MI ESPOSA Y SU SOBRINO
Esta historia gira alrededor de Alfredito y para ponerlos en contexto les diré que Alfredito es un muchacho que desde pequeño siempre llamo la atención de las mujeres en general, en especial a mujeres mayores refiriéndose a él como un chico muy atractivo.
Esta historia gira alrededor de Alfredito y para ponerlos en contexto les diré que Alfredito es un muchacho que desde pequeño siempre llamo la atención de las mujeres en general, en especial a mujeres mayores refiriéndose a él como un chico muy atractivo, a las más jóvenes o de su edad no las escuche decir nada quizás les daba pena. Alfredito es el hijo menor de la hermana menor de mi esposa, y mi esposa que es su tía, vive fascinada con él. Ahora que han pasado veinte años, Alfredito mide más de un metro ochenta y cinco, tiene un cuerpo atlético y conserva el mismo atractivo que llamaba la atención de las mujeres.
Mi esposa vive fascinada con él y como ya entro a la universidad, cuando nos lo encontramos en alguna reunión o de visita en su casa, ella le vive preguntando como le va con las mujeres, y le he escuchado decir que se le acercan mujeres mayores, porque talvez lo imaginan mayor por su apariencia, pero él es muy tranquilo y no se aprovecha de su atractivo. La última vez conto que una monitora de sus estudios siempre lo incluye en sus actividades, pero a él solo le interesa estudiar.
El mes pasado estuvo de cumpleaños la mama de mi esposa y ella con sus dos hermanas decidieron alquilar una casa de campo e invitar a algunos familiares y amigos para celebrar la fecha. Los más allegados nos fuimos el viernes a la casa de campo, la fiesta se celebró el sábado y los que eran invitados fueron y regresaron el mismo día, considerando que la distancia a la capital era corta, solo nosotros los allegados nos quedamos hasta el domingo.
El sábado muy temprano mi esposa y sus hermanas se dedicaron a organizar el sitio, que cuenta con un quiosco muy hermoso y ellas lo arreglaron muy bien. La comida estuvo preparada a tiempo y a mí me tocó el tema del licor. Escogí tres opciones para las señoras, los señores y los jóvenes y me funcionó.
La fiesta fue todo un éxito, estuvimos muy contentos en especial la homenajeada y llegada la noche comenzaron a despedirse los que tenían que regresar a la capital, de manera que los que nos quedamos nos reunimos en el kiosco y compartimos hasta las diez de la noche una reunión amena en medio de bromas y ocurrencias de los más jóvenes que eran Alfredito y las tres primas, una de ellas muy alegre y con mucho humor nos hizo reír todo el tiempo. A esa hora los mayores fueron desfilando a descansar, y solo quedamos mi esposa y los cuatro primos, escuchando las ocurrencias de Sofia, y tomando una que otra copa más. A media noche me sentí cansado y me fui a dormir y mi esposa se quedó con los sobrinos.
No dormí más de una hora, porque me acosté vestido, esperando que viniera mi esposa, y al despertarme note que ella no había llegado. Me levante y camine por un corredor amplio que está en medio de las habitaciones y al final una ventana que tiene vista al quiosco y note que allí solo estaba mi esposa y Alfredito. A la distancia los vi muy abrazados y centrando más la vista me pareció que se estaban besando. No me sorprendí tanto, porque de siempre noté la atracción de mi esposa por su sobrino. Decidí dar un rodeo saliendo por la puerta posterior ubicándome cerca a sus espaldas, aprovechando la complicidad de los árboles.
La baranda del quiosco solo me dejaba ver de la cintura para arriba y observaba como se besaban además de las caricias de Alfredito en los senos de su tía. Decidí moverme hacia un lugar que me permitiera observar por completo sus cuerpos.
No paso mucho tiempo en que mi esposa empezó a acariciar por encima del pantalón la verga de su sobrino y luego bajándole el cierre saco de su encierro lo que ella antes estaba palpando con la ayuda de Alfredito. Después de un par de masajes ella se inclinó para comenzar una mamada con muchos deseos. Ella metía en su boca la verga de Alfredito hasta donde le permitía su garganta, quedando afuera al menos la mitad, porque, así como él es de alto, también esta muy bien dotado.
Pasaron varios minutos en que los dos disfrutaron efusivamente, hasta cuando ella se detuvo y lo invito a que le correspondiera, se pusieron de pie y ella se quitó el panty y al sentarse recogió su falda hasta la cintura. Alfredito se arrodillo en medio de las piernas de su tía e inclinándose empezó a darle sexo oral, acompañado de masajes en los senos, algo que a ella la excita sobre manera, además, si se le aprietan los pezones aumenta su fogosidad. De ella escuche unos pequeños gemidos muy controlados y su cabeza permanecía echada hacia atrás, señal del placer que estaba disfrutando llegando finalmente a conseguir su orgasmo en medio de un silencio obligado.
