Mi hija el mejor juguete parte 2 Mi bebé es milagrosa
Ya no soporto las ganas de una verga, pero una visita me ayudará a calmar mis ansias y ayudará a mi bebé a practicar lo que ha aprendido..
Ya habían pasado un poco mas de tres semanas desde que mi esposo se había ido y ese tiempo lo aproveché para convertir a clarita en una nena obediente, no quería que mi marido se desgastara siquiera hablando cuando estaba con ella, así que le enseñé lo que tenía que hacer solo con gestos y frases cortas. Ya no tenía mas que enseñarle y tres semanas sin una verga era demasiado para mi, no me mal entiendan, me fascinaba estar con mi bebé, que me lamiera mi conchita y yo lamer la suya, verla gozar con mis vibradores sobre su pequeñita vulva, eso si, sin permitirle que los metiera, pues primero tendría que meterle la verga su papi e incluso era delicioso sentir como me masturbaba con su pequeña manita pero no era lo mismo sin una verga que me llenara por dentro de leche, esa sensación es espectacular.
Al rededor de las 10 me llamó mi esposo para pedirme que retirara 5000 pesos para pagarle a un amigo suyo un dinero que le debía, que pasaría esa misma tarde como a las 7 pm a recogerlo, esto no era nada raro, solían pasar a la casa a recoger encargos, pero esta vez sería especial, no sabía quien era quien vendría, pero algo era seguro, tenía una verga y eso era lo que necesitaba, hasta podría servirle a clarita para practicar. Fui a retirar el dinero y al regresar hice los pendientes de la casa como buena esposa, cuando se acercaba la hora de que nuestro invitado llegara me dispuse a ponernos bellas, yo me puse una blusa negra con un escote generoso, un short de mezclilla blanco muy pequeño y ajustado y unos tacones lindos mientras que para clarita elegí un lindo vestido de flores en un fondo negro, unos zapatitos cómodos y un moño rosa que combinaba con las flores del vestido.
Yo me encontraba en la sala leyendo una revista de espectáculos y clarita en su cuarto jugando con sus muñecas cuando sonó el timbre de la casa, dejé la revista intencionalmente en el piso y me dirigí a abrir
-Tu debes ser Emilio. -Le dije al mismo tiempo que le daba un beso en la mejilla, lento asegurándome de que pudiera oler mi perfume.
-Si, mucho Gusto, tu eres Lidia verdad.
-Vine por un dinero.
-Claro, pasa por favor y toma asiento voy por él
Sin dar tiempo a que respondiera me di la vuelta y caminando lento llegamos a la sala, en donde me incliné para recoger la revista asegurándome de que mi trasero quedara a la vista de mi invitado «Perdona el desorden» le dije como excusa para dirigir mi mirada hacia él y darme cuenta si me observaba y justamente así fue, su mirada de morbo estaba puesta en mi trasero, misma mirada que intentó disimular inmediatamente volteando al rededor «Para nada, la casa de mi amigo es muy linda y que decir de su esposa»
-Jaja gracias, que lindo
-Es un placer, así da gusto venir a cobrar… aunque seguro para ti no lo es tanto tener que recibir visitas.
-Al contrario, es un gusto.
-Bueno en ese caso le pediré que todos mis pagos los hagas tu para venir a verte.. eeh para venir a cobrar quise decir
-jajaja esta bien, será un placer para nosotras recibirte siempre que lo desees
-Nosotras?
-Si, Mi hija y yo.
-Cierto, la pequeña Clarita, tu marido no para de hablar de ella.
-Y de mi no? -dije poniendo una fingida cara triste-
-Si si, claro que también lo hace, pero nunca mencionó lo hermosa que eres, ahora lo envidio jaja. Daría lo que fuera por estar con una mujer tan bonita.
Aun estábamos de pie, así que me acerqué a el, lo jalé juguetonamente de la corbata «estas seguro? porque esos 5000 pesos me caerían genial para mis gustitos.» Inmediatamente entendió lo que yo insinuaba «cuales 5000 pesos?» respondió antes de plantarme un beso apasionado, con nuestras bocas ocupadas en un glorioso beso caminamos hasta tropezar y caer en el sillón.
