MI BEBE, MI HOMBRE
“¡Seguí, seguí, amorcito, por favor seguí haciéndolo!”.
MI BEBÉ, MI HOMBRE
Nunca supe nada de sexo, tuve una infancia de las que se llamarían muy normales, jamás “me toqué” ni sentí necesidad de hacerlo, mis amigas jamás hablaron de sexo, mis padres menos.
Me indispuse a los 12 años y mamá me llevo ese mismo día al ginecólogo, nunca habia ido a su consultorio anteriormente, el medico reprendió a mi madre.
Dijo que debería volver cuando se me retirara el periodo, para hacerme una revisión completa.
Mamá siempre estaba muy ocupada, se dedicaba a vender casas y departamentos y el ingreso era muy poco, no podía perder ninguna oportunidad.
Le tuvo que pedir a una amiga que me llevara al médico, a esta amiga poco le importaba yo, mamá se habia olvidado de darle la dirección de mi ginecóloga, así que me llevó a un especialista que sacó de los avisos clasificados.
Quedaba en las afueras de la ciudad, era un consultorio muy limpio, pero en una casona viejísima. El medico parecía tener como setenta años o más, no habia otros pacientes.
Ella le preguntó cuanto demoraría y el viejo doctor le dijo
“un par de horas”
“AH! Entonces se la dejo y vengo en hora media a buscarla”.
El doctor asintió.
El doctor no me miraba, estaba tomando notas o llenando un formulario, me dijo que me desvistiera me sentara en la camilla…le pregunté
“¿todo doctor?” y medio molesto me dijo que me quitara toda la ropa.
Me preguntó mis fechas de menstruación, y otras cosas, como enfermedades, también me preguntó si habia tenido relaciones sexuales…o algún tipo de acercamiento con otro sexo…a todo le dije que no, a veces me miraba por arriba de sus anteojos como dudando de mis respuestas.
Finalmente me dijo que revisaría mi vagina, que como podía resultar muy molesto y tal vez con un poco de dolor, me daría un relajante, preparo una píldora un baso de agua y la tomé.
Me dijo que me recostara en la camilla y se sentó y siguió escribiendo…es la ultima imagen que recuerdo…Despues recien tengo en mente despertarme con su llamado insistente, habia pasado mas de una hora, me estaba pasando gasas con alcohol por los muslos y tenían algo de sangre.
Me asusté mucho, pero con voz serena me dijo que era totalmente normal.
Sentía un dolor interno que pulsaba, pero era un dolor soportable.
Me dijo que estaba todo bien y que debía volver en tres meses.
Al rato vino la amiga de mi madre a buscarme, ni habló con el medico y cuando quice contarle lo que habia pasado no me hizo caso, mi mama solo se intereso que el medico me dijo que estaba todo bien.
No me volvió a venir la menstruación, mi vientre se comenzó a hinchar, el hijo de puta me habia cogido y me dejó embarazada.
Todo se volvió un gran lío, pero la síntesis es que di a luz a un varoncito rubio de ojos claros.
Al mes de nacido se lo entregaron a una familia, no se con plata de por medio o como fue, yo realmente lo extrañé, tenerlo en a panza todos esos meses y casi un mes amamantándolo me hicieron sentir amor de madre…
Cumplí los 18 años, había conseguido un buen trabajo cuyo sueldo le tenía que entregar completamente a mi madre hasta que me harté.
Me independicé yéndome a vivir sola y mi obsesión era recuperar a mi hijo que debía tener seis años en ese momento.
No fue muy difícil, habia conocidos de mamá que me ayudaron a localizarlo…
Fue fácil que me lo entregaran, yo tenia los papeles originales de su nacimiento y sus padres adoptivos solo papeles ilegales, así que me lo devolvieron rápidamente.
Se llamaba Carlos, si bien no me rechazaba y extrañaba a sus anteriores papás, me trataba cordialmente y empezamos a congeniar.
Yo busqué hacer todo lo que lo complaciera, escucharlo, comprenderlo y darle todo el cariño que le tenía.
Pude festejarle el cumpleaños numero siete, con payasos, peloteros, compañeritos de su primer año en la primaria…una hermosa fiesta, Carlos era feliz.
Yo, despues de tenerlo, no tuve relaciones con nadie, lo mas intenso fue un pretendiente que me invito a una cita y acepté sus caricias (las devolví) y fue solo eso, nos masturbamos los dos.
Fue la primera vez que sentí lo que significaba estar caliente y mi primer y único orgasmo.
Cuento esto, porque un sábado por la mañana, muy temprano, me levanté porque no tenía mas sueño y me puse a lavar ropa y a limpiar a fondo la casa.