Como hasta el momento Alfredito no se había corrido, mi esposa lo invito a que acercara la verga a su coño y cuando estuvo en el punto necesario, ella misma la dirigió para iniciar la penetración. En ese momento, le pidió que no la fuera a penetrar totalmente, porque creía que su verga era muy grande y le podía hacer daño. Él le respondió… claro tía, tú me avisas hasta donde. Y él empezó a mover su cadera hacia adelante y atrás y en cada oportunidad su verga se perdía más y más adentro del coño de mi esposa, (esto lo supuse por los movimientos, porque la iluminación era escasa). Fueron casi cinco minutos en que este chico no dejo de mover su cadera con una efusividad asombrosa, por supuesto propio de la vitalidad de su juventud.
En ningún momento mi esposa se quejó, por el contrario, percibí que creció su excitación y escuchaba su respiración agitada. Después de esos cinco minutos aproximados, pienso yo, porque no estaba cronometrando el tiempo, escuche a Alfredito decirle a mi esposa… tía, tía, uhmmm, ya no aguanto más, me voy a correr y ella le dijo… hazlo dentro de mí, quiero disfrutar tu semen, y enseguida vino la exhalación del chico al vaciarse en el coño de su tía. Por unos instantes, se quedaron pegados reponiéndose del esfuerzo y cuando se separaron, mi esposa llevo la mano a su concha y viendo la abundancia de la corrida de su sobrino le dijo… guau que cantidad, ¿cuánto hace que no te corrías? Y el riendo le respondió… al menos dos meses desde que estuve con la monitora.
Viendo que todo había terminado me fui directo a la habitación y me acosté aún sin desvestirme, de manera que cuando llego mi esposa, fingí estar dormido, pero después que ella salió del baño simulé despertarme y ella me dijo… Te imaginaba dormido hace tiempo. Entonces con las ganas que tenia de follarmela me levanté y le dije al oído… Estaba dormido, pero cuando te sentí follar con Alfredito me desperté y me nacieron deseos de follarte también. Ella se quedó muda. Entonces la invite a que se desnudara, la acosté, me subí sobre ella y sin pensar en su satisfacción como lo hago siempre, la folle con todas mis ganas hasta correrme dentro de su coño. Su lubricación estaba espectacular, en parte, de seguro por algo del semen de Alfredito que aún podía quedar dentro. A continuación, no se habló nada más y nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente después de la merienda del medio día tomamos camino para regresar a la capital y estando los dos solos en el auto le dije… ¿Disfrutaste mucho cogiendo con tu sobrino? Ella no me respondió nada.
Entonces continue diciendo…No me extraño lo que paso, ya lo veía venir, viendo tantos deseos que mostrabas cada vez que nos lo encontrábamos, era solo esperar que se diera la oportunidad, porque con la vitalidad de este chico y los deseos de la tía, esto tenía que suceder.
Pero ahora que están las cartas sobre la mesa, te digo que no te preocupes por nuestra relación porque nada va a cambiar, solo que ahora vas a tener la oportunidad cuando quieras de follarte a tu sobrino y yo tendré el placer de verlos follar.
En ese instante, al fin reacciono ella y me pregunto… ¿Y es que acaso te excita verme follar con Alfredito?
Jamás lo imagine, pero sí, me excitó y por eso te folle cuando llegaste a la habitación y no me importo como en otras oportunidades tu satisfacción, porque ya sabía que ya venias satisfecha. ¿Verdad?
Y como ella no me contestaba, le repetí… ¿Dime si no era verdad que ya venias satisfecha?
Y ella respondió a mi pregunta con un lacónico… Siiii entre dientes, como dándome a entender no preguntes más.
Considere que podía estar siendo muy incómodo para ella el momento y decidí no molestarla más, solo agregue… Cuando quieras puedes invitar a Alfredito a nuestro departamento porque yo no me voy a molestar, pero eso sí, solo a Alfredito. ¿Entendido?
Siii, y no se habló más del asunto, por el camino puse música para romper el silencio.
Pasadas dos semanas, sarcásticamente le pregunte a mi esposa… ¿Y no has extrañado a Alfredito?
No, porque me preguntas eso.
Porque cuando uno tiene un juguete nuevo lo quiere disfrutar a toda hora.
¿Sí? Pero es que él no es un juguete.
¡Ah! No me digas que estás enamorada.
