Mi hermosa princesita! 4
Todo cambió cuando salió de la primaria.
MI PRINCESITA HERMOSA 4
Todo cambió cuando entro al secundario, tenía doce, recien cumplidos.
El verano antes de eso, mi mujer se habia ido a la costa con sus amigas por diez días.
Con Cami pasamos una verdadera luna de miel. A veces venía a la madrugada a mi cama, toda despeinada con carita de sueño, si tenía mi pija baja me la chupaba lo suficiente para que estuviera parada, y si la tenía parada solo se subía y cogíamos como los dioses, por ahí pasaban un par de horas y yo la buscaba, hubo días que tuvimos relaciones cuatro veces.
Yo tenía ojeras y se me notaba en el peso, era coger todos los días y todas las noches, a Cami también se le notaba en la cara.
El último viernes antes que mí mujer volviera (volvía el lunes) Compré pizzas y cervezas.
Se acabaron las 12 latas y fui a comprar dos packs más, creo que nos tomamos más de doce cada uno, Camila casi no podía hablar, se le trababan las palabras y le costaba caminar, yo estaba muy alegre y muy cachondo.
La miraba y veía a una nena de doce años, pero para mí era mi mujer en todo sentido.
No recuerdo bien lo que hicimos, vagamente recuerdo que le habia metido un salamín en la cotorra a la nena, que habíamos jugado a pasarnos el semen uno a otro en la boca, muchas veces, hasta que solo nos pasábamos saliva y en ese momento inventábamos otra cosa.
Recuerdo haberle orinado dentro de la vagina y que en algún momento ella orinó mientras yo le metía mi pija.
Al día siguiente la sala parecía campo de batalla, estuve un par de horas, para poner todo en orden.
Ese fin de semana, pasamos de ser amantes apasionados a ser simplemente, padre e hija.
El micro que traía a mi esposa llegó a las siete de la mañana, a eso de las 10 la llamé por teléfono preocupado por la tardanza, no respondía, insistí cada diez minutos hasta que un Huber se estacionó en la puerta, Salí y le ayudé con sus valijas, esperé que entrara para reclamarle lo de las llamadas, me dijo que se había quedado sin batería, pero pude leer que en su pantalla decía 75 porciento…Ella estaba rara, evasiva. Nunca tuvimos secretos, bueno, eso creo.
Ella sola buscó la oportunidad de hablar conmigo, en el dormitorio y ambos sentados en la cama…” Tengo que contarte algo, nunca nos hemos mentido y creo que ahora debemos ser realistas” La dejé hablar, con la mirada hacia el piso me preguntó si me acordaba del hijo de su mejor amiga, le dije que sí, era un chico que debía tener entre 14 y 15 años.
Me dijo que habia ido con ellos a la costa y se detuvo en el relato, le costaba contar lo sucedido.
Le pedí que no parara, que estaba dispuesto a escucharla, como siempre.
Primero le echó la culpa a un par de copas demás, pero despues fue reconociendo que era calentura, que desde que el nene era chico, ella sentía algo por él, que muchas veces se habia masturbado imaginando cosas con el chico.
Le pedí detalles, los necesitaba, me dijo que ella fue quien inició todo, que fue a su dormitorio y mientras dormía le chupo el pene y que eso llevo a más juegos y a la primera penetración, de las que hubo muchas (no supo decirme cuantas veces cogieron, pero fueron muchas)
Extrañamente no me enojaba su relato, al contrario, me calentaba, pero igualmente sentía celos.
De pronto se largó a llorar, la abracé y me dijo entre llantos al oído “Estoy enamorada, muy enamorada”
Si yo no hubiera pasado lo que pasé con Cami, no la habría podido entender, sin embargo, comprendía lo que le estaba pasando.
“Si querés que me vaya de casa lo voy a entender” me dijo secando sus lágrimas.
Me paré y le dije con mucha calma, que por nada del mundo se marchara, que podíamos arreglar la situación, ella interpreto que yo quería arreglar le matrimonio y me quería explicar que eso era imposible, pero la hice callar, que no se trataba de eso, que se trataba que ella fuera feliz sin que rompamos el matrimonio, sobre todo por Camila.
Tardó en comprender, pero cuando lo entendió me abrazó y rompió en llanto.
La seguí consolando hasta que se calmó, hablamos de otras cosas y tratamos de que todo sea más o menos normal.
A Cami no le dijimos nada, pero el tema que ella no quería compartir dormitorio conmigo y solo tenemos dos piezas, cualquier cambio sacaría a la luz que algo pasaba.
Por lo pronto seguimos así, como si no pasara nada, ella se pasaba mucho tiempo chateando con este chico que se llamaba Rubén.
Estaba muy nerviosa y finalmente me dijo por qué.
Quería estar con Rubén y no sabía cómo, le dije que yo la iba a ayudar.
Camila conocía al chico que algunas veces nos habia venido a visitar, debo decir que Cami con casi trece años era una hermosa mujercita del lado que la miraras.
Saqué el número del pibe del celular de mi mujer y mientras ésta estaba trabajando lo llamé, cuando supo quién era yo, se quedó en un absoluto silencio, pero le dije con voz muy serena que sabía lo que había pasado en la costa y que como yo tenía otra mujer, no me importaba la relación que tuvieran, pero que quería hablar con él personalmente para organizar las cosas.
Vendría en un par de horas a casa, aproveche para hablar con Cami.
Hablamos de nuestra relación, de que casi no pasaba nada o que ya no teníamos emoción en nuestras “locuras” que si ella estaba dispuesta yo quería buscar “una variante”.
