mi hermana mayor y yo…Final
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hacía calor, el ventilador del cuarto de motel donde mi hermana y yo estábamos solo revolvía la atmosfera pesada, y la pequeña ventanita apenas ayudaba a ventilar. Entramos al cuarto callados, mi hermana puso sus cosas sobre la única cama de la habitación y yo en una pequeña silla que estaba a un lado. Como si presintiéramos lo que pasaría, ambos estábamos un poco tensos, con un nerviosismo inconsciente que nos hacía mantener callados. Me senté en la cama para poder observar a mi dulce hermana Carmen, toda ella lucia hermosa, sus piernas largas, morenas, torneadas, su talle perfecto, el culito redondo y respingado, su cinturita, ese par de tetas firmes redonditas encumbradas por unos pezones que no podía ocultar por completo su sostén, ni su blusita blanca, el pelo lacio, negro azabache, sedoso, cayendo hasta sus omoplatos, sus brazos flaquitos y femeninos, en fin una belleza que yo contemplaba atónito en silencio, mientras ella sacaba algunas cosas de su maleta sin decir nada. Por fin el silencio se rompió mi hermana me dijo simplemente: -Me voy a bañar hace mucho calor.
A lo cual simplemente respondí con un "sí" que me saco del transe con el que la observaba, ella se metió al baño y cerro la puerta. Inmediatamente prendí la tele solo para disimular el ruido que hice al subir a la cama para alcanzar la pequeña ventila entreabierta del baño, sin mucha dificultad pude estirarme lo suficiente para que mis dos ojos pudieran ver hacía adentro de manera lateral, y por la posición en la que quedé considera un poco improbable que Carmen mirara en mi dirección. Lo que vi me dejo con una emoción solo tan grande como la enorme erección incontrolable en mis pantalones: Allí estaba mi hermana mayor, desnudándose lentamente solo para mi, era como un sueño húmedo sucediendo en la vida real, aunque ya había espiado a Carmen, nunca la había tenido así, de cuerpo completo directo frente a mí. Mi hermanita después de quedarse un rato absorta, quieta, mirándose al espejo, perdida en quien sabe que pensamientos comenzó a desabotonarse la blusa, botón a botón dejó al descubierto primero su abdomen, plano, terso y moreno como dunas en el desierto, luego sus tetas cubiertas un sostén blanco que apenas alcanzaba a cubrirlas sus dos meloncitos
Finalmente su espalda y sus hombros quedaron al descubierto, era el cuerpo mas perfectamente sexy que había visto, su perfil, la línea de su espalda, su piel tostada, mi hermana era perfecta a sus 23 añitos. Continuo con el espectáculo mientras yo comenzaba a frotarme lentamente el pene por encima de mis pantalones, continuo por desabrocharse el pantalón cortito que llevaba, que aunque ya dejaba ver sus piernas largas, estas lucieron en toda su maravilla en el momento en que lentamente alzo sus pies uno a uno para quitárselo, dejando al descubierto su tanga cortita de encaje negro, la cual recordaba, pues antes ya me había masturbado con esa hermosa prenda usada, impregnada del olor de la vagina de mi hermana, ahora le veía cubriendo su vulva y sus nalgas hermosamente redondas y firmes.
Dios mío Carmen frente a mi en ropa interior, sentí que me desvanecería. Mi hermana se quedo viendo nuevamente al espejo y luego adoptó una pose de prostituta sensual como ninguna, parado las nalgas, sacando el busto y dando una vuelta frente al espejo, como para excitarse con su propio cuerpo, se quedo nuevamente quita y sin mas preámbulo se desabotono es sostén e inmediatamente florecieron esas tetas hermosas, morenas paraditas, coronadas por unos pezones obscuros, puntiagudos y pequeños, que no había visto pues en el baño de la casa no podía verla de cuerpo completo, eran hermosos en verdad, y antes de que asimilara tanta excitación en un movimiento rápido se quito la tanga mostrándome su desnudez completa, sus nalgas, su vulva con los vellos rasurados, cosa nueva para mí pues siempre la había visto con el triangulito de vello en la vulva, ahora estaba lisita y sus labios mayores se notaban un toda su carnosa voluptuosidad, era increíble lo perfecta que era mi hermana. Para entonces mi verga ya estaba empapada de liquido pre seminal y hacía esfuerzos increíbles para no venirme o sacármela por completo y masturbarme, por miedo a que descubriera y por que no tenía con que limpiar los chorros de esperma que de seguro saldrían, así que me contuve y vi el espectáculo sin tocarme.
