Mi Familia: Los Gemelos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sergiokun28.
, somos un total de 6 hermanos, Marcos el mayor que tiene 20 años, el futuro ingeniero de la familia, de allí le siguen Mauro y Marcelo, los gemelos de 19 años, Sebastián de 18 años, Agustín de 17 y yo, Juan Pablo de 12 años.
En ese entonces mi padres decidieron tomarse unas vacaciones de casi dos meses por Europa, recuerdo que dijeron ya que sus hijos estaban lo bastante mayores para que se quedaran solos en casa ellos se tomarían unas largas y merecidas vacaciones, serian una especie de segunda luna de mil ya que la primera no la habían disfrutado dado que mi madre estaba esperando a mi hermano mayor así que no la habían disfrutado del todo bien en aquel entonces.
Mi hermano Marcos quedaría a cargo de la casa y de nosotros, así que debíamos hacerle caso en todo lo que nos dijera.
Llegado el día acordado ellos se fueron, y nosotros nos sentíamos los dueños del mundo, la casa para nosotros solo, sin nadie que nos dijera que hacer. Estábamos en la gloria divina, sin padres, sin horarios, sin obligaciones, más que pasarla lo mejor posible y así fue; la casa se convirtió en sucursal de la diversión, mis hermanos habían planificado ese día como si fuese el ultimo de sus vida, en un abrir y cerrar de ojos la casa se lleno de gente y comenzó el festejo… “había que festejar el primer día de estos gloriosos meses sin nuestros padres”… esas fueron las palabras de Mauro, y así se hizo…
En uno de esos días, cuando todos estaban pensando que hacer esa noche cuando la casa se llenara de los amigos de mis hermanos Mauro y Marcelo, yo decidí que con el calor agobiante de enero no podía pensar bien así que me fui directo a la ducha, quería sentir el agua fresca en mi cabeza para poder pensar con claridad, puesto que con mis 12 años mis hermanos no me dejaban hacer mucho, siempre terminaba en mi habitación porque para ellos yo solo era un crio que les molestaba ya que no quería irme a casa de mis amigos para que ellos hicieran lo que baya a saber yo que … me sentía por un lado frustrado por no poder estar allí… pero por otro lado me sentía muy emocionado por ver todo lo que hacían los “grandes”.
Estaba pensando en eso cuando de repente se abre la puerta del baño… eran mis hermanos gemelos, que entre risas y gritos me decían que me apurase que tenían que ducharse ellos porque ya era tarde y tenían que estar presentables cuando llegasen sus amigotes, yo enfadado solo atine a darles la espalda y seguir bajo del agua, ellos a ver mi negativa a su pedido se acercaron y corriendo la mampara me dijeron… “acaso eres sordo o que”… y se quedar viéndome… entonces mi Mauro dijo:
_: Vaya hermanito… que culito mas lindo que tienes, ¿no te parece Marcelo?
A lo que el contesto_: Es mejor que el de mi novia y se rio.
Yo solo me enfade más, y les grite que se fueran
Entre risas y amenazas de que me saliera o me iría muy mal se fueron del cuarto de baño, antes de cerrar la puerta, me dijeron_: Te sales y te vas a dormir, porque no queremos un crio merodeando por la casa.
Ya en mi cuarto, completamente enojado porque no me dejaban salir, me puse a pensar en lo que me dijeron mis hermanos, esas palabras quedaron como un eco en mi cabeza, ¿acaso tendrán razón?, ¿en verdad mi “culito” es como ellos dicen?… tonterías… eso no podía ser cierto… ¿o si?… cuando decidí que eso era mentira, me percate que tenia una erección monumental, mi bóxer no podía contener la dureza de mi “amigo”… como lo llamaba yo… no podía creer lo que veían mis ojos, acaso esas palabras, esos pensamientos me habían llevado a esto?. No entendía muy bien lo que pasaba, lo único que sabia a ciencia cierta es que estaba excitado, caliente… y lo único que quería era satisfacer mi necesidad. Puse llave a la puerta, me quite el bóxer y tome con mis manos mi “amigo” y comencé a acariciármelo, subía y bajaba, lentamente al principio para luego ganar mas velocidad, mis jadeos comenzaron a hacerse mas profundos, gotas de sudor comenzaron a formarse en mi frente y en mi pecho, las palabras de mis hermanos cruzaron por mi mente entonces lleve mi mano izquierda hasta mi “culito”… como lo llamo Mauro… y comencé a acariciarlo, a sentir la curva de mis nalgas, entonces introduje un dedo en medio, sentí esa parte cálida, suave, entonces introduje uno de los dedos en mi ano, mi corazón comenzó a latir desenfrenadamente, mi respiración se acelero, todas y cada una de mis fibras de se tensaron, y entonces eyacule. Cuando pude recuperar el aliento, mire mi mano, toda cubierta de mi propio semen, no podía creer la cantidad que había en mi mano de ese líquido espeso y blanco, no pude resistir y pase mi lengua por el, tenia un sabor raro, no me desagrado pero tampoco me animo a seguir con eso. Caí rendido en la cama y me dormí con una sonrisa en el rostro.
