Mi Cuñadita, Mi Obsesión – Parte 2
Conozco a mi cuñadita, desde que era una niña. La vi crecer, ahora con sus 13 años esta hecha un caramelo..
Link a la primera parte del relato, si no la leiste.
https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/mi-cunadita-mi-obsesion-2/
Me siento en la compu con la foto que seleccionó Cande, edito la foto, la subo a Facebook, mientras se copia el video a mi teléfono.
Cuando termino de copiar el video a mi celular, lo desconecto, apago la notebook y me encierro en el baño para poder ver el video tranquilo.
No podía esperar más, reproduzco el video: ella está recorriendo las fotos, cuando empiezan a llegar las fotos mías desnudo, noto que abre un poco los ojos, como sorprendida, pero no deja de moverse de foto en foto, sigue avanzando, pero más lento de lo que venía haciéndolo, es obvio que está observando bien cada foto, hasta incluso en las dos últimas, vuelve atrás para ver una vez más una foto en particular, la deja, en la foto estoy sentado en una silla, con la pija completamente parada y con una mano agarrándomela, se toma unos segundos para mirarla bien y sigue avanzando, llega a la última foto (la foto que le pedí que busque), deja esa foto y se levanta de la mesa.
El video dura 40 segundos como mucho, pero es oro puro.
Estaba hecho! Mi cuñada me había visto desnudo! Nada volvería a ser igual.
Salgo del baño, Cande ni me miraba, solo miraba la tele.
Me siento en la cama, y le digo: ¿me haces lugar?
– Si, me dice y se corre…
– ¿Podemos hablar un ratito?, le pregunto
– Si, ¿que pasa? – me contesta
– Apaga la tele por favor, necesito que me escuches bien.
Apaga la tele y la pieza que absolutamente a oscuras, solo iluminaba un poco la luz del ventiluz del baño que se reflejaba por debajo de la puerta.
– ¿Me das un abrazo?, le pregunto
– Si, me contesta y me lo da
Pongo las manos en su cintura, casi en la cola y le digo al oído sin dejar de abrazarla…
– Te quería pedir disculpas Cande.
– ¿Por qué? Me dice
– Recién vi que en la carpeta que viste, había fotos que no podías ver vos. Contesto.
Se queda callada un rato, y después dice:
– No pasa nada, las pase rápido casi ni las vi.
– Si, pero las viste! Y ahora me muero de vergüenza… No quiero que esto cambie las cosas que teníamos entre nosotros, ni que te enojes conmigo, le digo.
– No, porque me voy a enojar, no lo hiciste a propósito, me dice.
– Y no, pero vos sos chica seguramente es la primera vez que ves un hombre desnudo y es justo a mí, le digo, como lamentándome.
– ¿Y vos que sabes? Me dice.
– ¿O sea que si viste otro hombre desnudo?, le pregunto buscando complicidad.
Se ríe…
– Si, pero en un video en internet, me cuenta.
De a poco le comienzo a acariciar la espalda por debajo de la remera mientras hablamos.
Le digo:
– Te voy a pedir un favor enorme…
– ¿Qué? Me contesta
– De esto no se tiene que enterar nadie, ¿puede ser? Le pregunto.
– No, no voy a decir nada, y vos tampoco cuentes lo del video, me pide esbozando una sonrisa.
– No, como voy a contar eso mi vida, soy un hombre y soy una tumba… le afirmo.
Me acerco un poco más, apoyando mi frente con la suya.
Y le digo.
– ¿Sos buena para guardar secretos? , le pregunto.
– Si, si, no voy a contar nada a nadie quédate tranquilo, me dice.
– Si en realidad te lo digo porque quiero que guardes otro secreto, le digo.
– ¿Otro? ¿Cual? Me dice, con tono de voz sorprendida.
Me agacho un poco más y le doy beso.
Me retiro un poco, espero unos segundos, no me decía nada quedó como en shock. Yo temblaba, no sabía si continuar o no, me acerco y le doy otro beso, esta vez más largo. La hago recostarse conmigo en la cama, sin dejar de abrazarnos, bajo mis manos a su cola, y pongo una en cada cachete.
Me retiro y le digo una vez más
– ¿Lo vas a guardar? Insisto…
– Si, me dice con un hilo de voz, apenas.
Escuchar su “SI” desato un frenesí en mí, me volví loco.
La empecé a besar desenfrenadamente, mis manos ya estaban debajo de su calza y le apretaba las nalgas, duras, y firmes que tanto me hizo desear.
Ella estaba en trance, se dejaba llevar, agarre una de sus manos y le hice agarrar mi pene que estaba duro como piedra a esa altura, lo agarro fuerte, me retiro un poco, la miro a los ojos, me mira y se sonríe, y le digo: “sos lo mas hermoso que vi en mi vida”
La sigo besando, mientras con las dos manos amasaba esa cola tan virgen y ejercitada. Ella comenzaba a hacer pequeños movimientos con su mano, intentando masturbarme. Yo estaba en la gloria.
Le suelto una de sus nalgas, y subo la mano derecha por debajo de la remera y en un segundo le suelto su corpiño.
La sigo besando, con una mano agarrándole la cola, y la otra acariciando su suave espalda. Bajo y le comienzo a besar el cuello, a lo que ella suelta su primer gemido, indicándome que iba por buen camino.
Ella seguía masturbándome, cada vez mas energica, yo levanto un poco su remera y comienzo a chupar esas pequeñas tetitas, sin dejar de amasar esa cola rígida.
Fue un combo explosivo, sin darme cuenta estaba acabando.
Una experiencia hermosa e inigualable, y esto recién comienza.
Continuará…
Wooowwww! continúa con la tercera parte!