Mi Cuñada X
Mi nueva relación con Ale. .
– Los niños están durmiendo ? – me preguntó la Ale cuando estábamos acostados besándonos y tocando nuestros miembros mutuamente.
– Si, eso creo – debo confesar que ver a la Ale excitada me excita enormemente, tengo que besarla y tocarla. Incluso si no está excitada, sólo verla desnuda me excita, o verla en calzones y ver su bulto, es que tengo que acariciarla. Talvez no sea un hombre » normal » pero a ella la amo tal como es.
– Quieres que te penetre? – pregunte en un susurro al oído.
– Si, pero pienso en mi hermana, en la clínica, sola. Y yo acostada con su esposo y haciendo el amor ? Es que no puedo –
– Sólo un poquito, después nos dormimos y hasta mañana – le dije pensando que no sería un poquito.
– Bueno, pero sólo un poquito – dijo dándose vuelta poniendo a mi disposición su hermoso trasero. Mojé su ano con un poco de saliva y comencé a jugar rozandolo para que se fuera acostumbrando al mismo tiempo que la masturbaba. Había soñado con esta situación muchas veces y ahora iba a ser realidad.
– Ay, despacio – dijo retirándose. En realidad no la había preparado. Muy despacio la presioné varias veces sin dejar de masturbarla, se sentía muy rico todo, pero al intentar metérselo, se corría. Me quedé quieto, en realidad sería mejor descansar, pensé. Me acomodé para dormir sin dejar de abrazarla, ella también se acomodó y nos quedamos dormidos.
Un fuerte dolor me despertó en la mañana, no sabía si ella estaba despierta o dormía, pero su miembro cálido, húmedo y duro hacía presión en mi ano y – Ahora entiendo lo que siente ella, ay, pero voy a tratar de aguantar el dolor – pensé, incluso empujé hacia atrás, pero el dolor fue insoportable.
– Te dolió mucho ? – me preguntó al oído.
– En realidad, sí. Me gusta sentirte pero me duele mucho – le dije dándome vuelta. Y allí estaba ella, sus hermosos ojos que me hacían sentirme subyugado a ella. Nos besamos y nos abrazamos.
– Mejor nos vamos a la ducha – dijo ella.
– Tienes razón – le respondí. Nos levantamos y nos fuimos a la ducha. Nos enjabonamos mutuamente y lo intentamos de nuevo pero no fue posible.
– Es que soy virgen – me dijo mirándome a los ojos.
– Yo también – besando sus labios mientras mi mano la mastubaba y ella hacía lo mismo conmigo. Finalmente tuvimos un rica eyaculación ambos.
– Los niños están listos – me preguntó ella en la cocina, mientras preparaba el desayuno, se veía muy linda.
– Voy a verlos – y fui al baño ya que se estaban duchando, abrí la puerta y estaban cepillando sus dientes.
– El desayuno está listo, vayan a vestirse que los estamos esperando – les dije.
En la clínica pudimos ver a mi esposa 5 minutos cada uno. Ella estaba mejor, se notaba que se estaba recuperando bien. Seguía con suero, pero sin alimentación por la nariz. Estaba comiendo.
De ahí nos fuimos a la casa de mis suegros y almorzamos todos juntos. Y pasamos el resto del día allá. No era mucho más lo que se podía hacer. En la noche la Ale decidió quedarse en su casa para al otro día, era domingo, ir con mis suegros a la clínica. Mi hija durmió conmigo pero no la penetré aunque me lo suplicó. La dejé jugar y hacer todo lo que quisiera, hasta eyacular en su boca.
Al día siguiente nos encontramos todos en la clínica. Incluso fueron algunas compañeras y compañeros de su su trabajo. Después fuimos con la Ale y mis suegros a almorzar.
– Tiene que tener cuidado permanente – me dijo la doctora que firmó el Alta Médica,
– Es responsabilidad de ustedes, van a tener que contratar una enfermera –
En todo caso la enfermera me salía mucho más barato que el día cama. Ella llegaba en la mañana y se iba en la tarde, era el tiempo en que Emily estaba sola. Al mes siguiente, que ya se sentía mejor,comencé a llevarla a radiación. La quimio no estaba haciendo el efecto requerido, le estaba afectando en su sistema nervioso. No quería comer y no podía dormir.
