Mi cuñadita (Primera parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En ese momento los dos estabamos de novios. Con el tiempo se fue convirtiendo de gran compañera de estudios en mi mejor amiga y confidente. Me conocia mas que nadie y no ocultaba lo que sentia por mi, me amaba. Yo siempre le decia que no podia ser, que era un gran sentimiento pero que conociendome tan bien era imposible y ella siempre me respondia que cuando me diera cuenta que yo tambien la amaba lo iba a entender. Esa respuesta nos hacia reir mucho, pero luego me dejaba pensando y todas las dudas.
Claro que la queria, pero no podia amarla, segun mi criterio, porque si bien era muy linda no despertaba en mi el deseo sexual suficiente y fundamental para que sintiera la necesidad de tener una relacion de pareja. Todas mis relaciones habian sido tremendamente sexuales, de esas en las que no se puede parar de tener sexo de todas las maneras imaginables. Pero siempre se terminaban al año y medio o dos, estirandola y jamas fuera de la cama la relacion era como con Caro.
Ocho años de relacion, viendonos casi todos los dias o minimo hablando por telefono. Sabiendo todo el uno del otro, ayudandonos en todo y necesitandonos mutuamente. Casi perfecto pero sin sexo. Hasta se aguantaba, compartia y le encantaban mis relatos de las maratonicas tenidas sexuales con mis eventuales parejas y me costaba entender como podia seguir, tolerar, aguantar. A veces me sentia tan egoista que le decia, dejate de joder Caro, vos hasta a tu novio dejaste y me tenes que bancar, mandame a la mierda.
Para ella el sexo no era fundamental, ya que aseguraba que era algo que se terminaba tarde o temprano en cualquier relacion. Que lo principal era necesitarse, ayudarse, comprenderse y tolerarse todo. Eso era el amor para ella y habiendo todo eso el sexo pasaba a otro plano.
Hace un año comprendi todo y nos casamos. Tiene razón, la amo.
Lo decidimos luego de varios meses de charlas, debates, sobre el amor con o sin sexo, lo que es o deberia ser y como se construye de a dos acordando absolutamente todo. Fue demoliendo uno por uno mis argumentos, miedos y resistencias a cambiar el estado de nuestra relacion.
Lo que definio todo y me convencio definitivamente fue cuando al abordar el tema del sexo ella me aseguro que me iba a enseñar a disfrutarlo de otra manera y aniquiló mi mayor miedo, lastimarla si el animal sexual que llevaba dentro despertaba con una tercera.
Aprendi a disfrutar del sexo que no conocia, el que se despierta desde otro lugar y que mantenia, para mi sorpresa, al animal desaparecido.
En febrero nos fuimos a pasar unos dias de vacaciones invitados por los padres de Caro a la casa que tienen en la costa y en donde tambien habria un acontecimiento especial para la familia. Su hermano iba a presentar nueva novia. En realidad la conoceriamos nosotros y el padre. Su madre con esa particular forma de ser que tiene ya se habia encargado de hacerlo.
Estaba lindo el tiempo, la pasabamos muy bien, felices, haciendo playa todo el dia y asados casi todas las noches y divirtiendonos muchisimo. Especialmente el padre y yo, jodiendo permanentemente a la madre con la nueva novia de su hijo y el acontecimiento que ya se venia.
Se ponia loca con ese tema. No le habia gustado nada de nada la chica y no paraba de decirlo desde el dia que sola se mando a conocerla.
Sostenia que no podia ser que a su hijo le gustara eso, que no era para el, que no entendia el error que como madre habia cometido para que su hijito eligiera tan mal y con tal mal gusto. Y que rezaba a Dios y todos los santos que terminara pronto esa calentura con esa "negrita". Nos matabamos de la risa. El viejo le decia, quedate tranquila, cuando vengan ya se le paso y la trae para que te ayude con la limpieza. Falta poco, ya me van a dar la razon, contestaba ella seria.
Caro hablaba con su hermano seguido, tenian gran relacion y me contaba que la cosa era seria y que estaba realmente enamorado. Dos dias antes del acontecimiento y luego de una charla via celu, Caro me lleva a caminar para confiarme algo que haria arder Troya. La novia estaba embarazada y se casaban. No podia parar de reirme pensando en la vieja y el momento. A nosotros y al viejo solo nos interesaba que fuera feliz.