Carmen como si supiera que su hermanito la estaba observando en toda su desnudez y como si quisiera matarlo de lujuria y excitación, se metió rápidamente a la regadera y olvido extrañamente recorrer la cortina del baño así que se baño únicamente para mí, para su hermano que en ese momento jadeaba de ganas de entrar al baño, tocarla, lamerla de pies a cabeza, penetrarla por todos sus orificios, y venirse en sus entrañas. Vi atónito como enjabonaba su cuerpo, como el agua la cubría de perlas transparentes, como sus manos recorrían ese abdomen. Tetas, ese talle, esas piernas y esa vulva, lentamente como si mis manos fueran las suyas, casi podía sentir lo que ella y ella parecía excitarse tanto al tocarse como yo lo haría al tocarla. Esos momentos de eternidad se prolongaron mas de lo que habitualmente se tardaba al bañarse, pero finalmente pareció aburrirse, cerro la regadera. Tomo una toalla y se envolvió en ella con intenciones de abrir la puerta, sin aliento por el morbo, y el miedo a que me descubriera me dejé caer a la cama fingiendo que veía la tele, unos segundos después mi hermana abrió la puerta del baño y salió envuelta en la toalla para sacar algo de su maleta, lucía tan sensual que me fue imposible dejar de seguirla fijamente con la mirada, para mi susto ella al salir también me clavo una mirada indescifrable.
Para mi, entre miedo, curiosidad, morbo, una mirada que nunca había visto antes, yo le quite la mirada de encima para dirigirla al televisor, ella regreso al baño con un paquetito de ropa. En mi emoción ni siquiera había notado que en la televisión (típico de motel) estaba una película de soft-porno que como casualidad para el momento en que mi hermana salió empezó a perder lo soft para convertirse en común y corriente porno, ella estaba en el baño con la puerta entre cerrada cuando empezó el mete saca y los jadeos en la película, estaba por apagar la tele cuando ella salió del baño, tan divina como siempre: ahora con unos pantalones de pijama arriba de la rodilla casi transparentes por los que se transparentaba una tanga blanca aun mas diminuta que la anterior, y una blusa de dormir de botones y sin mangas igual de ligera por la cual era evidente, gracias a sus pezones obscuros y paraditos bastante notorios, que no llevaba sostén. Se sentó junto a mi en la cama viendo la película porno, en la cual una rubia era penetrada por detrás por una verga polla enorme, comenzó a peinarse sin decir nada, y sin voltear a verme, con la vista en la televisión me dijo: -¿Que tu no te vas a bañar? ¿Así vas a dormir todo mugroso? Le conteste que la estaba esperando y entre al baño intentando cubrir con la ropa limpia que saque de mi maleta la erección involuntaria e incontrolable que de la que era victima, me metí a la regadera y abrí el agua fría de inmediato, pues entre morbo y calor estaba bañado en sudor, así recordando la imagen de mi hermana desnuda en el mismo lugar donde yo estaba momentos antes comencé masturbarme de manera automática y casi violentamente.
