Mi Cuñada IX 2.ª parte
Desenlace fatal .
Nos levantamos temprano, pasé dejar a los niños al colegio y me fui a la clínica. La habían cambiado a cuidados intermedios, me explicaron que la hora de visita era de 10 a 11 y muy selectiva. Le dije a la enfermera que tenía que ir a trabajar y quería verla un momento.
– El médico del turno no ha pasado, pero pase unos minutos – me indicó la enfermera. La sala tenía 4 camas separadas por unas cortinas blancas. Era la primera de la derecha. Abrí las cortinas y entré, al lado de la cama había una silla, me senté y le tomé una mano. La sala tenía aire acondicionado que debe haber estado en unos 22 grados. Pero ella tenía la mano helada, estaba blanca y demacrada con unas ojeras azules. Me quedé impresionado, ella entreabrió los ojos y me sonrió. Le besé la mano y la saludé. Todavía estaba conectada al suero por donde la administraban clamantes. Tenia una cánula por la nariz, por la que según me dijeron después, la alimentaban. De nuevo le besé la mano, tenía unas hematomas producto de algunos pinchazos seguramente. Le dije que volvería más tarde. Me sonrió y cerró los ojos.
Saludé a mi secretaria y entré a mi oficina. Ella entró detrás mío. Me senté en la silla y me quedé mirando el escritorio.
– Cómo estás ? – me preguntó. Ella me tutea sólo cuando estamos solos. Me molesta eso de » usted » para allá y usted para acá. Cuando hay más personas me dice » don Roberto » y yo le digo Patricia. Bueno ella es blanca de una piel casi transparente, algo pecosa, tiene unos ojos hermosos de un color indefinido y su pelo de color castaño claro, casi rubio en las puntas. Cuando digo de color indefinido es porque aveces tiene los ojos algo amarillentos con puntitos oscuros, o algo verdosos u un café claro profundo. Un día le pregunté y me dijo que todo el mundo le preguntaba lo mismo.
– No se, yo no me doy cuenta, siempre los veo igual – me respondió. Además la forma de los ojos es especial, no sé explicarlo. Ésa mañana no la miré, no tenía ánimo. Lo que es más, me dieron ganas de irme. Pero a dónde ? Podría llamar a la Ale y juntarnos. Pero debe estar ocupada, para qué la voy a molestar. Patricia dejó la carpeta sobre el escritorio, se puso detrás mío y comenzó a darme un masaje. Qué agradable se sentía, sus manos en mi cuello y en mis hombros. Cerré los ojos puse mis manos en la cara y apoyé los codos en el escritorio.
– Cómo te sientes? – me pregunto mientras me daba el masaje.
– Ah, qué bien se siente, dónde aprendiste a hacer esto? – se sentía bastante bien.
– No sé, un día mi papá estaba como tú, con nódulos musculares debido a la tensión, comencé a hacerle un masaje en la espalda y fui soltando los nudos uno a uno. Había visto hacer masajes en televisión, pero no creía en éso de los masajes, pero con mi papá resultó –
– Tienes que hacerme un masaje de esos en toda mi espalda – le dije sonriendo.
– Cuando quieras, escoge el lugar, yo siempre estoy dispuesta para ti – dijo sonriendo. Eso ya lo sabía, desde que la conocí sentí su mirada. Talvez por eso la contraté. No, no sólo por éso, también unas lindas piernas en unas faldas cortas y un lindo trasero. Pero no, era sólo trabajo. Podía mirar, era agradable, pero nada más. Finalmente llegamos a la confianza que tenemos ahora. Ella es mi todo, secretaria, amiga ,confidente, mi recordatorio.
– Hoy está de cumpleaños tu esposa – me lo recordó el año pasado.
– Ah, verdad, me voy a ir más temprano, no la llamé, ni siquiera le mandé flores – le dije.
