Mi hermanito se convirtio en mi putita 7

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Llego el sábado y mi viejo decidio que nos iriamos, en la tarde, salimos de la casa de mi tía y por lo visto llegariamos en la noche a nuestra casa, agarramos camino, Manu y yo nos sentamos en la parte trasera del carro, mientras mi viejo conducia, Manu jugaba con su ds y yo me puse los audifonos y cerre los ojos.

Al rato ya era de noche cuando senti una mano sobre mi paquete, abri los ojos mi bebé disimuladamente lo estaba tocando, lo vi a los ojos con una mirada de desaprovación y el simplemente me sonrio y siguio con el arriesgado juego, observe a mi viejo, estaba demasiado concentrado en la carretera y escuchando la radio como para darse cuenta lo que sucedia atrás.

Vigilaba al viejo constantemente, mientras mi dejaba hacer por el vicioso de mi hermanito, al poco ya tenia mi verga superdura, agradeci la ineficiencia del gobierno y como casi todas las luces del alumbrado público estan dañadas la escena era muy dificil de percibir, Manuel le dijo a nuestro padre que tenia frío y si podia utilizar una de las sábanas para arroparse como solo cargaba unos shorts y una franelilla el viejo no puso objeción, así Manu tomó una de las sábanas bastante gruesas que siempre utiliza como cobija y la coloco encima de nuestras piernas.

Como la cobija era bastante gruesa Manu llevo su manito dentro de mi short y saco mi verga, se dedico a pajearla suavemente mientras yo tratada de contenerme para que no nos descubrieran, me excitaba de sobremanera el morbo que conllevaba que me estuviese masturbando en las narices de nuestro padre, un viejo machista sin remedio.

Cuando ya estaba a punto de correrme se detuvo y me guiño el ojo, mire a nuestro alrededor ya casi estabamos en casa, con cuidado me guarde la verga nos estacionamos y me fui directo a mi cuarto a terminar lo que mi bebé habia empezado, "fue demasiado arriesgado" pense después de correrme.

A la mañana siguiente espere que el viejo se fuera como siempre, Manu se sento en mis piernas y comenzamos a besarnos apasionadamente.

-Eres un niño malo! exclamé
-Por qué papi?
-Porque me calentaste frente al viejo y me dejastes con las ganas.
-Ah por eso, yo no veo lo malo, solo queria jugar con tu verga, que es mía.
-Nooo bebé te equivocas, eso fue muy arriesgado, no se puede volver a repetir, pero te voy a tener que castigar.
-Mmm… Fui un niño muy malo… Es verdad papi me tienes que castigar.
-No te quejes después gatito!

Manu puso su mejor cara de vicioso solo como la de él no hay otra, no necesite de mucho más para darle con todo, ya estaba cansado de coger en silencio, teniamos la casa para nosotros dos, así que podia gemir y gritar todo lo que quisiera, cosa que me vuelve loco. Nos desvestimos y comenzo de nuevo la faena, fuimos directo a mi cama.

Lo puse en cuatro y se la deje ir de una, dio un pequeño gritito que me convirtio en una bestia, cada embestida era fuerte y profunda alternando entre metidas rápidas y lentas, añandiendole unas cuantas nalgadas para calentarme más, su suave culito vibraba con cada embestida y eso tenia como resultado sus gemidos a gran escala.

Lo voltee y quedo tendido bocarriba sobre la cama, toque su verguita en completo estado de erección y coloque la mía encima para que se acariciaran un rato, cosa que le gusta mucho, lo mire a sus ojos verdes y dirigi mi boca a la suya, era una pelea interna, nuestras lenguas iban a un ritmo casi frenético.

Coloque su pierna derecha en mi pecho y la izquierda la sujete a mi cadera, lo fui penetrando hasta que mis guevos tocaron fondo, mi bebé se dedicaba a gemir y entre suspiros decia "Ale te amo ahhh… Soy tuya ahhh… dame papi más duroooo" nuestros cuerpos estaban completamente sudados, su piel trigueña brillaba y su cabello estaba totalmente alborotado, me encantaba verlo así desecho por el placer.