La tarde era perfecta, sol a full, mar calmo, una paz y tranquilidad que hacian olvidar que la vida de la city existia. Las chicas se fueron a caminar. Caro se llevo a la vieja hábilmente, para hablarle y recomendarle su comportamiento. El viejo se habia ido a dormir la siesta. En cualquier momento llegaba la parejita.
Comodisimo en una reposera, como lagarto al sol, pensando en lo bien que me sentia en todo sentido, senti unas cosquillitas en el pie. Abri apenas un solo ojo sin moverme y lo que vi me dejo mas inmovil todavia. Escudado en los lentes de sol, abri el otro ojo como para confirmar si lo que estaba viendo era realidad o soñaba. Lamentablemente no era un sueño, estaba bien despierto y lo que estaba dormido, se habia despertado. Y de que manera.
El hermano de Caro susurrando le dijo a su novia que yo estaba dormido y que no me iba a despertar. Dejaron sus cosas en la carpa y se fueron para el mar. Me hice el boludo, era lo mejor que podia hacer, para tratar de pensar un poco e intentar analizar lo que me estaba pasando. No me resultaba nada facil y me hacia sentir mal. Justo que estaba tan feliz, no lo podia creer. Habia pasado casi un año de monogamia desde que habiamos decidido ser pareja y jamas hasta ese momento habia sentido ningun deseo sexual con absolutamente nadie que no fuera mi esposa. Y me encantaba que asi fuera, de ahi la bronca que me daba, ademas del deseo. Ese deseo ahora tan temido pero tan conocido y que sabia perfectamente a donde me llevaba. Pensé en Caro, me causaba mucho dolor y me fui tranquilizando, tratando de despejar de mi mente esa vision, convenciendome que lo iba a manejar y que a lo mejor no pasaria nada.
Me levanté de golpe y me meti en la carpa haciendo un esfuerzo imposible para no desviar la mirada hacia el mar. Estaba empapado de sudor y al palo total. Pude acomodar la dificil situacion gracias a que llevaba unas bermudas grandes, holgadas, que por suerte disimulaban bastante bien y eso me tranquilizo. Con eso resuelto podia manejar un poco mejor las cosas. Me fui para el mar.
Corriendo y con la vista clavada en la ola mas lejana me interne en el agua helada y no pare hasta la primera rompiente. Ya estaba lo suficientemente lejos y alli pensaba permanecer lo mas que pudiera, helandome los pensamientos. No era fácil a pesar de la gelidez del agua. Esa visión me habia dominado totalmente.
Ese minimo triangulito blanco, un toque translúcido, que intentaba ser una bikini, profundizaba, potenciaba, aumentaba y nada pero nada disimulaba, la belleza de esa concha perfecta que estaba a mis pies, a menos de dos metros de mi boca, casi a mi merced. Los papos abiertos, perfectamente separados, queriendo terminar de devorar la escaza tela blanca que quedaba fuera y mostraba sin disimulo alguno la ausencia de vello y los tonos de la piel, eran una invitación, una provocacion irresistible para el animal, que ademas reconocia perfectamente la clase de hembra que lo despertaba de su largo letargo y que lo volvía a instalar, totalmente dominante, en el cuerpo y el cerebro que habitaba.
Internado en el mar, flotando donde ya no hay olas, no dejaba de pensar como iba a sobrellevar la situacion. Me conocia lo suficiente para saber que nada me iba a detener hasta alcanzar el objetivo. Siempre habia sido asi y siempre lo lograba. El problema que mas me aquejaba era como, de que manera resolverlo sin que sea un kilombo, sin que queden heridos y evitando un escandalo mayusculo. Ahora la cuetion era familiar. No paraba de putearme mentalmente, de maldecir el momento y las circunstancias. Tambien se me venian a la mente las palabras y el pensamiento de Caro la infinidad de veces que yo le planteaba este tema, mi mayor temor. Siempre decia que era algo menor y de facil solucion si se planteaba, sin ocultarlo, que sin ningun problema los dos juntos le encontrariamos solucion, ademas insistia y afirmaba que jamas me celaria por algo que consideraba tan superficial, comparandolo con un antojo de cualquier comida. Claro que jamas habiamos supuesto que sucediera con sus familiares involucrados. Esto era lo que mas me hacia dudar. Si hubiera pasado con cualquiera desconocida, no dudaria en charlarlo sin problemas.
