Mi hija Marcela y Yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tengo 42 años un hijo de 10 años, otro de 12 años y una hija de 17 años se llama Marcela y es una rubia divina. Desde los 6 años hace ballet por lo que tiene unas piernas tremendas un culo divino y un par de melones preciosos. A partir de los 10 años desarrollo un cuerpo tremendo, como el de la madre y alguna que otra vez me hice la paja pensando en ella.
Hace dos veranos atrás entré a su dormitorio, la encuentro dormida boca abajo y destapada. Estaba sin sutiene y de tanguita roja. Su tetas se salían a los lados de su cuerpo tal si fuesen dos globos aplastados. Su cuerpo bronceado por que hacia una semana habíamos regresado de la playa. Cuando veo todo eso casi se me para el corazón. La verga se me paró y no me importo que sea mi hija. Con las pulsaciones a mil me acerque a mirar los labios de su choncita que salían a los lados de la tanga. Me quede un par de minutos mirándola y tocándome la verga, controlando que mi mujer no entrara. En eso escucho mi mujer y me salgo del dormitorio derecho al baño a terminar la paja.
Por favor, sabia que mi hija estaba buena pero no tanto así. Luego de ese día ya la empece a ver diferente. Buscaba la oportunidad cuando mi mujer no estaba para mirarla por detrás.
Al poco tiempo mi mujer se reintegra de la licencia al trabajo y a las 8 ya se va de casa. Ese mismo día a las 9 de la mañana entro de nuevo al dormitorio de mi Marcela estaba igual que la vez anterior de manguita, pero acostada de lado. Las sabanas en el suelo, todo el pelo despeinado. Me acerco sigilosamente ya con la verga como un fierro, el corazón se me salia por la boca y las piernas me temblaban. Cuando llego a medio metro de la cama y veo toda esa empanada pelo la verga y me empiezo a pajear. Luego de un momento por mis suspiros ella se despierta. Entre dormida se da la vuelta y me llega a ver con la verga en la mano… No sabia donde meterme, ella me quedo mirando un par se segundos y luego se tapo las tetas con la almohada y siguió durmiendo. Salí del dormitorio asustado agarrándome la cabeza, por la cagada que me mande. Si le contaba a la madre no se que haría.
Toda esa semana casi no nos hablamos con Marcela. Pero me di cuenta que no le había contado ni le iba a contar a mi mujer. Dije safe, pero con Marcela no sabia cuando libamos a hablarnos de nuevo. Las semanas fueron pasando y a mi me seguía excitando verla en short por la casa, creo que ella sabia lo estaba pasando. Cada día se ponía ropa mas provocativa y me miraba diferente.
Las cosas fueron sucediendo hasta que una mañana como cualquiera mis hijos no estaban en casa y mi mujer ya se había ido al trabajo. Eran las 9 de la mañana aprox, me levante, fui al baño a lavarme la cara y dientes. Cuando salgo noto la puerta del cuarto de Marcela abierta. Se me pudrió el bocho y ente otra vez. Por Dios, la veo boca a bajo semitapada con toda la cola de afuera luciendo una tanguita blanca. Con la verga dura y el corazón por salirme por la boca me acerco. Pelo mi verga y me empiezo a pajear despacito. Noto al rato que mi hija empieza a respirar mas fuerte y la tanguita estaba mojanda. Me inclino un poco mas y veo que tenia una mano dentro de la tanguita… Se estaba haciendo la dormida y se estaba tocando también. Me di cuanta que esta vez ella lo había armado todo. La mezcla de miedo y excitación que yo tenia es inexplicable. Fue lo mas hermoso que me paso en mi vida.
Yo seguí pajeandome y ella también. La colita bien levantada, sus pendejos y tanguita empapados, me hicieron perder la cabeza, ya nada me importaba así que me recargue sobre la cama, le corrí la tanguita ella permaneció inmóvil y le compense a pincelar mi verga entre los labios de su conchita. Estoy así un par de minutos hasta que no aguanto mas y se la meto toda para adentro. En ese momento da un grito de placer, deja de hacerse la dormida y se pone en 4 patas. Era evidente que mi nena no era virgen y eso me excito mas aun. La comienzo a bombear con amor y rudeza, hasta que se acaba 2 o 3 veces, de su concha corría agua como si se estuviera meando. Le manoseo las tetas de miel que tiene y le beso su espalda. Ella ya esta gozando como loca, y dice por fin, por fin….ella lo deseaba de hace tiempo tanto como yo. Sigo bombeando hasta que me agarro de su pelo largo y me acabo como nunca en la concha de mi hija. Fue alucinante, increíble. Nos quedamos asi un par de minutos sin hablarnos hasta que ella se dio la vuelta y nos besamos. Es hermosa y solo mirarle la carita me excita. Luego empieza a chuparme la pija hasta que nuevamente queda como un fierro. La pongo en 4 patas e intento metersela por el culo pero no se pudo. -Me duele me dijo. Así que se la mande en la concha de nuevo y al poquito rato acabamos juntos los dos.
Luego nos paramos y le dije: Esto sera un secreto de por vida Marce, me siento muy apenado y el peor padre del mundo, pero no lo pude evitar.
Ella me dijo: Yo también me siento algo mal pa´ pero hace tiempo me vienen pasando cosas con vos y cuando te vi en mi cuarto la otra vez supe que a los dos nos pasaba lo mismo. Somos culpables los dos, pero yo ya no soy una niña.
Desde esa mañana nuestra relación con mi hija es de amantes y cogemos cada vez que se puede en casa o en hotel. La quiero mucho y le deseo lo mejor. Se que ella en algún momento va a seguir su vida y casar pero mientras tantos seguiremos siendo amantes.
Mario de Uruguay
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