Saque mi verga de su interior y me empece a pajear, solte toda mi leche en su abdomen, queria tenerlo así lleno de mí, me miro y lo termine de masturbar su verguita solto unos chorritos que cayeron sobre los míos. Nos reímos y cada quien se fue a bañar, lleve a Manu al liceo, en la universidad estaba un señor que vendia de esos collares de corazón que suelen usar las parejas, compre uno y le pedi tallar nuestras iniciales, me parecio un lindo detalle.

Cuando recogi a Manu del liceo le entrege el collar, su rostro se ilumino, nos besamos y se lo coloque, en parte un gesto de amor y en otra estaba marcando mi territorio para que supieran que no estaba disponible. Ese día el viejo salio temprano de la oficina y cenamos todos en familia, fue cuando me percate que mi bebé cargaba el collar con la mitad de un corazón y la letra "A" mi viejo también lo notó…

-Hijo y ese collar? pregunto mi viejo.
-Ah es que Manuel todavía no te a contado? En Barquisimeto conocio a una niña la hija de mi madrina Andreina y se hicieron noviecitos jajaja. interveni oportunamente.
-En serio Manuel? Exclamo mi padre emocionado y aliviado de pensar que su hijo si era "hombrecito"
-Si papá, Andy es un niña muy linda y dulce, me gusta mucho, quedamos en escribirnos y cuando pueda volvernos a ver! Dijo Manu siguiendo la corriente

En parte todo era medio cierto Manu y Andy se conocieron y entablaron amistad uno de esos días, en efecto se empezaron a escribir por el fb, obviando la parte del "noviazgo" claro esta jajaja, nos libramos de una esa noche, pero creo que fue lo mejor, así dejariamos de tener al viejo encima por lo de las tendencias de Manu, por mi parte también cargaba el collar pero de una manera discreta debajo de mi camisa, algo dificil de notar.

Era una de esas noches en las que me costaba conciliar el sueño, desde que mi madre habia enfermado de cancer las noches de sueño profundo desaparecieron, me acostumbre a dormir poco y si dormia eran muchas las veces en las que me despertaba, decidi hacer una de las cosas en las que me destaco dibujar anime japones, escuche mi puerta abrirse, ahi estaba Manu, se veia tan indefenso, a los trece todavía le temia profundamente a la oscuridad y solia tener pesadillas.

-Supongo que tuvistes una pesadilla (le dije mientras giraba mi silla del escritorio y el se dirigia a mis brazos en busca de alivio) Tranquilo bebé aqui estoy yo para cuidarte, siempre que me necesites te protegeré, porque te amo.
-Ale, gracias por estar en mi vida, no sabes cuanto te quiero, no te lo puedo explicar con palabras, pero eres el mejor hombre de este mundo, el mejor para mi, tu eres mi otra mitad (dijo mientras me miraba a los ojos y me beso delicadamente)

Su presencia siempre me causaba una mezcla de excitación y ternura, el que necesitara de mi era algo que me fascinaba, se habia creado una adoración mutua, se acosto en mi cama mientras yo terminaba de dibujar lo miraba y el me sonreia, apague la luz y me coloque encima de el apoyando mis rodillas a cada lado de su cuerpo, me dedique a besarlo, a acariciarlo, tocar cada parte de su ser, darle todo el placer posible.

Me acoste a su lado y seguimos besandonos, le quite su pantalon pero conserve su camisa de ositos su ropita infantil era un morbo completo para mi, recostado a mi lado como la primera vez tomo mi verga esta vez sin miedo, sus manitos subian y bajaban sobre mi miembro, sus ojos no dejaban de ver los mios, para mi un momento mágico, muy parecido a como todo empezó, le dedique una sonrisa y lo bese profundamente en los labios.

Se coloco de espaldas y mi verga quedo atrapada en su culito, parecia que estuviese repitiendo la escena, pero con un final diferente, se comenzo a mover haciendome enloquecer, dirigi mi verga a la entrada de su culito y lo penetre suavemente, inicio un mete y saca ritmico y mis manos se dedicaban a pajear su verguita, lo malo del momento contener los gemidos, del resto todo era perfecto.

Creo que fue la primera vez que nos corrimos al mismo tiempo, nos quedamos un rato en esa posición, le besaba el cuello y la espalda, lo tocaba lo hacia mío, ver en su cuello colgar el dije con mi letra me creaba satisfacción al saber que en ese momento nos amabamos, pero como todo lo bueno tiene su final lo mejor era que se fuera a su cuarto para pasar el resto de la noche, siendo eso lo más prudente.