Mi hermana y mi primo III (Noche de dolor)
Tras haber tenido la experiencia, Noemi comenzaba a disfrutar, sin embargo, un giro cambiaria el como se sentía en vacaciones .
Mi hermana y mi primo III (Noche de dolor)
“Tu estabas dormido, por eso no lo notaste”, eso me dijo mi hermana mientras recordábamos los hechos de esa semana.
Mi primo había logrado su cometido, había tomado la primera vez de Noemi, un evento que marcó un antes y un después en nuestras vidas. Ella no entendía la magnitud de esto aunque se sintió mal, no le dio importancia, solo creyó que era más madura.
Ese día repitieron el coito, esta vez mi primo decidió acomodarla de perrito y más fácil volvió a penetrar, ambos se veían contentos en su juego mientras él descargaba su jugo dentro de ella. Después del sexo exprés, se metieron al baño para limpiarse y aproveche para salir.
Ya no volvieron a repetir este miércoles pues tuvimos actividades que no le permitieron siquiera tocarla, pero el jueves si sucedieron cosas, mientras no estuve ya que mi madre tuvo a bien llevarme con ella a sus vueltas.
Paso el día y termino como de costumbre, cena en familia, pláticas sobre cualquier cosa y a dormir todos. Parecía haber terminado la acción para mi hermana pero no fue así.
Durante la noche, tocaron a la puerta de mi habitación y era mi tío quien tocaba. Fue mi hermana quien me contó en el futuro lo que ocurrió pues yo dormía como un bebe todas las noches.
De hecho no era la primera vez en esas vacaciones que mi tío tocaba la puerta, sin falta, desde que llegamos hacia eso, mi mamá salía por un largo tiempo y volvía después. Ella pensó que sería igual pero fue diferente en esta ocasión:
- Bien hermana, ya es hora, ya aquella está bien privada
- ¿Estás seguro? podemos continuar si quieres
- No manita, no olvides lo que me prometiste
- Es que no se
- Esta bien, sabré manejarlo
- Mmm. No olvides lo acordado
- Si, respetare eso
Mamá movió sutilmente a Noemi:
- Mimi, mimi, despierta
- ¿Mamá? ¿Qué pasa?
- Despierta por favor
- Ya, ya estoy despierta, ¿Qué quieres?
- Mira, vino tu tío, quiere platicar conmigo
- ¿Conmigo?
- Si, vamos, sal de la cama, pero no despiertes a tu hermano
- Ya voy, no se porque a esta hora me despiertan
- Ve con tu tío, dice que tiene una sorpresa
- Esta bien mama
Entonces Noemi, con su pijama ligero que era un short pequeño y un top se levantó y salió a la sala con mi tío, no sin antes comentarle “Obedece a tu tío en todo”. Por supuesto que no entendió eso.
Estando afuera mi tío le susurraba que no alzara la voz y que tenía una pequeña sorpresa.
La sala y el comedor estaban pegados y ligeramente alejados de los cuartos que estaban a un pasillo. No era posible escucharse de un lado a otro, sin embargo se tenía que respetar el tono de voz bajo.
Al llegar al sofá más grande mi hermana y mi tío se sentaron a conversar:
- ¿Cómo te la has pasado hija?
- Bien tío
- Que bueno, ¿te tratan bien tu tía y tu primo?
- Si tío. Por cierto ¿Mi tia?
- Dormida al igual que tu primo
- No entiendo tío, ¿Qué quiere? Es muy noche
- Bueno nena, no he tenido tiempo de platicar contigo por el trabajo. Quería decirte que me da mucho gusto que estén aquí.
- Gracias tío
- Eres una niña muy preciosa, has crecido mucho
- Si tío
- Y pues bueno, quería jugar un poco contigo
- ¿Jugar?
- Si, es que en el día no estoy y aparte, esto es un juego especial entre nosotros
Mi hermana comenzaba a olerse de que se trataba gracias a mi primo, tenía ganas de mencionarlo directamente pero prometió guardar el secreto. Ella se puso nerviosa porque esto era diferente, si el tío tenía la mismas intenciones, era obvio que podría ser algo más “difícil” pues la diferencia de cuerpos era notable. Mi tío era alto, 1.80 casi, cuerpo corpulento, un poco gordo, un poco musculoso y claro, mas peludo, ella apenas podía imaginar su miembro que seguro no era del mismo tamaño que Ricardo, entonces, podría ser mas doloroso o incluso no podría entrar. Además, no tenía la misma confianza por lo que todo esto se tornó incómodo y ella realmente no quería que eso pasara.