Buscando ropa para lavar, entré a la pieza de Carlos y lo que vi, me cambió (Nos cambió) nuestras vidas.
Estaba como sentado en la cama, con la almohada contra la pared haciéndole de respaldo…
Tenia las piernas extendidas y abiertas, entre ellas habia fotos, fotos mías, de las que nos tomamos juntos, la mayoría eran imágenes de cuando fuimos a la pileta, fotos de mi en maya de dos piezas.
Pero eso no era lo importante, tenia una mano tomando completamente sus testículos y con la otra tenía agarrado su pequeño pene en la parte del tronco y subía y bajaba la mano incesantemente.
Me recorrió un intenso calor que nació en los dedos de los pies y fue subiendo hasta hacer vibrar todos mis órganos.
Sin darme cuenta una de mis manos automáticamente se puso a acariciar mi entre pierna por debajo de la pollera, por encima de mi bombacha.
En ese instante (Yo estaba apoyada en el marco de la puerta) me vio, se puso colorado y paró su movimiento… a mi me salió de corazón decirle:
“¡Seguí, seguí, amorcito, por favor seguí haciéndolo!”
Dudó, pero yo insistí pidiéndole por favor que continuara y fui tan insistente que despacio comenzó a mover su manito nuevamente…
Me fui acercando muy lentamente…el quiso ocultar las fotos, yo le gané de mano y las aparté.
“¿Son fotos de mami?” aun sabiendo la respuesta le pregunté, no habló solo dijo que si con un ligero movimiento de su cabeza.
“Mami te muestra ¿Querés?”
Y sin esperar su respuesta me quité la blusa y el corpiño, dejando mis tetas que no son feas a su vista.
Pude ver que aceleró el movimiento de su mano y volvió a agarrarse los huevos con la otra…
Estaba menos de dos metros de él, me bajé la pollera y quedé solo con mi bombacha puesta.
Sus ojitos me enamoraron, me miraba como si yo fuera una maravilla, se quedo mirando mi entrepierna fijamente, así que me baje y me quité lentamente los calzones, dejando mi vagina (totalmente depilada, como me gusta a mi)
En ese momento soltó sus huevos y estiró su manito hacia mi vulva, me acerqué para que pudiera tocarla y hubo una conjunción de maravillas.
A mí, apenas sentí su dedito tocar mi concha, me hiso tener un orgasmo dulce y prolongado y él en ese momento cerró sus ojos se arqueó elevando su pelvis y dijo en voz alta (casi gritando)
“Mamá me meo!” Y realmente se orino, no era eyacular, pero sin lugar a dudas fue un orgasmo que disfruto a tal punto que buscaba abrazarme, mezcla de vergüenza y de placer.
Lo abracé y lo levante a upa, los dos estábamos desnudos, lo lleve al baño, con agua tibia le pasé el duchador por todo su cuerpecito, lo levanté de nuevo y lo lleve a mi cama…de allí me fui a cambiar sus sabanas, no me habia dado cuenta que seguía desnuda, pero ver que su pene se habia vuelto a poner duro me hiso darme cuenta, me vestí a las apuradas.
En mi mente habia una confusión total, por un lado, el sentimiento de haber tocado el cielo con las manos, de total felicidad, pero también un sentimiento de culpa, de saber que lo que había hecho estaba muy mal.
Volví a vestida, con un calzoncillo limpio en la mano, se lo alcancé y le dije que su pieza ya estaba lista, que se podía ir a acostar.
Se paró sobre mi cama y me abrazó, me decía constantemente “perdon mamá” mientras los hacía, pude notar que lo que quería era refregarme su pito en mi cuerpo y lo dije hacer unos instantes, le di un chirlito cariñoso en su colita y le dije “a vestirse mi amor”.
Me hiso caso de mala gana y lo llevé a su habitación, lo acosté y al taparlo con la sabana se podía ver que seguía con una erección.
Me alejé rápidamente, fui directo a la computadora a buscar datos sobre varoncitos a los siete años, fue sorprendente todo lo que aprendí, me tranquilizó saber que lo que yo habia hecho no estaba tan mal.
No pude contenerme y volví a su pieza, pero se habia dormido, tanto él como su aparatito.
Estaba inquieta, cachonda, caliente…tomé su calzoncillo mojado y en vez de llevarlo al lavarropas, lo lleve a mi habitación, me quite mi bombacha y comencé a fregarme el pequeño slip por mi cotorra, la introduje con mis dedos dentro de la vagina hasta que casi desapareció…lo tomé de la puntita que estaba fuera y lo fui retirando lentamente, mi cuerpo tembló…tuve un orgasmo muy mojado, esta vez la que habia mojado la sabana, fui yo.
El resto del día traté de que pasara normalmente, aunque mi mente no podía olvidar lo ocurrido.
