MI CUÑADA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por oso2500.
Ella estaba ahí en compañía de unas amigas compañeras de la universidad, estaban festejando el fin de cursos, tomando café y comiendo galletitas y pasteles, su pasatiempo favorito era criticar a la gente que pasaba, (sobre todo a las mujeres), bueno, en eso no hacían daño a ninguna persona.
Yo entre allí porque estaba buscando un libro, y se que en ese lugar su librería es famosa por lo bien surtida, ella me vio y fue a mi encuentro, me saludo muy cariñosamente, me pregunto que hacía en ese lugar?, que a donde estaba su hermana?, que si iba yo solo?, etc.(como todas las mujercitas es muy curiosa), después de explicarle el motivo de mi estancia en ese lugar, se me acerco y me dijo al oído, que "por favor le siguiera el juego, porque les estaba presumiendo a sus amigas" y yo le conteste que si, pero que me explicara de que se trataba, pero ya no hubo tiempo para más explicaciones. Sus amigas se acercaron a nosotros y le preguntaron a mi cuñada que quién era yo, y ella les contesto que era su última conquista, lo que hizo que se me fuera la saliva y que me pusiera muy nervioso, ya que de todas las respuestas que pudo haber dado, dio la única que nunca me imagine que fuera posible. Aunque debo confesar que siempre fue ella una de mis fantasías eróticas, ella es una mujer morena apiñonada de aproximadamente 1.58 mts. de alto, tiene unas medidas diría yo casi perfectas, de busto 92 cms. De cintura 64 cms. Y de caderas 94 cms. (mama mía que culo), Ella ya ha tenido tres hijos, pero sigue conservando ese cuerpazo escultural que siempre me ha atraído.
Actualmente está en trámites de divorcio. Entonces cuando me presentó como su amante en turno, mi cerebro empezó a trabajar a 1,000 por hora. Sus amigas me insistieron en que compartiera con ellas su estancia en ese lugar y pues, no me pude negar, para desconcierto de mi cuñada, porque ella esperaba que yo me retirara con cualquier excusa. Además debo añadir que sus amigas también eran dignas de un concurso de pasarela, bien conservadas, deportistas y más jóvenes que mi cuñada, por lo que yo me sentía como un verdadero sultán, rodeado de bellas mujeres. Catalina se llama una de ellas me dijo que no tuviera pena con ellas y que abrazara y besara a mi novia, como hacen los enamorados, a lo que mi cuñada se empezó a poner algo nerviosa y yo trate de hacerla entender que si estábamos en esa situación era por iniciativa de ella, entonces me pidió que no me pasara de listo, porque éramos cuñados y estaba mal siquiera que lo pensáramos.
Como que no quiere la cosa empecé a abrazarla, al principio muy suavemente, para que no se espantara, así que sin darse cuenta al rato ya tenía una de mis manos en el medio de su pierna, la cual estaba agradablemente tibia y algo húmeda, quizá por el calor y poco a poco empecé a deslizarla hacía su pubis, ese día ella llevaba una minifalda de cuero negra muy ajustada, a ella le gusta exhibir ese hermoso par de piernas que tiene, que la verdad sea dicha son muy bellas. Ella por estar distraída con la plática de sus amigas no me decía nada, y poco a poco me acerque a su cara, para besarla suavemente en los labios, y para mi sorpresa me correspondió abriendo sus jugosos labios, dejándome probar su lengua, empezamos a besarnos más intensamente, hasta que en un momento de cordura se separo y me pidió que la acompañara al tocador. Me dijo que se sentía muy apenada por lo que estaba sucediendo, que ella no pensaba que se fuera a complicar todo con su travesura de decir que yo era su amante ocasional, yo la callé y le dije, que a mi no me disgustaba, al contrario, se estaba haciendo realidad uno de mis sueños eróticos más frecuentes, que era el tenerla a ella para mí, ella me confesó que también algunas veces había deseado estar conmigo en la cama, ya más tranquila regresamos con sus amigas, estuvimos un rato más con ellas y nos salimos, diciendo que queríamos aprovechar el tiempo para estar solos en un hotel, a lo que una de ellas, Carolina nos dijo que ella nos llevaría a uno muy discreto que ella conocía, aunque nos negamos, ella insistió tanto que no tuvimos más remedio que acceder a tan amable
invitación.
