MI GOLOZA HIJA 15 AÑOS DESPUES.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por MONTANA16.
Han transcurrido 15 años desde la primera vez que comenzamos nuestros juegos sexuales mi hija Paty y yo. Cuando tenía 13 años me divorcie de su madre y ella decidió quedarse conmigo. Dejamos de disfrutar de ese prohibido placer hasta que ella casi cumplía los 19, ya que tenía pretendiente con el que se caso meses después. No tuvo el valor de hablarme de frente y decírmelo, ella comenzó a tener una actitud un tanto distante conmigo, digamos hasta grosera y de menosprecio, trate de hablar con ella pero siempre me evadía, hasta que fue un mes antes de casarse, no le dije nada, acepte y aguante callado. Se fueron con su marido a vivir a otro estado, durante mucho tiempo no se comunico conmigo, por lo que seguí mi vida, aunque por otras personas supe que estaba al tanto de lo que yo hacía y que ella no estaba de acuerdo, como el tener amores casuales con otras chicas. Hace un año vinieron con su esposo, era viernes y yo estaba de vacaciones. Fue él quien más hablo, con gran confianza, aunque ella venia entre sumisa y grosera en desacuerdo con lo que su esposo decía o de lo que yo comentaba. Hasta que él fue al grano, necesitaban dinero para a completar para comprar una casa para así, comenzar a planear ya tener familia, solo les faltaba el 40%, casi nada. Entre la plática les invite unas copas de naranjada con vodka que mi yerno disfruto. Al principio mi hija estuvo tomándola como agua por el coraje que se cargaba, ya que era notorio su malestar de verme y mas por ir a pedirme ayuda. Cuando al parecer le comenzó a pegar bajo su ritmo, se notaba mareaba y se quedo callada, su marido no, ya que ¿o no sentía el licor o quiso impresionarme? el chiste es que rápido le pego y se quedo casi muerto por él vodka. Yo me reí ahí en la sala, mi hija se molesto, se paró de su asiento y se me acerco preguntándome en forma altiva:
– ¿Nos vas a prestar el dinero o no?-
El error de ella es que se me acerco demasiado, traía una blusa de tirantes color de rosa y una minifalda azul de mezclilla. Apoyo sus manos a los costados del sillón lo que aproveche para jalarla a mí, la bese con fuerza, al principio se resistió un poco, luego cedió, la senté en mis piernas y se las comencé a acariciar, metiendo mis manos por debajo de su falda, entonces ella trato de reaccionar y se resistió, me decía que la dejara, que era casada. No le hice caso y metí mi mano hasta llegar a su panocha, se la acaricie un poco fuerte con la punta de mis dedos sobre su pantaleta que se humedeció rápido. Mi hija no dejaba de resistirse, entonces me levante del sillón la cargue y gire poniéndola sobre el sillón, la hice para atrás, le subí la falda y baje su pantaleta, por unos instantes vi su panocha con algo de vellos púbicos, los cuales se notaban empapados. Le acaricie un poco mas su panocha en lo que me sacaba la verga del short, que ya tenía bien dura. Y aunque ella según se resistía al saber lo que le iba a hacer, no tuve necesidad de estarla sujetando para que se dejara coger, solo me insultaba y repetía el que era casada, ya hasta me parecía canción.
-Sabes que me encanta ver tu panochita depilada, así greñuda no me gusta.- Le dije sonriendo. Ella me miro molesta.
Me acomode sobre ella, agarre mi verga con la mano derecha, la centre en su cuevita, Paty me decía que no lo hiciera, que era cosa del pasado, que ya era una mujer casada, que ahí estaba su esposo, pero no le hice caso y se la metí de un solo empujón, estaba súper mojada y caliente, y se notaba su enojo por saber que estaba excitada. Aun con toda mi verga dentro insistía me decía que no siguiera, pero la comencé a bombear llegando hasta el fondo de su vagina, ella entre empujones que me daba comenzó a gemir, le subí su blusa y brasier y le chupe sus lindos pechos, se los masajeaba y pellizcaba sus pezoncitos. Todo ahí delante de su dormido y borracho marido. Luego se la saque y la levante para ponerla de rodillas de espaldas a mí, la sujete con fuerza de sus caderas, se la metí de nuevo y le seguí bombeando con fuerza.
Sus gemidos y jadeos eran fuertes, ya sin importar la presencia de su marido quien parecía muerto. Era una delicia sentir como chocaba la punta de mi verga con el fondo de su vagina y mis huevos contra sus nalgas. Mis embestidas eran con fuerza hasta que no aguate más y me vine dentro de ella una, dos, tres veces, al sacar mi verga de su vagina mi leche chorreo por sus piernas. Me la seguí jalando hasta que las ultimas venidas cayeron sobre sus nalgas, donde le unte mi leche, le di una nalgada y la bese en sus lindos y carnosos labios antes de irme a mi recamara. Me bañe y dormí sin preocuparme de mi hija o su marido.