Era una tarde de verano, estábamos en el jardín y de pronto Carlos me dijo tímidamente si me podía sacar unas fotos…él tiene su propio celular y no me pareció nada mala la idea. Le dije que sí, me dijo que las haríamos adentro, él fue caminando delante y fue directamente a mi habitación.
Se sentó en el borde de la cama, preparo el celu y me dijo como algo natural, ¡que me quitara la ropa!
“¡Ah no Carlitos, eso no! ¿Para qué queres fotos mías desnuda?”
Sin dudarlo me respondió que eran para cuando yo no estuviera…
Le respondí:
“Yo siempre voy a estar para vos” Pero igual me fui quitando todas mis prendas, me hacia piel de pollo ver su verguita dura empujando su short.
“Sacate vos también la ropita, me da vergüenza estar yo sola desnuda”
Dejo al celu al costado se saco pantaloncito y calzón, le tuve que ayudar a sacarse la remera.
Apenas quedó una de sus manos liberadas me tocó un pezón, mis pezones estaban extremadamente parados y duros…Cuando sentí su manito sobre mi teta, me agarró como un mareo de calentura…
Trataba de controlarme, de pensar en otras cosas, él tomo el celu y empezó a fotografiar mis pechos, luego mi ombligo y después se concentró en mi monte de venus…me pidió que abriera un poco las piernas y yo obedecía gustosa.
Se sentó en el suelo y yo quedé como un puente sobre él, me sacaba fotos desde abajo una y otra vez, de pronto dejo su celular en el piso y se tomo la verga y comenzó a masturbarse diciéndome “¡Mami, no aguanto más!”
Lo hice acostar en mi cama, me arrodille en el suelo, tome su pito y lo empecé a lamer…gruñía como un perrito y cada tanto decía “¡Mamita!”
Me lo puse dentro de mi boca y me parecía que crecía cada vez más…
Empecé a chupar muy suavemente (Tenía miedo de lastimarlo)
¡Él estaba enloquecido de placer!
Manoteaba para poder tocarme, así que me acosté a su lado con los pies hacia mi almohada, recién entonces sus deditos tocaron mi argolla, me di cuenta que no sabía que hacer, así que junté todos sus dedos con mi mano y fui introduciéndolos en mi vagina, sin dejar de chuparle la pijita.
Con un poco de esfuerzo su puño estuvo dentro de mí. Le pedí que abriera y cerrara su manito, que lo hiciera muy despacio y suavemente…
Sentir sus dedos tocando mis paredes vaginales fue la más fantástica sensación…
Chupé con mas fuerzas moviendo mi cabeza hacia atrás y adelante…
En ese instante tuve un profundo orgasmo con squirt y el me orinaba en la boca, me tomé todo su orín, él se dio cuenta e intentó hacer lo mismo con mis líquidos, algo pudo beber.
Recuerdo que nos empezamos a reír, primero risitas y después carcajadas, era muy divertido lo que acabábamos de vivir.
“Contigo me voy a pasar lavando las sábanas” dije en forma divertida, me respondió riendo.
“Esta vez las mojaste más vos que yo”
Al día siguiente me levanté temprano, quería verlo dormir, quería ver si la tenía parada.
Dormía, me estaba por ir, pero mi instinto fue mas fuerte, lo destape, le baje los calzoncillos y se la chupé.
Se despertó sobresaltado, hasta que entendió la situación…se le paró de inmediato.
Lo acosté arriba mío, abrí bien las piernas, acomodé su pene en mi hueco y le hice presión con mis piernas en su cola, aunque era muy pequeño, estaba tan durito que podía sentir que entraba un poco, de a ratos tocaba mi clítoris y volvía a entrar, tenia la concha tan lubricada que el pobre patinaba en mi tajo.
Me sequé con la sabana y pudimos seguir, en un momento comenzó a mover su cuerpo cada vez mas rápido y me dijo “Mamá te voy a coger”
Le respondí entre suspiros:
“Si mi amor, cógeme, meteme toda tu pija”
Eso fue suficiente para que ambos tuviéramos un orgasmo, como sincronizado, sentía su pis entrando a presión en mi conducto y veía mi squirt pegando contra su pancita…
Lo abracé con todas mis fuerzas y mientras besaba sus labios tiernamente le dije:
“¡MI BEBE!¡MI HOMBRE!”
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Rikisimo
Pienso que este relato grafica lo que muchos hubiesemos querido que pasara. En mi caso no fue mi madre, sino mi profesora a quien he agradecido toda mi vida lo que hizo por mí.
deberiai hacer un relato contando
Capítulo 2
Wow quisiera escuchar mas historias me gustaría ser ese niño