego, sólo que ahora estábamos completamente solos.
Me monté encima de él y empecé con mi cabalgata, con mi vaivén, el contacto de mi vagina con su miembro era casi directo, su bóxer y mi pantie poco podían hacer para evitar que el roce fuese muy directo, eso me puso muy cachonda, empecé a arremeter con mi vaivén mientras el acentuaba los movimientos tomándome de mis caderas, me estaba excitando y por instinto empecé a gemir y dar pequeños grititos de placer, mis gemidos lo motivaron y mi primo se sentó sin dejar la posición en que estábamos y me dio mi primer beso, nuestro primer beso, lleno de pasión , lujuria pero con mucho cariño, pensaba que me haría suya totalmente, pero no me preocupaba si sucedía o no, estaba lista, pero el momento, los roces y los besos hicieron que me importara poco si pasaba en ese momento o no.
No pasaron ni 20 minutos cuándo ambos empezamos a estallar en placer, mi vagina se humedeció como nunca y sentía como daba ligeras palpitaciones, mientras que mi primo terminó en una corrida tan bestial que su semen embadurnó mis panties, traspasándolas y llenando incluso parte de mis ingles, fue increíble.
Sin preocuparnos por el estado de nuestra ropa interior, me recosté al lado de él y nos fundimos en un abrazo, nos quedamos un par de horas plácidamente dormidos.
Mi primo me despertó alrededor de las 10 de la noche y me dijo que me metiera a bañar, me sentía como nunca, él era mi hombre y yo su mujer.
Así lo hice, me bañé lo más detalladamente que pude, ya que la noche podría hacerse larga y yo quería estar preparada, me puse unos tirantitos en forma de top realmente ajustados, eran míos pero de antes de que me crecieran un poco los senos, y pues eso se notaba claramente en cómo me quedaba, además de un short tipo lycra únicamente, eso si, sin ropa interior de por medio, cubría poco más de la mitad de mis nalgas, en cuanto salí del baño, mi primo no pudo dejar de mirarme, sabía que le había gustado mi conjunto.
Se metió a bañar también, salió y nos volvimos a acostar mientras veíamos una película mientras nos hacíamos cariñitos, como si de dos novios se tratara, sin embargo me venció el sueño por todo lo vivido durante el día.
Pasaron unas horas hasta que escuché el sonido de un celular, entre dientes me enojé ya que me había dormido cuando pudo haber pasado algo más pero luego pensé que tal vez mi primo había decido dormir un poco y habría puesto alguna alarma para despertarse a medianoche y disfrutar de una de nuestras sesiones, y así sucedió.
Pensaba que sólo me bajaría mi short, pero ahora inició quitando mi top y la prenda de abajo, por primera vez me desnudaba, me tenía desnuda ante él, podía ver como me veía de arriba abajo con una mezcla de cariño pero mucha lujuria.
Comenzó no sólo a tocarme sino a besarme, sabía que estaba despierta y quería ver hasta dónde era capaz de aguantar, sin embargo ya había tomado experiencia de las noches anteriores y digamos que iba ganando, besaba lentamente mi cuello, bajando hasta mis senos, dando ligeros piquitos en mis pezones, y así lo hacía con todo mi cuerpo pero sin tocar mi conejito.
Pero de nuevo hubo esa pausa que siempre me trae placer, inmediatamente sentí como dos de sus dedos bastante húmedos, se iban colocando de a poco en medio de mi vagina, primero rozando a lo largo todo mi conejito, para luego intentar introducirse en mi entrada, estaba que explotaba de placer y decidí que era momento de hablar, en cuánto sentí que estaba retirando sus dedos, apreté mis piernas y aprisioné su mano en medio de mi vagina.
No se sorprendió demasiado, ya que mis sospechas eran ciertas pero fui yo la que rompió el silencio:
Yo – Por qué solo me acaricias así cuando piensas que duermo?
Él – Pensaba que te daría miedo algo más y no te gustaría.
Yo – Me da un poco de miedo, pero me siento tan bien cuando nos rozamos pero ya siento que quiero algo más y llevo días deseando que pase.
Él – Pero si sabes que la primera vez siempre duele un poco, verdad?
Yo – Si, por eso me da un poco de miedo pero sé que tu no me lastimarías además me encanta como juegas con mi conejito.
Él – Entonces, me dejarías ser el primer hombre en tu vida y regalarme tu virginidad?
Yo – Eres el primer hombre de mi vida desde hace años, y quiero ser tu mujer totalmente pero prométeme que me lo harás con todo el cariño del mundo.
Él – Por supuesto pequeña, nunca te lastimaría princesa.
Ya habíamos confirmado nuestros deseos, no había marcha atrás y comenzamos a besarnos como locos, él se desnudó totalmente y pude ver ese hermoso miembro que ya conocía muy bien mis intimidades, me iba a hacer suya y yo ardía en deseos porque pasara.
Interrumpió los besos, y me dijo que me recostara, así lo hice, comenzó besándome los labios, siguiendo la trayectoria de mi cuello, pasando por mis pechos, mi abdomen y terminar en mi conejito, primero con delicados besos, luego, abrió poco a poco mis piernas y empezó a usar su lengua en toda mi vagina, sentía desmayarme entre cada succión, lamida y beso que me propinaba, no paraba de gemir ni de gritar cosas que ni yo misma entendía, el placer era tanto que exploté en 2 ocasiones, desconozco si fueron dos orgasmos diferentes o si fue el mismo en diferentes niveles, pero fue bestial, sentía casi como si me orinara y mi primo no dejaba escapar ni una gota de mí.
