MI DESTINO CON MI HERMANA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Desde siempre, Lorna tuvo sobre mí una superioridad avasallante;siendo niños, su placer mayor fue siempre hacerme rabiar venciéndome en cuanto juego disputásemos, y éso fue así dándose año tras año y con mayor fuerza creciente llegando yo a mi adolescencia y ella exhibiendo una despampanante robustéz hermosa y gorda, pero gorda linda…muy linda, y yo, cada vez más flaquito a unque muy viril y sano, mi gran complejo era mi delgadéz que ella sabía aprovechar para de mí burlarse y hasta imponerme su arrolladora fuerza física humillándome muchas veces con dominaciones torturantes.
Lorna gozaba haciéndome rabiar a extremos desesperantes para mí, y yo no podía evitar aquella cosa en la que me tenía ella siempre dominadamente atrapado, con la indiferencia de nuestra madre que hasta reía sin darle importancia a mis desesperaciones.
Mi dotación genital, fuertemente agraciada en mí, siempre fue una característica que desde niñito llamó la atención, lo que mi hermana aprovechaba para de mí burlarse llamándome "burro" con sornástica manera asociándolo no sólo a mi escasa inteligencia, sino también, a mi enorme miembro sexual.
-"Burro"! solía decirme al pasar a mi lado, llevando su mano a mi bulto en manoséo cosquilleante, debiendo yo soportar siempre eso o atenerme a las consecuencias de una paliza inminente si resistencia ofrecía.
Había llegado yo a mis 17 años recuerdo, y Lorna a los 20, y era ella una inmensa mujer gorda y despampanantemente piernuda y por demás hermosa, y yo…un flaquito calentón y viril que cada día parecía estar más delgadito…pura pija y huevos era! Lorna cada día abusaba más y más de mí, y yo, que cada día sentía en mi eroticidad esos embates de las calenturas que a esas edades en el varón son como volcánicas, comencé un día a experimentar un deseo loco por entregarme por completo a ella variando mi actitud de rabia por lo que siempre me vivía haciendo y comenzar a gozar siendo algo así como "un esclavo de ella"…y esa idea comenzó en mí a hacerse cada vez más grande, y pronto comencé a dar muestras de evidente placer cada vez que Lorna me acosaba, y Lorna…captó eso!
Lorna comenzó a mirarme y reír, y yo, turbado y avergonzado, no quería demostrarle lo que me estaba pasando. Pensé, que tal vez al ella notar eso que me pasaba, quizá variara su actitud conmigo, y desistiera de su costumbre de así permanentemente acosarme.
¡Todo lo contrario! Aún más, arreció en su acose! Y aquéllo…se precipitó! Caí a sus pies completamente rendido de placer y calentura bestial, y en uno de esos días en los que habíamos quedado solos, Lorna me atrapó como tantas veces para torturame con cosquillas y manoseos, y yo…me entregué a ella completamente excitado y rendido de calentura atróz, y recuerdo que con desesperación, comencé a lamerle los pies mientras ella alzaba los brazos en señal de victoriosa alegría triunfal. Vestía yo me acuerdo, un pequeño short cortito como única prenda en aquella calurosa tarde, y Lorna me lo quitó de un solo tirón dejándome completamente desnudo, comenzando así una orgía verdaderamente colosal en la cual era yo su juguetito sexual deja´ndome hacer por ella las cosas que me hacían hasta gritar de placer y sintiendo sus manos cosquillearme entero y sin piedad, y comenzar a hacerme un 69 en el que quedé con mi cara entre sus enormes nalgas y lamiéndole el culo, mientras ella me felaba con una fruición alocada. Comencé a experimentar una verdadera avalancha de orgasmos que me hacían hasta bramar de placer haciéndome Lorna saltar ríos de leche por la pija que me mamaba como energúmena, y mi lengua era un portento lamiéndole el culo y la concha al tiempo que gemía y suspiraba y gritaba como un desesperado loco así debajo de ella.
Lorna se había desnudado inmediatamente a haberme ella quitado el short y haberme dejado desnudo por completo, y así verla a ella también desnuda recuerdo que me sobrevino una calentura como de monstruo, viéndola aún mucho más inmensa y hermosa así desnuda, provocando en mí esa visión, la calentura que me vino multiplicadamente adicional, para aprovechar Lorna eso, exprimiéndome como comenzó a exprimirme sin límites.
Yo, me acababa de entregar ahora por completo, a ella. Ahora sí, que Lorna hacía lo que quería conmigo!
Era entonces recién el comienzo, de una incestuosa relación en la cual un hermano, comenzaba a ser el sexual objeto de una hermosa y exuberante hermana lujuriosa que comenzaba a dar riendas sueltas a sus más morbosos deseos de dominación total sobre mí, con una complicidad de mi parte que hacía las cosas aún más placenteras para los dos.
Tal, aunque no resulte esto del machista gusto misógino de quienes abundan en estos lares, ésto…fue lo que sucedió.
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