No, no es eso, simplemente que lo aprecio porque es mi sobrino.
Bueno porque no lo invitas mañana con el pretexto que le tienes el postre que a él tanto le gusta y de paso le comentas que vas a estar sola porque yo tengo reunión con mis amigos. ¿Qué dices?
¿En verdad quieres que lo invite?
Si, llámalo de una vez, ahora debe estar almorzando en la universidad.
Ella le marco y enseguida él le contesto.
A: hola tía como estas?
T: Bien Alfredito ¿cómo te ha ido? ¿Estás en la universidad?
A: Si estoy en descanso.
T: ¿Y qué vas a hacer mañana por la noche?
A: Nada tía ¿por qué?
T: Porque prepare el postre que tanto te gusta y voy a estar sola, porque mi esposo se va reunir con sus amigos y llegará a la madrugada como siempre.
A: ¡Ahhh! Si me gustaría, pero quería decirte que estoy muy apenado por lo que paso en la casa de campo, tal vez por el licor me pase de copas y abuse de tu confianza.
T: Tranquilo Alfredito, no te preocupes, yo estoy muy contenta por lo que paso, me gustó mucho estar contigo, hace tiempo lo deseaba.
A: ¡Verdad tía querías estar conmigo? ¿Y por qué no me lo habías dicho? Tú sabes que eres mi tía favorita y haría lo que fuera por ti.
T: Bueno, entonces te espero mañana a las siete, porque a mi esposo lo recogen los amigos a la seis.
A: Ok tía nos vemos mañana.
T: Muy bien, te espero.
Y cuando colgó la llamada me dijo… ¿Quedaste satisfecho? ¿Eso es lo que querías?
Si, le respondí. Quiero saber que eres feliz.
Mañana quiero verte muy sensual, ponte una minifalda, medias de liguero, zapatos de tacón y la blusa trasparente con el sujetador de encaje negro. ¡Ah! y la tanga más pequeña que tengas, ojalá negra. Así estimularas más a tu sobrino.
Llegada la hora del día siguiente, anunciaron en la recepción la llegada del joven Alfredo, mi esposa contesto y dijo… déjelo pasar. Al momento llego al departamento, mi esposa lo recibió con una sonrisa y él le trajo una rosa, ella le agradeció y le dio un beso en la boca, para ir rompiendo el hielo desde el principio.
Enseguida él le comento que había estado muy preocupado los días anteriores por lo que había pasado en la casa de campo, pero afortunadamente habían hablado el día anterior para aclarar todo, porque estaba muy preocupado, tanto que no se quería dejarse ver de ella. Y agrego… Además, si tu esposo se hubiera enterado que problema familiar tan complicado.
Pero ella lo tranquilizo y se sentó a su lado, como siempre muy cariñosa y le pregunto si quería ya el postre que le había preparado ¿o mejor otro postre? Y a continuación, ella rio con picardía. Él lo entendió y le dijo mejor el otro postre.
Y empezaron a besarse apasionadamente, acompañándose de caricias, después de un tiempo ella le propuso ir a nuestra habitación, donde está la cama grande y comenzaron a desnudarse.
Cuando Alfredito vio a la tía con esa ropa interior tan sensual le pidió que se la dejara porque se veía muy hermosa y continuaron besándose. Pero llego el momento que se acostaron en la cama. Alfredito totalmente desnudo y mi esposa con toda su ropa interior excepto la tanga. La verga de Alfredito en un comienzo flácida fue endureciéndose y creció hasta lograr su tamaño total.
Mi esposa le propuso un sesenta y nueve y se invirtieron en la cama y comenzaron a disfrutar, ahora con todas las comodidades, diferente a lo que vivieron en la casa de campo.
En la medida que Alfredito cumplía con sus labios y su lengua motivando el coño de la tía, ella metía la verga de él en su boca y la chupaba con mucha efusividad.
Cambiaron cuando Alfredito le propuso a ella que se subiera sobre él y ella accedió, se acomodó y tomando la verga de Alfredito la puso en el lugar adecuado para luego dejarse caer y que la penetrara totalmente. Ella en ningún momento se quejó y poco a poco comenzó a subir y bajar hasta que se inclinó sobre Alfredito y se besaron eróticamente.
En una fracción de tiempo que se detuvieron, mi esposa le pregunto… ¿Y te gusta estar con la tía? ¿O prefieres tus amigas?
Él le respondió enseguida… Prefiero estar contigo, mis amigas son muy tontas, a veces infantiles, sin experiencia y siempre está el riesgo de un embarazo.
Mi esposa le dijo… pero a mí también me puedes embarazar.