-Con cuidado niña mala, nos podemos lastimar.
-Lo siento bebé, tendrás que castigarme.
me acomodé para quedar sobre sus piernas y el pudiera darme unas nalgadas, Emilio aprovechó antes de darme mi lección para acariciar mis piernas, lentamente hasta llegar a mi trasero, el cual apretó antes de dar la primer nalgada, despacio pero con firmeza en mi nalga derecha haciendo temblar mi nalga izquierda en repetidas ocasiones, subiendo la intensidad un poco cada vez, tras cada golpe yo soltaba un gemidito de placer. Emilio tomó mi cuello con fuerza «aprendiste la lección»
-Si señor, déjeme compensar mi error.
-Tendrás que esforzarte, no soy fácil de convencer.
me puse entre sus piernas para poder sacar su pantalón y ropa interior, pero mi sorpresa fue que su pene aún estaba flácido «Uy bebé, creo que aun no te motivas lo suficente». Pude ver su cara de vergüenza y como se iba poniendo roja, eso me puso mas caliente por algún motivo, me senté sobre sus piernas frente a frente para seguir con una sesión de besos que no fue suficiente para despertar a su amiguito, sin dudarlo me quité la blusa y puse mis pechos en su cara, para que los lamiera. Uff que delicia lo que hacía, los tocaba de forma firme con sus manos y con su boca turnaba entre richas chupadas y pequeños mordiscos que ya me tenían en la gloria, pero lo que yo necesitaba era una buena verga, que ya estaría como piedra supuse.
-Qué? aún nada? -Dije con una cara de evidente decepción que Emilio notó-
-Ah, emm, lo siento, mejor me voy, olvida los 5000
-No hermoso, tu no te vas hasta que me cumplas.
-Nunca me había pasado te lo juro, me siento fatal.
-Es que no te gusto lo suficiente?
-Nooo, para nada, eres hermosa, no sé que me pasó, en verdad creo que lo mejor es irme.
-Quedate justo así como estás.
«Clara, amor baja por favor» grité sentada a los pies de Emilio, inmediatamente él trató de subirse los pantalones, cosa que por supuesto no dejé que hiciera «pero tu hija nos verá».
-Que pasa mami – Respondió Clarita que ya estaba bajando las escaleras-
-Ven saluda a nuestro invitado, se llama Emilio y es nuestro amigo.
-Claro que sí mami ya voy.
Corrió y al llegar junto a nosotros se detuvo en seco, la escena obviamente no la esperaba, yo sentada en el piso sin blusa y nuestro invitado sentado en el sillon con los pantalones abajo tapándose su pene con ambas manos y con la cara roja como tomate
-No te quedes ahí, dale la mano a Emilio.
-Hola Emilio, mucho gusto, soy Clarita.
-Mu.. mucho gusto Clarita, eres una niña muy educada.
-Gracias
Yo me senté justo a la izquierda de Emilio «Educada, obediente y hermosa» dije mientras me acomodaba, Clarita seguía sujetando la mano de Emilio mientras sin discreción trataba de ver lo que la otra mano ocultaba «Clarita» dije para llamar su atención, cuando volteó a verme saqué la lengua y la moví en el aire, ella como buena perrita entrenada entendió lo que significaba. Inmediatamente se le dibujó una sonrisa y se lanzó sobre mi y comenzó a besarme, ya era toda una putita experta, metía su lengua en mi boca para jugar con la mía y sus pequeñas manitas atrapaban con fuerza mi cabeza para que no escapara de sus besos. Emilio observaba absorto la escena de incesto madre e hija mientras con la mano derecha acariciaba su pene que aun no despertaba. Tomé esa mano y la puse en las nalguitas de Clara por debajo del vestido.
-Recuerdas todo lo que mami te enseñó verdad?
-Si mami, recuerdo todo como buena niña.
-Excelente, porque Emilio nos ayudará a practicar- Al mismo tiempo dirigí una mirada llena de lujuria a Emilio, quien solo asintió con la cabeza.