Cuando le dije que lo que quería era verla tener sexo con un chico de su edad, me miró sorprendida, pero le gustó la idea.
Le pregunté si recordaba a Rubén y por su gesto, no solo se acordaba, sino que también le gustaba.
“Ponete bonita que está por venir le dije” ella se pasó la mano por su bombacha y riendo me dijo “Ya estoy mojadita pá”
El chico vino con muchísimo miedo, creo que pensaba que yo le iba a pegar, tardó como media hora en serenarse.
Cami entro al rato a la sala, estaba espectacular y muy sensual, tenía una minifalda que dejaba ver los cachetes de su cola y hasta parte del triangulito de adelante cuando caminaba.
Rubén literalmente se quedó con la boca abierta casi empezando a babear.
Los dejé hablando solos y preparé algo rápido para comer, pero podía escuchar sus conversaciones, eran muy superficiales casi ridículas, el chico estaba colorado como un tomate.
Cami me miró como preguntando que hacer, le hice seña con el puño de que lo masturbara.
Ella se encogió de hombros, corrió la silla de Rubén Y se arrodilló entre sus piernas, comenzando a desabrocharle el pantalón, el chico me miraba aterrado.
Sabía que así no se le iba a parar así que me fui a mi dormitorio, pero dejando la puerta apenas abierta para poder espiar.
Cami ya le habia sacado la pija afuera y se la comenzó a chupar, se le fue parando despacio y con sus manos trataba desesperadamente de tocar la conchita de mi hija.
Ella se paró, se dejó manosear, se besaron y finalmente lo tomó de la mano y se lo llevó a su pieza.
Lamentablemente ella cerró la puerta, de cualquier manera, conociéndola a Cami, sabía que haría muchas travesuras.
Escuchaba los gemidos de ella, pero también los de él, se sentía que disfrutaban. Cuando faltaba una hora aproximadamente para que mi mujer volviera del trabajo, les tuve que golpear la puerta, él salió a los minutos vistiéndose, Cami salió detrás de él totalmente desnuda, me hizo “ok” con la mano y se metió en mi baño, pude ver que le chorreaba semen por las piernas, ¡no se imaginan que caliente me puso eso!
Rubén estaba tan embelesado con lo ocurrido que ni notó que Cami paso a mi lado en pelotas.
Hablé con el chico, le dije que Cami no sabía nada de lo que pasó en la costa, que debíamos buscar una manera de ocultarlo o que se enterara de a poco.
Apenas si me escuchaba, estaba muy confundido, entonces Cami salió del baño pasó a nuestro lado le metió la lengua en la boca y siguió su camino.
Recien entonces se dio cuenta que estaba desnuda y yo la estaba viendo, no tengo ni idea que habrá pensado al respecto.
Tartamudeó y me dijo que Cami le gustaba, que nunca habia conocido una piba así, mientras me hablaba de sus virtudes vi que tenía la pija parada de nuevo.
Mi esposa entró y lo primero que vio fue a Rubén sentado y hablando conmigo.
Sus ojos querían adivinar cual era la situación, le dije que se tranquilizara que lo habia hecho venir para ver si podíamos combinar algún tipo de encuentro.
Rubén le esquivaba la mirada, no sabía cómo decirle, pero él prefería a Camila mil veces antes que a ella.
Cami salió esta vez vestida normalmente, saludó a su mamá y quedamos en silencio, era una situación incómoda, así que rompí el hielo invitando a Cami a comprar helados.
Cuando volvimos estaba Rubén solo en la sala, Mi esposa en el dormitorio, fui a verla y estaba llorando desconsoladamente, pregunté que le pasaba y me abrazo sin poder parar de llorar, le hice mimos, le dije algunas palabras de consuelo, ¡me dijo “! Decile por favor que se vaya!”
Lo único que supe de ella es que el pibe habia cortado la relación, por un lado, estaba feliz y había logrado mi propósito, pero por otro lado me hubiera encantado verlos coger.
Le dije: “No lo vamos a echar, tenés que aprender a convivir con esta nueva sensación.”
Aceptó de mala ganas, le dije que se lavara la cara y viniera al living.
Camila y Rubén hablaban como simples amigos, se quedó un rato y dijo que se tenía que ir.
Cami me hizo señas de que le ocurría a su mamá que tenía claros síntomas de haber llorado mucho, le hice señas que despues le contaría.
Mi mujer se despidió dándole un beso en la mejilla, con mucho esfuerzo.
Mas tarde le dije a Camí que su mamá estaba caliente con Rubén, no me podía creer.
Fui al dormitorio, ella estaba en el baño y seguía llorando, habia dejado el celular sobre la cama, lo abrí y busque imágenes, tenía muchas que se sacaron en la costa, me pase la que ella tenía la pija del pibe en la boca, otra entre sus tetas y una donde se la estaba metiendo por el culo.
Volvi donde estaba Cami y le mostré las fotos…Estaba furiosa repetía “Pero que puta de mierda, que pedazo de vieja puta”
La calmé diciéndole que nosotros hacíamos cosas peores, así que no tenía por qué escandalizarse.
Y se la agarró con el pibe “¡Este pedazo de mierda me acaba de coger!” “Yo le chupe la misma pija que le chupó mi madre, que hijo de puta!” “me voy a vengar”
“Yo sé cómo” le dije y le expliqué mi plan, que era muy sencillo, ella lo invitaba a tener sexo y cuando estuviera en eso, aparecía yo y hacíamos un trio… ¡La idea le gustó!
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