Mi hermanito me ayuda con mamá
Una situación especial con mi hermanito dio paso a una relación muy intensa con mamá..
Mi hermanito me ayuda con mamá
Hola, este evento detonó la relación que mantengo con mi madre hasta ahora. Soy Javier y actualmente tengo 26 años y esto ocurrió hace mucho, a mis 16 años durante la secundaria. En aquel entonces era un chico más delgado, bastante flaco diría yo, y vivía junto con mi madre y mi hermanito de 5 años en un apartamento pequeño.
Mi madre se llama Ximena, durante mi adolescencia ella se veía bastante bien, me tuvo a los 18 y a mi hermano a los 29, lo que hizo que su cuerpo recuperara su atractivo en poco tiempo, es una mujer pequeña aproximadamente de 1,50 metros, una melena negra muy larga, pechos pequeños, un abdomen algo grande debido a los embarazos, y unas nalgas grandes y redondas.
Siempre ha sido bastante accesible, su carácter se ha mantenido jovial pesé a la separación de papá. Conmigo siempre ha sido muy amorosa y ha buscado la manera de hacerme sentir avergonzado, sea con palabras muy dulces o con actitudes de madre de telenovela.
Todo comenzó durante las vacaciones de verano, un sábado como de costumbre me levante porque mi hermanito Andrés se metía en mi cama a reírse y golpearme con alguno de sus juguetes.
Escuchaba a mamá caminar por el pasillo, ya en el marco de la puerta me dio los buenos días, y me pidió que me bañara pues quería lavar toda la ropa sucia. Entre bostezos le dije que me levantaría e iría a la ducha; acto seguido mi hermano se sacó la pijama y corrió al baño con la intención de ducharse conmigo. Mamá sonrió por ver a mi hermano desnudo y me pidió de favor que me duchara con él hasta que esté hecho el desayuno para aprovechar el tiempo.
Ya en la regadera hice todo por asear al pequeño, pero entre tener cuidado de que no le entre jabón a los ojos y las ganas de jugar en ese espacio tan reducido, termine por dejarlo sentado en una esquina mientras dejaba que el agua me remoje por completo.
Al poco rato escuche que mamá subía:
- Xavi ¿Ya puedo llevarme a Andy?
- Si ma.
De inmediato se abrió la puerta del baño y mi hermano movió la cortina dejándonos desnudos ante la vista de mamá. Por instinto me di la vuelta y le reclamé a Andrés. Mamá se reía mucho, se puso de rodillas, cobijo a mi hermano en la toalla, lo levanto y se lo llevo diciéndome:
- Xavi no hay nada que no haya visto.
Ese comentario era muy común en mi mamá, así que trate de ignorarlo y disfrutar del baño en paz. Estaba remojándome en el agua hirviendo de la regadera y me deje llevar, pensando en mis compañeras de la secundaria y que estarían haciendo durante estos días libres. Tuve una erección y dejé que mi sexo palpitara con la caída del agua.
Sin razón aparente, recordé que mamá se llevo la toalla y yo no tenia nada con que secarme y salir de la ducha, sin abrir los ojos le grite a mamá pidiéndole una toalla; estaba tan concentrado en mis pensamientos que olvide que la cortina se quedo abierta al igual que la puerta del baño.
- Mi Xavi ¿También quieres que te lleve cargando a la cama?
Su voz se escucho tan clara que volví en sí, abrí los ojos y vi a mi mama a pocos pasos de la ducha con la toalla doblada en su brazo y yo parado de perfil con tremenda erección.
- ¡Mamá no! Dame la toalla. – Lo dije mientras intentaba cubrirme con la cortina.
- Se ve que disfrutabas el baño mi Xavi. – Dijo mi mamá entre risas. – Aquí te la dejo.
Escuché a mamá salir del baño y al abrir la cortina vi la toalla en el gancho. Cerré el grifo y me seque con mucha pena, pues mamá me había visto con una erección y no quería hablar de eso durante el desayuno.
Sali del baño, me vestí y fui al comedor. Mamá estaba tranquila comiendo con Andrés, con la televisión encendida haciendo ruido. Tome asiento y mamá no hizo mención a lo ocurrido hace un par de minutos, comenzó a enumerar los quehaceres del día en los que estaba involucrado así que comenzamos a trabajar.
El día transcurrió con normalidad, hasta que pasado el almuerzo terminamos con todos los pendientes y fuimos a descansar en la cama de mamá. Encendí el televisor y alcancé una película de acción que estaba a la mitad, mientras que Andrés tenia algunos carros sobre la cama jugando con mamá.
- Mami me aprieta el pantalón – Dijo Andrés con un tono de fastidio.
- ¿Qué pasa mi amor? ¿Qué te molesta?
- ¡Aquí! ¡Me raspa! – Decía Andrés mientras se estiraba el pantalón desde la entrepierna.
