Mi culpa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Alatriste.
Han transcurrido unos años desde la muerte de mi madre y casi por casualidad, descubri su diario en un doble fondo de un cajon. Lo componen cuatro pequeños volumenes de los cuales he extraido parte, dandole un formato de narracion, transcribiendo los parrafos completos y cuando no ha sido posible, siendo fiel al estilo de la autora.
Antes de empezar con el relato voy ha describir a mi familia cuando corrian los años 70 en España. Mi padre era militar, hombre de fuerte convicciones morales, jovial y cariñoso con su mujer y su unico hijo, algo mayor que su mujer, un buen padre en resumen, tenia la ilusion de ahorrar lo suficiente para poder comprarse un barco y disfrutar del mar, que era su pasion,. con su familia en los veranos.
Mi madre era una mujer de 40 años, enamorada de su marido y esencialmente feliz con el papel de esposa y madre, una mujer que aun se sabia hermosa, fiel, inteligente y segura.
Y quedo yo, un adolescente de 17 años, terminando el bachillerato para ingresar en la facultad de medicina y darles el gusto a mis padres, como asi ha sido, reprimido sexualmente como lo estaba el pais en esos años.
En resumen eramos una familia tipica de la clase media española. Con las ilusiones y frustraciones de la epoca que nos toco vivir, por lo que quizas sea conveniente pasar directamente con el relato.
Hoy he tenido que volver ha coger dinero de la caja de seguridad para poder llegar a fin de mes, no me puedo permitir otra discusion con Juan por el mismo motivo, seria un fuerte golpe descubrir que su mujer le ha vuelto a fallar, no tenia que haberme pasado comprando caprichos innecesarios, si pudiera los devolveria, tengo que hablar con mi hijo y explicarle que me he visto obligada, espero que lo entienda y me ayude.
Todo ha salido bien, he justificado el gasto con una factura del colegio por material, que me trajo Eduardo, no se como la ha conseguido, Juan se lo ha creido aunque comento que le parecia excesivo, juro que sera la ultima vez que me meto en problemas de este tipo. Le he dicho a mi hijo que ha demostrado ser todo un hombre, para agradarle, me contesto que lo unico que se ha demostrado es que le habiamos mentido a su padre, me ha hecho mucho daño.
Cada dia que pasa me siento mas orgullosa de mi hijo, se esta convirtiendo en "un guapo mozo", no se si es por mirarlo con ojos de madre, pero no logro verle ningun defecto, es adorable, cada dia lo quiero mas, soy incapaz de negarle nada y Juan tampoco, no se como me va a sentar cuando traiga una novia a casa, en fin quedan unos años, espero, tengo que ir asimilandolo es ley de vida.
Me tiene preocupada, hoy he descubierto revistas pornograficas en un cajon de su cuarto, y en su ropa interior habia restos de semen, se lo he comentado a Juan para que le reprenda, porque es un tema que debe solucionar el como padre, pero no ha querido darle importancia, dice que es normal y no hay que escandalizarse, no estoy de acuerdo, me parece vergonzoso, no quiero que mi hijo se convierta en un obseso.
No se si son imaginaciones mias pero hay veces que me da la impresion de que se fija en mis pechos y en mis piernas, haciendome sentir incomoda, se lo he vuelto a decir a mi marido y me ha comentado que no me preocupe, que esta creciendo y como la unica mujer de la casa soy yo, es con la que puede satisfacer su curiosidad. Sigo pensado que debe hablar con Eduardo y prohibirles las revistas, ya tendra tiempo cuando se case de mirar a su mujer todo lo que quiera.
Eduardo cada dia esta mas cariñoso e ilusionado con las vacaciones, ya no me preocupa tanto sus miraditas, me estoy acostumbrando y ahora pienso que no es tan grave.
Hace unos dias que no escribo, desde que estamos de vacaciones, este año hemos arrendado una casa en Punta Umbria, a pocos metros de la playa, por mediacion de un amigo de mi marido. Lo estamos pasando muy bien, es una pena que Juan tenga que volver a Sevilla, me quedare sola de lunes a viernes, si tiene servicio el fin de semana sera peor, si por mi fuera me iba con el, pero Eduardo se esta divirtiendo mucho y Juan no quiere que volvamos hasta que no empiece la universidad, asi no dejamos la casa y podemos seguir disfrutando los fines de semana. Hace un par de dias vimos a mi hijo con unas muchachas, a mi me parecieron de mas edad que Eduardo y vulgares, Juan se rio de mi y me acuso de celosa, no son celos, solo que me da coraje que con lo que vale, lo engatuse la primera que llegue.