Saliendo del agua, haciendo pie caminando y mientras las olas me golpeaban por detras, desestabilizandome, reconocia todos los tics, me acomodaba el pelo, ajustaba la bermuda, inflaba el pecho. Llevaba unos diez dias en la costa y era la primera vez que salia del agua preparandome para la caceria. Aunque queria evitarlo el blanco estaba marcado. Ya encontraria la manera de resolver los problemas, intentaba convencerme, porque ya estaba seguro de lo que era inevitable.
La arena blanda hervia, quemaba, así que tuve que correr el tramo que me separaba de las carpas. Los ultimos metros preparandome mentalmente para el encuentro. Ya estaban todos, charlando casi en circulo, las tres mujeres tomando sol, los dos hombres al resguardo de la carpa.
Nos dimos un gran y efusivo abrazo. Sincero, lo apreciaba mucho, gran tipo. Profesional serio, buena persona, a veces lo veía como mi antítesis y envidiaba sanamente algunos aspectos de su personalidad. Por eso me habia sorprendido tanto que rompiera ese eterno noviazgo con esa mujer que parecia hecha a su medida. Eran tal para cual, la pareja perfecta. Más me habia sorprendido cuando me enteré de algunos detalles secretos, confiados exclusivamente a su hermana. Hacia un tiempo que habia una tercera. Inimaginable.
Ella se paró antes de que le terminara de pedir por favor que no hacia falta. mientras su novio nos presentaba. Su ubicación era perfecta para que casi descuidadamente pero calculada e intencionalmente, mientras le daba un beso apoyando mis labios levemente abiertos en su mejilla, rodeara apenas con mi brazo su cuerpo dejando deslizar suavemente mi mano de arriba hacia abajo por su espalda, en un movimiento rápido, casi imperceptible para todos, menos para el cuerpo y los sentidos de la mujer receptora. Antes de volver a sentarme en mi lugar. el me contaba que me habia encontrado dormido cuando llegaron y que no quiso despertarme. Ella acoto, con un movimiento sugerente e indudablemente dedicado, mirándome, que el me habia hecho unas cosquillitas en el pie.
Me hice el sorprendido y contesté que habia sentido algo, que me desperte como atontado y mirandola dije, que no sabia bien si estaba despierto o soñando, que me parecia haber visto algo increíble, como una visión, pero que cuando quise ver mejor, no habia nadie. Mi suegro, riendose y bromeando me pregunta en que estaría soñando y le dije acomodandome nuevamente en mi silla, que intente volver varias veces al sueño pero no pude así que me fui a buscarlo al agua. Todos se rieron por lo ridiculo, ella quiso disimular riendo tambien, pero su mirada a mi no me engañaba. Las señales hicieron pleno, no solo habian sido recibidas y aceptadas, tambien despertaron a la hembra. Solo era cuestion de tiempo y oportunidad, en el mejor de los casos. Y en el peor, preferible no imaginarlo.
La charla grupal era la tipica, de rigor en tal ámbito. La tarde comenzaba a caer, la sombra comenzaba rapidamente a ganar la playa. Para mi era uno de los mejores y disfrutables momentos, sino el mejor. Relax total, charla, mates, despreocupación. Sin embargo estaba alerta. Semblanteaba permanentemente a Caro. Su naturalidad, sus miradas, nada parecia indicar que algo le molestara. Me conocía tan bien que temía se diera cuenta. Yo ya estaba a pleno, seduciendola permanente pero imperceptiblemente para cualquier mortal.