En ese hotel, tuvimos que hacer la farsa en el mostrador de que realmente éramos una pareja de amantes enamorados, su amiga no nos dejo hasta que se cercioró de que entramos a la suite, le dije a mi cuñada, bueno, ya que estamos aquí que te parece que aprovechemos el tiempo de la mejor manera, ella retrocedió asustada mirándome fijamente y me dijo esto que vamos a hacer no es correcto pero lo quiero hacer aquí y contigo, al acercarme a ella, sentí deseos de poseerla en ese instante, de romperle la falda y hacerle el sexo brutalmente, pero sabia que eso era arriesgado, porque se podía asustar y salir huyendo me puse de frente y le dije pásate, ella se volteó de culo y me rozó la verga que estaba apunto de explotar, ella lo notó y se regresó pero ahora me apretó más la verga, sentí sus preciosas nalgas en mi verga que estaba, durísima, y a punto de explotar, así que no pude más y la tomé de la cintura y la apreté con mi verga, me acerqué a su oído y le dije que la deseaba, que la necesitaba, que si no me la tiraba en ese momento moriría, ella solo me dijo que "no esta bien", pero yo seguía empujando mi verga con su culo bien torneado, y ella me decía sólo "no esta bien", pero yo ya tenia mis manos sobre sus pechos, acariciando sus pezones y estaban duros como roca, y sus pechos eran deliciosos tal como cientos de pajas atrás me los había imaginado, seguía con mi movimiento en su hermoso culo, y solo oía que ella emitía suspiros de placer, ya no me decía nada, en ese momento yo ya estaba poseso, no me importaba nada solo quería cogérmela y lamerle todo su cuerpo, así que después le fui bajando la falda y ella entre resistencia y suspiros de placer me decía "no esta bien", no soy lo que tu crees, le contesté que yo nuca pensé que ella fuese puta pero que la deseaba más que a nadie en el mundo ¡¡y así era!!, ella no se podía mover, pues la tenia aprisionada entre la cama y el tocador, así que la volteé y la empecé a besar en la boca ella me respondió como nunca, ¡¡nuestras lenguas eran una misma!!, le toqué la rajita y estaba llena de sus jugos, así que decidí, bajar a lamer eso que olía a mujer, a sexo, le quité sus braguitas negras de encaje y le empecé a lamer toda su conchita ella ya estaba a mil, le pasé el dedo por el culito, mientras ella me decía al fin hazme tuya, métemela, le quité la falda por completo y ahí estaba ella con ese cuerpo de fábula con esas nalgas y esas piernas maravillosas
Me pasó la mano por la verga y sentí un escalofrió, me la empezó a sacudir y yo estaba a diez mil, así que me la saqué y ella la vio y me dijo conque este es el culpable ¿no?, se agachó y me la empezó a mamar con una maestría que tienen las mujeres con experiencia, yo solo tenía los ojos en blanco y no pude más me corrí sobre ella, se tragó todo mi semen, le cayó algo en el pelo y en la cara, pero parecía no importarle, así que le dije ahora me toca a mí, la tiré en la cama y la desnudé por completo, ella solo me decía quiero más, eso me excitaba más, me quité toda la ropa y nos quedamos desnudos los dos, yo seguí chupando sus deliciosos pechos, eran de fábula, para ese entonces sentí que tenía otra erección, así que le dije llegó el momento, la puse de cuatro y le dije tu hermoso culo no sabes cuantas veces me la he pajeado pensando en él y ella parecía que eso le gustaba más pues me decía que esperas, métemelo ya, así que le agarre su conchita y me unté sus jugos en mi verga, le puse la punta y la fui metiendo poco a poco ella se quejó al principio y por un momento quise sacársela, pero era demasiado tarde se la había comido toda, no lo podía creer, me la estaba tirando, aquella mujer que al principio no era más que mi querida cuñadita, se convirtió en mi más profundo deseo, la follaba con placer, se la sacaba y se la metía, incrementando la velocidad y ella parecía estar más excitada que nunca pues empezó a llorar, luego a reír y a gritar, después de algunos movimientos más ella tuvo su primer orgasmo y yo después de unos segundos tuve el segundo, me corrí en todo su culito, se le escurrió algo de mi leche en sus hermosos y bien torneados muslos, y me dijo Te quiero
Yo le dije que también la quería, decidimos ponernos la ropa, cuando ella se ponía el brassier y sus bragas, me dije ¡no! a lo mejor no se vuelve a repetir esto, tengo que cogérmela otra vez, así que cuando ella se estaba terminando de vestir, me acerqué hacia ella y le dije, me gustaría volverte a coger, ¡parecía un animal!, pues ella solo se me quedó viendo y se bajó las bragas lentamente, como provocándome como diciendo esta bien, por hoy soy tuya, soy tu puta, hazme lo que quieras, así que me acerqué de nuevo y me saqué la verga y tenia una erección más, así que me acerqué y con ternura la besé, la acomodé en un instante de tal forma que mi verga entrara en aquella rajita húmeda, se la acomodé y se la metí con furia, ella se quejó, emitió un suspiro de placer y nos besábamos la boca el cuello y me decía, jamás alguien me había deseado tanto, y lloraba, yo estaba muy excitado y sólo se la metía y se la sacaba con placer, ella por su parte solo emitía suspiros entrecortados y sentí como sus piernas empezaron a temblar y se vino por segunda ocasión, creo que esa cogida fue la mejor pues nos vinimos casi al mismo tiempo, le dejé toda mi lechita adentro y nos quedamos como 30 segundos viéndonos uno al otro y me dijo, quiero que sigamos así, que nos cojamos, cada vez que podamos, pero sin que nadie se entere, pues amo a mi hermana y no quisiera causarle ningún daño
Yo asentí con la cabeza, nos vestimos y salimos de el lugar, felices, y yo como si hubiera descargado algo que me pesaba. No sentí ningún remordimiento y ella tampoco, así que desde ese día nos cogemos en todos lados que tenemos la oportunidad.
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