Al día siguiente cuando me levante con solo mi bóxer puesto, mi yerno estaba sentado en la sala, en el mismo sillón donde se quedo muerto de borracho, apenas si me saludo pidiéndome disculpas, no recordaba nada, le dije que no había problema. Lo deje con su dolor de cabeza y me fui a la cocina y ahí estaba mi hija, estaba seria y callada, vestida con una bata de algodón en color rosa que le llegaba a la mitad de los muslos, volteo a verme y le pregunte:
-¿Qué tal dormiste mi niña? anoche estuviste maravillosa. Gracias.- Le dije.
-Eres un desgraciado pervertido.- Me dijo.
No le dije nada, solo me puse detrás de ella, apoyando mi ya erecta verga entre sus nalgas, donde pude sentir su pequeña pantaleta. Le acaricie sus pechos con ambas manos, ella callada inclino su cabeza al frente, baje mi mano y acaricie su panocha por encima de su bata la cual le fui subiendo despacio.
-Ahí está mi marido despierto. Puede entrar, déjame por favor.- Me decía en voz baja y tratando de quitar mí mano izquierda de sus pechos y la derecha de su panochita. No me importo y le fui subiendo la bata despacio hasta poder meter mi mano dentro de su pantaleta, hasta llegar a su panochita, que masajee despacio, metiendo mi dedo medio hasta encontrar su botoncito de placer. Paty se trataba de liberar, pero no podía. Rápido la hice empaparse, masajeando su botoncito y metiendo mi dedo en su cuevita, agarro una toalla de cocina y se la metió en la boca para que no se oyeran sus gemidos, era notable que estaba gozando y podía oírnos su marido. No tardo mucho en venirse y estallar en un buen orgasmo que casi la hace caerse, pero que se sostuvo sobre la tarja de la cocina.
-Ahora te toca a ti hacerme gozar, chúpamela.- Le dije mientras me sacaba la verga ya bien dura del bóxer.
-Pero ahí está mi marido.- Me repitió.
-Me vale, no va a venir, apenas si se puede sostener. Chúpamela.- Le repetí, mientras la empujaba a ponerse de rodillas.
-Eres un maldito pervertido y desgraciado.- Me repitió.
-Sí, si lo soy. Chúpame la verga.- Le dije firmemente.
Comenzó a chupármela lastimándome un poco con los dientes.
-Con cariño y sin lastimarme.- Le dije sonriendo.
Ya lo hizo suave, pero con fuerza, queriendo hacerme venir rápido, pero no pudo. En eso oímos un ronquido, su marido se había vuelto a dormir.
-Ya ves, podemos gozar de nuevo.- Le dije mientras la jalaba del brazo hacia arriba, cuando se paró la jale hacia mi recamara. Así ella con la bata desarreglada y yo con la verga de fuera pasamos frente a él que estaba dormido en el sillón. Cerré la puerta, la senté sobre la cama, me pare frente de ella y le dije que me la siguiera chupando, luego de unos minutos la tumbe sobre la cama, le subí la bata y le jale su pantaleta hasta quitársela y botarla por ahí, me quite el bóxer y le separe las piernas al máximo, me acomode entre medio de ellas, agarre mi verga y se la talle en su panocha, luego la deje quieta se la metí de un solo empujón en su empapada vagina. Comencé a bombearla con fuerza, Paty hacia el esfuerzo por no gemir, mordía la sabana, pero aun así, mientras a fuera su marido seguía roncando de lo lindo.
Le saque la verga y puse de lado a Paty, le separe las piernas, haciendo que elevara su pierna derecha, mostrándome hasta su culito.
-Hermosa vista, si pudieras verte como yo te veo hasta tu misma te cogerías.- Le dije mientras se la metía de nuevo con fuerza y la bombeaba. Mis huevos chocaban con sus labios íntimos y mi verga llegaba hasta el fondo de su vagina. No le tuve contemplación, la bombeaba con fuerza en esa y otras posiciones en la que la puse, viniéndome al final dentro de ella y las últimas gotas embarrándosela en su greñuda panocha. Cuando termine de hacerlo, ella se levanto y salió rápido de mi recamara, mientras su marido aun seguía dormido y roncando. Una hora después ya sentados en la mesa almorzamos, mi yerno disculpándose por su borrachera, a lo que le dije que no había problema, que estábamos en confianza jajajajajaja. Mientras le di un par de cervezas para la cruda.
