Mi hija de 10 años. tercera parte
Esta historia 100% real, sucedió un mes después de que ayudé a mi hija a masturbarse. .
Esta historia 100% real, sucedió un mes después de que ayudé a mi hija a masturbarse. Por nataliaorosco22
Ya había pasado casi un mes de ese primer contacto con mi hija, y debo reconocer contrariamente a lo que pensaba (que iba a perder autoridad, y que iba a mostrar indisciplinada), nuestra relación se fortaleció bastante, así que decidí actuar de manera gradual, es decir cómo había actuado mi tío conmigo cuando tenía nueve años. Como escribí arriba ya había pasado un mes, y a todo, esto debo decir que mi hija se había vuelto muy perceptiva a la práctica del sexo oral. Así que decidí dar otro pasó, mi esposo había tenido que salir ese viernes por razones de trabajo por lo que no regresaría por tres o cuatro días. Ese día después de retirar a las chicas de la escuela y comer en lo de mi suegra, mi hija más chica me pregunta si, podía quedarse con los abuelos hasta el domingo, bueno dije para luego ir a la casa para buscarle ropa, ya en el auto mi cabeza y mi morbo estaba a mil, por lo que decidí pasar a lo de mi ginecóloga para que me preste uno de sus juguetes, aquí debo aclarar que yo no tengo, ya que mi marido es bien dotado por lo que no me hace falta, pero en esa ocasión iba a necesitar uno. Ya de regreso a la casa de mis suegros le dejé la ropa y después de hacer tiempo hasta las 9 de la noche, emprendimos el regreso con mi hija Renee. Ya en nuestra casa, y después de asearnos cada una por separado, nos vestimos con ropa con ropa de cama, yo con babydoll blanco y ella con su pijama de verano, pantalón corto y una musculosa que dejaba ver su ombligo, para luego salir a la sala a ver videos. Nos sentamos en el sofá, yo apoyada en el apoya brazos y ella reclinada de espaldas sobre mí, entre mis piernas. No sé qué vimos, solo sé que la tenía abrazada por la cintura con mis manos sobre su vientre, donde mis dedos «inocentemente» comenzaron a jugar con su ombligo. Habían pasado como 10 minutos, cuando sentí como su respiración comenzaba a agitarse, me hice la estúpida y en tono suave pregunte ¿Estas bien? SI, respondió abriendo un poco sus piernas, al tiempo que las yemas de mis dedos continuaban jugando sobre su ombligo. De repente mi hija, aprovechando que la sala estaba a oscuras iluminada solo por la luz de la pantalla, deslizó su mano derecha por dentro de sus pantalones cortos, la mire, pudiendo observar como los tenues destellos de luz, me mostraba como un pequeño bulto se movía por debajo de sus pantalones. Lentamente mi mano, imitando su movimiento, bajo por su vientre hasta llegar a su lampiño y muy húmedo sexo. AHHH, AHHHH, gimo la pequeña, al sentir como uno de mis dedos acariciaba su clítoris. Mi hija volvió su rostro hacia mí, dejándome ver como de sus labios entreabiertos se escapaba un tembloroso e imperceptible AYYYY, MMAAA, para luego de unos segundos, girar su cuerpo hasta quedar de rodillas delante mío. Un destello de luz más prolongado nos encontró mirándonos a los ojos, al tiempo que la niña lamía sus labios, comprendí lo que le pasaba, que ella tome la iniciativa pensé, y así, sin decir nada ella acercó su boca a la mía para unirlas en un apasionado beso. Sus besos eran torpes e inexpertos, mi lengua que había entrado en su boca buscaba la suya insistentemente, su lengua rozó la mía, al tiempo que mis manos bajaban por su espalda hasta llegar a sus nalgas. La niña comenzó a imitarme, y tímidamente sus manos bajaron hasta mi redonda cola. Mis labios besaron su cuello, mi mano derecha deslizándose por su cintura se metió entre sus pantalones, donde las yemas de mis dedos acariciaron su sexo, para luego mi hija hacer lo mismo. Nuestros sexos, estaban calientes, húmedos, lentamente nos quitamos la ropa, mi mano acaricio su inexistente pecho, ella me imitó, un golpe eléctrico recorrió mi espalda al sentir como sus pequeños y finos dedos tocaban mis pezones. Mis labios se acercaron a los suyos, para luego bajar por su cuello