MI CALIENTE SOBRINA

Me recibió con un… -Pase tío y me ayudas con mi tesis mientras viene mi esposo, que llegará en dos horas y quedo de avisarme antes de salir de la empresa que ya venía en camino, (esto era como un aviso de aprovéchame).
Tengo 43 años cumplidos y 16 de casado, sin hijos porque mi esposa es estéril.  El caso es que mi sobrina que tiene 20 años, se caso muy joven hace dos años y a raíz de un encuentro en una fiesta familiar ella empezó a acercarse muy coqueta, y  cuando estuvimos solos, alejados de la vista de su esposo fue más atrevida. Ella es de tez blanca  y delgadita. Sus labios son atractivos y sus ojos verdes me matan, su pelo negro lacio le llega a los hombros.

Hace una semana, mientras llovía en mi ciudad, al terminar la tarde después de salir del trabajo, pasé por el apartamento de mi sobrina, ella estaba sola y me había pedido la ayudara con unas explicaciones para su tesis. Cuando abrió la puerta me dedicó la mejor de sus sonrisas. Sus labios me vuelven loco, pero nunca intente nada.

Me recibió con un… -Pase tío y me ayudas con mi tesis mientras viene mi esposo, que llegará en dos horas y quedo de avisarme antes de salir de la empresa que ya venía en camino, (esto era como un aviso de aprovéchame) y tomándome de la mano me llevo al estudio. Eso sí, percibí en ella cierto nerviosismo.

Fuimos al estudio, ella ubico dos sillas frente al computador  se sentó a mi lado,   su falda quedo bastante más arriba de sus rodillas y su blusa la tenía con los botones superiores abiertos de manera que podía ver  sus senos erectos de punta rosadita y sin sostén. Me sentí aturdido, pero no dije nada. Vi la pantalla donde estaba la información sobre la que ella me haría las preguntas, y estaba en eso cuando su mano se posó sobre mi pierna izquierda muy cerca de la ingle y con su dedo meñique comenzó a rozar mi verga que se comenzó a poner erecta.

Los hechos me turbaron tanto que le di las respuestas a los temas que eran muy elementales  y hasta llegue a pensar que ella de seguro sabía las respuestas y por eso no me demore más de quince minutos en las explicaciones. Durante este tiempo su pierna rozaba la mía con mucha sensualidad y su falda intencionalmente se había recogido tanto que estaba a centímetros de asomar su panty. Concluidos los temas creí que lo mejor era marcharme antes que sucediera algo entre los dos.  Pero ella astutamente me tendió la trampa,  tomó mi mano la puso muy arriba sobre su pierna y al primer contacto con su piel sentí un corrientazo en todo mi cuerpo. Era evidente que me estaba invitando a que la acariciara. Mire el reloj y vi que su esposo tardaría en llegar al menos una hora y media y me deje llevar por ella.

Luego acerco su boca a la mía y me dio un primer beso, se separo y me miro a los ojos con una cara de picardía increíble. Cuando nos volvimos a besar, fue un beso largo y apasionado, y esos labios que tanto desee antes, me atraparon.

Ella insistió en que acariciara su pierna y cuando subí mi mano esperando encontrar su panty, tuve la sorpresa que estaba desnuda bajo su falda y al tocar su concha sentí una abundante lubricación que me permitió deslizar dos dedos dentro de su rajita. Eso hizo que ella apretara mas fuerte nuestro beso y al separase me dijo al oído, tío te deseo… y quiero tenerte dentro de mí.

Después de esas palabras nos fuimos quitando la ropa, quedamos totalmente desnudos, ella volvió a tomarme de la mano y me llevo a su habitación y allí yo la seguí besando mientras me le volcaba sobre su cuerpo, muy estilizado, sus senos pequeños pero muy paraditos, un suave vello en su pubis, bien delineado, como de modelo, sus caderas con unas curvas que me atraían.  Hubo muchas caricias y le di sexo oral  por al menos cinco minutos hasta que vibró y se tensó en un largo orgasmo. Gimió abiertamente y pensé que todo terminaba, pero ella me tomó del brazo cuando quise abandonar la cama y me dijo:

-Quiero sentirte dentro de mí, tiito».

Me excite terriblemente, ella separo sus piernas y me subí sobre ella hasta quedar enfrentados nuestros sexos. Ella tomo mi verga y la ubico en la entrada de su conchita y cuando empecé la penetración comencé a sentir una deliciosa estrechez, ella empezó a gemir,  pidiendo más, entonces decidí penetrarla con fuerza, Tome una crema que encontré a mi alcance y lubrique muy bien mi verga y luego volví a introducir mi verga en su estrechita concha. Ella volvió a gemir ahora con más volumen y eso me dio más ganas y le dejé ir todo mi miembro dentro. Entré y salí como treinta veces, cada vez más profundo hasta que ya no pude más y temí terminar en su interior, lo que podría acarrear un embarazo y destruir su matrimonio, entonces intente sacar mi glande pero ella me abrazo con sus piernas y me pidió que le dejara todo mi semen en su interior, le dije que la podía embarazar,  pero me aclaro que tomaba anticonceptivos y deseaba disfrutar mi semen dentro de ella.

Cuando nos separamos mi semen comenzó a rodar por el interior de sus piernas, pero ella deseaba mas sexo entonces  le apliqué crema  en su rosadito ano, lubrique mas mi verga que ya se había vuelto a poner dura gracias al estar observando el maravilloso cuerpo de mi sobrina. Puse la punta de mi verga en su huequito mientras la tomaba de las caderas. Y sentí que empezó a entrar con dificultad, le di dos palmadas en sus nalgas y ella respingo su trasero.  Sus hermosas nalgas adornaban aquel precioso culito y haciendo un poco de esfuerzo dejé dentro la cabeza de mi verga, y a su pedido me quede quieto. Cuando ella me dijo sigue,  metí todo mi miembro y ella mordió la almohada.

Mi verga quedo toda adentro de su ano y así estuve descansando hasta que ella se reanimó, pero no se movía mucho. De pronto mi sobrina soltó un suspiro y me pidió que la empezara a follar, me dijo que era la primera vez,  que le tuviera paciencia. Entonces con suavidad empecé a entrar y salir pero por lo apretada que estaba mi verga dentro de ella no aguante mucho tiempo y le avise que no podía más, me dijo… tiito,  llena mi culo con tu lechita.

Al terminar se vistió sin ropa interior, solo con su falda y la blusa y me acompaño a la puerta, después de agradecerme por haberla hecho tan feliz y agregando… Espero que vuelvas pronto y me dio un fuerte beso.

Ahora me llama por lo menos dos veces a la semana  a mi oficina y mi secretaria  empieza a sospechar y sonríe maliciosa cuando me dice lo llama su sobrina, señor.  Por ahora  no sé en qué va a parar esto.