- Sáquese el pantalón amorcito. – Respondió mamá
De forma rápida Andrés se saco los zapatos y de un tirón se sacó el pantalón y su interior, cosa que percibí de reojo hasta que escuché a mamá:
- ¡Amorcito! ¡Tienes una erección!
Esas palabras hicieron que pierda mi concentración e instintivamente la regrese a ver, ella estaba sentada en la cabecera de la cama y Andrés de pie frente a ella, levantando su camiseta con las manos.
- ¿Y qué es eso mami?
- Nada mi amor, se te pone duro el penecito.
Al momento, ella estiro su mano y lo puso sobre el pene de Andrés, sorprendentemente era cierto; su pene era del tamaño de un dedo meñique, estaba parado y con el glande aun cubierto por el prepucio.
- ¿Te duele mi amor? – Dijo mamá mientras sujetaba el pene de Andrés entre sus dedos pulgar e índice.
- No mami – Respondió Andrés entre risas.
Mamá deslizo sus dedos hasta el pequeño escroto, lo rasco hacia arriba con su dedo generando una risa de Andrés acompañando a la de ella.
- Amorcito, vaya al cuarto y póngase la pijama – Le ordeno mamá.
Andrés se bajo de la cama y corrió a su habitación a toda prisa, mientras tanto yo estaba algo aturdido, esa imagen me había impresionado tanto, la risa de mamá, la forma en la que lo acaricio; por un segundo quería que sea mi pene el que este en sus manos. ¡Me había excitado con mamá y mi hermano!
Mamá se inclinó en mi dirección buscando alcanzar la ropa de Andrés, tomo las pequeñas prendas y las dobló con rapidez:
- ¿Qué pasa mi Xavi? ¿Tú también tuviste una erección? – Dijo mamá con una sonrisa burlona.
- ¡¿Que?! Yo… no… – Respondí titubeando.
Absurdamente ignoraba la ropa que llevaba debido a los quehaceres, usaba unos pants deportivos y una camiseta sin mangas, y durante esa escena, mi pene se había puesto duro, marcando un bulto considerable en mi entrepierna, estirado y apuntando al elástico del pantalón.
- Pues yo estoy viendo tu penecito todo grueso – Asevero mamá con una amplia sonrisa.
- Mamá perdón, no caí en cuenta – Respondí con nervios.
- Tranquilo mi amor ¿Quieres que vea tu penecito?
Esas palabras me volaron la mente, me puse nervioso y mi pene en lugar de bajarse se puso aun más duro, y peor aún, no sabía que responder:
- Mi Xavi, muéstramelo.
Mamá se puso a gatas sobre la cama y se acercó un poco en dirección a mi pecho, tomo el elástico de mis pants y los bajo hasta que se sostuviera en mi escroto, presionando aun más mi sexo que ya de por si estaba duro y marcado por lo ajustado de mi bóxer.
Paso su dedo medio desde la base de mi sexo hasta la punta, donde la tela ya tenia una pequeña mancha de humedad por mi liquido preseminal; el dedo de mamá subió hasta mi ombligo y luego regreso hasta meterse en el elástico del bóxer, lo levanto y estiró hacia abajo liberando mi pene erecto.
No podía dejar de ver las manos ni la cabellera que cubría el rostro de mamá, mi pene estaba tendido y la hinchazón era más grande por la presión de la ropa detenida en mis testículos; mamá perfiló el grosor de mi pene con su pulgar e índice desplegando mi prepucio con lentitud.
- Mi Xavi que penecito tan grueso ¿Cuándo creciste tanto mi niño? – Dijo mamá mirando mi sexo.
- No se mamá… – Dije titubeando.
- Pues tendré que estar más pendiente de ti mi amor.
Mamá tomo mi sexo desde la base, y lo levanto con intención de apreciar su forma. En ese momento su cabello se movió y pude hacer contacto visual, uno bastante particular e hipnótico, tenía una sonrisa lasciva y junto con la fuerte sujeción de sus dedos, sentí un escalofrió en la cadera y unas ganas locas de eyacular.
De pronto los pasos de Andrés se sintieron cerca, y sin darme cuenta su cabeza estafa al filo de la cama teniendo la escena a su disposición:
- Mami, mi manito tiene el penecito duro.
- Si amorcito, tu hermanito también tiene una erección y lo estoy revisado.
- Y ya me puse la pijama. – Dijo Andrés mientras se subía a la cama.
- Ya amorcito.
Mamá apretó fuerte mi pene, me regalo una ultima sonrisa y acto seguido lo soltó para volver a jugar junto con Andrés; por mi parte me subí los pantalones y fingí volver a concentrarme en la película, pero la verdad es que mi mente estaba perdida, sentía una extrañeza y unas ganas locas de masturbarme, pero tenia miedo de levantarme y por lo pronto esa noche terminó ahí, conmigo cenando en esa cama y con un deseo descontrolado por mamá.
Continuara…
como sigue
Excitante y tiene morbo.