Ahora entendia el rechazo total de la vieja, que me demostraba una vez más ser la más bicha de toda la familia. La mina lo cazó. Reconocía su tipo casi sin mirarla. Durante bastante tiempo en mi anterior vida me habia dedicado a ese tipo de mujeres. No era que tenían una caracteristica fisica comun. Era su esencia, su naturaleza. No sé si muchos o pocos percibían lo que yo. Lo que puedo asegurar es que jamas me habia equivocado cuando detectaba y percibia a una. Jamás.. Ella se desenvolvia muy bien, charlaba amenamente, atenta, vendia muy bien su personaje de mujer comprometida, enamorada. Iba poco a poco conquistando, generando aprobación. Lucía un cabello negro con un corte tipo salvaje que le quedaba bárbaro, haciendo lucir su rostro que no era exactamente bello, ojos negros que tampoco se destacaban pero que, cuando ella disponía, hacian provocativa su mirada. Su boca ya era otra cosa, casi como su exquisita concha. Imperceptible para el ojo no avesado, sus labios carnosos tenian un toque de mano experta, irresistiblemente sexual. Su cuerpo era armonioso, de suaves y perfectas curvas. No era voluptuosa, sino mas bien flaca. Sus tetas, tambien operadas, tenian el tamaño justo para su cuerpo destacandose notablemente sus siempre endurecidos pezones. Su piel era trigueña, muy suave y sumamente cuidada. Puntos claves y destacados la convertían en muy sexy y deseable. Y ella lo manejaba todo con la perfección de una experta de apenas 24 años. También ahora entendia porque el hermano, mas que enamorado, se habia vuelto totalmente loco por ella. Típico para un tipo como el, totalmente inexperto e inocente con las mujeres. Y su madre tambien lo sabia.
Por suerte la parejita decidio parar en un hotel, lo que me daba un respiro y mas tiempo para pensar e intentar manejar la situación con la mayor prolijidad posible. Se habia decidido, entre varias posibilidades, que esa misma noche comeriamos todos juntos alli en la playa, aprovechando las inmejorables condiciones climáticas. Las instalaciones que el balneario tenia eran perfectas para disfrutar un asado frente al mar, con una noche que pintaba soñada. Mi unica duda era que pasaria cuando hicieran el anuncio…
Los viejos se fueron al súper a comprar todo para la noche. Nosotros volviamos a casa en nuestro auto escuchando musica, disfrutando de ella y del viento que entraba por el techo y todas las ventanas bajas. Charlabamos sobre que pasaria a la noche, principalmente con la vieja. Ella hizo todo lo posible sin adelantarle nada, para que su madre mantuviera la tranquilidad y la cordura durante esos dos o tres dias. Y se lo rogó e imploró por su hermano. Igual temía lo peor. Yo no pude evitar empezar a cagerme de risa. Ella tambien comenzo a reirse a carcajadas. Se me vino encima, me abrazó, me besaba y me decia que aunque era muy malo por reirme igual me amaba. Detuve el auto a un costado y la besé. Tambien le dije que la amaba. Besandonos, asi como normalmente sucedia, tranquila sin cambiar para nada el tono, me pregunto si estaba esperando llegar a casa para contarle. No pude seguir igual, me tensé, me puse nervioso. Intenté alejarla, poner el auto en marcha y seguir. Muy dulcemente me acaricio, me pidio tranquilidad, que no me hiciera problema, que me amaba y que hablando lo ibamos a solucionar. Seguimos la marcha. Yo en total silencio y serio, ella no pudiendo contener la risa. Reía mas que antes y no paraba de decir dos palabras: que kilombo. Asombrado por como habia casado todo al vuelo y mas por la reacción que tenia, sonreí y dije para mis adentros que era el tipo mas afortunado del mundo.
La ducha estaba excelente. La disfrutaba y tambien la tranquilidad que Caro me habia dado. Estaba ahi abstraído, sintiendo, pensando en nada cuando ella entro al baño y comezo a hablarme. Mirá amor que nadie te conoce tanto como yo…pero a ese maestro seductor que vi esta tarde no lo habia visto nunca. Gracias a Dios. Yo te tengo a vos para siempre, ese solo está un rato, nada. I gual verlo de afuera me gusto, me divierte. No sabes el palo que le hubiera hecho pegar si alguna vez se cruzaba conmigo. Se cagaba de risa y yo tambien. No le quise decir que jamas se lo hubiera cruzado, porque los dos lo sabiamos. Ese era para otro tipo de mina. Sali de la ducha y ella entró, en el medio nos besamos y me fui para el cuarto. Comenzaba a pensar que diria cuando ella viniera y empezara la charla en serio.
