Mi hermanita me inició en el incesto
Ella ya había tenido sexo con nuestros hermanos mayores. Por eso, aunque cuatro años menor que yo, fue la que dirigió el encuentro.
Quiero contar una historia, 100% real.
Esto pasó cuando yo tenía entre 12 y 13 años. Mi hermana es cuatro años menor, entonces Ella tenía entre 8 y 9.
Ella es chaparrita y llenita. Lo que le decimos acá en México «Chaparrita, cuerpo de uva».
Desde niña me llamaban mucho la atención sus nalgotas redondas y paradas.
Teníamos la costumbre de jugar a «la casita», con otros de mis hermanos y a veces hasta los primos y nos íbamos rolando a las parejas.
Esos eran juegos de roles, ser el papá y la mamá un día y otro día ser los hijos y así. A veces se daba una caricia atrevida e incluso besos en la boca, cuando te tocaba ser papás.
Siempre se me hizo de lo más normal, con mis hermanas y primas, aunque sabíamos que era prohibido, ya que, una regla no escrita entre todos, era cuidarse de las miradas de los mayores. O sea que, ya varias veces habíamos tenido sesiones de besos y caricias mi hermanita y yo.
Después de un encuentro especialmente caliente, donde yo me había repegado contra su conchita y masajeado sus senos y nalgas de manera muy indecente, Ella se separó del profundo beso que le estaba dando y me dijo: «Vamos a COJER».
Aunque era lo que yo deseaba, no tenía ni la menor idea de que hacer con ese torbellino de hormonas femeninas que se esmeraba en sobarme la polla con entusiasmo y maestría.
Nos separamos de los demás y nos retiramos a una parte apartada de la casa y de miradas indiscretas.
En ese momento yo no lo sabia, pero mi hermanita ya había tenido experiencia con mis hermanos mayores, así que prácticamente fue la que dirigió el encuentro.
El taller de herramientas de mi papá fue el sitio perfecto. Ahí see recargó en un banco dejando expuestas sus fabulosas nalgotas y me dijo que la penetrara.
Se caía de la calentura, pero yo quería poner en práctica algunas fantasías qué había escuchado entre mis compañeros de escuela. Así que, haciendo caso omiso de su ansiedad, pase mi mano por toda su panochita que aún no tenía bello, pero si chorreaba de líquido viscoso y caliente. Al no saber como nombrar a las partes del cuerpo, al clitoris solo le decíamos «pepita», así que, al sentir esa protuberancia, me dedique a frotarla en círculos mientras Ella, ya con la cara y la voz descompuesta solo decia: «Ahí!!!
Así!!!!
Me pareció divertido y excitante ver su cara totalmente descompuesta de lujuria, así que aumente el ritmo y la fuerza de mis movimientos. Sentía cómo su respiración se iba agitando cada vez más y sus mejillas se ponían cada vez más rojas y mi mano se iba empapando de aquella babita saliendo de su interior. Mis dedos resbalaron al interior de su cavidad y hasta pegó un brinco y un gemido.
-ÓRALE no seas carbón!!!!
Despacito, me dijo.
Pero yo instintivamente los metí más profundo y
Comencé a mover mis dedos en círculo. Eso la hizo mover el CULO y gemir más duro, por lo que tuve que taparle la boca para que no nos descubrieran.
Me dijo «Siguele en la pepita» Saqué mis dedos empapados y vi como una lechita vizcosa saliendo de su interior.
Con tanto movimiento, también vi que sus muslos y sus nalgas estaban empapandose con tanto jugo de pasión.
Fue ahí cuando me empezó a revelar, de manera inconsciente sus múltiples encuentros con nuestros hermanos mayores.
Supongo que lo hizo como un cumplido y así lo tomé.
-Ninguno de esos Cabrones me había hecho gozar tanto. Me tienes escurriendo cabron y eso que todavía ni me la metes.
Entonces me acordé de otra cosa que decían los compañeros de la escuela. Que podías mamarles el bizcocho a las nenas antes de dejárselas ir.
Ya con la confianza de estarla dominando y saber que estaba gozando al máximo, la volteé y la senté en el banco donde la tenía empinada. Le dije que se agarrara fuerte de donde pudiera y le levanté una de sus piernotas quedando expuesto completamente su coño rosado.
Me baje como perro a lenguetear de punta a punta esa rica fruta. El sabor un poco almizclado, fuerte y la consistencia me encantó desde la primera probada.