hasta llegar a su pecho, donde rápidamente comencé a chupar y lamer sus pequeños y rosados pezones. Un gemido de placer se escapaba de su labios, seguí bajando, mi hija que parecía haber comprendido, sin decir nada, se recostó en el sofá y abrió sus piernas invitándome a «jugar» con su blanca y tierna palomita. AHHH, AYYY, MMAAA, AHHH, gemía al sentir como mi lengua recorría, por dentro y por fuera, cada centímetro de sus labios vaginales. Después de unos minutos, le tomé de la mano y sin decir nada nos dirigimos hacia la habitación, ya adentro nos besamos, para luego recostarse en la cama, mi hija dejo mis labios y bajando por mis pechos comenzó a lamer mis pezones, Mmmm, gemí al sentir como la punta de su pequeña lengua recorría circularmente mis aureolas. Siguió bajando hasta llegar a mi ombligo, lo beso para luego, mirarme como si me pidiera permiso, solo sonreí, entonces la punta de su lengua siguió bajando hasta llegar a mi vientre. Ayyy, ahhh, ayyy, exclamé al sentir como su lengua lamia la cicatriz de mi cesárea, como si quisiera abrirla. Con mi cuerpo ardiendo de deseo, puse mi pie derecho sobre su hombro y empujando con delicadeza, la bajé hasta que su boca quedó a la altura de mi conejo. Donde la pequeña acercando su boca a mis húmedos labios comenzó a chuparlos con torpeza e inexperiencia. Ayyy, ahhhhh, ahhhh, gemía, mientras me apoyaba en mis codos, para levantar mi torso y ver a mi hija, mi pequeña de 10 años, hacerme un cunnilingus. Ayyy, bebe, exclame y poniendo mis manos debajo de sus axilas la traje hacia mi donde, lamí su boca completamente mojada por mis fluidos vaginales. Nos besamos sentándonos en la cama, donde lentamente comencé a meter mis piernas entre las suyas, para luego hacerle una tijereta. AYYY, AHHH, AHH, MMAAA, gemía al sentir la fricción de los sexos, al tiempo que nuestros dedos acariciaban descaradamente nuestros clítoris. Después de unos minutos, la pequeña comenzó a frotar su pie derecho sobre la cama, mientras un agónico AHHHH, MMAAA, AYYY, se escapaba de sus labios, ya conocía cuando estaba por terminar, es hora pensé mientras separaba mi sexo del de ella, una mirada de frustración se clavó en mis ojos, le sonreí y en tono amoroso exclame; No aun no, para luego sacar un pañuelo de debajo de la almohada; PARA QUE ES? pregunto mirándolo. Ya vas a ver, ¿confía en mí?, comente. SI MAMI, dijo mi hija, para luego pasar a vendarle los ojos. AY, MAMI, exclamó al verse cegada con el pañuelo. Tranquila confía en mí, solo juega con tu botoncito exclamé poniendo su mano derecha sobre su clítoris, la niña obedeció. Yo que ya había preparado todo, saque el consolador doble, y después de lubricarlo abundantemente con un gel, que a veces usamos con mi marido para el sexo anal, acerque la punta del «juguete» venoso de aproximadamente 25 cm de largo por 4 de ancho, a su pequeña vagina, para comenzar a meterlo lenta muy lentamente. Un gemido de placer se escapó de sus labios al sentir como se introducía en su sexo. ¿Te duele? pregunte mirando sus labios. NO, MAMI, NO, dijo mordiéndose los labios. Comencé a masturbarla, AYY, MMAAMM, AYYY, exclamó con algo más de 5 centímetros dentro suyo. ¿Te gusta? pregunte sin detenerme. SII, QUUEEE ESSS, QUEE EESS, dijo dejando caer un hilo de baba de su boca. Shhh, solo disfruta bebe, comente metiendo un poco más. SIII, ESS, ESS, BLAANNDOO, PEROO TAMBIEN DUROO, ESSS, EESSS, HEERRRMOOSSOOO MAA, HEERRMMOOSSOO exclamaba, al tiempo que mi conejo ya se estaba comiendo la otra punta del consolador. Nos abrazamos, nuestros labios se encontraron, mientras comenzamos a movernos lentamente metiendo y sacando el juguete de nuestras vaginas. Le quité la venda, mi hija al verlo solo exclamó casi a gritos, AYY, MASS, AYY, MAAAMIII MAASS. Continuamos moviéndonos, mojando el rojo cubrecama con nuestros fluidos vaginales, que se escapaban con cada incestuosa embestida. Comenzamos a sudar, mi lengua se posó en su cuello y lamiendo probé lo salado de su piel, la abrace, mi boca que había mordido el lóbulo de su oreja