Eduardo se ha presentado con las manos hinchadas, se puso hacer submarinismo con unos amigos y le ha picado una medusa o algo urticante, el medico le ha vendado las manos y me ha comentado que se las quitara en 8 o 10 dias, si no se le infectan las ampollas. La situacion es incomoda y un poco delicada, tengo que darle de comer, lavarlo etc.
Hoy en la ducha tome mi papel de enfermera con profesionalidad, lo enjabone. Tiene un cuerpo imponente y aunque esta feo que lo diga su madre, ¡lo bien dotado que esta!, va hacer feliz a cualquier mujer. El parecia un poco avergonzado y yo estaba nerviosa, despues pense que era la primera vez, las siguientes serian menos embarazosas.
La ducha se ha convertido en un momento turbador, Eduardo se le nota que disfruta, cuando le enjabono sus partes no llega a excitarse completamente, pero el aumento de su miembro es evidente, dudo en comentarselo a Juan este viernes.
Hoy me dijo que le tirase de su piel para atras, porque llevaba unos dias sin limpiarse en condiciones, habia empezado a oler y ademas podia infectarse, lo dijo muy serio, mirando fijamente los azulejos, no he tenido mas remedio que acceder, no veia ningun motivo para negarme, se la cogi con la mano izquierda, estaba semirigida, inconscientemente se me acelero el corazon, note en mi mano como se iba hinchando mientras lo lavaba, cuando lo estaba secando, el bulto estaba casi totalmente erecto, volviendo a su estado normal en poco tiempo. Si soy sincera, no puedo decir que haya sido desagradable y precisamente por eso me siento culpable.
Ya se ha marchado Juan, no le he comentado nada, probablemente por mi complejo de culpa, pero si esto sigue asi, primero, tendre que poner remedio y segundo, la semana que viene se lo contare a mi marido.
Estoy nerviosa, tengo un desasosiego, si soy sincera ya no es por mi hijo, es por mi, cuando hemos hecho el amor, me venia a la mente el miembro de Eduardo, intentaba concentrarme con cualquier otra cosa que me excitase pero inevitablemente en los preludios del climax, recordaba el pene creciendo en mi mano, he tenido orgasmos de mayor duracion e intensidad que los normales, hasta mi marido se sorprendio, comentando con sorna "como se nota la abstinencia de la semana reina". Quedan dos duchas antes que le quiten las vendas.
Entre en el cuarto nerviosa, cuando me decidi a mirarlo, estaba casi erecto, se lo enjabone dando por concluido el baño, me dijo "limpiamelo bien mama", me indigne replicando:
¡No! ¡Es vergonzoso! Y señalandole sus partes ¡Y con tu madre!
Se puso rojo como un tomate, Soy un hombre y no lo puedo evitar, siento que solo estes tu.–lo dijo casi llorando.
De golpe solo vi a mi niño, a mi niño pequeño, intente acercarme pero me echo con un sonoro:
¡Vete!
Estuvo todo el resto de la tarde seco y cortante conmigo. Por la noche lo llene a besos, le dije que perdonara, que soy una antigua, mañana se lo iba a lavar muy bien, que era mi rey. No puedo verlo enfadado, me rompe por dentro.
Por la mañana estuvo muy amable, a ultima hora de la tarde estaba esperandome, llevaba puesto una camiseta blanca muy fina y una falda, lo enjabone a fondo, estabamos bromeando pero cuando tenia su pene en mi mano nos quedamos en silencio, se le irguio casi instantaneamente, no quise darle importancia, mire a mi hijo con la intencion de tranquilizarlo, tenia sus ojos clavados en mis pechos que se transparentaban levemente donde habia salpicado el agua, se me subieron los colores, su respiracion era entrecortada, mis pezones decidieron ponerse erectos, me volvi asustar. Cuando le estaba secando notaba el tacto de su mirada en mis pechos, sali del cuarto de baño inmersa en el mismo silencio.
Hoy le han quitado las vendas, he suspirado, me quito un peso de encima, no me gusta el cariz que estaban tomando las dichosas duchas, en fin ya ha pasado y todo debe volver a la normalidad, estoy deseando que vuelva Juan, esta semana tiene servicio y quedan muchos dias.