Me acerqué a su oído y dije «Chasquea los dedos 3 veces» Emilio me miró desconcertado, sin saber que esperar obedeció y lo hizo, apenas terminó de hacerlo y clarita ya se había bajado de mi regazo para acomodarse entre las piernas de Emilio y comenzó a intentar masturbar ese pene flácido que parecía que nunca iba a ponerse duro. «Ahora dale una cachetadita a Clarita, pero solo jugando» Emilio obediente lo hizo y clarita siguiendo la orden que él sin saber le acababa de dar, levantó con su manita el pene para dejar descubiertos los huevos y proceder a lamerlos… Fue como ver un milagro, apenas la punta de la lengua de Clarita tocó las bolas de Emilio, su pene se puso duro, no puedo explicar lo excitante que fue ver la mano de mi pequeña abriéndose por la fuerza de ese pene que iba creciendo.
-Ha revivido el muerto -Dije de forma sarcástica-
-Tu hija es milagrosa -Respondió Emilio con la voz entrecortada y los ojos cerrados.
-Y aún no has visto todo.
-Clarita, «Toda»
Al escuchar aquella palabra, mi bebita obediente hizo lo que tenía que hacer, metió toda la verga de nuestro invitado en su boca… o al menos lo intentó porque era muy grande para ella jaja. Emilio soltó un gemido de placer y puso las manos en la cabeza de clarita, de forma muy tierna, sin empujarla, solo acompañaba el movimiento que ella ya había aprendido a hacer con mis dildos. «Aplaude dos veces» Le dije al oído a Emilio, aquella mirada de desconcierto que tenía antes de la primera indicación se había ido y había sido reemplazada por una mirada de morbo y expectación, por lo que pronto obedeció, mi perrita entrenada se levantó de inmediato y se quitó el vestido, los zapatitos y los calzoncitos.
-También el moño mami?
-No lo sé, pregúntale a Emilio.
-También el moño Emilio?
-No – repuse yo de inmediato- Así no se le dice cuando estamos jugando recuerdas.
-Cierto mami, perdón… También el moño amo?
Emilio sonrió con lujuria al escuchar aquellas palabras «No clarita, con el moño está bien»… «No es Clarita cuando jugamos, es putita» dije inmediatamente
-Perdón, Déjate el moñito putita.
-Muy bien amo.
-Ahora ven.
Al tiempo que pronunciaba estas palabras, Emilio sacó su lengua y la movió en el aire tal como me vio hacerlo a mi hace unos minutos. Clarita se sentó sobre él, con las piernas rodeando su cintura y comenzó a besarlo apasionadamente. Emilio acomodó su pene entre las nalgas de Clarita mientras seguían besándose, yo estaba fascinada viendo a mi bebé como gozaba con la sesión de besos y con esa verga entre sus nalgas que Emilio movía con su mano para sobar ese anito pequeño.
Me desnudé por completo y desplegué el otro sofá para convertirlo en cama, me recosté con las piernas abiertas y dije «Putita, mi cara es tu silla» Clarita dejó de besar a Emilio y corrió para sentarse sobre mi cara
-Pero así no Putita, volteando para allá, para que puedas seguir jugando con tu amo mientras me la mete.
-Si mami… ven amo, sígueme dando besitos.
Emilio obedeció y comenzó a penetrarme mientras yo lamía la conchita de mi bebé, al mismo tiempo que besaba a clarita, pasaron así cerca de 15 minutos hasta que Emilio llegó a su límite
-aaahhh, me voy a venir, dejo mi lechita adentro de mi.
-Soy tu puta papi, dame tu leche. -Dijo Clarita abriendo la boca y sacando la lengua-
Pude notar que esas palabras fueron un extasis para Emilio que se corrió de inmediato dentro de mi, no pudo evitarlo, sin embargo, sacó su verga aún con leche escurriendo y lo puso en la boquita de mi bebé quien se tragó toda su lechita.
Nos vestimos, antes de irse Emilio sacó dos billetes de 500 pesos y se los dio a Clarita «esto es por lo obediente que eres». Nos limpiamos y le pedimos a Emilio que nos tomara una fotito para mandársela a mi esposo en dónde clarita y yo nos dabamos un inocente piquito… aún tengo esa foto y me encantaría compartirla con ustedes.
Maravilloso relato, ojalá ver esa linda foto madre e hija
Que hermoso relato, estaria increible ver la foto y espero gustosa la siguiente parte.