Mi hermano mayor!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi padre iba a ir a visitar a los hijos y ver que tal llevaban el negocio, y como mi madre tenía que viajar a una convención médica, pues decidieron que fuese con mi padre y disfrutase de unas vacaciones en la playa. Hacía 8 años que yo ni iba a visitarlos.
Al llegar nos estaban esperando Simón y la madre, Josefa, la cual me abrazaba con cariño, mientras Simón abrazaba y besaba al padre, después cambiamos y Simón me cargó sobre el pecho y me dijo, "pero si ya eres una señorita hermanita, aquí te me vas a quemar todita". Yo también era blanquita y tenía el pelo rubio, aunque no era tan rubia como mi madre, y unos ojo verdes preciosos. Simón me atendía mucho, aunque intentaba disimularlo, había en su mirada algo que me hacía sentir cosquillitas en mi conchita.
Yo me quedaba en casa de Josefa, Simón era soltero y vivía con la madre, Félix era casado con dos niños, y mi padre se quedó en su casa, para evitar comentarios. Félix era quien se puede decir llevaba el negocio,era mas serio, y imón aunque trabajaba bien, era mas pasota.
Llegamos a la casa y Josefa se tenía que ir a trabajar, era enfermera y tenía el turno de tarde. Eran las 12, la comida estaba hecha, asi que Simón la calentó, la sirvió y no sentamos a comer los dos solos.
Empezó a preguntarme por los estudios, por los deportes, por mis amigas… y ahí comenzó a atacar con los secretitos y que si nos contabamos las cosas que hacíamos con los chicos. Yo le decía que no hacía nada con chicos, asi que no tenía nada que contar, el insistía, que yo era una chica muy linda para que los chicos no me atacaran, que no se creía que aún ningún chico hubiese tocado mi conchita… yo sabía que coqueteaba conmigo, y empezó a gustarme las cosas que me decía, me decía que una chochita blanca como la mía tenía que ser muy apetecible, que era imposible que mis amigos no me la hubiesen aunque fuese visto. Yo le decía que no me dijera esas cosas, y él me decía que era tarea del hermano mayor enseñar esas cosas de la vida a la hermanitas blanquitas como yo, porque los hombres de su color eran muy ardientes con las mujeres tan blanquitas como yo, que esa enseñanza era un ritual entre hermanos, y que siempre, durante siglos, estos matenían el secreto.
Yo no le creía nada, pero me hacía la loca porque mi hermanito ya me tenía húmeda. Terminamos de comer y nos sentamos a ver la tele,al ratito me levanté y me fuí a duchar, al salir del baño él aún estaba en el salón viendo la tele, yo tenía que cruzar por el pasillo para ir a mi habitación, iba con la toalla enrrollada al cuerpo, él me vió y me llamó, Andrea, ven aquí, yo me acerqué, él me dijo, te acuerdas de lo que te contaba en la mesa?, pues ahora es buen momento para empezar con las eneñanzas , a ver si me has mentido, porque yo con verlo sé si me has engañado y algún chico a estado en tu conchita. Yo le dije, díme que tengo que hacer entonces? Ponte un vestidito que vamos a dar un paseo.
Fui y me vestí con un trajito de gaza que se levantaba con el viento y era por debajo de la rodilla. Subimos en su auto y nos dirigimos a la playa, antes de llegar al destino nos paramos en un camino fuera de la carretera, mi hermano me dijo que me quitara la ropa interior, yo lo miré asombrada, pero me recordó lo del pacto entre hermanos, yo me quité las braguitas, él levantó mi vestido y miró mi conchita, con apenas una pelusilla rubia, me dijo que tenía que tocarme, que no me ahría daño era sólo por combrobar, metió un dedo entre mis labios y notó mi humedad, Vaya hermanita, en ti se puede confiar.
Pasó después su dedo por la naríz y después se lo chupó y me dijo, !estas de rica hermanita! Me giró en el asiento, me tumbó de espaldas con las piernas abiertas y metió su cara entre mis piernas, yo me dejaba hacer, me pasaba la lengua por todo mi chochito y me hacía cosquillas, su lengua juagaba con mi clitoris y yo comencé a jadear, aquello realmente me gustaba, metío su lengua en mi rajita y me penetró con ella, la metía y sacaba suavemente y yo movía mi pelvis intentando que me entrara mas, estaba a punto del orgasmo, esto era mejor que mis masturbaciones. Sacó su cabeza de mi sexo y me dijo, estas de vicio, nunca había probado una conchita tan rica, yo le pregunté que si había pasado la prueba, pero me dijo que me quedaban un par de pruebas mas. Arrancó y nos fuimos a un bar que estaba en la orilla de la playa, no habíacasi nadie en el bar, sólo un grupo de hombres negros en una de las mesas, mi hermano me llevó hasta esa mesa, y nos sentamos, eran unos amigo de él, eran 3, me presentó y me dijo, ellos son hermanos como yo, que siendo el mayor a tenido una hermana blanquita a la que enseñar, ya tienen experiencia y van a examinarte, deja hacerlos hermanitas… yo estaba a mil, aquella mamada a medias me había dejado super caliente, quería sentir mas bocas y manos en mi coño.
Uno empezó a subirme la falda del vestido y echó mi sillita para un lado hasta dejarme frenre a él, me dijo que me abriera de piernas y así lo hice, los demás se levantaron a mirar, me dijeron que me abriera yo mas con ayuda de las manos, y así lo hice, mostrando todo mi coño y casi el culo al completo, ellos decían que era bonito,tan rosadito, tan apetecible, que lo tenían que probar, me olvierona poner bien colocada en la mesa uno se dedicó a tocarme el chocito con mucha suavidad, y despues hizo lo que mi hermano, chuparse el dedo, volvió a meter toda su mano y se la chupo toda, hasta que mi hermano le dijo que ya estaba bien. No levantamos de la mesa y nos fuimos.
Otra vez en el camino se volvió a parar, me abrió de piernas y colocó como la otra vez y empezó a comerme el chocho con desesperación, me dijo, hermanita quieres seguir siendo virgen… vaya pregunta para lo caliente que estaba, le dije que no, que me hiciera el favor, siguió comiéndome hasta qu reventé en un orgasmo que me hizo chillar de placer, empezó a meter sus dedo en mi conchita, poco a poco, primero uno, después otro y los metió de golpe hasta el fondo, sntí un fuerte dolor,y traté de safarme pero siguió agarrandom y martilleandome con los dedos hasta que el dolor se transformó en divino placer, me corrí algunas veces mas en su boca y manos, después e sacó su enorme polla negra, me dijo como se la tenía que mamar, y ahí comencé yo a mamar mi primera polla, enorme que casi no me cabía en la boca, el me decía lo que tenía que hacer, como bajar su pliegue, como mover la lengua, estaba rica, caliente, y el disfrutaba como lo hacía yo cuando él me comía mi conchita, de repente me tumbó de nuevo, me abrió de piernas, se agarró el pollón y empezó a agitarlo pegado a mi sexo, y ahí dejando escapar un gemido profundo me llenó el vientre y los muslos de su semén.
No fuimos a casa y ya Josefa estaba ahí…
Así pasé 10 días de vacaciones, todos los días mi hermano tenía un huequito en su agenda para masturbarnos con pasión.
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