Mi marido tiene razon, me pongo celosa, fuimos a la playa, Eduardo no quiso dejarme sola por lo que se quedo con sus amigos al lado de mi sombrilla A mis cuarenta años todavia atraigo, se me acerco un muchacho en la treintena, Eduardo lo observo por unos minutos, cuando me di cuenta tenia a mi hijo al lado.
¿Te esta molestando? No.-conteste para evitar problemas De todas formas, me voy a quedar un rato"-se sento. No me voy a comer a tu mami chaval –exclamo impertinentemente el desconocido.
Mi hijo se puso de pie enfrentandose al extraño.
Ni yo lo voy a permitir, por lo que deberias seguir tu camino –le contesto mi hijo con firmeza. Vale leon, no me arañes, quedate con tu leona.
Cuando se acomodo a mi lado tenia las facciones tensas, le abrace susurrandole al oido
No necesito a tu padre para sentirme segura
Me sonrio dandome un beso en la cara, conversamos durante un rato hasta que se reintegro al grupo de amigos y amigas que lo recibieron con silbidos y bromas por el incidente. Las carnes se me salian del bañador, era la madre mas orgullosa del mundo, me quede mirandole embobada.
Me percate de que una de sus amigas centraba toda su atencion en mi Eduardo, era una muchacha rubia y si fuese imparcial bastante bonita, senti una animadversion inmediata, sus burdos intentos de seduccion me irritaban, estaba celosa, creo que todas las madres, tarde o temprano, sienten celos de que otra mujer la aparte de la atencion de su hijo.
Ayer noche estabamos sentados en el divan viendo un anodino programa de television, en la cena mi hijo no dejo de mirarme los pechos, llevaba puesto un vestido escotado, no me senti incomoda mas bien halagada, habiamos abierto una botella de vino por lo que el ambiente era distendido, entre broma y broma me puse acariciarle el pelo, se puso mimoso, recostandose mas en el sofa, me bajo la mano a la cara y despues al pecho, con alarma descubri que intentaba ponerla encima de su abultado sexo, la retire.
Anda mama acariciame. ¡Ahi no, es indecente!. Y a ti que mas te da, se buena. ¡Te he dicho que no!. Anda hazme ese favor, me apetece mucho – mientras hablaba se acariciaba muy despacio por encima de las calzonas. ¡No! ¡no insistas y esto se lo voy a decir a tu padre!. Pues diselo, yo tambien le contare un par de cosas. ¿Que insinuas? Tu sabes lo que digo. ¿Me estas haciendo chantaje, a tu madre? Llamalo como quieras pero acariciame. — me habia puesto de pie e intento sujetarme por el brazo.
Di un paso atras replicandole con rabia.
¡Pelatela tu solo!.
Sali enfurecida y me encerre en mi cuarto. He estado llorando y ahora a las tantas de la madrugada, estoy confusa y dolida. Tengo que hablar con Eduardo y poner las cosas claras.
¿Donde estas Juan? Donde estas, ahora que tanto te necesito.
Desde esta mañana hasta despues de cenar no nos hemos cruzado palabra, yo estaba irritada y el indiferente, la cena ha sido tensa hablando lo justo, mientras recogia la mesa escuche como encendia el televisor, respire hondo y me dispuse a tener la charla con mi hijo.
Tenia el discurso preparado pero no se desarrollo como pensaba, me rebatio cada unos de mis argumentos, que me lo tomaba a la tremenda, que simplemente era un favor que me pedia, me mantuve firme, su tono fue amable y cariñoso, no logre que se sintiera culpable en ningun momento. Estabamos en punto muerto por lo que cambio de actitud.
Cuando te he hecho falta te he ayudado, sufri para traerte una factura con la firma del director, porque sabia si no era asi papa se daria cuenta, ¿sabes que es delito lo que hice por ti? Y ahora te pido un pequeño favor y te niegas, yo no soy un mal hijo, tu eres una mala madre. ¿Mala madre? Si accediese a lo que me pides, si seria una mala madre, lo que me pides es de degenerados. Me da igual, si soy un degenerado, pues bien, lo soy, y este fin de semana papa se va ha enterar que tiene un hijo degenerado y una mujer ladrona.