Cuando desperté al día siguiente no había nadie en casa, fui hasta la cocina directo a la heladera a por algo de comer, estaba en eso cuando escuche ruidos en el patio trasero, mire por la ventana, eran Mauro y Marcelo que estaban en unos de sus tantas partidas de basquetbol, me quede parado allí en la ventana viéndolos, ambos estaban sin sus remeras, solo con sus pantalones cortos, la perfección de su anatomía se mostraba sin ningún tapujo, sus cuerpos completamente cubierto de sudor, hacia notar aun mas la fibras de sus músculos, sin querer esa escena me estaba gustando, sentí un cosquille que descendió desde mi nuca por toda mi espalda, mis piernas no podían soportar el peso mi cuerpo, cuando note esto, me percate de que “amigo” estaba reaccionado, no podía creer eso… me estaba calentando el hecho de ver a mis hermanos!. Estaba inmerso en mis pensamientos que no me había dado cuenta que mis hermanos acababan de entra, todas mis conclusiones se esfumaron cuando uno de ellos me dijo_: Que bien que te sienta ese bóxer… hermanito. ¿No te parece hermano?
Marcelo con una sonrisa maliciosa dibujada en su rostro contesto_: Es verdad… pero mejor se vería sin el…
Yo en un rincón de la cocina, me puse rojo como un tomate y baje la cabeza.
Mira le dio vergüenza de que sus hermanos le dijeran un cumplido, dijo Mauro mientras se acercaba a mí, cuando estuvo delante de mí con sus manos tomo mi mentón y levanto mi cabeza y me sonrió.
Yo quise alejarme de él, y cuando emprendía mi huida, Marcelo impidió mi paso, ¿a donde crees que vas? Me dijo.
Solo atiene a decirles que no me molestasen, que me quería ir, entonces Mauro se acerco por detrás y puso una de sus manos en mi trasero, y me dijo al oído mientras acariciaba mis nalgas, ¿acaso no te gusta esto? Yo estaba mudo, no pronunciaba palabra alguna, entonces él comenzó a jugar con el elástico de mi bóxer, de repente su mano toco la piel de mi trasero, yo lance un débil gemido. Entonces Marcelo se acerco a mi otro oído y me dijo_: Ves que te gusta, te gusta que Mauro toque tu culito, y estoy casi seguro que te gustaría que te hiciera mas, mientras decía esto, su mano sujetaba mi pene… te gusta que te hagamos esto, porque estas completamente duro… susurro a mi oído.
Mauro seguía con su mano en mi culito, lo tocaba, acariciaba y de vez en cuando lo apretaba y mientras hacia esto le decía a mí hermano_: Es hermoso, es redondito, durito… más suave que el de una mujer.
Entonces Marcelo le dijo_: A ver, yo también quiero sentir la colita de mi hermanito.
Los dos tenían metidas sus manos debajo de mi bóxer tocando, acariciando mi culito, yo en medio de ellos dos, me sentía embriagado por el aroma de su piel, sentir la dureza de sus músculos, la respiración de cada lado de mi cuello hacia que me sintiera extasiado. De repente Marcelo tomo mi cabeza y comenzó a besarme, su lengua se introdujo en mi boca y comenzó a jugar con mi lengua, no podía creer lo que estaba sucediendo. En ese momento no me importaba nada, solo quería sentir a mis hermanos, estaba completamente abandonado a lo que ellos estaban haciendo conmigo, juro que me sentía en la gloria, no termine de procesar eso cuando Mauro di vuelta mi cabeza y comenzó a besarme el también A esas alturas yo solo podía gemir.
