MI BONITA NOVIA Y SU FAMILIA ALGO PECULIAR
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Hansolcer.
De nuevo hola.
Hoy tratare de contar algo que paso cuando tenía unos 24 o 25. Para esa fecha yo trabajaba para el ejército de mi país y mis permisos eran cada 3 semanas. Por esa razón era que todavía vivía con mis padres pues no tenía sentido independizarme si pasaba la mayor parte de mi tiempo en mi trabajo.
Resulta que en uno de mis permisos me encontré con la sorpresa que tenía nuevos vecinos. A la casa contigua se había llegado a vivir una señora joven, 33 máximos. Ella tenía dos hijos, una hermosa niña de 15 y un varón quizás dos años mayor.
Alejandra (Así llamare a la pequeña), era una jovencita de bonito cuerpo, blanca de piel, chaparrita como de 150, cabello riso no muy largo, unas piernas bien torneadas y unos ojitos dormilones que daba gusto que te vieran. No era miss mundo pero era un bomboncito.
Creo que hubo química de inmediato y en mi semana de vacaciones terminamos de novios, sin llegar a intimar sexualmente. Tuve que presentarme al trabajo aunque estuvimos en contacto por teléfono, todo pintaba para ser una relación formal pues de verdad me gustaba mi novia.
El día de mi relato nos encontrábamos conversando en la acera de mi casa, recién entraba la noche y aprovechábamos para los clásicos toqueteos de enamorados, besito por aquí besito por allá etc. Fue su hermano quien nos interrumpió para decir que su madre nos invitaba a llegarse a su casa, que ahí podíamos platicar. Según ella no estaba bien que cachondeáramos en la calle pues según dijo, nosotros éramos una pareja decente. Algo a regañadientes entramos, nos recibió de la mejor manera, conversadora y servicial.
Como su “su casa” era una pequeña sala y un dormitorio, nos sentamos cada uno en su silla en la habitación que servía de sala. Platicábamos cosas cotidianas, nada importante, más por matar el tiempo y complacer a doña Leticia madre de mi novia.
Ella al parecer comprendió que como novios necesitábamos mayor privacidad pues de presto dijo a su hija que iba a salir, seguidamente le entrego las llaves de la casa y pícaramente le hablo diciéndole que podíamos entrar al dormitorio. Ahí nadie los molestara dijo mientras se retiraba.
Un poco incrédulos los dos todavía permanecimos varios minutos afuera, pero como las cosas se fueron calentando optamos por entrarnos, total teníamos las llaves para evitar interrupciones inesperadas. Alejandra y yo nos recostamos en la cama y nos besábamos apasionadamente, despacio y con deseos mas en mi mente no se cruzaba el hecho de tener sexo. Uno por considerar mi relación formal y dos, me parecía un poco sospechoso el hecho de que la madre de mi novia nos dejara tan así como si nada. Pero me domino el deseo, empecé a meter mano bajo la falda de Alejandra, acaricie sus bien formadas piernas desde las rodillas hasta llegar justo a su chochito, estaba ardiente. Bajo su tanga se percibía una vulva grande, mojada, de labios gruesos y rodeados de pelos. Mi niña tenía lo suyo bien resguardadito.
Estábamos a oscuras tendidos en la cama, ella boca arriba y yo ligeramente encima de ella. Como pude le había descubierto sus tetas, un par de bien formados pechos redonditos y duros con unos pezones negros totalmente erectos. Se los mamaba con ansias, los ensalivaba y apretaba con deseo mientras mi mano trabajaba su panocha. Casi sin darme cuenta la tenia encuerada, yo con una terrible erección que denotaba mi verga bajo mis pantalones.
Me había percatado que Alejandra era virgen y aunque estaba totalmente mojada n o daba paso a dar entrada ni siquiera a mis dedos. Quedamente me pedía que no la lastimara, que siguiera, pero despacito decía. La hale al borde de la cama y la coloque de tal manera que me hinque en el suelo y empecé a mamarle su chocho de arriba abajo, puse sus piernas en mis hombros y le daba lengua por fuera y por dentro, masajeaba su cliptoris. Aprovechando la posición en que estaba le metía el más pequeño de mis dedos en su culito y más gemía.
Me deslice sobre ella besando cada parte de su cuerpo hasta llegar a su boca, la bese y le dije al oído que la iba hacer mujer. Me acosté junto a ella y tras quitarme mis pantalones le pedí que me acariciara, que tocara mi pecho, mis tetitas y le baje su mano hacia mi verga. La tocaba en la oscuridad como midiéndola, desde los huevos a la punta. La apretaba y le descubría la cabeza:
– No me va caber – me dijo al oído -.
– Es despacio amor. Te va entrar despacito, prometo no hacerte daño princesa.
– ¿Sabe Robert? Lo amo, y siempre soñé con perder mi virginidad con un hombre como usted.
