Mi esposa, y su hermano eran amantes, hasta que los descubrí, y nos divorciamos, ahora son marido y mujer.
Un joven esposo descubre que su mujer y el hermano de ella son amantes..
La pasada Semana Santa, la que hasta esos momentos era mi esposa, y yo fuimos de visita a la casa de campo de sus padres, pero desde que llegamos, como de costumbre se la pasaba discutiendo con su hermano mayor, por tonterías, mientras que mis suegros algo avergonzados, me decían los dos. “No te preocupes ellos dos siempre han sido así desde adolescentes, discuten por cualquier cosa”.
Además, también me dijeron, hay veces que ni se hablan, y ni se quieren ver, eso me entristeció mucho, ya que yo llevo una excelente relación con mis hermanas, y aunque pueda que en ocasiones discutamos por algún asunto de la familia, jamás dejamos de hablarnos.
Justo en ese momento mi cuñado, le dijo a todo pulmón a mi esposa. “Y qué si estas en eso días del mes”, azotó la puerta, saliendo de la casa de sus padres, diciendo. “Eres insoportable.”
Mientras que mi esposa, a los pocos minutos se montó en su coche, y arrancó a toda velocidad, nuevamente mis suegros, me dijeron. “No te preocupes, él se va a caminar, y regresará más o menos en una hora. Mientras se le pasa rabieta que agarró con tu cuñado.”
Mi suegro continuó diciéndome. “Ella se va al pueblo a visitar a una amiga, y no regresará hasta la noche. Por lo que, si quieres, puedes esperar, o si lo prefieres vienes a la misa de once, con nosotros”.
Yo les dije, que prefería esperar a mi esposa, apenas ellos se marcharon, se me ocurrió salir a caminar, y tratar de localizar a mi esposa por teléfono, para que se calmase, y de ser posible, hasta interceder por mi cuñado.
Pero cuando salí de la casa, vi a lo lejos como mi cuñado se adentraba en el bosque, pensé en gritarle, para que me esperase, pero decidí que mejor era darle alcance, por lo que apurando el paso me dirigí en la dirección en que lo había visto caminando.
Ya estaba a punto de darle alcance, entre la arboleda, cuando de momento me encuentro que nuestro auto se encontraba estacionado a un lado de la vereda por la que entró mi cuñado, pero apenas avancé un poco más vi a mi esposa, que se encontraba arrodillada frente a su hermano, al tiempo que gustosamente, le estaba mamando la verga a él.
Yo no podía creer lo que estaba viendo, como era posible eso, que mi esposa le estuviese chupando la verga a su propio hermano, si además unos momentos antes, los dos discutían encarnizadamente.
Yo que me encontraba oculto tras la enramada, estuve a punto de salir, y decirles que se detuvieran, pero en ese mismo instante, pensé. “Si lo cuento, nadie me va a creer, a menos que les tome unas fotos.” Y sacando mí móvil, lo coloqué en modo silencioso, y sin dejar de observarlos, los comencé a fotografiar, sin que ninguno de los dos se diera cuenta.
Entre risas mi esposa dejó de mamar la verga de su hermano, cuando él le preguntó. “Para que trajiste a tu marido.” Cosa que, al escucharlo preguntarle eso, me sorprendió, de la misma manera que me sorprendió el ver como con tanto gusto, mi mujer seguía mamando la verga a su hermano.
Ya que cuando yo se lo he pedido, bien molesta me responde. “Esas son cosas de un depravado sexual”. Y por más que he tratado de convencerla de que eso no es así, al final termina peleando conmigo.
Pero regresando a lo sucedido, mi esposa retiró su boca de la verga de su hermano, y riéndose le dijo. “Te voy a dejar que me dé por el culo.” Y mientras él le dijo eso, su hermano la abrazó, al tiempo que él con una mano le subió la corta falda, y con la otra le bajó los pantis.
Mi esposa por su parte le agarraba con fuerza la verga a mi cuñado, al tiempo que comenzó a pasar sus paradas tetas, por entre el rostro de su hermano, yo seguí, tomando fotos, y en el fondo envidiando lo que estaba por dejarse hacer por su propio hermano.
Él buscó apoyo en un arbusto, mientras que ella levantaba una de sus piernas, y la mantenía separada de la otra, para que su hermano la comenzara a penetrar por aquel culo.
Ya una vez que él le comenzó a meter toda su verga, por entre las nalgas de mi esposa, mi cuñado comenzó a reírse, y mi esposa a mover sus caderas, los dos se dejaron caer al suelo, y mientras que él continuaba una y otra vez, empujándole toda su verga, por el apretado culito de mi esposa, ella no paraba de gemir, y de decirle, una y otra vez, dame más duro, hermanito.
Mi cuñado por su parte, la seguía apretando con fuerza contra su cuerpo, mientras que yo, hasta estuve a punto de autosatisfacer, mientras los seguía viendo, pero la rabia, y el odio que sentí hacia ellos dos, como que fue mayor que mi excitación.
De la misma manera que comenzaron, terminaron, y una vez que ambos se marcharon, yo salí de mi escondrijo tras las ramas, y me encaminé a la casa de sus padres.
Por el camino fui pensando detenidamente, que le iba a decir a todos, por eso cuando ella regresó, sin esperar a que me viniera con algún cuento, le dije. “Más vale que termines esa enfermiza relación con tu hermano, o nos divorciamos”.
Pensando que ella reaccionaría de manera que no fuera necesario el llegar a divorciarnos, pero quien sabe que hay en la mente de ellos dos, ya que mi esposa me preguntó. “¿De que tú me hablas? Y sacando el móvil le mostré las fotos, ambos estaban tan concentrados, en lo que estaban haciendo, que ni cuenta se dieron de mi presencia.
Mi esposa como que dio por sentado, que lo del divorcio era una vana amenaza de mi parte, por lo que me dijo riéndose. “Yo no lo voy a dejar, así que acostúmbrate a eso.” sonriendo, le respondí. “Como tú quieras, pero nos vemos el lunes en el tribunal, y diles a tus padres, y a tu hermano, que no lleguen tarde”. Tras cerrar la puerta escuché a mi esposa maldecirme, de mil formas diferentes….
Justó en ese instante mi cuñado tropezó conmigo, me pareció que seguramente se encontraba tras la puerta escuchando la conversación, por lo que apenas vi que comenzó a levantar una de sus manos, sin pensarlo le he clavado un derechazo en toda la cara, por lo que se desplomó al piso sin sentido.
Me dieron unas tremendas ganas de patearlo en el piso, pero me contuve, esa misma noche mi suegro me llamó por teléfono insultándome, ignorando seguramente a que se debía mi manera de actuar, yo no le dije ni que si ni que no, simplemente le mandé copia de todas las fotos que tomé.
Aunque mi idea era vernos el lunes en el tribunal, realmente fue el día miércoles, y creo que ha sido el divorcio más rápido del mundo, ya que no hizo falta ni que tan siquiera presentase las fotos, ya que mi e se allanó a todas mis demandas.
Lo ultimo que supe de ellos es que conviven juntos, y que sus padres al parecer así lo han aceptado.
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