Vaya, vaya… hermanito estas más caliente que una coneja… dijo Mauro después de despojarme por completo de mi bóxer.
Es verdad… pero que más sabe hacer… aparte de gemir dijo Marcelo.
Entonces se separaron de mi cuerpo, se alejaron un poco y se colocaron a mis espaldas y mientas contemplaban mi culito me dijeron a coro_: Hermanito… hoy vas a saber lo que es bueno en esta vida.
Ven a aquí hermanito, mientras sostenían en sus manos sus tremendas erecciones. No podía creer lo que mis ojos estaban viendo, sus vergas eran inmensas… largas… gruesas… calientes…
Para ser honesto no sabia que hacer, tenia una somera idea de lo que podía llegar a hacer… pero… dentro mío había una mescla muy rara de emociones, por un lado esta muy pero muy excitado por lo que estaba pasando… pero por otro… eran mis hermanos… acaso esto era normal… estaba bien lo que estaba haciendo… en mi cabeza las cosas pasaban a mil por hora… no sabia a ciencia cierta que pensar y mucho menos a que conclusión llegar… pero la calentura le gano a la lógica… y decidí que lo mejor en esos momentos era dejarme llevar por lo que estaba aconteciendo… solo tenia ganas de pasarlo bien…
Me acerque a mis hermanos, tome con mis manos lo que colgaba entre medio de sus piernas, las acaricie, las toque… pude sentir todos y cada unos de esos 20 centímetros… pero por mas que quisiera tenerlas toda en mis manos no podía… mis dedos no lograban unirse… eran demasiadas gruesas. No salía todavía de mi asombro cuando con voz imperativa Mauro me dijo_: Ahora abre la boca y chupa.
Yo hice caso a mi hermano, abrí mi boca y lentamente comencé a introducirme ese pedazo de carne dentro. Sentir la suavidad de su piel… el aroma que desprendía… ese sabor… hizo que en mi cabeza hiciera un clic… fue algo, que aun no encuentro palabras para describir esa sensación… había comenzado lentamente… tímidamente… pero ahora ese calor que sentía por todo mi cuerpo hizo que sujetara con mas fuerza la verga de Mauro… y comenzara a chupara… lamer… sorber… todo ese monumento a la virilidad… en mi cabeza se dibujaba la escena… yo de rodillas con la verga de Mauro en la boca chupándola desesperadamente, mientras con mi mano derecha masturbaba a mi otro hermanos… verdaderamente no podía creer lo que estaba haciendo … pero esa imagen en mi cabeza … me calentaba aun mas … y mas deseos de seguir haciendo brotaba desde dentro de mi ser .
Estuve un rato haciendo eso, hasta que Marcelo tomándome por la nuca hizo que dejara la verga de Mauro e introdujo la suya en mi boca… comencé a chupar tan caliente como lo había hecho con la otra verga.
Mauro se puso detrás de mí y comenzó a acariciar mi culito… a besarlo… a pasar su lengua por mis nalgas… se detuvo por un instante… sujeto mis nalgas con sus manos, y las separo dejando expuesto mi ano
Vaya hermanito… que cosa mas hermosa tienes aquí me dijo con una voz ronca que nunca le había escuchado. Después de decir eso… comenzó a lamer mi ano, a jugar con la punta de su lengua en mi ano… ¡por dios que se sentía rico eso!… y de repente introdujo un dedo… gemí… él sonrió y dijo… ¡Como aprieta esto!
Entonces Marcelo saco su verga de mi boca, me sujeto del brazo y me dijo _: Vamos a la mesa… quiero que te acuestes en ella y que separes bien las piernas.
Yo hice caso a lo que me dijo, me tendí en la mesa, antes de que mi pecho tocara la madera fría de la mesa mis hermanos ya habían separados mis piernas, en esa posición mi culito quedo totalmente expuesto, a merced de lo que ellos dispusieran hacer. Mauro separo mis nalgas exponiendo a los ojos de Marcelo mi ano, entonces le dijo_:
Ves que no mentí, es hermoso ese agujerito, rosado, pequeñito… y es todo nuestro. Como nos vamos a divertir con el.