Cuando llegaron los viejos del super, la note a la vieja contenta, disfrutando del momento y de la noche que vendria en la playa, hablando de lo lindo que era tener tener a toda la familia reunida con sus parejas y felices. Me parecia que Caro y el viejo habian conseguido lo que parecia imposible. Se me ocurrio pensar que ella la podria haber conquistado tambien pero lo borré al instante. Era demasiado piola para comprar. A mi me habia sacado la ficha hacia muchos años, al toque, apenas me conocio y además te lo hacia saber con mucha cancha, sin avivar a los demas. Caro seguia en el cuarto preparandose. El viejo se habia ido a su cuarto y se bañaba. Nos encontramos solos en la cocina y me dijo que lamentaba que me hubiera casado con Caro. No entendi, si siempre habia deseado e impulsado nuestro matrimonio. Ella tambien sabia que era el tipo para su hija. Antes de que llegara a emitir palabra me tranquilizó diciendome que era por el boludo del hijo. Que yo era el unico que la podia desenmascarar y abrirle los ojos al hijo, claro, si hubiera seguido siendo solo el amigo de Caro. Vos viste como se te regalo esta tarde, termino preguntandome. Atiné a decirle que pase lo que pase y a pesar de lo que nosotros dos sabiamos, comenzara a mentalizarse y a ensayar el personaje que debia interpretar de por vida, de otra manera iba a perder a su hijo para siempre porque el ya habia elegido. Y que si el sospechara o inclusive alguna vez comprobara lo que es su mujer, no lo iba a cambiar. Se lo aseguré, afirmandole sin exageración que aunque la encontrara garchando en su propia cama con otro, jamas la iba a dejar. Y le imploré que lo hiciera solo por él, que una vez en la vida se la banque y que por amor se hiciera la boluda. Lo intentaré, me dijo y se fue cantando y gritandole a su marido. Yo sabia que ni Caro ni su padre podían ser tan crudos y realistas, que a lo mejor, era el toque que faltaba darle, pero tampoco podia asegurarlo tratandose de ella.
Una noche espectacular. Desde la terraza del complejo contemplaba el mar, sentia la tenue y refrescante brisa marina. Apoyado en la baranda, con una copa de excelente malbec perdia mi mirada en esas estrellas que incendiaban el cielo. La casi luna llena iluminaba la playa y decoraba un cuadro único, impresionante, perfecto. Las voces y risas detras que percibia detras mio no lograban sacarme de ese estado casi de meditacion en el que me encontraba. Hasta que escuche algo distinto y giré, acomodandome sobre la baranda nuevamente pero al revés, dandole la espalda al mar.
Ahora el espectáculo era otro. Bajaba la escalera, que unía la parte alta y entrada al complejo con la zona de terrazas exclusiva para parrillas en donde estabamos, como una verdadera diosa pagana del sexo. Solamente vestida con dos prendas y unas sandalias con la altura justa para que sus piernas y cola lucieran perfectas. Un vestidito sencillo y mínimo, de un color claro, suave, que no podía distinguir por la noche y sus luces. Lo que sí se distinguia, eran sus tetas sin corpiño, que parecían integradas a la pequeña parte de tela que el vestidito remarcaba, con esas puntas erectas que parecían siempre estar dispuestas o buscando una boca hambrienta. La otra prenda, una tanguita que no se disimulaba nada bajo el vestido, que mostraba el contraste de un triangulito que separaba la curva final de la espalda desnudisima y el comienzo de la curva mortal de su, tambien integrado a la tela del vestido, perfecto culito. La melena negra sexy y sus piernas estilizadísimas completaban otro cuadro único, provocativo, del que esta vez, nada ni nadie podrían abstraerme.