Con la radiación tampoco fue lo esperado, comenzó a perder pelo y a tener irritaciones en la piel. Además de que costaba poderla movilizar. Compré una silla de ruedas. Veíamos que se iba deteriorando cada vez más, los calmantes no le hacían efecto, recurrimos a drogas más fuertes. Finalmente le iyectaban morfina, pasaba gran parte del día durmiendo y casi no comía. Mi hija dormía con mi hijo y yo en la cama de ella. No podía dormir con Emily porque cualquier movimiento mío le dolía. La Ale llegaba todas las tardes y se iba en la noche. Mi secretaria no me preguntaba nada, le había dicho que les dijera a todos que no me preguntaran nada. Qué podía responder ? Aveces cuando me veía complicado, me hacía el masaje que ella sabía hacerme.
Una noche fui al baño y de vuelta fui a verla. Estaba durmiendo tranquilamente. Me senté en la cama y le tomé la mano. Me costaba cree que todo fuera realidad. Es un sueño, un mal sueño del que no puedo salir. Abrió los ojos y me sonrió, apretó mi mano y cerró los ojos nuevamente. De pronto me soltó y su mano cayó a la cama. Puse mi cabeza en su pecho, después mi oreja en su boca. Se había ido.
Me quedé con ella un rato, le cerré la boca con uno de sus pañuelos y la tapé hasta el cuello. Parecía dormir. Fui a la cocina, saqué el whisky del refrigerador y tomé un vaso, me senté en el sofá y me tomé media vaso de in trago. El rejol de la cocina indicó que eran las 5 de la mañana. Me serví otro vaso, el primero había hecho efecto, pero no el suficiente.
– Papá, qué haces sentado aquí y desnudo? – me preguntó mi hija. No podía hablar, me tomé otro trago de un viaje. No quería enfrentar lo que venía.
– Estás bien – me preguntó abrazándome. La abracé, la senté en mis piernas y la besé por todos lados. Después apoyé mi frente en su hombro.
– Se fue, la mamá se ha ido – apenas con un hilo de voz.
Se paró de un salto y corrió al dormitorio.
– !! Mamá !! – la escuché gritar.
En ese momento, recién pude llorar. ! No era un sueño ! Mi cuñada llegó media hora después. Yo me había acostado en la cama de mi hija. Se acostó a mi lado y lloramos juntos un rato. Mi hija lloraba con mi hijo. Sólo se escuchaban sollozos en ese departamento normalmente alegre.
Ella se encargó de todo, llamó a la clínica y le explicaron lo que tenía que hacer. Después me duché, me vestí con el terno más oscuro, camisa Blanca y una corbata gris marengo que la usó normalmente con la camisa gris.
La capilla vacía, sólo estábamos los cuatro, poco a poco se empezó a llenar de flores. La Ale trajo de todo, te, café, galletas, un termo eléctrico.
Todo era como una película, al funeral vino mucha gente que no conocía, compañeros del trabajo de Emily, compañeros de trabajo de la Ale, amigas y compañeras y compañeros de la universidad y también del colegio, amigos del barrio. Además de toda la gente que yo conocía y que me conocían. Me tomaron la mano y me hicieron cariño. Miré a ver quién era, había recibido mucho cariño, era mi secretaria. Me abrazó y me besó en la mejilla, nos quedamos abrazados un rato, después no separamos y secó una lágrima en su mejilla. Me presentó a su esposo y su hija. Mucha gente que conocía y no conocía, esposos y esposas, hijos e hijas de a amigos y familiares. Había tanta gente.
Después del funeral, cuando todos se había ido, nos quedamos los seis junto a la sepultura. La Ale se llevó a mis suegros y yo a mis hijos al departamento. Nos desnudamos y nos acostamos los tres juntos en mi dormitorio. Habían sido dos días agotadores, en realidad todo había sido, de una u otra manera agotador.
Que relato mas espantoso y poco exitante
El relato está inconcluso. Existe otra parte?