Mi hermanito se convirtio en mi putita 6
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
A la mañana siguiente desperte, su pequeño brazo sobre mi pecho, su cabello alborotado y su tranquila respiración, en ese momento me invadio una serie de sentimientos abrumadores, amor, lujuría, culpa, remordimiento. Hasta ese día cai en cuenta de lo que conllevaba esta relación, Manu y yo estariamos destinados a vivir un amor exclusivamente clandestino, eramos muy jóvenes para pensar en irnos, yo apenas estaba empezando la carrera y mi bebé estaba en pleno bachillerato.
Me levante, me bañe agarre la moto de uno de los morochos y me fui de allí, necesitaba aclarar mi mente, para ese entonces el único conocedor de mi secreto era Luis mi mejor amigo de la infancia, nos conociamos desde toda la vida pues mi madre y la suya eran muy amigas incluso cada una era madrina del hijo de la otra.
Luis me conocia mejor que nadie, nunca me crítico por esta relación, siempre me apoyo y fue la persona a la que siempre recurrí cuando necesitaba desahogarme, no les mentire mis nervios estaban a mil, aunque sin Manu mi vida no tenía sentido el temor de ser descubiertos era suficiente para no dormir durante varias noches, siempre planeando, cuadrando cada encuentro, era algo que desgastaba mucho mi mente.
-Siento que estoy a punto de un colapso, no puedo más Lucho. le comenté.
-Compa, no es que te joda pero tu solito te metiste en ese peo.
-No me lo tienes que recordar…
-Bueno y si es tanta la presión por qué no lo dejas?
-Estas loco! El es mío y ningun otro tiene derecho a tocarlo, lo mío es mío y no pienso compartirlo.
-Hombre me estas asustando estas perdiendo la cabeza por ese chamito, jamás te habia escuchado tan alterado.
-Y que quieres que haga?
-Vamonos a la playa!
-Tu si que estas mal compa, no tengo ropa, el celular lo deje en la casa…
-Llamas a los morochos les cuentas que te vas a perder unos días por ahí y todo resuelto, yo te presto ropa de todos modos somos casi de la misma altura.
Y así fue, ese día era Lunes y me perdí varios días con Lucho en la playa, jodimos, bebimos, celebramos, esos días tuve paz, cosa que hace mucho no tenía y aunque trataba de no pensar en Manuel mi mente constantemente lo recordaba, mi cuerpo lo pedia, tan solo recordar su cuerpecito era suficiente para calentarme.
El jueves regresamos a Barquisimeto, me tocaba enfrentar mi realidad nuevamente, llegue y Manu estaba sentado en el mueble al verme su rostro se iluminó con una sonrisa y vino corriendo a abrazarme, senti nuevamente el calor de su cuerpo, su ternura, su suave piel y su mirar tan penetrante, no necesitaba más al diablo todos los inconvenientes, esa sonrisita en su carita de ángel bastaba para borrar todos los problemas y sacar lo mejor de mí.
Él lo sabía, siempre lo supo desde ese primer instante, él era consciente de que me tenía en sus manos, por más que sucediese siempre regresaría e él, pues se había vuelto indispensable para mi, a un nivel casi obsesivo, nunca pensé caer en las redes de ese niño, ni de tal manera, al principio pensé en utilizarlo como mi zorra personal, solo para complacerme a nivel sexual, pero poco a poco se había instalado en mi corazón convirtiendose en el dueño absoluto de mi ser.
Era de tarde cuando llegué, pasamos el resto del día en familia, jugando monopolio, ja… A la espera de la tan anhelada noche, ya se me estaba haciendo costumbre el abstenerme de masturbaciones cuando no estaba con Manu, así lo disfrutariamos más.
Ya en la noche estabamos en el cuarto mirando la televisión y como muchas veces Manu tomo la iniciativa, se levanto le puso el seguro a la puerta y se dirigio hacia mí y con sus lindas manitas bajo mis shorts y boxers dejando al descubierto mi verga aún dormida, me sonrio picaramente y me guiño el ojo, y empezó a pajearme suavemente.
-Te extrañe mucho Ale.
-Y yo a ti bebé, ta necesitaba estar contigo, hacerte mío, escucharte gemir.
-Jajaja pero aqui tengo que hacerlo bajito!