Me derrumbe, las lagrimas corrian por mis mejillas, intento abrazarme y me resisti, pero me quedaban pocas fuerzas, me besaba en las mejillas diciendome:
No quiero estar enfadado contigo. No me hagas pasar por esto. En la ducha te gusto No Estas no decian lo mismo. — intento tocarme un pezon con un dedo, lo aparte. Venga acariciame. Pero no me toques
Asintio con la cabeza mientras se recostaba con los parpados cerrados. Le acaricie el pecho, poco a poco fui descendiendo, le agarre el miembro por encima del pijama, se lo bajo a media pierna, le mire al pene, estaba hinchado, cerre los ojos y empece a masturbarlo, notaba como se aceleraba su respiracion, aumente el ritmo y de pronto exploto, sali casi corriendo encerrandome en mi habitacion, me tire sobre la cama rompiendo a llorar desconsoladamente, inconscientemente me limpiaba el semen en las sabanas.
Se ha vuelto a marchar Juan, ha notado que estaba un poco apagada, ¿Como le cuento que he masturbado a su hijo tres veces esta semana?
Eduardo esta siempre pendiente de mi, me hace los recados, me ayuda con la casa, es como si me quisiera compensar por los "favores", nuestra relacion se esta normalizando, no lo masturbo todas las noches, unas tres veces por semana, ahora quiere elegirme la ropa, algunas veces no tengo mas remedio que acceder, le encantan los camisones finos y cortos, suele pedirmelo en la siesta, mi marido llega del cuartel sobre las seis de la tarde (habiamos vuelto de las vacaciones). Me da un beso en la mejilla y se tiende en la cama, normalmente lo encuentro desnudo con la luz encendida, desde que entro en su cuarto me recorre con la mirada, me siento en el borde de la cama, empiezo muy lentamente, me suele subir el camison o la falda hasta la ingle. Ahora esta empeñado en que me quite el sujetador.
¿Que siento? Culpabilidad ¡ Si ! pero me excito, no lo puedo evitar y el lo sabe, los pezones se me marcan, hay dias que casi espero que me llame, me siento sucia.
Juan me ha comprado un vestido precioso para una cena de despedida con los compañeros (mi padre se marchaba por razones de trabajo un mes al extranjero), mi marido estaba muy ilusionado, me arregle a conciencia, queria agradarle, Eduardo me contemplo y vi en sus ojos que le gustaba, cuando se despedia me susurro al oido "estas preciosa".
La noche fue muy agradable, conversamos con antiguos amigos y a la vuelta recogimos a mi hijo en el centro, en el rellano de la escalera senti una mano recorriendome el culo, intentando introducir un dedo entre mis nalgas, mi marido estaba abriendo la puerta, la aparte de un manotazo, Juan pregunto extrañado. ¿Que pasa? Nada, un mosquito que parecia un caballo.-respondi un poco alterada. Los grandes no pican.-contesto distraidamente.
A la mañana siguiente he intentado reñirle, insistiendo en la regla de no tocarme y menos delante de su padre, me ha vuelto a amenazar con contar lo de la factura, le he suplicado consiguiendo arrancarle una fragil promesa, pero a cambio de ceder que en el tiempo que estuviese fuera mi marido, me pondria lo que el quisiese y me podria besar en la boca, he aceptado.
Hace unos dias fuimos a comer con los abuelos, me habia elegido un conjunto de blusa y falda tableteada de mi vestuario, todo se iba desarrollando normalmente, mientras mi suegro se retiro a descansar, nos quedamos conversando con mi suegra, cuando me di cuenta que me hacia imperceptibles gestos para que le enseñase las bragas, no me quise dar por aludida, se metio en la conversacion derivandola hacia lo buena persona que era su padre y que debia de tener mas cuidado con las personas que tenia alrededor porque se aprovechaban de su confianza.
Mi suegra, como no, intento meterle los dedos sorprendida por su comentario, con un gesto que pareciese casual descruce las piernas y separe un poco las rodillas, la abuela le seguia insistiendo para que se explicase, el daba largas, cogi el bolso y con la disculpa de rebuscar en su interior, abri las piernas. Eduardo como si claudicase, inocentemente, comento que no deberia haber permitido que lo eligieran para este viaje, que siempre le tocaba lo que nadie queria etc., mi suegra se echo a reir, le dijo que no se preocupase que a Juan no era facil engañarlo, lo ocurria es que estaba dolido por la ausencia de su padre, la vida militar era asi, ella lo sabia bien que estuvo casada 35 años con uno, dando por terminado el tema. A partir de ahi, de vez en cuando buscaba la ocasion de separar las rodillas de forma que pareciese casual, mi hijo no comento nada mas.
