Mi hermanita Isa
Mi princesa hermosa, mi pequeña hermanita se volvería mi amante.
Mi nombre es Fabio, tengo 21. Cuando tenía 16 mis padres se reconciliaron por un tiempo, pero no duró. De ahí nació Isa, mi hermanita. Los dos nos quedamos a vivir con mi mamá. Ella se hacía cargo de Isa en todo y a mí me tocaba estudiar en la universidad, hasta que tuvo que cambiar de turno y trabajar por las noches. Yo nunca me había fijado en mi hermanita, en ese entonces tenía 3 años. Es algo pequeña para su edad, pero tiene cuerpito sin ser gorda, osea que tiene buenas piernitas y unas nalguitas rellenitas. Mi madre me dijo que le de comer antes de las siete para que a las ocho se pueda bañar y luego a dormir.
—Se baña ella solita?— pregunté
—No, le tienes que ayudar— me respondió mi mamá.
Yo puse mala gana en ese momento sin saber lo que me esperaba.
—Luego de secarle bien su cabello le pones su pañal— continuo mi madre.
—pañal?
—Si, a veces se orina en la cama y no quiero tener que lavar.
Se me hizo raro pero sería de las mejores cosas que disfrutaría noche a noche.
—Le pones su pijama y ya. En la mañana la revisas y si se orino la limpias con toallitas húmedas.
—Como?
Se me olvidó decir que mi mamá es enfermera, así que su forma de explicar es muy directa y sin adornos.
—le quitas el pañal sucio y con una toallita le limpias por encima, tienes que decirle que abra bien sus piernas y que se quede quieta. Con cuidado metes un poquito la toallita en su vagina ayudándote con tu dedo, solo para limpiar un poco de adentro y por último le limpias su culito, no muy fuerte. Le pones su calzoncito y un buso y ya.
—no me queda muy claro pero haré lo mejor que pueda— le respondí a mi madre solo para molestarla y ver su reacción, ya que ella tiene la costumbre de enseñar con el ejemplo cada vez que algo no queda claro .
Pensé que no se atrevería, pero lo hizo. Me puso mala cara y llamo a ISA, la nena vino rápido y sonriente. Sin decirle nada la agarro, la puso sobre mesa y de un tirón le bajó el short con todo y calzoncito hasta quitarle ambos. Le abrio las piernitas y con un pañuelo que saco de su bolsillo me empezó a enseñar como debía limpiarla.
—le pasas así, te ayudas con tu dedo y poquito nomás lo metes y le limpias entre sus labios y por último su culito. Queda claro?
Entre risas de mi hermanita asentí con la cabeza.
—ya es tarde, me voy. Ayúdale a vestirse.
Le dió un beso a mi hermanita y se fue. Busque el short y el calzon de Isa que se habían caído al piso y cuando quise ponerselos de nuevo note por primera vez lo hermosa que era la chiquilla y más estando semidesnuda. Ya había visto su vaginita antes, pero nunca así de cerca y menos medio abierta ya que la muy tontita todavía tenía las piernitas separadas.
—te gusta estar así? —le pregunté
—no se — respondió.
Tenía su entrepierna abultadita y carnosa lo que le daba un aspecto hermoso a su cuquita rosadita y peladita.
—si quieres te puedes quedar así un rato mas—le dije
—hace frío.
—donde te hace frío?
—En mi sapito. (Así se le dice a la vagina en mi país)
—tu sapito tiene frío?
—si
—A ver
Sin pensarlo lleve mi mano a su vagina y como la tenía medio abierta sentí directamente la piel delicada de su interior. Ella se estremeció y se puso a reír.
—te gusta?
—me haces cosquillas
—tu sapito tiene frío, le voy a frotar un poquito para que se caliente.
Isa asintió sonriente. Comencé a pasar mi dedo lentamente pero como una nena de su edad no lubrica parecía que no lo estaba disfrutando. Así que le dije que no se moviera y fui corriendo por algo de lubricante a mi cuarto. Con mi novia estábamos intentando hacerlo por atras así que por eso lo había comprado. Antes de entrar de nuevo a la cocina me detuve un rato a verla. Ahí tenía a una nenita de tres añitos desnuda de la cintura para abajo solo para mí, pero era mi hermanita, de verdad iba a atreverme a hacerle cosas? Estaba a punto de retroceder cuando ví como ella misma se puso una dedo en su cuquita como si quisiera masturbarse. Era mi deber como hermano, tenía que enseñarle como hacerlo.
—ay, está frio— me dijo cuando le puse algo de lubricante en su vaginita.
—ahorita se pone calientito
Poco a poco comencé a frotar con un solo dedo que de por si era grande para esa rajita de bebé. Poco a poco y cada vez más rápido, Isita solo se reía a carcajadas y se retorcía. Cerro sus piernas apretando mi mano con toda su fuerza, pero no la suficiente para detenerme. Su carita se puso roja y su respiración más fuerte. Con sus manitas trataba de apartar mi mano de su entrepierna pero era inútil, no iba a detenerme.
—fabio pis, pis, pis —me dijo tratando de aguantarse, pero no le hice caso y seguí con mi ritmo
—piiiiissss —grito y dejo salir su orina caliente y su primer orgasmo infantil.
Se quedó roja, con los ojos cerrados en medio de un charco de su orina por toda la mesa y el piso. No pude resistirlo y me lami la mano saboreando no solo ese momento sino también todo lo que vendría ya que la noche apenas comenzaba.
uffff rico erhhhhhh
Verdad que si…
Realmente muy interesante la historia..
Y se pondrá mejor