Sus palabras sonaron como poemas a mis oídos. Olvidando que no estábamos en el lugar indicado la gire en la cama dejando que sus nalgas quedaran frente a mi verga y le bese la espalda, el culo, los pies para luego morderle los oídos y decirle se colocara boca arriba. Yo hincado frente a ella, en medio de sus piernas solo escuchaba su respiración agitada, sus manos me buscaban tratándose de acercarme hacia ella sin lograrlo. Coloque mi verga en lo que creía era su chocho y le pedí que fuera ella quien la colocara en la entrada. Sentí sus suaves manos cuando agarraron el tronco y con delicadeza me guiaba hacia algo mojadito, caliente y deseoso de verga.
Ya con la punta en su lugar me incline hacia ella quien me coloco sus manos en la espalda y me apretaba, me incrustaba las uñas y me pedía que empujara pero con suavidad. Sentía como me pedazo de carne se incrustaba paso a paso rompiendo todo lo que pudiera detenerle. Era extremadamente delicioso entrar en esa vagina, era indescriptible.
En la oscuridad podía sentir a Alejandra sollozar con mi verga adentro, pero más me atraía hacia si diciéndome lo rico que sentía,
– No se mueva amor. me pidió -, creo que su cosota me llego hasta los intestinos – dijo divertida.
Nos besábamos, ella abajo incrustada con mi verga y aprisionándome con sus piernas como para no dejarme ir y yo encima saboreando hacer mía esa mujer que consideraba perfecta. No nos percatamos cuando entro su madre al cuarto, quizás con otra llave. Escuchamos su voz en la cama de junto pidiéndonos no dejar de hacer lo que hacíamos.
– Sabe – me dijo -, siempre quise saber cuándo Alejandra perdiera su virginidad. ¿Le molesta si enciendo la luz?
Sin esperar respuesta nos vimos descubiertos totalmente desnudos, mi novia nerviosa y yo sin saber que pensar. No todos los días estas cogiendo con alguien que te importa y su madre te mira como microbio bajo lente de laboratorio.
– Mi niña – dijo la señora – sigue chiquita. Solo quiero ver, ah veo que ya eres una mujercita y has empezado con buen pie eh. Menuda verga te ha entrado – decía mientras atrás mío checaba-.
Vamos yerno no sea malito, dele, dele a mi hija quiero ver como disfruta. Empújele hasta los huevos. Quiero ser testigo de este momento.
Algo repuesto bese a Alejandra y vi en sus ojos algo que me dijo que siguiera y empecé a sacar mi verga casi a totalidad, luego me deje caer de un solo. Mis huevos se estrellaron en su culo y aunque mi novia pujo de manera exagerada seguí metiendo y sacando como enajenado. Mi suegra observaba y sonreía.
Se acostó en la cama contigua y nos veía con ojos de lujuria o envidia que se yo. Alejandra habíamos vuelto a tomar el ritmo y ambos chuleábamos rítmicamente. Aunque toda mi atención estaba en complacer a mi novia no pude dejar de ver cuando mi suegra se recostó boca arriba y abrió completamente sus piernas mientras se quitaba sus calzones. Se descubrió hasta la cintura mostrándome un cuerpo muy parecido al de Alejandra y empezó a darse dedo en su peludo chocho. Su respiración agitada decía cuanto grado de excitación tenia, veía como arqueaba su cuerpo y se introducía los dedos adelante y en su culo. Sus gemidos eran constantes y de gran intensidad.
Yo incrédulo más me empalmaba y ya soñaba que me pedía penetrarla, pero hoy por hoy le daba mis más crueles embestidas a su hija quien fruncía su rostro dejando entrever que le dolía pero más me atrapaba con su cuerpo. Mi suegra se levanto y se dirigió a la puerta del cuarto y hablando fuerte le pidió a su hijo que entrara. Este estaba medio desnudo con los pantalones a la rodilla masturbándose:
– Entra – le dijo su madre -. Dale satisfacción a mamita.
Lo vi meterse entre las piernas de mi suegrita y dejarle ir de un solo toda la polla. Culeaban rápido, excitados y parecían animales en celo. En dos patadas el chico se paro en la cama y saco su verga arrojando leche sobre su madre, ella abrió su boca tratando de contener algunas gotas. Ella se hinco frente a su vástago y empezó a mamarle su instrumento mientras se dedeaba su panocha moviéndose hacia adelante como si quisiera ensartarse en algo.
Alejandra y yo estábamos cansados pero aun así decidimos cambiar de posición. Yo sentí mi verga a reventar pero quías por haber perdido el hilo mental de la cogida no había acabado, mi novia había arqueado su cuerpo en dos ocasiones producto de dos orgasmos. La coloque de perro sosteniéndose al respaldo de la cama, acaricie sus nalgas y le di un apasionado beso en el ojete de su culo. Su raja casi cubrió mi cara, pero pude ver como mi suegra y mi cuñadito se miraron y sonrieron. Me separe mostrando mi verga en total erección y empuje en el chocho de Alejandra quien emitió un quejidito pidiéndome que la tratara más suavemente. Empecé a cabalgarla con ganas sosteniéndome de sus caderas, disfrutaba viéndola balancearse al ritmo de mis embestidas. Sus tetitas aun con la gravedad conservaban su dureza y rigidez.
