Mi hermana, mi mardo y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Lorena, 3 años más joven que yo, es una rubia de cuerpo espectacular. Ya desde que éramos novios, mi marido Billy tenía ganas de cojerla.
Hace dos años y medio, antes que Lorena se casara con su novio Danny, una noche salimos en nuestro automóvil para que Lorena aprendiera a conducir.
Ella al volante, Billy a su lado y yo en el asiento trasero. Vi que Billy ponía su mano sobre el respaldo de Lorena y al ratito pequeños estremecimientos de la cabeza de mi hermana. El brazo de Billy había bajado.
Así llegamos a un antro llamado Cangrejo que está junto al río. Los de la ciudad de Paraná lo conocen.
Mientras yo bebía una cerveza ellos salieron a bailar. Billy tenía sus manos en las nalgas de mi hermana, ella lo abrazaba con fuerza y él le besaba toda la cara. Su mini se había levanrado y no tuve dudas que él refregaba su bulto contra mi hermana. En media hora salimos del bar. Yo manejaba y la parejita se fajaba en el asiento trasero. Apenas llegamos al departamento, se desnudaron con ferocidad y mi hermana se montó sobre la verga de mi marido. Cabalgaba y gemía sobre ese lindo palote.
– Cojeme Billy!!! Rompeme toda!!! LLename la concha de leche!!! Así, así, hasta el fondo!! Partime el útero con tu berga!!!
Yo no me quedé atrás y me senté en cuclillas sobre la boca de mi marido, como nos gusta hacerlo. Así comencé a besar, chupar las tetas y mimar a mi hermana. Nuestros orgasmos fueron tremendos, pero Lorena todavía quería más. Se lavantó, le dio la espalda s Billy y exigió:
– Rompeme el culo, mi amor.
De un envión se sentó sobre la pija parada y se ensartó el culo hasta los huevos.
No esperé un segundo, tomé de los hombros a Lorena y acostándola boca arriba sobre Billy, me tiré en un 69 deseado. Que rico chupar los jugos de mi hermana mezclados con la leche espesa de Billy, chupé y lamí como una loca. Mientras, mi hermana clavó su lengua en mi concha con maestría de profesional. Ya los orgasmos de las dos eran una cosa casi continua. Billy tenía que levantarnos a las dos para bombearla a Lorena, hasta que con un bufido acabó, llenándole las tripas de leche. Yo dejé salir una chorrito de meada en la boca de Lorena. Cuando ella se dio cuenta apretó más mis nalgas e hizo más presión con su boca en mi concha. Seguí largando chorritos hasta vaciar mi vejiga y mi hermana se bebió todo ese líquido caliente y dorado.
Descansamos un rato y depositamos a mi hermana en casa de mi mamá, arregladita y con imagen virginal.
Nunca más lo hicimos, ella se casó y cuando nos vemos una sonrisa cómplice nos une a los tres.
Ella, Billy y yo sabemos que es muy puta mi hermana.
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