Afuera mi hermana continuaba viendo el porno pues se escuchaban los gritos de orgasmo de la rubia de la película y después los jadeos del macho que la penetraba, quien seguramente estaba eyaculando en la cara y la boca abierta de la hembra, como pasa en esas películas. Me vine en un par de minutos con gran chorro de esperma que imaginaba cubriendo de pies a cabeza a mi hermana desnuda, abierta de piernas y se me escapó un jadeo de placer que no pude contener, me enjuague y antes de que saliera escuche que la tele se apagó al igual que la luz de la habitación. La venida calmo un poquito mi lujuria, al salir encontré la habitación en penumbra, pero la luna y las luces de la calle, le daban un tinte azuloso erótica que permitía ver las formas perfectamente bien, así como los ruidos de la ciudad mezclados con ocasionales lejanos sonidos de sexo que se tenia en otras habitaciones. Mi hermana estaba acostada de lado en la única cama individual del cuartito, solo cubierta por una sabana delgada, su contorno de hembra bien formada era tan llamativo que una nueva erección comenzó debajo del short deportivo sin calzón que yo usaba.
Me quede parado junto a la cama observándola sin saber que hacer, estaba sin playera solo con el delgado pantalón corto que ya se alzaba con mi verga, antes que hiciera algo mi hermana me dijo: -Yo ya voy a dormir, ¿quieres la cobija? porque yo tengo calor -No con la pura sabana está bien…le dije. -Pues cuando quieras te acuestas yo ya agarre este lado de la cama… Diciendo esto pareció quedarse dormida o por lo menos eso aparentaba, para cuando dijo esto la erección era otra vez bastante potente, ya imposible de disimular por mi short, otra vez excitado luego de otra vez quedarme un momento viéndola fijamente sin moverme, me acerque a la cama frente a ella con mi pinga totalmente parada ya sin cuidar si mi hermana la notaba o no, me senté y me metí a la cama con el torso desnudo y me cubrí con la única sabana que había para los dos.
Mi hermana Carmen estaba dándome la espalda y parecía dormir yo estaba a escasos centímetros de su cuerpo de diosa del sexo con la verga mas parada que nunca, con el corazón saliiéndose de mi pecho con una emoción tan intensa que me costaba respirar sin hacer ruido. Mi hermana inmóvil como un juguete sexual esperando a ser usado. Por varios minutos me debatí en que debía hacer, tenía miedo de que si la tocaba se armara un gran problema, pero el tenerla a tan pocos centímetros, luego de haberla visto bañarse todo enterita sin ropa, ella aparentemente dormida, en un motel de paso repleto de parejas cogiendo, con mis padres a un piso de distancia, y con mi pija explotando parada, todo esto hizo que en unos minutos decidiera firmemente que hacer. Esperaría un rato para asegurar que durmiera y lentamente comenzaría a acercarme, milímetro a milímetro hasta poder tocarla, los minutos parecían eternos y ella no se movía ni un centímetro, solo el movimiento y sonido de su respiración.
Después de un rato comencé a acercarme lentamente, a cruzar esos 10 centímetros que parecían eternos, y que aumentaban los latidos de mi corazón al ritmo de mi ya tembloroso miembro viril de tan erecto, hasta que finalmente llegue y rosé suavemente la tela del pijama que la cubría la maravilla de su talle. Desde el momento en que mis manos hicieron el primer contacto con mi hermana que dormía sobre su lado izquierdo dándome la espalda, sentí una serpiente eléctrica recorriendo mi cuerpo, llenándolo de ansias y lujuria. Apenas y la rosé o más bien apenas y rozaba muy delicadamente la ligera tela de su pijama. Primero con la punta de mis temblorosos dedos y luego con toda mi mano abierta recorría su anatomía de hembra fresca, deliciosa, aunque casi no la tocaba si podía hacer un mapa manual de sus formas, pasé una y otra vez mi mano alrededor de su talle memorizando su forma exacta, ¿cómo sería tocarlo? Luego sus nalgas que reposaban indefensas junto a mí, esas redondas formas que mi mano sobrevolaba como un águila al acecho, apenas y las tocaba, se sentían tibias, de redondez perfecta, ella seguramente sentía una leve sensación imperceptible, un ligero cosquilleo acaso, una tibia mano que la recorría, tal vez un sueño.