El tío continuó su discurso de lo linda que era, con solo un short puesto y una camiseta de tirantes. Con una mano le acariciaba el cabello, el hombro y la espalda, después sus piernitas mientras que con la otra tomaba un poco de jugo. Le ofreció a ella y tomó un poco.
Algo no estaba bien, ella comenzó a sentirse con mucho sueño y le daba vueltas la cabeza, no perdía el conocimiento pero perdió el control de su cuerpo mientras el tío comenzó a ir al grano:
- Nena, eres tan bella como tu madre. De niña, me gustaba jugar con ella, hacíamos muchas cosas especiales. Hoy quiero jugar contigo igual, ¿Quieres que te enseñe?
- Ay tío, no, ya tengo sueño y me siento como mareada
- No te preocupes, no será mucho, además, te tengo un regalo si aceptas
- Pero tío…
- Mira, le voy a dar dinero a tu mama para que te compre las cosas que quieras
- Tío, es que no tengo ganas de jugar
- Ándale, veras que te conviene
Mi tío mientras hablaba comenzó a bajar el short de mi hermana dejando al descubierto su entrepierna que aun tenia la pantaleta puesta, Noemi quiso impedirlo pero no podía, no tenia mucha fuerza y además:
- Que bonitas piernas tienes mi vida. No olvides que tu mama te dijo que obedecieran
- Tío, no, ¿Qué hace?
- Una cosa especial cariño, lo que hacíamos tu mama y yo
Ahora mi tío desprende la ropa interior de Noemi dejando su pubis al aire libre mientras ella retorcía el cuerpo torpemente, tampoco ya hablaba bien, solo balbuceaba un poco pero aun era consciente y sabia que venia:
- Cosita rica, mira nadamas esa pepita tuya mi amor
Con mucho tacto, comenzó a besar la barriga y como si quisiera probar cada centímetro, comenzó a besar de arriba hacia abajo, levantando el top para chuparse los pequeños pezoncitos. Noemi agitaba la respiración y no oponía resistencia, ya entendía que era hacer el amor y solo pensaba en que ojalá pasara rápido. En cambio el, disfrutaba de todo el cuerpo con su boca y lengua, concluyendo el tour con un beso apasionado de lengua.
- Tu piel está tan suave como el terciopelo. Estas como me gustas mi amor. Ahora yo te voy a dar algo
Se despojó del short y dejó ver su pene que era como una pesadilla, midiendo unos 17 centímetros, gruesa, con venas marcadas y un glande más grande que el de Ricardo, con vellos alrededor y con unas bolas enormes y negras colgando, sencillamente algo que desagradó a Noemi. Ella misma agradece que veía borroso eso, aunque aun así, no se salvó del todo pues mi tío colocó ese monstruo en su boca, frotándola en su cara. Ella esquivaba aquella cosa pero él la forzó con su enorme mano. Después abrió la boca para meter un poco. Ella no chupaba y lamia, simplemente quería que saliera y vomitar pero él permaneció así:
- Tu boquita esta bien calentita mi amor, me gusta como se siente. Quisiera darte mi leche de una vez
No siguió mucho esto, mi tío se salió de la boca y ahora iba a devolver el favor, lamiendo vigorosamente la vagina de Noemi que sin querer soltaba gemidos. Después mi tío decidió explorar entre los labios de Noemi y juguetear con ella.
Es curioso como es la vida, ella en ese momento no sabía cómo se deforma la anatomía de una mujer cuando ya ha recibido sus primeros penes, por lo tanto no se preocupaba de que descubrieran que ya no era virgen, si no tendría mucho que explicar. El por su lado, jamás comprendió bien como se ve una vagina virgen y peor aún, pues el ángulo no daba iluminación para ver, además, el tío no tenia buena vista, de ahí surgió el siguiente comentario:
- Ay nena, que cosita mas rica tienes, una panochita sin estrenar. Uff, como me encantaría debutar, pero no será hoy preciosa
Eso de algún modo consuelo a mi hermana haciéndola creer que mi tío ya no avanzara más en su cuerpo, y mejor aun cuando se levantó, pensó “hemos terminado, no fue tan malo” o eso creyó.