-Jajaja es verdad pero ya el sábado estaremos en casa… ahhh que rico sigue así!
-Mmm… Te gusta?
-Ahhh me encanta quiero tu boquita comiendomela.
Manu no se aguanto más y se quito toda la ropa, se puso encima de mi y quedamos en la posición de 69, su lengua recorría toda mi verga, la lamia como una chupeta, masajeaba mis guevos en el proceso cosa que me enloquecía, se concentraba en mi cabeza, le daba lamidas circulares y jugaba con ella, meneaba mi polla o le daba pequeños golpecitos con su cara, mientras que yo le proporcionaba placer a su anito, ya extrañaba su sabor en mi boca.
Dirigi uno de mis dedos a la entrada de su anito que ya estaba bastante lubricado por mi saliva y se lo clave de una, Manu dio un pequeño saltito y volteo a verme con una cara de vicio que nunca olvidaré, esa mirada desperto mis instintos más salvajes, no pude resistir ni un segundo más necesitaba clavarmelo en ese momento, lo voltee y quedo con sus piernitas abiertas, dirigi mi verga a su entrada, con mis manos tome cada uno de sus brazos y los aprisione a la cama.
Mi boca devoraba la suya sin tiempos para pausas innecesarias, se la clave de una, sus gemidos eran ahogados por mi boca, la habitación olia a sexo, el sonido de nuestros cuerpos sonado con cada embestida que a cada momento aumentaban en fuerza y rapidez, solo eran acalladas por el ruido de la televisión, me detuve y lo mire a los ojos su carita llena de placer me acerque y le susurré al oido "Te amo, eres todo lo que necesito" y prosegui con la faena.
Coloque sus pies en mis hombros para penetrarlo más profundo, Manu tuvo que agarrar la almohada y mordela para evitar gemir fuertemente, finalemente terminamos en su posición favorita, el cabalgandome y yo masturbandolo, toda mi leche quedo en su interior y la suya en nuestros cuerpos, caimos exhaustos y nos dormimos abrazados.
Nos levantamos bien temprano y le dije "quieres bañarte conmigo?" Ya se imaginaran la respuesta, el cuarto tenia baño interno por lo cual no debiamos preocuparnos por nada, todavía no había salido el sol y mi familia no es muy madrugadora que digamos en tiempos de vacaciones.
Nos metimos a la regadera, era pequeña por lo cual nuestros cuerpos estaban muy juntos, tome el jabón y frote todo su cuerpecito, como se los dije para su edad era muy infantil, me causaba mucha ternura, fui lavando todas las partes de su cuerpo prestando mucha atención a su culito y a su penecito, los toque mucho para estimularlo, sus mejillas se estaban sonrojando, la excitación se veia en sus ojos, yo ya estaba duro como una piedra.
Con un poco de dificultad por el espacio, lo alce y lo pegue contra la parde, se quejo un poco porque estaba fría pero no era cosa del otro mundo, apunte mi verga a su ano y se dejo caer, sus piernas se entrelazaron a en mi pelvis y empecé a bombearlo, lo penetraba lentamente y retiraba mi verga para clavarsela de un solo golpe, era cuando sus gemidos eran más audibles por el espacio no pudimos cambiar mucho y preferi mantener esa posición ya que me era fácil cargarlo.
Me retire de su interior sin aun correrme, sabia que a mi bebé le encantaba tomarse su leche de su biberón favorito, se agacho, nuestros cuerpos mojados por el agua corriendo, era una escena muy excitante a decir verdad… En fin, Manu se dedico a darme una de sus mamadas y no tarde mucho en correrme. Se trago toda su leche y con mi ayuda el también acabo.
Nos terminamos de bañar y mientras esperabamos que los demás despertaran nos besabamos de una manera dulce, sin pretender ningun acto sexual, solo para complementar nuestros seres. Al rato mi tía desperto, y preguntó "Con que quieren sus arepitas" y mi bebé respondió "Tía yo la quiero con huevos salchichas y por supuesto con mi leche" en ese instante quede horrorizado Manu me devolvió una mirada fugaz en la cual me guiño el ojo, nadie se dio cuenta por suerte y así empezamos un nuevo día.
Hasta la próxima hermanos!
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