Podía percibir el olor a recién bañada de mi hermanita Carmen, todo era tan perfecto. Mi libido pedía más, y pronto venció al miedo, a la culpa, al razonamiento y a todo mi ser. Rendido ante el erótico cuerpo de Carmen tendida junto a mí, comenzó a acercar cada vez mas mi mano a su cuerpo, ahora ya sentía perfectamente sus formas, la ligera tela de su pijama rozando contra una piel tersa. Mi hermana me volvió loco en ese momento, y sin más preámbulos pose la palma abierta de mi mano en su nalga derecha. Fue hermoso, su culo era perfecto, firme, redondito, su piel sedosa, tibia y delicada, sentí el encaje de su tanga apretado entre su piel y mi mano, espere muerto de miedo y lujuria un momento.
Ella no hizo nada continuó tan inmóvil como había estado, así que tomé aun mas confianza y comencé a palpar todo su trasero, lenta y delicadamente me embriague acariciando el derriere hermoso de mi hermana mayor, pase mis manos una y otra vez sobre esas nalgas maravillosas, centímetro a centímetro gocé memorizando su piel su textura, forma, contorno. Estaba jadeando de morbo, ya no podía controlarme, nada me importó. Tome sus nalgas firmemente masajeándolas apasionadamente, y Carmen como si nada pasara, como una muñequita porno, se mantenía inmóvil, así que continué con mi agasajo sin limites, le abrí las nalgas y sin mucha dificultad, debido a sus marcadas caderas, pase mi mano derecha en medio de ellas, desde atrás hasta adelante accediendo por fin a su vulva carnosa y dura.
Mi hermana no hacia nada, es mas me daba la impresión de que se acomodaba facilitar el acceso de mi mano a su vulvita. Así pase un rato con mi antebrazo derecho atrapado entre sus nalgas y mí mis dedos acariciando su vulva, sintiendo por primera vez una vulva, aprendiendo por primera vez como acariciar una vagina y que mejor que la vagina tan ansiada y deseada de mi propia hermana. Sentí sus labios mayores firmes custodiando la entrada a su feminidad, los separé varias veces arriba de su pijama y su tanga, hasta que sentí una pequeña carnosidad que pareció surgir arriba donde se unían sus carnosos labios vaginales. Su clítoris, el clítoris de mi hermana mayor erecto y durito gracias a las caricias de su hermanito, que delicia. Instintivamente comencé a jugar con el frotándolo suavemente y frotando todo su contorno, a los pocos segundos mi mano sintió la humedad que salía de su vagina, su calzoncito mojado ya comenzaba a mojar su pijama, sin perder tiempo, enderezándome un poco, metí mi mano izquierda a sus pechos tomando su teta derecha con la palma abierta por arriba de su blusa, era tan firme, tan grande y hermosa al tacto como lo era a la vista, hice lo mismo con su teta izquierda que era una gemela igual de hermosa.
Mi hermana seguía inmóvil a pesar de estar siendo manoseada en toda su intimidad por su hermano. Ya sin pensar si se daba cuenta o no (aunque dudo que alguien pudiera seguir durmiendo con tantas, tan firmes y en tan íntimos lugares caricias) fuera de mi, con el corazón y la respiración al máximo, saque la mano derecha de entre sus nalgas solo para acomodarme detrás de ella poniendo mi verga erecta entre sus suculentas nalgas, al tiempo pase de debajo de su cadera la mi mano izquierda abrazándola por el talle y acariciando de nuevo su vulva ya mojada. Con la mano derecha desabotone lo mas rápido que pude su blusa, e inmediatamente su hermoso par de tetas afloraron solo para quedar a mi merced, por primera vez tocaba una teta sin ropa y mas excitante, las tetas de mi hermana. Sentí su peso exacto, su forma de pera grande, su firmeza y consistencia, eran como dos gelatinas duras amasadas por mi mano y sus pezones. Podría escribir horas hablando de los pezones de mi hermana pero no tendría caso, tendrían que palparlos como yo lo hice, pequeños, obscuritos, duritos, puntiagudos, la corona perfecta a esas peras deliciosas que tiene por tetas Carmen.