Ha sido la primera vez que me exhibo delante de alguien que no fuera mi marido, en un principio me sentia incomoda, principalmente por la presencia de la beatona de mi suegra y paulatinamente, segun fue pasando el panico, me gusto sentir la complicidad entre el que observa y la observada. Mi hijo esta sacando de mi , lo que yo nunca me podia imaginar.
Ayer sabado, cuando volvio de jugar al baloncesto con los amigos, me encontro en la cocina, me saludo cariñosamente, piropeandome sobre lo guapa que estaba, se acerco por detras, me pidio que me quitase el sosten y me desabrochase los dos primeros botones del vestido enterizo que llevaba puesto. Considere inutil negarme, por lo que pase al dormitorio, cuando termine de guardar el sujetador, me fui abotonando el vestido delante del espejo, dejando los dos ojales superiores libres, me percate de que por pequeña que fuera la inclinacion se me veia el pecho sin dificultad, estire la tela todo lo que pude y me dirigi a la cocina, Eduardo estaba en su cuarto escuchando musica. Durante la comida se recreo con mis senos, sabia que estaba excitado, habia estado provocando situaciones para contemplarme a gusto, pero cuando terminamos de almorzar se fue a su cuarto, me dejo perpleja, transcurrio una hora cuando termine con las tareas de la casa, me sorprendio en el pasillo aprisionandome contra la pared.
Me prometiste no tocarme.-balbucee. No te voy a tocar, solo a besarte.-me susurro mientras me pasaba la lengua por el lobulo de mi oreja. Solo besarme.-me defendi.
Recorrio mi cara lentamente con la punta de su lengua, deteniendose en mis labios que mantenia cerrados, los lamio suavemente. Mi corazon golpeaba salvajemente mi caja toracica, notaba la dureza de su sexo contra mi vientre.
Vamos a mi cuarto.
Me llevo de la mano, despojandose del batin cerca del lecho, quedando completamente desnudo. Me sente en el borde.
Dame placer.-murmuro.
Pose mi mano en su muslo y la fui subiendo hasta llegar a su pene. Con su mano izquierda fue abriendome el vestido despacio, muy despacio, dejandome practicamente desnuda. Su excitacion aumentaba, me atrajo hasta que mis labios se posaron en los suyos, su lengua pugnaba por introducirse en mi boca, perdi la cordura, empezando a besarlo desesperadamente, los dedos de su manos se enredaron en mi pelo, senti que era el primer beso de mi vida, mis pezones se clavaban en su pecho cuando noche el chorro de esperma en mi hombro, me desperte del encanto.
Tengo los ojos rojos de tanto llorar, he sido infiel a mi marido con su propio hijo, ¿Como podre mirar a Juan cuando vuelva la semana que viene?, no he salido del cuarto desde ayer tarde, la claridad del amanecer se filtra entre las cortinas, creando tristes sombras por el dormitorio.
Juan esta ajeno a lo que esta ocurriendo en su hogar, no ha vuelto a pasar nada, desde aquella tarde, Eduardo esta muy centrado en sus estudios y su relacion conmigo es como la del cualquier hijo con su madre, a empezado a salir con una chica, mi marido dice que es preciosa y a mi me comen los celos. Inconscientemente me arreglo como se que le gusta pero parece haber perdido todo el interes. Estoy enamorada del padre y del hijo, no puedo pasar sin ninguno de los dos.
Ha pasado un poco mas de un mes sin que mi hijo demuestre nada por mi, me estaba auto convenciendo de que mis celos debian dejar paso a un sentimiento mas convencional de madre, pero hoy he visto a Esmeralda (actualmente es mi mujer) manoseando a mi hijo y la he odiado, tengo que controlarme y olvidar emociones antinaturales.
A Juan le ha coincido una fiesta baile en el cuartel estando de servicio, le ha dicho a Eduardo que se pase a ultima hora para que nos fueramos los dos juntos a casa. Me he acicalado a conciencia, con un vestido que sin levantar murmuraciones, realza todas las virtudes de mi cuerpo, mas de un compañero de mi marido se me ha insinuado. Una vez se habian despedido la mayoria, me meti en el servicio y me quite el sujetador, me puse el abrigo encima para que no se notase. Eduardo tardo en llegar, por lo que Juan pidio un taxi inmediatamente. Cuando llegamos, me despoje del abrigo, no note ninguna reaccion en mi hijo, le pregunte:
¿Quieres un refresco antes de acostarnos?, tengo la boca seca.
Me contemplo un instante.