Me habia ubicado estrategicamente en la mesa para tenerla de frente. Con quien quisiera hablar debia cruzar su mirada con la mia. Poco a poco iba acentuando el acecho y demostrandole mi deseo. Casi sentia el olor que su deseo emanaba, veia como la excitaba mi mirada lujuriosa que la desnudaba y la comía. Mi pie que por debajo comenzaba a recorrerla, acariciandola desde los suyos, suave, poco a poco, dejando y gozando que me fuera indicando y pidiendo más con movimientos de sus piernas y miradas que no podian ya disimular el descontrol a la que la estaba llevando. Cuando senti sus piernas casi completamentamente abiertas y vi como su boca se convertia en una mueca de placer con el labio inferior siendo mordido, devorandoselo, su postura se tornaba indisimulable e iba perdiendo la coherencia en la conversación, desaceleré completamente. Comence a dominar la conversación, a ganar el centro de la escena y a manejar la mesa. me converti en el centro de atraccion, hablando con todos animadamente. No la miré más, como si nunca lo hubiera hecho y nada hubiera pasado. La ignoré por completo. Durante toda la noche Caro se mantuvo casi exclusivamente charlando con su hermano, cuando la miraba, me guiñaba un ojo, se mordia el labio y con ese gestito caracteristico yo entendia: te amo hijo de puta!
Siempre me resultó dificil resaltar algun aspecto que mas me gustara de Caro. Era todo. Ella me hacia ser y sentir. Me producia un bienestar y una energia unicas. Su ser me equilibraba, me daba paz, me completaba. Me hacia feliz y me hacia amarla todos y cada uno de los dias, siempre. Además de todo esto, tenía algo que para mi la terminaba de definir como única: era sorprendente. Cada día me sorprendia con algo nuevo, distinto, que salía de su interior. Y eso me liquidaba.
Cuando los viejos se fueron para el complejo a preparar todo para la noche, pudimos reunudar la conversación. Solos y tranquilos nos tiramos en un comodo sillón de cinco cuerpos que tenía el hermoso y amplio, aunque casi inútil, living de la casa. La charla se fue haciendo monólogo y el monólogo, confesión. Me sorprendia nuevamente, pero además me estaba excitando y no de la manera que ella lo hacia y que me habia enseñado a disfrutar del sexo surgido desde otro lugar, mas romantico, cariñoso, con sentimiento. Muy distinto al sexo como yo lo entendia hasta ese entonces.
Solo ella podia guardar durante tantos años lo que me estaba confesando. Queria expresar algo pero estaba tan sorprendido que me quedaba en amagos, apenas intentos de esbozar palabra. Me estaba enterando lo que se excitaba y gozaba cuando yo, inocentemente y sin imaginar semejante cosa, le relataba con lujo de detalles, expresiones, mimicas, sonidos y lo mas explícita y graficamente posible, todos y cada uno de los encuentros sexuales que sostenia con las putas que salía, ocasionales y estables. Todas.
Mi amiga Caro no tenía sexo. No podia imaginarlo siquiera y menos con el unico novio que le conocí. Un insulso y asexuado nerd con el que siempre la cargaba diciendole que eran igualitos. Parecía tan imposible que nunca se me ocurrio preguntarle nada sobre su sexualidad. Casi ocho años después de comenzada nuestra amistad, un año de noviazgo y meses de casados me confesaba que habia aprendido a gozar, a acabar y conocer su sexo, pajeandose permanentemente con mis historias, cojiendo imaginariamente conmigo y todas esas putas. Sabia perfectamente que si me lo contaba entonces, me perdía para siempre. También, que el momento oportuno de hacerlo llegaría poco tiempo despues de que nuestra relación se transformara en indestructible. Y yo que me la creía saberlo todo sobre las mujeres. Otra vez Caro confirmaba que era una mujer sabia, sólo ella podía conquistarme como lo hizo. Todo el tiempo, permanentemente y para siempre.
Cojimos como animales. La mujer que ya amaba, mi mujer, a la que ya le habia entregado mi corazón para siempre, ahora me regalaba, me entregaba y hacía mía su versión de hembra, excitandome como la más y mejor puta, reventada e insaciable que conocí en mi vida. Tocaba el cielo con las manos. No. Estaba en el cielo. El Hombre y el animal juntos, gozando como nunca con su Mujer y hembra. Y todavía faltaba mucho más.
El viejo le estaba indicando como llegar al baño cuando volví a mirarla nuevamente, con la mirada cargada de deseo, haciendo que la suya se convirtiera en ruego. La segui observando mientras se iba caminando. Absolutamente todos sus movimientos eran para mí. Me estaba invitando.