Así estuve varios minutos que duraron para siempre, para siempre pues aún hoy no han acabado en mi mente. Amasaba por todos lados a mi hermanita que era como una muñeca putita que seguía inmóvil, pero ahora sudaba profusamente y tenía ya empapada la vagina con sus jugos lubricantes. Mi verga parada sobaba frenéticamente sus nalgas, mi mano derecha sobaba sus tetas y mis dedos jugaban con sus pezones, mi mano derecha tallaba su vulva mojada a un ritmo constante, mientras sentía su cuerpecito pequeño empapado en sudor derretirse bajo mi morboso cachondeo. Aunque ella era la mayor yo era bastante mas alto, por lo menos unos 15 cm, y aunque antes de ese día siempre vi a mi hermana como la mayor, la de autoridad, ese día fue de lo mas excitante sentir su cuerpecito delicado sucumbir bajo mi lujuria, sus brazos, tetas, nalgas, tetas, su cuello largo que empecé a lamer desde su nuca, parecía de un cisne, frágil y lozano, sus piernas, su cintura, toda ella parecía ahora mas frágil, pequeña e indefensa, mojada en su sudor y en sus jugos, sin decir nada ni hacer nada, dejándose usar como prostituta por su hermano menor. Para entonces la sabana que nos cubría ya había dejado de hacerlo y estaba tirada en el piso después de que la quité. Yo extasiado observaba nuestros cuerpos calientes y sudados retorciéndose a la luz de una luna azulada matizada por los reflejos de la ciudad, veía mi verga erecta al máximo chocar contra esas tan deseadas nalgas, veía el cuerpo de mi hermana semi desnudo siendo amasado, palpado y estrujado por unas manos que eran las mías. El olor del sudor de mi hermana, su sabor, el olor y sabor de sus fluidos vaginales, (pues aprovechando lo mojada que estaba había lamido mis dedos mojados de su flujo) todo esto me sacó de mi y le baje la tanga y el pantaloncito de la pijama de un solo golpe para inmediatamente meter mis dedos entre sus labios mayores dilatados y empapados, su humedad y tibieza, el roce de sus vellitos rasurados, la textura resbaladiza de su clítoris excitado, sentir como sus labios menores rodeaban mis dedos y estos se metían poco a poco en su sagrado canal vaginal…eso era el paraíso.
Para entonces Carmen mi hermanita estaba empapada en sudor como ya dije, pero ahora jadeaba un poquito con la boca entre abierta y aunque seguía con lo ojos cerrados y sin moverse cooperaba suave y sutilmente conmigo, pues se dejaba acomodar y mover sin oponer resistencia. Aprovechando esto y sintiendo que era un signo de que ella lo disfrutaba tanto como yo, tome el delicado cuerpo semi desnudo de mi hermana y lo puse boca arriba, era más hermoso y sensual de lo que se veía con ropa. Sus dos tetas aplanadas por la gravedad se veían más grandes y en todo su esplendor así que sin perder mas tiempo comencé a amamantarme de mí hermana mayor. Sus pezones me supieron a la fruta mas deliciosa de esta tierra, los lamia, les daba mordiditas, metía sus tetas una a una lo mas que podía a mi boca mientras las amasaba con ambas manos, las succionaba, primero muy suavemente y luego con mas fuerza como obligándolas a entregarme su leche, la rica leche materna de mi hermana mayor, esas tetas hasta entonces inalcanzables ahora eran succionadas salvajemente por mi. Para ese momento mi hermana Carmen tenía la espada curveada de placer jadeando con la boca abierta y los ojos cerrados, además estábamos batidos en una mezcla de nuestros sudores, ya totalmente fuera de mi y con mi verga literalmente saliéndose de mi short, sin importarme ya mas nada, echando por la borda toda la buena educación y miedo, me aleje un momento de mi hermana que continuaba jadeante, sudada, con las tetas al aire recién mamadas por mi y la vagina empapada luego de contemplarla unos segundos así, hice lo que desde un principio quise hacer.