Pero el muy maduro le respondió… jajajajajajaja las mujeres después de los cuarenta no quedan en embarazo y tú ya cumpliste los cincuenta, jajajajajajaja.
¿Entonces tendré Alfredito para rato?
Si tía, cuando quieras cuenta conmigo, no me podré casar contigo, pero siempre estaré disponible para ti, desde luego que tu esposo no se dé cuenta, porque ahí si me toca volar. Jajajajajajaja
Después de este receso volvieron a lo suyo, cambiaron de posición ahora la tía abajo y el sobrino arriba, después de penetrarla, Alfredito subió las piernas de ella a sus hombros y comenzó a follarla con mucha vitalidad y ella a gemir… aigg, aigg, aigg, aigg, aigg, aigg, aigg, aigg, uhmmm, uhmmm, que rico, eso, eso Alfredito, hazme con fortaleza que me gusta, sigue, sigue, guau, que rico…
Y así siguieron hasta elevar la excitación de mi esposa y alcanzar el orgasmo, mientras que él continuó penetrándola unos minutos más y por fin dijo… Ahiii, ahiii, me corro, me corro y exploto dentro del coño de la tía.
El tiempo se había pasado volando y ya eran la diez de la noche, entonces mi esposa le dijo ¿quieres el postre? Si, Pero el muy caballeroso, agrego… aunque no creo que sea mejor que el que me acabas de dar tía. Y los dos rieron.
Mientras él disfrutaba el postre de su predilección, mi esposa que es muy preguntona se dedicó a averiguarle temas de la intimidad de Alfredito y entre las preguntas que le hizo fue la de si había muchas mujeres mayores que lo buscaban y él le respondió… No tía, no te puedo contar nada de eso porque debo guardar la confidencialidad y si lo hago contigo después lo podría hacer con otras mujeres y de seguro no te gustaría que otras se enteraran de lo nuestro.
Si tienes razón, estoy de acuerdo, pero sin decir nombres me puedes contar hechos.
Ah eso sí, por ejemplo, hay unas señoras casadas que constantemente se me insinúan y cuando me atraen pues he aceptado.
¿Sí? y a dónde van? Con ellas me toca ir a moteles, ellas me recogen en sus autos y disfrutamos un par de horas, generalmente me dan regalos.
¿O sea que te estas volviendo como un gigolo?
Noooo, tampoco tanto, yo tengo que cuidarme, con ellas siempre es con preservativo, solo contigo lo hago sin nada porque me gusta y lo disfruto mucho.
Cuando termino de comer el postre, le dijo a la tía, que pena que me tenga que ir, pero mañana temprano tengo un taller, además de pronto puede llegar tu esposo.
Está bien, muchas gracias por haber aceptado mi invitación.
Noooo, gracias a ti, me voy muy feliz de volverte a ver y espero me vuelvas a invitar muy pronto.
Un beso intenso y chaooo.
Una vez quedo sola mi esposa, yo salí de la habitación donde había estado escuchando y viendo por ratos lo que pasaba entre ellos, le dije a ella… vamos que estoy que me reviento de deseos por estar contigo, y fuimos a la habitación donde acababa de follar con Alfredito y cogimos de maravilla.
En esta oportunidad estando todos liberados de la presión, esto hizo que ella disfrutara un doble orgasmo y yo me corriera dentro maravillosamente. Lo que siguió días después fue más de lo mismo, mi esposa está muy feliz, igual Alfredito estrenando juguete con experiencia y yo también. Ahora ella tiene en cada oportunidad, diversión de dos por uno.
Me imaginé a dos que tres jóvenes que me tiré a los cuarenta, todos ellos «me sedujeron» (lo que pasa es que ya los había «puesto al palo» con roces, y sin sostén). Fue muy grato para mí, y también para mi esposo uno de los casos porque nos veía por el circuito cerrado. Pero gozó el atole de todos, primero en un 69, y luego deslizándose con la tranca entre lo que me dejaron.
Lo que seguramente yo no habría hecho era coger con algún sobrino.
Yo con sobrinos y hasta hijos, aunque soy pedo y no siempre me van como este de 20 sino de más chicos, muy morboda de estar con criaturas que me llenen y en seguida ya estén duritos y te quieran seguir cogiendo.
Yo estaría muy prendida ahí metiéndoles mano y chupádoles bien rico el chilo a los nenes que los deje bien duros y ahí me los cojo montón pero sería si me caliento bien, soy una degenerada al soltarme y una puta roba cuna con gusto jaja pero antes hay timidez.
Muy bueno, me gusto la trama, lo de «Alfredito» muy comico
Tita, esa historia me encantaría escucharla con detalle, que delicia