Marcelo fue hasta la mesada y trajo consigo aceite… esto es para que disfrutes aun mas… me dijo mientras me mostraba la aceitera.
Se acomodo delante de mi trasero y dejo caer en el un poco de aceite, luego se puso un poco en su mano y comenzó a introducir un dedo, poco a poco fue desapareciendo dentro de mi, yo solo gemía, de repente comenzó a moverlo circularmente para luego meterlo y sacarlo… a esas alturas ya no gemía… ahora jadeaba. Ahora probemos con dos dijo Marcelo mientras trataba de introducir un segundo dedo en mi ano. No voy a negar que me dolió, pues de mi boca se escapo un quejido que me delato, pero a pesar de ello no tenía las intenciones de decirles a mis hermanos de que pararan. Mauro me miro y pregunto si estaba bien, yo asentí con la cabeza. Mientras tanto Marcelo había logrado introducir su dedo y lo estaba moviendo dentro de mí. Con mi nariz aplastada contra de la mesa solo podía jadear mientras sentía la dureza del miembro de Mauro contra mi espalda, eso hacia que me calentara aun mas de lo que estaba… entonces no se de que reflejo salió… pero de mi boca se escapo con un hilo de voz, entre gemido y suplica… un…pooorrr faaavoorr massss… algo que sorprendió a mis hermanos y mucho mas a mi. No podía creer lo que acababa de decir… por dios… mi cara se puso roja, y sentí un calo que invadía todo mi cuerpo… y de repente fui preso de la vergüenza, quería salir corriendo… pero lo que estaba aconteciendo en mi trasero me lo impedía… quería huir… pero no quería de dejar de sentir como esa mano me estaba produciendo tanto placer…
Por dios hermanito… tanto te gusta… acaso quieres mas ¿quieres que meta mi verga en tu culo?…me dijo Mauro.
Por supuesto que quería mas, quería saber como se sentía tener eso dentro de mi, quería sentir cada centímetro de mi hermano, quería que esa masa de carne me produjera el mismo placer que eso dedos dentro de mi ano… así que junte valor, no se de donde pero lo hice, entonces le dije… Si quiero.
Caray, entonces se hará lo que tu digas hermanito, dijo Marcelo al mismo tiempo que se le formaba una sonrisa malévola en su rostro. Saco sus dedos, hizo que me incorporara y después de besarme me dijo_: Ahora te acuestas sobre tu espalda, porque quiero ver tu cara cundo te meta mi verga.
Hice caso, me recosté sobre mi espalda, Marcelo se puso delate mío, depósito mis piernas sobres de sus hombros, entonces coloco su enorme herramienta en mi ano… y empojo…por dios que me dolió… quería que la sacara… no soportaba a ese intruso que intentaba robar la virginidad de mi culito… con mis manos intentaba apartar el pesado cuerpo de mi hermano… pero Mauro me lo impidió
Aguanta, aguanta… y vas a ver como vas a gozar después… y volvió a empujar su verga dentro de mí. El dolor no cedía, pero a mi hermano no le importaba, siguió empujando su verga hasta que desapareció por completo. Se detuvo un instante y me dijo
_: Ves tanto llanto lastimero para nada… ya la tenés toda adentro.
Y fue entonces cuando comprendí lo que me dijo, cuando su verga comenzó a entrar y salir, empecé a experimentar una sensación nueva, nunca vivida por mi, el dolor no desapareció pero ahora no me molestaba ahora me gustaba… ese vaivén, ese mete y saca, dio paso a mis gemidos… a medida que el ritmo se aceleraba mis gemidos se convirtieron en jadeos… no miento cuando digo que eso era lo mejor que me había pasado en mi corta existencia.
Mientras Marcelo se movía en mi interior, Mauro puso su verga en mi boca. Comencé a chupar ese monumento de carne con plena consciencia de que quería sentir el sabor del semen de mi hermano, quería que acabara en mi boca… quería que su liquido fuera mío.
Así hermanito, que bien que lo haces, así… así… si… que bien decía Mauro mientras introducía un poco mas su verga en mi boca.