De un jalón con ambas manos le baje juntas rápidamente la pijama y la tanga blanca ya empapada de jugos vaginales, ella intento detenerme por primera vez con un -nooo! agudo e intentando sostener la poca ropa que le quedaba puesta cuando estaba a punto de salir por completo por sus piececitos de princesa, gentilmente aparté sus manos y le acabe de sacar la ropa, al enderezarme me recibió el majestuoso espectáculo de la vulva rasurada de Carmen, allí estaba esa vulva preciosa, rosada, mojada, esperándome y yo había esperado a esa vagina desde que era un niño. Mi hermana ya no intentó detenerme cuando sin pedirle permiso le abrí las piernas y comencé la lamer su vulva mojada, su néctar vaginal me supo al maná del cielo, era saladito, de olor suave, viscoso y transparente. Mi lengua sentía como sus dos labios menores se abrían con mi lengua lubricados por mi saliva y su flujo, dejando entrar la punta de mi lengua a esa sagrada hendidura que la recibía con un húmedo y tibio abrazo, sentía sus vellitos recortados rozando mi cara, todo el olor y sabor de su vagina lleno mis sentidos y mi alma entera. Poco a poco los gemidos de mi hermana subieron de intensidad al ritmo en que yo me deleitaba devorando el manjar de su vulva al tiempo que le agarraba las tetas jalando sus pezones intermitentemente con una mano mientras la otra la tenia metida sosteniendo sus nalgas, acercándolas a mi cara metida en su canal. Ella soltó unos gritos ahogados poniéndome las manos en mi cabeza hundida entre sus piernas, al tiempo que gritaba cerro con toda su fuerza sus piernas al tiempo que me empujaba fuera, yo resistí unos segundas mas entre los gritos de ella el abundante flujo vaginal que inundaba mi boca y un temblor que recorría como onda sísmica toda su anatomía de hembra en pleno orgasmo. Finalmente me tuve que retirar del glorioso cunnilingus que le estaba proporcionando pues mi hermana me aparto entre gritos con toda su fuerza, mi pija estaba apunto de estallar al igual que yo.
Entre jadeos entrecortados mi hermana tan embriagada como yo por el monumental orgasmo me dijo: -¿que quieres te haga? A lo que sin dudarlo le conteste: – !Mámamela! Sin mediar mas palabras me acabe de quitar el short y me acerque de rodillas sobre la cama poniendo arriba de la carita linda de mi hermana Carmen mi verga enormemente parada y mis testículos colgantes, mi hermana la vio pulsante a unos 5 cm de su cara un momento con los ojos bien abiertos, la boca entre abierta, sin decirme nada acabo de abrir su boca y se metió todo mi glande a esa boquita dulce y sexi que tanto deseaba, comenzó a lamerlo y a meter lo mas que podía de mi falo en su boca (boca que era insuficiente pues mi verga parada mide unos 19 cm, así que solo un poco mas de la mitad entraba en esa boca mamadora de mi hermana) al tiempo que sus manos se alternaban en dirigir mi verga a sus labios chupadores y acariciar rítmica y suavemente mis testículos. Que bien que me masturbé antes de acostarme con ella de lo contrario me abría venido en menos de un minuto, pero me pude contener y cuando sentía la inminencia de la corrida, que hubiese sido dentro de la boca de mi hermana, me detuve, y aunque la idea de que Carmen se tragara mi esperma en lugar de darme ordenes de hermana mayor me encantaba, su vagina me encantaba mas aún y estaba decidido a penetrarla.