Si.-contesto con una sonrisa. Mientras me pongo algo mas comoda, ¿por que no lo vas preparando tu? Yo lo preparo, pero no te cambies, asi estas hermosa. Bueno pero por lo menos dejame que me quite las medias. Estupendo, ¿te sirvo una Coca Cola? No, prefiero una limonada.
En el dormitorio me sentia como una novia en su noche de bodas, cuando entre en el salon me pare delante de una lampara de mesa con la disculpa de colocar las bebidas, sabia que se translucia perfectamente mi figura. Estuvimos hablando de sus amigos, de la cena, etc., sin darle importancia me pidio que me subiese el vestido por encima de las rodillas.
No empieces por favor, ¿no podemos ser una familia normal? Subete el vestido.-respondio laconicamente.
Deje mis rodillas al descubierto y permaneci en silencio.
Tienes unas piernas preciosas. Esmeralda ¿no tiene unas piernas bonitas? Si, aunque no se cuales saldrian ganando.
No pude reprimir una sonrisa. La tension se diluyo. Seguimos conversando, no dejaba de observar cada cruce de mis piernas. Se levanto colocandose detras de mi, me acaricio el cuello, susurrandome que me relajase, bajo las manos hacia mi pecho.
Me prometiste no tocarme.-puntualice abortando la caricia. Esta bien, acompañame.-dijo suavemente.
Me beso apasionadamente antes de llegar a su dormitorio, bajo su mano a mis nalgas atrayendome hacia su sexo. Sono el telefono, lo aparte diciendo:
Sera tu padre, dejame por favor. Te espero
Era Juan para asegurarse que habiamos llegado a casa. Estaba recostado sobre la pared solo con los calzoncillos, me sente en el borde como siempre. Se giro, el rozando sus labios en mi cuello, era enervante, cerre los ojos, mi brazo descendio como una automata palpando su miembro sobre la tela, notaba su saliva en mi oreja, mi respiracion se agitaba, las tirantas del traje se deslizaron por mis hombros, timidamente me rozo el pezon que estaba totalmente dilatado, la presion se hizo mas intensa para terminar amasandome el pecho, su cuerpo se habia ido deslizando, guio mi boca hacia su pecho, para continuar descendiendo a su ombligo, que mi lengua recorrio, continuo dirigiendome, abri los ojos, su miembro estaba a escasos centimetros de mis labios, tense los musculos del cuello en un movimiento de rechazo que doblego aumentando la presion, capte el aroma intimo de hombre joven, mi excitacion borro los restos de resistencia que me quedaban, abri mis labios y lo lami, lo bese, lo chupe con desesperacion, note como con los dedos me abria mi parte intima, en ese momento quede reducida a una hembra en celo, con hambre de comerme a mi hombre, centro sus movimientos circulares en mi clitoris, casi inmediatamente empezaron mis convulsiones, me estaba corriendo como una adolescente, sin dejarme respirar introdujo su lengua en mi vagina, yo nunca he sido una mujer multiorgasmica o eso creia yo, porque sin terminar el primero empece a correrme otra vez, chupaba con fruicion, los estremecimientos de su miembro me indicaron la eyaculacion inminente, era tanta mi calentura que no me retire, me trague lo que pude y segui mamando. Nos quedamos los dos quietos recuperando el aliento. Se incorporo echandose sobre mi, prosiguio recorriendo cada parte de mi cuerpo con sus caricias, arrullandome, su poya semiflacida comenzo a crecer, volvi a excitarme, me lo introdujo despacio.
Ha sido la noche de sexo mas completa de mi vida, hicimos el amor tres veces, perdi la cuenta de los orgasmos suyos y mios, escasamente nos dio tiempo a ducharnos antes que llegase mi marido.
Me sigo sintiendo culpable y se que lo que ha pasado, no esta bien, pero tambien se que iba a ocurrir, es mas, si soy sincera yo he dado pie a ello y no me arrepiento. Mi egoismo se ha impuesto a mi moralidad catolica.
Desde que se ha casado, nuestra relacion a cambiado, ahora vuelvo a ser exclusivamente madre y abuela, no me siento capaz de soportarlo.
Mi version de lo ocurrido no es exactamente como lo describe mi madre, pero prefiero su relato, para mi es mas interesante.
Ahora me siento algo menos culpable y tambien un poco egoista, pero tengo claro que no me arrepiento de nada y me da la impresion que al final mi madre, tampoco se arrepintio, aunque ninguno de los dos nos hayamos ganado el cielo.
Alatriste
Autor: Alatriste
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