Mi tío se fue a un mueble de donde saco un par de tubos, que parecían de pasta de dientes, se sentó a lado de ella y la miro:
- Tardó mucho tiempo, pero al fin podré disfrutarlo
El le dio la vuelta dejando boca a bajo a Noemi:
- Que colita tan bonita tienes corazon, parecen un par de panes, suaves y bonitos
Comenzó a acariciarlos y a describir la sensación como si tocara un par de duraznos, adentro su dedo hasta rozar el ano y comenzó a frotar suavemente el esfínter. Después comenzó a besar y morder los glúteos, dando un par de nalgadas suaves, posterior, separó como si fuera un libro los glúteos y dirigió sus labios y lengua al culo.
Noemi sintió raro, un poco incomodo y un poco de placer, era algo que no se imaginaba que podía hacerse, sentía que era asqueroso pero a la vez sentía rico hasta que un escalofrió le recorrió, “¿será que me lo quiere meter ahí?” y sabía que eso se sentiría horrible, comenzó a retorcerse y a tratar de moverse sin lograr mucho, no tenía fuerzas y estaba presionada por un hombre que tenía al menos 4 veces su peso. Estaba angustiada y ya no disfrutaba la lengua de mi tío.
Ella sintió como el despego su cara de su trasero para sentir un dedo frío frotando su ano. La sensación era resbalosa, y volvía a sentirse rico pero se le pasaba la sensación por lo que presentía, pero ese sentimiento iba y venía entre algo de placer pues mi tío le untaba algo que hacía deslizar sus dedos como mantequilla. Comenzó a sentir que un dedo se introducía en su recto y solo apretó la cara contra el sofá, agarrándose las manos con fuerza esperando lo peor. Sabía que nada podría evitar lo que pasaba, no podía hablar claro y aunque pudiera, entendió que su mama no le ayudaría, que al contrario, quizás la regaña.
De a poco, sentía como el dedo llegaba más adentro sintiendo algo similar a cuando va al baño. De hecho sentía que le ganaba de la pipi pero no hacia. Mientras por su parte, el tío no dejaba de disfrutar y dejarlo claro:
- Uy, que rico aprietas tu culito corazón, así me gusta, mi dedo se siente bien apretado, ya casi te cabe todo
Ella comenzó a sentir el mete y saca del dedo, no sabía si era el índice o el meñique, solo sintió que entraba y salía además que en ocasiones salía todo completo para volver a entrar (suponemos que fue avanzando dedo por dedo, iniciando por el meñique para progresivamente meter un dedo más grande).
Finalmente llegó la cosa que mas temía Noemi, tras retirar su dedo, sintió un chorro enorme del líquido que le estaban aplicando, luego noto como la acomodan con la cola para arriba, como si fuera una muñeca de trapo:
- Bueno, no esperemos mas corazon, ya te toca
Comenzó a sentir ahora como el miembro de mi tío le recorría de arriba a abajo, rozando sus glúteos y sintiendo unos golpecitos:
- Soy tan feliz corazón, voy poder comerme ese culito que tanto quise desde hace tiempo
- Tío, no
Pero la negativa no sirvió de nada, empezó a sentir la presión en su cavidad anal, su esfinter cedía gracias al lubricante aplicado pero con dolorosas consecuencias, desde el primer momento ya dolía, ella apretó la cara contra el sofá y gemia pero de dolor, no podía gritar, no entendía porque.
El tiempo se detuvo para ella, todo era muy lento y el dolor aumentaba con cada milímetro que mi tío introducía dentro de ella. Solo podía llorar y retorcerse sin éxito:
- Uff, que apretadito lo tienes mami, me esta costando trabajo metértelo
- Buaaa, no tío, para, me duele demasiado
- Tranquila corazon, se te va a pasar, tu mami tambien chillo la primera vez y ahora, no vive sin una verga en su culito, es mas, hasta dos se ha metido a la vez
Esas declaraciones fueron algo que simplemente me estremeció cuando me contó mi hermana, realmente no conocíamos a mamá.
Mientras, mi tío siguió penetrando hasta donde pudo, ella sintió que mi el tenia un pene de un metro por lo prolongado que fue el momento y por lo doloroso que resultaba pero él no estaba de acuerdo:
- Uff nena, ya casi no te entra, aun hay carne afuera
- Tío, ya pare, por favor
Hizo un último esfuerzo por empujar más provocando dolor en Noemi que ya solo podía lagrimear:
- Lo siento nena, solo entro la mitad, caray, yo quería meterte todo mi chorizo
Sin delicadeza, él comenzó a sacar y meter, distinto a su hijo que fue más “gentil”, sin tapujos comenzó el mete y saca haciendo más fuerte la agonía de ella:
- Si, nena, si, eres una perrita, amo tu colita, si si
- No, buaa, pare tío, pare
- Toma tu merecido, si, chingate esto, asi, asi, toma
Ella sintió unas nalgadas y que le jalaban el cabello, era una muñeca de trapo, un juguete sexual para él, su culo recibe castigo intenso, el calor los rodeaba y el sudor comenzó a brotar.