Los invite a salir para que me comentaran más sobre lo de la casa que deseaban comprar, el costo y formas de pago, para ver de qué forma podría ayudarlos mejor. Ya en la noche los invite a cenar, no sin antes tomarnos unas cervezas y ya en la cena una botella de vino. Era muy visible que él no sabía tomar, se estaba empedando rápido. En el restauran se levanto al baño y se fue trastabillando.
-Ya te diste cuenta que no sabe tomar y mas lo haces ¿Por qué?- Me pregunto.
-Que ingenua eres jajajajaja.- Le conteste.
Ya no me pregunto nada, se quedo seria. Ya regreso su marido, terminamos de disfrutar de la cena y el vino. Nos fuimos a la casa, no sin antes pasar a comprar otra botella de vodka a petición de mi yerno. Llegamos a casa, Paty se metió a bañar mientras nosotros nos tomábamos unos tragos más con vodka y naranjada. Cuando salió de bañarse vestía un vestidito floreado en verde, azul y rojo, el cual le llegaba a la mitad de los muslos, su cabello suelto y aun mojado. Llego seria sin preguntar tomo mi vas y le dio un sorbo, se sentó en mis piernas y se acurruco conmigo.
Su marido entre su borrachera me dijo:
-Que hermosa hija tiene suegro, que hermosa hija tiene, gracias, gracias por ser mi suegro.- Siguió hablando hasta llegar a hablar pendejada y media, mientras Paty tomaba de mi vaso, yo entre tanto le acariciaba los mulos y al ver que mi yerno se iba quedando dormido y ya ni nos ponía atención, fui metiendo mis manos por debajo de su vestido, subiéndolas hasta llegar a sus redondas nalgas, dándome cuenta que no traía pantaleta. Le acaricie sus bellas nalgas, en eso nos dimos cuenta que mi yerno ya no hablaba, lo miramos y vimos que estaba completamente dormido, ya que empezó a roncar. Tome del rostro a Paty y la bese, esta vez no se opuso, se levanto y cruzo sus piernas a mis costados, metí mis manos entre sus nalgas, subiéndole el vestido, se las acaricié a como quise mientras nos fundíamos en un lujurioso beso.
Me levante con ella en brazos y la lleve a mi recamara, apenas entramos, la despoje de su vestido quedando completamente desnuda frente a mí, vi que su panochita estaba completamente depilada, tal como a mí me gusta. La tumbe sobre la cama, me desnude y me subí en ella, bese sus labios, su cuello, sus pechos, baje por su abdomen hasta llegar a su panocha que lamí por unos instantes, ya estaba empapada, me jalo de los brazos hacia arriba, nos besamos mientras ella misma agarraba mi verga y la centraba en la entrada de su vagina, entonces de un solo empujón se la metí hasta el fondo, comenzando a bombearla con fuerza. La puse de diferentes posiciones y en todas metiéndole la verga hasta el fondo, bombeándola con fuerza, mientras ella gemía y jadeaba sin importarle que llegara a despertar su marido, cuando estaba por venirme estaba ella debajo mío en la posición del misionero.
-Antes cuidabas de no venirte dentro de mí y ahora …..- Me decía entre jadeos. Sin más, me vine dentro de ella, llenando su vagina con mi caliente leche, mientras estallaba en un prolongado orgasmo. No pare de bombear hasta que no salió ni una gota mas, entonces se la saque, mirando como su vagina chorreaba leche.
-Ven, chúpamela.- Le dije mientras me acomodaba sobre la cama y ella entre mis pierna. Me la chupo despacio, tomándose las últimas gotas de leche. Así siguió hasta que me la volvió a poner dura y erecta, entonces se la volví a meter, pero esta vez termine en su boca, tomándose toda mi leche como en los viejos tiempos.
-Antes cuidabas de no venirte dentro de mí y ahora no. Déjame decirte que estoy en mis días fértiles.- Me dijo seria mientras se levantaba, me miro y así desnuda se retiro a su recamara.
Al día siguiente, ya en el almuerzo, le dije a mi yerno que si les apoyaría con el préstamo, que contaran con él. Se alegraron y nos pusimos de acuerdo en el trato, ya que él deseaba que yo estuviera presente en el trato y que conociera la casa, así se hizo a las dos semanas. A los dos meses recibí una llamada de mi yerno para anunciarme que Paty estaba embarazada y que deseaba que yo compartiera su alegría. Por supuesto que lo hice. Ahora ya soy ¿abuelo? de una nena de casi tres meses.
Excelente relato, queda la duda si es tu nieto o hijo ja ja ahí se verá al nacer
Saludos