Mi hermana mayor y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La historia que os voy a contar es real al 100%. Mi nombre es Adil, soy de origen marroquí y llevo doce años viviendo en España. Fue a principios de abril del 2001. Estaba casado y mi ex mujer cursaba un master aquí en Madrid, así que me toco pasar un año solo. Mi hermana mayor, Asma, de 42 años en aquel entonces, divorciada y viviendo con mis padres, era una mujer de cara normal, pero con una mirada provocativa que no dejaba a nadie indiferente. Bajita, 1.58 m, rellenita, de pecho enorme, caído pero apetitoso, y un culo descomunal, redondo y respingon. Yo tenia 36 años en aquel entonces. Asma solía visitarme de vez en cuando para limpiarme la casa y prepararme algún plato rico.
Un dia de principios de abril vino, yo tenia que ir al gimnasio, asi que la deje sola en casa. Al volver la encontré fregando el salón, vestida de unos pantalones cortos apretados que le marcaban aquel culo descomunal, y una camiseta ligera casi transparente y sin sujetador. Me excite tanto que tuve que entrar al baño a pajearme debajo de la ducha. Cuando salí ya había terminado y se apretaba a marcharse.
El espectáculo de mi hermana medio desnuda, y la falta de sexo ayudando, empece a fantasear con ella imaginándome con ella en la cama. Tenia que follarmela y me puse a pensar en como lo haría. Mi relación con ella nunca fue demasiado fluida, y la única manera de conseguirlo era drogandola para ayudarla a desinhibirse. Me decidí por el aceite de cannabis, fácil de conseguir, y con la dosis adecuada muy seguro.
La llame unos días después y le dije que se pasara, pero antes de colgar le pregunte que si le apetecía quedarse a dormir en mi casa. Acepto encantada y por la tarde vino sobre eso de las tres. La deje ahí sola y me fui al gimnasio. Al volver la casa estaba limpia y la cena hecha. Tenia ya la droga guardada y lista para utilizar.
Cenamos y nos pusimos a ver TV, un canal de música árabe, que sabia le gustaba mucho. Ella llevaba uno de sus pantalones cortos y una camiseta semitransparente, sin sujetador. Al rato me levante para la cocina para preparar un batido de frutas, en el que le eche una dosis bien medida de aceite de cannabis. Se lo di y se le bebió encantada. La mire de reojo y lo que vi me gusto mucho. Había empezado a moverse al ritmo de la música y al rato se levanto, se ato un pañuelo en la cintura, y sin decir nada, se puso a bailar, la típica danza del vientre. Bailaba con ritmo y sus movimientos eran muy sensuales. Bailo y bailo, y al final se me echo encima, me cogio de las manos, y me obligo a bailar con ella. Ya no era una danza del vientre, sino una pareja bailando. Su cuerpo estaba pegado al mio y sentía sus pezones debajo de la tela. Aproveche el desorden y una de mis manos bajo hasta su culo, sin ninguna reacción por su parte. Mi hermana había perdido el control y era el momento de dar el golpe de gracia. Acerque mi cara y empece a besarle suavemente el cuello. Se estremeció y echo su cabeza para atrás. No espere mas y pegue mi boca a la suya. Tenia los labios gruesos y suaves y la lengua juguetona. Ya mas atrevido le cogí las tetas y luego baje mi mano hasta su entrepierna. Estaba super empapada.
La lleve al dormitorio y la tire en la cama. Me desnude y luego le arranque lo que llevaba puesto. Tenia el coño peludo y mojado. Empece a comérselo, mentándole lengua, mientras mis manos le acariciaban los pechos. Mi hermana llevaba mas de quince años sin tener sexo y sus primeros orgasmos fueron salvajes. Me agarro la cabeza y no la soltó hasta después de correrse nada mas que seis veces, seguidas. No sabia que mi hermana era multiorgasmica. Acto seguido le abrí las piernas y le metí la polla hasta el fondo. La folle en todas las posiciones imaginables, y al final me corrí en sus nalgas teniéndola a cuatro patas, con ese culo inmenso abierto delante de mi. Mi erección no había bajado así que le puse la polla delante de la cara para que se la mamara. Me dio una mamada de campeonato, y me la volví a follar dos veces mas. Agotados pero felices nos dejamos llevar por el sueño. Pensaba que por la mañana, mi hermana mostraría señales de arrepentimiento o me montaría alguna escena, pero no fue así. Asma me despertó con otra mamada, y luego se puso encima de mi y me follo como una autentica amazona.
Cuando terminamos me abrazo y me dijo que estaba feliz por lo que había pasado, que le había hecho un favor muy grande y que ya había perdido demasiados años. Me dijo que quería que aquello durara todo el tiempo posible y que seria nuestro secreto. Durante los días y meses siguientes mi hermana y yo decidimos romper todas las barreras y todos los tabús. Empezamos a explorar y tener nuevas experiencias. Tríos, sado, zoofilia, y mas cosas, pero esto es una otra historia.
Seguirá.
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