Nadie sabe si el momento duró mucho o poco, para ella fue eterno pero para él quizás fue rápido, simplemente comenzaron los gemidos del tío y de la nada paro, descargando un golpe liquido caliente dentro de Noemi, ella sabia que era pero fue distinto nuevamente, mas caliente, mas potente y mas abundante, sabia que le habían llenado su interior de semen, una carga que incluso la dejó temblando:
- Ohhhhh, que ricooooo
Escucho a mi tío mientras ella solo quería desabotonarse del palpitante pene que tenía incrustado. Su deseo se cumplía pero no dejó de ser doloroso. Mi tío se salió de ella y no la dejó acomodarse mientras él se sentaba:
- Uy, eso fue increíble, esa deslecha fue la mejor de mi vida, no sabes lo feliz que me has hecho nena. Uy, que rico te escurre mi lechita de tu hoyito
Noemi se sentía adolorida, como si la hubieran partido en dos, apenas y pudo recostarse boca abajo y respirar en lo que pasaba el dolor. Tuvo tiempo porque su nueva pareja estaba recuperando fuerzas. Comenzaba a quedarse dormida pero mi tío la levantó, pero colocó una mano en su ano y después le dijo a ella que se tapara, que no dejara salir lo que le dio.
Camino tambaleante con una mano en su ano evitando que el semen que tenía dentro saliera, se dirigió al cuarto donde nos quedamos sin su short ni su ropa interior. Toco la puerta y salió mamá de nuevo, paso Noemi y se recostó boca abajo en lo que ellos hablaban:
- Listo manita
- Wow, vaya que si te vaciaste
- Jaja, si, quieres probar
- Si, que rico
Noemi percibió como mama le chupa el pene flácido a mi tío, no le dio importancia, simplemente ya quería dormir y esperar a que el dolor se le pasara, aun asi continuo al pendiente de la plática:
- Mira, ten, esto es para el dolor
- Gracias
- Ah, espera
El tío volvió y regresó con el short:
- A si, gracias… oye, ¿y el calzoncito?
- Ese me lo quedo yo de recuerdo
- Cabron, no inventes, casi no traje ropa
- Mañana traigo un repuesto, mientras que ande así
- No no, esta bien, tiene para mañana
- A bueno
Y mi tío se fue, mi mamá cerró la puerta y se acomodó al lado de Noemi:
- Ya nena, tranquila, ya paso, veras que te iras acostumbrando, asi somos las mujeres
Mi hermana estaba adolorida, enojada, triste, una mezcla de muchas emociones, no podía creer lo que había pasado, fue algo totalmente diferente y más horrible a como la paso con Ricardo, de la nada solo sintió ganas de abrazarlo pero no estaba ahí.
Mama comenzó a acariciar su ano y a limpiarlo, primero con los dedos y después con papel. Después le untó una crema que ella dijo que le calmaría el dolor. Después le puso un par de pantaletas nuevas y el short.
Y ya para terminar con la fe de Noemi, ella le dijo:
- No te sientas mal hija, no fue una mala intención, tu tío asi demuestra su amor, asi me lo ha demostrado a mi. Por favor, esto tiene que ser secreto, nadie puede saberlo hija. Prométemelo
Ella no dijo nada, simplemente se quiso quedar dormida.
Después de eso, al día siguiente Noemi despertó con un poco de fiebre, mi tía Maria sugirió llevarla al doctor pero mamá se negó, dijo que con reposo y un par de pastillas estaría mejor. Por su parte, mi hermana estaba con pocas ganas de hacer cosas, solo tuvo humor para estar con Ricardo a quien abrazaba y ocasionalmente besaba. No le dijo nada, no tuvieron sexo, simplemente la pasaron tranquilos. Yo por mi parte fui solo con mi tia para las compras de la comida.
Esa noche no fue la única, ya que ese viernes mi tío volvería con las mismas intenciones.
Continuará…
De los mejores relatos que he leído, éste es el numero 1 sin dudas. Espero continúes. Muy exitante la forma como es cogida tu hermanita, ya quisiera yo ser su tio.