Me separé de ella y por primera vez nos vimos frente a frente, su cara hermosa tenía una expresión inexplicablemente hermosa, cubierta de sudor, con el pelo revuelto, los ojos negros mirando fijo mientras su boca respiraba después de contener el miembro erecto de su hermano menor que la contemplaba a centímetros de su rostro. Nunca había pensado en besar a mi hermana, solo me excitaba como nadie, de echo me parecía algo muy extraño pero al tener tan cerca esa cara hermosa y esos labios carnosos que acababan de lamer mi verga me acerque a ella le di un beso en la boca como jamás le había dado a nadie, al principio sentí algo rarísimo pero inmediatamente esa sensación se convirtió en un remolino de morbo y lujuria, la besé con tanta pasión que ella no se negó ni por un instante. Mi hermana y yo nos besamos apasionadamente por varios minutos, mordíamos alternadamente nuestros labios al tiempo que las lenguas se enroscaban como serpientes apareándose, era delicioso, yo la veía directo a esos ojos negros de maravilla mientras nuestra saliva, jugos vaginales, y secreción pre seminal se mezclaban en un néctar embriagante. Luego de unos minutos comencé de nuevo a la lamer todo su cuerpo, su boca sus mejillas, sus orejas, su cuello de cisne, sus hombros sus brazos y antebrazos, sus manos, lamí dedo a dedo sus diez dedos, nuevamente sus tetas bajando por su pecho y costillas hasta su abdomen plano y firme, me detuve a lamer su ombligo, seguí recorriendo con mi lengua su pubis y lengüetee de nuevo su vulva, pero seguí recorriendo su cintura, sus ingles y sus piernas largas que bese lentamente hasta los tobillos y finalmente sus pies pequeños y femeninos, suaves como si nunca hubiera caminado, lamí sus dedos y la planta de su pie mientras ella se retorcía entre gemidos de placer y a veces risitas de cosquillas.
Comencé el camino de regreso desde sus pies hasta su vulva pero ahora con la firme intención de penetrar esa vagina lubricada y deseosa de mi hermana mayor. Le abrí las piernas arrodillado frente a ella con la verga apuntando a su vagina que se abrió como una lubricada flor de pétalos rosados saludando a mi ansioso glande. La vi directo a los ojos y ella me vio también, me acerque sosteniendo mi pene para metérselo de una buena vez, pero ella se echo un poco atrás y dijo secamente: -yo también quiero que me la metas, ¡pero esta muy mal, soy tu hermana mayor! Sin contestarle nada la tome fuerte de la cintura con la punta de mi polla escasos centímetros de la entrada de su vagina y sin dejar de verla le dije: Hermanita, porque eres mi hermana quiero hacerlo contigo, siempre lo he querido, ¿que no te habías dado cuenta? ella me contesto: -Si me había dado cuenta, no soy tonta, pero esta mal, aunque me muero de ganas por que lo hagas. -Entonces te voy a coger hermanita.
Le dije mientras me dejaba caer sobre ella, mi hermana quiso defenderse de manera tan suave que mas parecía un teatro, la tome de las muñecas aplastándola sobre la cama, al ver que yo era mas fuerte que ella dejó de resistirse y cuando mi verga ya rozaba sus labios menores me dijo:-Entonces cógeme, cógete a tu hermana mayor! La solté de inmediato y ella dirigió con su mano derecha mi verga inexperta hacia la entrada de su canal vaginal. Recuerdo como si acabara de pasar esa sensación acuosa, voluptuosa, cálida, acogedora de la vagina de mi hermana rodeando mi verga, estaba en un sueño, eso era tan milagroso y mágico que pensaba que no podía estar pasando, que no podía ser tan afortunado de estar penetrando a mi hermana, pero si lo estaba haciendo. MI pene entró por completo en su vagina mientras ella jadeaba y decía como para sí misma algo como:-La tienes muy grande hermanito…mordiéndose los labios. Yo sentía sus entrañas calientes rodeando y mojando mi verga que se desplazaba sin mucha resistencia cuando se la metí completa sentí como nuestros pubis hicieron contacto y me asome para descubrir que mi verga había desaparecido en el interior de mi hermana, solo mis testículos colgaban rozando sus nalgas abiertas, en el fondo de mi hermana, con la punta del glande sentí algo con lo que topaba (su útero, ahora lo entiendo) lentamente comencé a bombear a mi hermana que no dejaba de jadear y comenzaba a gritar nuevamente, mi pene entraba y salía cada vez con mayor facilidad de su ya dilatado canal, empecé lento y fui aumentando de velocidad hasta que me la estaba cogiendo lo mas fuerte que podía, cuando sentía que me venia disminuía la velocidad del mete saca, y para reanudarlo después, ella se mantenía en éxtasis al parecer presa de múltiples y temblorosos orgasmos, mientras yo sentía aproximarse la venida aferraba a sus tetas y a sus nalgas alternadamente.