subió hasta sus labios, la pequeña que estaba más desinhibida rápidamente metió su lengua en mi boca, aprovechando que el consolador era bastante flexible, y con cuidado y sin dejar que nuestro juguete se escape, la fui recostando en la cama, dejando a mi hija no solo debajo de mi cuerpo, sino también con sus piernitas abiertas. Lentamente y sin dejar de besarla comencé a moverme, haciendo que consolador entrara y saliera de su pequeña, blanca y virginal vagina. Su cuerpo húmedo por la transpiración temblaba como una hoja, instintivamente la niña comenzó a mover sus caderas en círculos y de atrás hacia adelante, haciendo que la parte que estaba incrustada en mi entrara y saliera de mi conejo, al tiempo que un coro de gemidos entrecortados se escapaban de nuestros labios, cubriendo de erotismo el ambiente. Los minutos pasaron, de repente los músculos de mi vagina comenzaron a contraerse, casi al mismo tiempo que mi hija comenzaba a frotar sus pies sobre la cama, estábamos por llegar al orgasmo, yo fui la primera, y sin poderme contener me descargue, mojando con mis fluidos todo su infantil sexo, para luego seguir ella que al grito de AYYY, DIIOOSS, AYYY, DDIIIOOSS, derramaba de un chorro su néctar sobre mi conejo. Nos quedamos quietas, con nuestra respiración agitada, nos miramos a los ojos, y sin decir nada dejamos escapar una risita de satisfacción, para luego besarnos apasionadamente, para luego bajarme de su cuerpo, mi conejo liberó el juguete, lentamente mi mano derecha comenzó a retirar el consolador de su blanca paloma, arrancándole un gemido casi imperceptible de los labios de mi hija. Me recosté a su lado, y después de abrazarla por la espalda pregunte; ¿Te gusto?. Mi hija tomó el consolador, y después de mirarlo con curiosidad respondió; SI, ME ENCANTO, para luego exclamar, TODO ESO ME ENTRO EN MI CUEVITA?. No solo una parte dije riendo. AHHH; AY, MAMI, Y ESO ES TUYO, preguntó en tono obsceno. No sabía que responder, mi hija me puso en jaque, no podía decirle que era de una amiga, no todavía, y sin darle importancia respondí; Mmm, Si, es mío. Así que como no quería que siga indagando, rápidamente pregunté; ¿Que sentiste?. AL PRINCIPIO COMO QUE ALGO ME ABRÍA, Y SE METIA DENTRO, DESPUES SENTI DE TODO, DE TODO, dijo tapándose la cara de vergüenza. No tengas vergüenza, es normal que hayas sentido placer, dije besando su cabello. No había pasado ni un minuto cuando en tono curioso pregunto; MA, ¿ALGUNA VEZ LO HICISTE CON UNA CHICA?. Otra vez en jaque pensé, y queriendo ganar tiempo pregunte ¿Porque?. NO SE, PARECE QUE SABIAS QUE HACER, dijo tomándome la mano. Ya está que podía pasar pensé, así que posando mis labios en su oído respondí; Mmm, si, una vez, mucho antes de conocer a tu papá, cuando ingrese al primer año de la facultad, en una fiesta estaba medio ebria, dije esperando su reacción. AHH, Y TE GUSTO? pregunto curiosa. No sé, creo que no, respondí mintiendo. Se dio vuelta y mirándome a los ojos comentó; NO SÉ, ME GUSTARÍA PROBAR. Así, con quién? exclame sorprendida. NO SÉ, ES UN SUPUESTO dijo riendo. La mire y en tono maternal exclame, Mira no te apures, para que te guste tiene que haber una conexión, sino no funciona. AH, BUENO, dijo dándome un beso para luego bostezar y quedarse dormida. La mire, la curiosidad invadió mi mente, cómo actuaría con otra mujer, de repente me di cuenta, que me gustaría verla, entonces se me ocurrió una idea morbosa ¿si la llevo a mi ginecóloga?. Bien, espero que les haya gustado, les recuerdo que esta historia como las demás son 100% reales. Saludos nataliaorosco22
Hermoso relato, una delicia y muy caliente, sigue esto está muy hot. Saludos.
Muy excitante , me encanta tu experiencia cuenta no nos deje a al espera… saludos. te sigo
Me prenden tus relatos.
Cielos! En verdad es real! Qué envidia! Qué rico! Excelente relato! Gracias por compartir!
Que rico relato gracias por compartir
Un relato simplemente genial, de principio a fin, leí las 3 partes de corrido, ya quiero leer la parte donde la llevas con la ginecóloga.