Me dejó descansar unos minutos después de tan bestial orgasmo, más no dejaba de acariciarme los pechos, decirme cositas y darme de besitos, en cuanto recuperé la postura, me dijo que era mi turno de devolverle el favor, me sentía nerviosa por si no lo hacía bien pero sin duda alguna le pondría mi mayor empeño.
Tomé su miembro desde la base, me daba un poco risa el hecho de que su cosa ya conocía mucho de mí mientras que apenas era la primera vez que yo lo veía, tocaba y que próximamente pasaría a estar en mi boca y no como en las sesiones nocturnas, desconozco su medida pero me gustó su tamaño, su forma, era bonito o sería que todo lo de mi primo, lo veía así.
No sabía cómo se debería hacer pero empecé dando pequeñas lamidas sobre su cabeza, como si de un paleta o un helado se tratara, la reacción de mi primo, que era de placer absoluto, eliminó todo nerviosismo en mí y aumentaron las ganas que le puse a la primer felación en regla que hacía.
Su sabor ya me era familiar pero ahora podía saborearlo a placer, continué hasta que sentí como se tensionaba desde la base y empezaban a salir chorros de semen disparados, los primeros lograron caer en mi boca, por instinto, me los tragué, el sabor me gustó pero no tanto la consistencia que era nueva para mí, sin embargo valió la pena pues había dejado loco a mi primo.
Sabía perfectamente, que a pesar del placer, todo esto era la fase previa aún, y que venía realmente el acto que consumaría todo, mi primera vez.
Mi primo comenzó a acariciarme de una manera en que no lo había hecho, buscaba excitarme lo más que se pudiera y lo lograría así, ahora no sólo besaba sino chupaba completamente mis pechos y pezones, bajó hasta mi puchita y de nuevo me tomó con su lengua, estaba demasiado sensible por lo anterior y fue muy fácil para él, hacerme llegar en poco tiempo.
Comprobó que estuviera bien dilatada, se colocó en medio de mis piernas con su miembro apuntando hacia mi conejito, y comenzó a juguetear en mi entrada, y poco a poco fue entrando, estaba invadiendo mi conchita con su ariete, sentía que me partía pero me gustaba esa sensación, no dolía para nada hasta el momento, arremetió un poco hasta que sentí que algo estaba deteniendo el ingreso de su miembro.
Me hizo una mueca dándome a entender que faltaba poco pero era lo que se suponía que dolía, sin embargo yo quería sentirlo en mi interior y solamente asentí con mi cabeza, y de un empujoncito fuerte pero delicado, terminó por atravesar mi telita, mi virginidad y mi cuerpo eran suyos, ya era suya totalmente.
Me besó tiernamente a pesar de mis sollozos, dejó que mi cuerpo se acostumbrara a las dimensiones de su miembro, y lenta y suavemente inició con un vaivén de mete y saca delicioso, sentía perfectamente cuándo entraba y cuándo salía, además de las pulsaciones y contracciones que estaba dando mi vagina, no tardaría mucho en explotar de nuevo.
Me abrazaba y me besaba mientras no dejaba de penetrarme, aceleró un poco sus arremetidas y sentí cómo estalló su corrida en lo profundo de mi ser, me inundó totalmente, al mismo tiempo, llegaba a mí un orgasmo nada comparado con ninguno de los anteriores, sentí como mi vagina expulsaba fluídos que chocaban la pelvis de mi primo y volvían a mí de rebote, era tal el placer y la intensidad que mordí lo primero que tenía alcance, que era el hombro de mi primo aunque ni se inmutó, al contrario, me decía que me quería y yo trataba de responderle lo mismo entre balbuceos.
Él – Te dolió, amor?
Yo – Un poco, pero fue mejor de lo que había imaginado.
Él – Prometí no lastimarte y ahora ya eres una mujercita
Yo – Y lo cumpliste, y ahora soy tu mujercita.
Cuándo ya habíamos recuperado el aliento, nos metimos a bañar para limpiar los rastros de la batalla, pude ver que había un hilito de sangre y me asusté un poco, aunque después me reconfortó el trato de mi primo, prácticamente él me bañó, me enjabonaba, me lavaba y me acariciaba todo a la vez, yo traté de devolverle la cortesía pero estaba bastante débil por el gasto de energías, salimos de bañarnos, me cargó antes de salir del baño y así me llevó entre sus brazos a la cama.
Estábamos desnudos y dormiríamos así pero poco importaba, me dejó cómoda en la cama, y sin mediar palabra fue a la cocina, no sabía a qué, pero para mi sorpresa, regresó con una taza de té caliente, me dijo que para reducir el cansancio y que durmiera realmente relajada, ese detalle casi hace que me lo quiera comer entero de nuevo, y lo hubiera hecho, pero estaba fundida, se acostó a mi lado, no hubo palabras, solo muestras y mimos de cariño, nos abrazamos y nos quedamos dormidos, sin siquiera tener la mínima idea de la linda historia que habíamos empezado.
Espero les haya gustado la tercera entrega de mi versión de la historia sobre lo vivido con mi primo, si realmente les agradó mi manera de contarlo, podría seguir haciéndolo con demás historias por contar, porque como ya leyeron, esto solo había sido el comienzo y recuerden que solemos chatear por skype y/o telegram, por si hay personas interesadas en compartir experiencias.
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