Mi hermano me encontró en un Tablero Dance
Esa noche era como cualquier otra, bailar y desnudarme para los depravados que asistían al Matehuala, un Table Dance de la Ciudad de Monterrey..
Mis bailes, según decían mis admiradores siempre estaban cargados de gran erotismo, por ello siempre solicitaban privados conmigo.
A pesar de que en ese lugar si se permite tener relaciones sexuales, yo no las hacia, no me apetecía coger con desconocidos, mis bailes eran tan sensuales que en ocasiones los hacia venir con tan solo frotar mis nalgas en su verga sobre el pantalón.
Con este trabajo, era como estaba juntando dinero para comprarme un coche, como les decía esa noche era como cualquier otra, recién terminaba de
hacer mi primera presentación cuando uno de los meseros me dijo que había un joven esperandome en un privado.
Pase al privado y ya cuando estaba ahí casi me voy de espaldas, no podía creerlo era mi hermano mayor quien había solicitado mis servicios.
Estaba apunto de salir corriendo cuando el me detuvo, me tomo del brazo y me alo hacia el, me miro a los ojos y me dijo, «Abigail, no te vayas, no te apures has de cuenta que soy un cliente como cualquier otro».
«Pero le conteste- Mario tu eres mi hermano, no puedo desnudarme para ti».
Con un ssssssssssssshhhh, me señaló que me callara, para tomar él la palabra, «Mira tengo mas de tres veces que he venido y te he visto bailar y desnudarte en la pista, pero hasta hoy he querido que me bailes y me permitas tocarte y cogerte como lo haces con otros clientes, no te preocupes te voy a pagar».
Sorprendida por sus palabras yo le conteste que no podía hacer eso que me daba vergüenza, y que además yo no tenia relaciones en los privados, solo hacia bailes.
El me dijo que estaba bien pero que quería tocarme toda mientras bailaba, no se que paso creo que la excitación estaba ganándome, así que le dije que estaba bien.
Mario estaba sentado en una silla y yo me coloque sobre sus piernas y comencé lentamente a bailar sobre de él.
Yo vestía una falda tipo colegiala, zapatos altos y medias negras, tenia puesta además una blusa sin botones, sujetada solamente por un nudo en sus extremos, me había hecho dos coletas en mi cabello, lo que hacia parecer una autentica niña de colegio con cara de lolita deseosa de ser poseída.
Mi hermano me tomo de la cintura y comenzó acariciarme, mientras yo bailaba eróticamente sobre él, sus manos subían y bajaban por mi espalda hasta mis nalgas.
No se lo que me estaba pasando, las caricias de mi hermano estaban haciendo que me calentara y desear que me siguiese tocando.
Ya encaminada en este espectáculo, acerque mi cara a la suya y lo bese, era la primera vez que besaba a un cliente, y más si este era mi hermano.
Nos besamos por un rato mientras él continuaba con sus caricias en mi espalda y trasero, me sujetaba con las dos manos por mis nalgas, me daba palmadas, lo que hacía crecer mi excitación aun más.
Me levante y gire mi cuerpo hasta darle la espalda, le puse mi culo en su cara el olio mi tanga, e incluso beso mis nalgas.
Descendí poco a poco sobre sus piernas, ahora dándole la espalda, sus manos que momentos antes acariciaron mis glúteos ahora tomaron con rudeza mis pechos.
Sus dedos pellizcaron con brusquedad mis pezones, con verdadera agilidad, Mario desabrocho mi blusa y tomo directamente mis tetas a su antojo.
Las sobaba, las apretaba mientras me mordía el hombro, yo ya había dejado de seguir el ritmo de la música y me había puesto a prácticamente a cabalgarlo.
Mientras mi hermano besaba mi cuello y tomaba mis senos con una mano la otra lentamente descendía hacia mi entre pierna.
Nunca en un baile privado había permitido que tocaran mi vagina y mucho menos que hurgarán en ella.
Los dedos de mi hermano habían logrado entrar fácilmente en mi vulva, esta estaba súper mojada el ser tocada como el lo hacía y más el morbo de que era mi hermano, quien tan solo me ganaba por dos años, era realmente caliente para mí.
Mi excitación era tanta que sin pensarlo más y ni aguantar más el ardor de mi cuerpo desabroche el pantalón de Mario y saque su verga, la dirigí a mi vagina y me la metí de una sola estocada.
Yo cabalgaba sobre el mientras me apretabas mis chiches, besaba y mordía mi cuello.
No podía hablar, ni el tampoco, solo lograba escuchas nuestros gemidos y jadeos entre cortados.
«Huuuuuuuff, huuuuuuuy, ahhhhaaaaah, hermanita, gracias por el regalito», me digo al oído mientras mordisqueaba el lóbulo de mi oreja derecha.
Gire lentamente mi cabeza hasta encontrarme con su boca y besar sus labios que me sabían a miel, prohibida.
Yo también le susurre entre jadeos, «mmmmmmmmm, aaaaaaaaaaaahhhh, desde ahora seré tuya, no es necesario que me pagues hermanito, ooooooohhhhhh, mmmmmmmmmmmm, mmmmmmm,».
Mi hermanos me volvió a besar y pidió que me girara para estar frente de él, me dijo que quería ver el momento en que nos veníamos al unísono.
Eso me excito de sobremanera que apresuro mi orgasmo, el tan solo imaginar como mi hermano se corría en mi interior era mucho para mí, así que cabalgándolo salvajemente y permitiendo que chupara mis delicados pezones me puse a punto de correrme.
Mis jadeos y gemidos anunciaban mi venida, «mmmmmmmmm mmmmmmm, aaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh hhhhhhhhhyyyyyyy yyy, mmmmmmmmmm mmmmmmmmmmm, ssiiiiiii, oooooooooooo ooooooommmmm mmmmmmmmmmmm, siiiiiiiiiiiiiii, aaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaa aaaaaahhhhhhhhhhh hhhh», gritaba mientras arqueaba mi cuerpo y contraía los músculos de mí vagina provocando en él un éxtasis mayor.
Era irremediable su eminente corrida en el interior de mi coño, la leche de mi hermano en lo mas profundo de mi vagina me provoco una serie de corrientes eléctricas que tensaron más mi cuerpo y casi hicieron que mi corazón se infartara por tan menuda cogida.
Me desplome sobre de él coloque mi cara en su hombro, estaba extasiada, había sido sensacional, era la primera vez que tenia sexo con un cliente del table dance, y lo más loco era que me había cogido mi hermano
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