Caro nos llamaba a sentarnos para el café. El viejo se acomodaba en una punta tratando de no molestar a su mujer que tenía arrinconado al hijo y no paraba de hablarle. Yo estaba en lo mismo cuando Caro me detiene y me pide por favor con toda dulzura que vaya a la cocina, al salón donde estaban los refrigeradores, a buscar un paquete de confiteria y que de paso buscara edulcorante. Me hizo un guiño y se puso a hablar con el viejo. Todos estaban aprovechando su oportunidad. Yo me fui rapidamente a aprovechar la mía.
Trotaba el larguisimo pasillo totalmente a oscuras que comunicaba distintos sectores del complejo. Al final se veía solo la luz prendida del salón de refrigeradores y cocina. Metros antes, sobre un lateral del pasillo estaban los baños. Una ubicación perfecta. El vigilador a más de ochenta metros hacia un lado y la familia a más de ciento cincuenta metros hacia el otro. Metros antes de la entrada me anuncié haciendo ruidosos mis pasos. La puerta estaba abierta sin nadie a la vista. Cerre la puerta apenas entré y lentamente me encaminé hacia la vuelta, donde estaban los cubiculos cerrados. Enseguida vi el vestido en el suelo. La pija me explotaba. Jadeante de excitación y deseo bien audibles, me puse rápidamente en bolas, sabiendo que aunque todavia no la veía, estaba allí en el fondo, esperandome. La ultima puerta de los gabinetes estaba abierta. Si ya estaba excitado, cuando la vi, me transforme en un animal en celo. Solo por un instante pude observarla. Parada sobre una des sus piernas levemente flexionada, sostenida apenas en punta de pie apoyado en el piso, solo la parte superior de la espalda a la altura de los hombros se recostaba sobre la pared. Su otra pierna apoyando el pie en la tapa del inodoro, su rodilla apuntando totalmente hacia la pared de costado, conformando un angulo recto entre fémur y tronco que dejaba ver totalmente abierta, ofrecida, esa concha tremenda, que no disimulaba nada su sed, su hambre voraz, su necesidad ya impostergable de saciar su instinto primario de hembra en celo, que ya casi habia devorado la tanga que intentaba cubrirla. Apenas llegue a ver que los dedos de una mano exprimían un pezón y la otra bajaba hacia su concha, metiendose los dedos para sacar de adentro la tanga estirandola con furia para un costado, cuando me le tire encima. Le comia la boca deseperadamente mordiendo sus labios, alternando con embestidas de lengua que chupaba todo, una mano estrujando sus tetas , la otra sintiendo los jugos que producia su concha pajendola salvajemente. Gemía aullidos pidiendo que la cogiera. Me regoba, me suplicaba que se la metiera toda y de una vez, que ya se acababa y me necesitaba adentro. Se la puse toda adentro de un solo empujon, rugiendole al oido que la hacia mi puta, que era su macho y que la cogeria siempre. Los gritos de placer que producian los orgasmos que se sucedian en una secuencia tan animal que los hacían uno solo, placenteramente infinito, bestialmente potente y unico, apenas dejaban lugar a alguna palabra, alguna frase que entrecortada, gemida y con solo un hilo de aliento me suplicaba que la siguiera cogiendo, que era mi puta y que la llenara de leche durante todo su embarazo. Mi leche estaba a punto de llenarla, sentía la inminencia de la potente explosión, seguia y seguia penetrandola con fiereza inclaudicable, como esa hembra pedia y necesitaba cuando tuve que parar abruptamente. Ella gemía que siga hasta que también escucho. La voz de Caro se acercaba rapidamente, llamandonos insistentemente.
Salí primero. Caro me agarro la mano y me arrastro a la cocina. Antes de que me meta pude ver como mi cuñadita se iba caminando hacia el otro lado, perfecta, tan naturalmente como si nada hubiese pasado. Dentro de la cocina, Caro me empujo contra la pared, tomó mis manos y comenzó a olerlas como una perra, Antes de chuparme todos los dedos me explico jadeando de excitación que nos habia sacado porque el hermano se habia puesto impaciente y me pidió por favor que le contara todo, con detalles, repetidamente sin parar, cojiendola durante toda la noche.
Continuará…
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