Como es natural no tardamos en llegar a un explosivo final, ella se pego al respaldo y apretó sus nalgas. Paró en seco y grito cuanto le gustaba, cuanto me amaba y lo mucho que deseaba repetirlo. Le saque mi verga y parándome en la cama derrame cada escupitajo de semen en su espalda, era erótico verme palo en mano, mi novia de perro sostenida en los barrotes y mi suegra mamándole la verga a su hijo.
Fue sorpresivo cuando la vi caminar hacia mí y sin darme tiempo a reaccionar se colgó de mi verga y la mamo, la mamo con ganas. Sentía su lengua deslizarse por todo mi tronco, se metía mis bolas en la boca y miraba hacia arriba mientras me decía:
– ¿Te gusta mi amor? ¿has de creer que soy una puta verdad? En realidad d quizás sea una puta, pero que se puede decir. Mi marido me dejo cuando recién parí a Alejandra y el señor que dice ser mi marido ni siquiera viene. Cuando lo hace a veces no se le para y tengo que conformarme con simples masturbadas.
Lo veo a usted – me dice con respeto – y veo a un macho con todas las de la ley, un yerno que sabrá darle verga a mi hija cuando ella lo necesite.
Júzguenos si quiere o complazcamos a las dos.
Ver a mi suegrita parada con mi verga en la boca, mi novia de bruces en la cama y mi cuñado masturbándose no era la mejor manera de terminar aquel día. De momento puse mis manos sobre la cabeza de suegra y le marque el ritmo a la mamada, mi palo estaba de nuevo entrando en calor. Luego me recosté junto a Alejandra y todavía con mi suegra prendida a mi verga la bese en la boca y le sobre sus tetas. Abrí mis piernas y vi como la madre de mi novia se subió a la cama y se coloco sobre mi para luego empezar a bajar hasta presentarme la entrada de un chocho que hasta goteaba de mojado. Sentí hasta escalofríos cuando las nalgas de mi suegra cayeron sobre mis piernas cuando se ensarto de un golpe. Era una hembra madura, con experiencia. Sus movimientos fríamente calculados, de arriba abajo lento, en círculos algo mas rápido, luego cabalgando como si tratara de ganar una carrera. Era un jinete experta en galopar sobre la verga. Veía sus tetas caer sobre su pecho y su cabellera moverse salvajemente a su ritmo. Ella misma coloco sus manos en sus caderas y me pidió que le golpeara suavemente, me excita – me dijo-.
Subía y bajaba con fuerzas a punto de sacarse toda mi verga. Mi palo completamente mojado se deslizaba dejando entrever que las venas estaban llenándose de leche nuevamente y ella lo supo, se bajo y me dijo:
– Papi quiero que me des por el culo.
Se coloco boca arriba al borde de la cama y levanto sus piernas. Yo me baje y tomando sus pies en mis hombros puse la cabeza de mi miembro en su ojete, le escupí saliva y de un solo le mande mis 17 cm de carne a su interior. Al parecer no estaba acostumbrada a tanto grosor pues no pudo evitar maldecirme, pero ya mi verga estaba completamente dentro jajajaja. Empuje fuerte dejándome caer con golpe, ella balbuceaba que le gustaba, que le diera más fuerte, que era su mejor cogida. Alejandra se había levantado y le sostenía la cara.
– Bésame cariño – le dijo mi suegra-.
Las vi unirse de boca y en ese mismo momento lanzo un grito que me demostró que había acabado, luego vi como su chocho destilaba líquidos en abundancia. Saque mi verga y me coloque de tal manera que ambas mujeres pudieran mamarme el miembro mientras derramaba mi leche. Full de excitación no pude obviar los quejidos que se oyeron en la cama donde se encontraba mi cuñado, su verga también echaba chorros de semen que esparcía a casi un metro de donde estaba.
– Ven mi hijo – le dijo mi suegra – .
Se paro junto a mí y ella misma empezó a limpiarlo con su boca. Alejandra hacia lo propio con mi tranca. Serian las 10 de la noche, me vestí pues al día siguiente debía presentarme a trabajar, de momento analizaba que la familia de novia también tenía sus secretos.
Quizás no sea erótico mas quise contarlo. No hubo otra vez, por cuestiones de mi trabajo no llegue a mi casa sino hasta tres meses después. Mi novia tenía pareja y mi suegra compartía con ellos. Según dijo Alejandra: creyó que siendo un soldado, yo no volvería.
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