Marcelo sacaba del todo su verga para luego introducirla completamente de un solo golpe, ese accionar hacia que me retuerza de placer… quería que siguiera haciendo eso por el resto del día… pero de repente se detuvo y le dijo a Mauro ahora es tu turno. Él tomo su lugar e introdujo su verga sin ninguna contemplación, haciendo que me mordiera los labios para no aullar de placer, mis piernas se tensaron y los dedos de mis pies se encogieron… era maravilloso todo eso.
Ahora putito vas a chupar mi verga hasta que acabe en tu boca dijo Marcelo.
Por dios que culito más apretado que tienes hermanito, me va a encantar llenártelo de leche y hacer que me supliques que quieres más pija… dijo Mauro entre gemidos.
Su verga entraba y salía perfectamente sincronizada con la pija de Marcelo, tener esas dos vergas ocupando los orificios de mi cuerpo me hacia sentir la persona mas feliz del planeta. En determinado momento Mauro se detuvo y me dijo
_: Levántate… quiero que tú hagas todo el trabajo…
Entonces se tendió en el suelo, sosteniendo con la mano su verga me invito a sentarme sobre de ella. Marcelo contemplaba la escena mientras meneaba suavemente su herramienta. Yo fui asta donde él, y lentamente fui introduciendo ese trozo de carne dentro de mis entrañas hasta que llegue al tope… Mauro me tomo de las caderas y comenzó a lentamente a elevarme para dejarme caer sobre de él… yo estaba extasiado…caliente y solo podía retorcerme de placer al tiempo que mis gemidos calentaban aun mas a mis hermanos. Marcelo introdujo su verga en mi boca y sujetándome por la nuca comenzó a moverse frenéticamente dentro de ella, produciendo que algunas veces me ahogara por no poder contener dentro de mí a esa mole de carne que intentaba penetrar hasta el fondo de mi garganta.
_: Bien hermanito… no nos apresuremos… ya vas a tener tiempo de aprender a comerte todo esto… me dijo mientras sacaba su verga de mi boca.
Mauro aceleraba sus movimientos, hasta en una estocada penetro sin piedad y hasta el fondo su verga… entonces sentí como algo caliente comenzaba a inundar mi interior… entre gemidos decía… acabo… acabo… aquí tenés toda mi leche. Estaba sintiendo la calidez de mi hermano en mis entrañas cuando de repente Marcelo me tomo de uno de mis brazo obligándome a levantarme, me hizo recostar en la mesada con mi culito a la vista y sin mediar palabra alguna introdujo su verga en mi interior y comenzó un vaivén desesperado que se expresaban en mis jadeos, de ves en cuando arrancaba uno que otro gruñir de mi garganta, estaba sintiendo en lo mas profundo los descomunales 20 centímetros de mi hermano, que entraban y salían desaforadamente de mi.
Con mi cara pegada al frio mármol podía apreciar como mis jadeos se condensaron en una gran mancha de humedad, mis manos intentaban sujetarse de algo pero no había nada allí que sirviera a mi propósito, intentaban aferrarse al mármol lo cual no conseguía, mis piernas ya no podían soportar el peso de mi cuerpo y mucho me nos las acometidas de Marcelo y de repente mis músculos se tensaron, mi garganta dio un gemido agudo y fuerte y en medio de mi éxtasis eyacule, al mismo tiempo que lo hacia mi hermano dentro de mi, me desplome como lo hace un árbol al caer, sobre la mesada y mi hermano lo hizo sobre mi exhausto cuerpo, mi corazón que minutos antes quería salir de mi pecho ahora parecía latía mas lento, mi respiración intentaba recomponerse, entonces caí preso del cansancio. No podía moverme, estaba como petrificado ante tal acontecimiento. Rendido, sin fuerzas pero completamente satisfecho me desplome y caí suavemente en el suelo. Entonces Mauro me tomo en sus brazos, me levanto y mientas caminaba hacia mi habitación me dijo
_: Excelente hermanito… te has portado muy bien…la próxima vez vas a disfrutar mucho más.
Cuando estuve tendido en la cama, me sonrió y beso mi frente… ahora es tiempo de que descanses así recuperes fuerzas para la próxima. Al cerrarse la puerta de mi cuarto, solo atine a ponerme como en la cama y me dormí, feliz porque sabia que habría una próxima vez y que cuando llegue iba a hacer el mejor de mis esfuerzos para gozar y hacer que mis hermanos repitieran eso tantas veces como nos fuera posible.
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