No se cuanto duramos en esa posición pero debió ser un rato largo pues ambos escurríamos en sudor y nos faltaba el aliento, ambos jadeábamos y gritábamos con toda libertad, sabiendo que donde estamos era un lugar echo para coger y que nuestros padres no nos escucharían. Cuando ya era inminente que eyaculara mi hermana pareció notarlo y me dijo casi sin aliento: ¡Vente adentro de mi hermanito! ¡Vente adentro! Esas gloriosas palabras fueron como el detonador de el mas maravilloso orgasmo de mi vida, me aferre fuerte a sus nalgas abriéndolas mas de lo que ya estaban abiertas por mi verga, la vi directo a sus ojos negros a momentos en blanco que comenzaron a gotear gruesas lágrimas orgásmicas, sentí como mi verga llegaba hasta el fondo de su cuerpo recién ultrajado por mí, candente y receptivo. En ese momento eyacule lo que sentí como litros de esperma hirviente que inundaban por dentro a mi hermanita retorciéndose en aparatoso orgasmo bajo mi cuerpo. Me estaba viniendo adentro de la vagina de mi hermana Carmen, llenando su útero, sus entrañas de mi semen, era lo mejor de mi vida y ese fue el más grande orgasmo que he tenido.
Me quede dentro de ella moviéndome cada vez mas lento al tiempo que sus jadeos disminuían de intensidad y el roce de su canal vaginal atrapando mi pene se fue haciendo casi doloroso. Finalmente me recosté sobre sus tetas empapadas de sudor y ella me abrazó tiernamente acariciándome el cabello, así nos quedamos unos minutos. Le saque mi pene un poco adolorido ya no tan erecto el cual al salir arrastro algo del esperma que inundaba su vagina, mi esperma escurría entre la vulva de mi hermana que continuaba recostaba abierta de piernas. Cuando se lo acabe de sacar ella se sintió con los dedos la vagina comprobando que estaba llena por dentro del esperma de su hermano menor, sintió la consistencia del semen que escurría de su vagina, como comprobando su viscosidad con los dedos y me dijo: -Te viniste un chorro, me dejaste toda llena de tu leche…pero no te preocupes, me inyecto anticonceptivos, ósea que allí que se queden tus hijitos. Luego me abrazo contra su pecho y me dijo nuevamente, pero esta vez muy cerca de mi oído: -Lo que hicimos estuvo muy mal, pero los dos teníamos muchas ganas, y además ¿fue tu primera vez verdad? A lo cual contesté afirmativamente y atónito con la cabeza, ella continúo: -Pues ojala te haya gustado, a mi me encanto, pero estuvo mal…ahora hay que dormir si…
Y diciendo esto recogió la sabana ligera que estaba en el piso, yo la veía sin saber que hacer ni que decir, en ese momento regrese de golpe a ser su hermanito menor y ella la que mandaba. Lucía hermosa desnuda, recién cogida, con mi esperma guardado en su interior, se acostó de lado dándome la espalda, me acurruque a su lado abrazándola por la cadera, oliendo su cabello, sintiendo su cuerpo tibio reposar junto al mío, recordando todo lo que había pasado, imaginando como nuestras secreciones: sudor, saliva, semen, flujo vaginal y lagrimas se mezclaban, como mi esperma que hacía unas horas aguardaba ansioso a salir dentro de mis testículos, reposaba ahora feliz adentro del cuerpo de mi hermana mayor.
Con estos maravillosos pensamientos me quede dormido plácidamente, extremadamente feliz de estar allí y así con mi hermana.
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