-Que haces? Que haces?
Susurraba Ella. -Eres un cochino. Nadie me había hecho eso. PERO SIGUEEEE. En el botoncito . Siiii. Ahí en la mera pepita en donde se siente más ricooooooo.
Perdió el control de sus piernas y se sujetó más fuerte de la mesa y de mi cabello.
-No mameeeesss!!! No mames!! Siento como si me fuera a mear. Pero MAAAAAS RICOOOOO!!!!
Después supimos que había sido su primer orgasmo. En ese tiempo no teníamos idea de nada y solo lo asociábamos con otras experiencias más cotidianas.-No jodas!!!!
Esos Cabrones nada más me la meten y me dejan peor. Me dejan con ganas. Pero tu si me cumpliste. Era lo que quería. Desahogarme de la calentura qué traía.-AHORA TE TOCA A TI!!!.
Te voy a hacer todo lo que me pidas!!!!
Se volvió a voltear, pero esta vez se puso en cuatro patas. Yo casi me orino de ver su CULOTE dispuesto y caliente. Lo más delicioso que había visto a esa edad.
Pero todavía tenía ganas de seguir experimentando las fantasías de mis condiscípulos, así que me puse delante de su cara y le dije que la chupara No se animo.
Solo le dio unos besos y me dijo otra vez que ya se la metiera.
-Así me la meten esos Cabrones, pero nada más terminan y se van, siempre me dejan caliente.
Ya no me hice del rogar y me hinqué atrás de Ella con el pito a todo lo que daba.
-Te la quiero meter por atrás, le dije.
-Ahorita así síguele manito. La próxima te dejo hacer lo que quieras. El problema fue que empezó a hablar y ya no la callaba con nada. Lo cual hacía la experiencia doblemente excitante y lujuriosa.
La agarre fuerte de la cadera y mi verga se fue de un solo golpe hasta los huevos.
-Que rica la tienes. Ellos la tienen más grandota y gruesa. Pero todavía vas a dar el estirón. Te vas a poner más rico.
-Nunca habías cogido, ¿verdad?
Pues te juro que nunca había sentido tanto placer al hacerlo. Siento que me voy a mear otra vez.
Eso me tenía loco. Obvio ya había fantaseado con tenerla así cada que la veía, pero hacerlo realidad fue muchísimo, pero muchísimo mejor de lo que llegue a pensar. Por el momento era el dueño y señor de ese CULOTE de fantasía y lo estaba disfrutando como ninguna otra cosa en mi vida.
Metía y sacaba mi verga con la cabeza brillosa de lo empapado de nuestros jugos y nuestros movimientos y respiraciones se fueron sincronizando cada vez más y más rápido.
Nuevamente el temblor de sus piernas me anunció que se iba a mear otra vez y mientras paraba más su CULO, yo incrementaba la fuerza de las embestidas hasta llegar al desmayo.
En verdad pensé que la estaba meando y entendí lo que me estaba diciendo. También ella dijo «Me meo, me neo »
De alguna forma, todavía se me ocurrió estirar mi mano hasta su botoncito porque pensé que ella no podía terminar tan rápido como la primera vez hasta que le sobara la pepa.
Pero la reacción fue como darle con el fuete a una yegua salvaje.
Se abrió tanto de CULO y sacudía la cabeza de un lado a otro que pensé que le daba un ataque. Otra vez le tapé la boca con más fuerza porque gemía de forma incontrolable. Más que la primera vez.
Yo me vacié todo dentro de Ella y pensé que cuando sacara mi falo iba a escurrir toda la pipí. Pero me sorprendió ver todo blanquizco y pegajoso saliendo del coñito lampiño, rosado y aún palpitante!!!!
Se dejó caer en el piso agotada y yo me recosté en esas nalgotas de ensueño.
Ahí nos quedamos un rato hasta que nuestra respiración volvió a la normalidad.
Sin moverse me volvió a decir que nunca la habían dejado satisfecha y que siempre tenía que ir al baño a terminar lo que nuestros hermanos mayores iniciaban y no les importaba terminar.
Lo último que me dijo fue que ya no iba a coger con nadie más que conmigo, porque a mi si me importaba llevarla hasta el final.
Cosa que cumplimos hasta hacernos mayores.
Pero esa es otra historia
Woooooooow, qué delicia de relato!