– No te preocupes, ya le mandé flores, en la mañana y una tarjeta con palabras bonitas, palabras que algún día me dijeran a mí – para su cumpleaños llegue con una rosa, le di un abrazo y le dije cosas bonitas, estaba emocionada, hasta me dio un beso en la boca. Me sorprendió, porque no lo esperaba, pero se lo respondí cariñosamente. Desde ese día fuimos más amigos estando solos.
– Bueno, a trabajar, qué tenemos – le pregunté. Éso me distrajo de mis pensamientos, tenía mucho trabajo atrasado.
– Ya te tienes que ir, van a se las 10 – le había dicho que tenía que ir a la clínica. Qué sería de mí sin Patricia. Me ayudó con el veston, me arregló la corbata y me dio un beso de despedida.
– Si no estuvieras casada me casaría contigo – le dije.
– Ya! Vete! Vas a volver después de almuerzo? –
– Si, lo más probable –
Allí estaba ella, con los ojos cerrados.
– Está descansando, la operación fue importante, ahora está drogada pero está despierta – me dijo la enfermera a mi espalda.
– Quisiera hablar con él doctor – le dije.
– El doctor Pereira, lo puede encontrar en la sala de enfermeras o en recepción –
Lo encontré revisando unos papeles. Era el mismo que la había operado.
– Hola doctor, soy el esposo de la paciente que operó de… –
– Si,si, si me acuerdo de usted. Va a necesitar mucha fuerza – me dijo tomándome del brazo y caminando conmigo.
– Dígame la verdad doctor, qué pasa con mi esposa? –
– Le extirpé un seno completo y el otro no porque el cáncer se había ramificado a los pulmones. No tenía caso sacar el otro seno porque además tenia que haber sacado un pulmón, y éso era muy peligroso. Y sin saber si estaba comprometido el otro pulmón. De manera que cerramos y espero que con las drogas primero y la quimio después, podamos detener un poco el avance –
– Tan grave es? –
– Si, todo depende ahora del corazón… – le di la mano agradeci su franqueza y me fui a ver a la Emily. En la silla estaba sentada la Ale. Cuando me vio se paró, me abrazo y me besó. Nos quedamos un rato abrazados, volvimos a besarnos y la Ale se sentó en la silla. Yo me di la vuelta y me senté en la cama. Tomé su mano y abrió los ojos.
– Cuida a los niños – me dijo.
– Ale cuida a mis niños y cuídalo a él –
– Roberto, cuida a la Ale, ella te ama y se que tu también la amas – dijo apretándonos las manos con la poca fuerza que tenia. Estuve a punto de llorar al ver las lágrimas de la Ale. Tenía tomada la mano izquierda de la Emily con su mano derecha y con la izquierda tomó la mía y yo con mi izquierda la derecha de ella.
– Se acabó la visita dijo la enfermera y caminó hacia las otras camas
La Ale la besó y se despidió, yo hice lo mismo. Fuimos al estacionamiento y nos sentamos en mi auto. Nos abrazamos, nos besamos y lloramos juntos. Estuve a punto de decirle que fuéramos al departamento. Pero recordé que dije que iba a volver y que tenía mucho trabajo.
Después de un rato de besarnos y tocarnos le dije que iba a ir a la oficina de Emily a decir que ella no volvería a trabajar.
– No, déjame a mí – dijo la Ale secándose los ojos y los labios. Me besó, se bajó y se fue a su auto, encendí el motor del auto y me fui a la oficina.
En la visita del viernes nos dijeron que lo más probable que la dieran de alta el lunes.
– Te vas a quedar? – le pregunté a la Ale.
– No sé, que van a decir los niños si nos ven acostados juntos? –
Sigue…
–
No suelo comentar casi nada pero la historia tiende a ser algo feo, deberías decir que paso un milagro D: y que todo se puso mejor, también podrias poner que tú hijo tubo algo con tu cuñada, o algo así y que alfin ella conoció el amor 🙂 pero si debería seguir tu mujer uwu o sino todo se tornará algo tétrico S: sugerencia y buen día y buena historia