Mi hija, mi esclava (segunda parte)
Ahora que sé que te gusta ser follada por animales lo vas a hacer todos los días..
Su padre estaba contenta de verla. El perro se había entusiasmado de sobremanera dejando los fluidos dentro de su pequeña hijita… Tan dulce, y tan zorra al mismo tiempo.
Él se había empalmado, definitivamente. Ahora iban a subir al segundo nivel de perversiones.
-Así que esto es lo que haces cuando yo no estoy… Veo que eres más viciosa de lo que creía.
Con destreza (porque sabía lo que era quedarse abotonado a un animal, y por ende sabía como desanudarse) la soltó del pene del perro que la estaba montando y la penetró sin demora, alzándola y estrechándola en sus brazos. Sin mediar palabra y unidos por el pene se fueron a bañar juntos, y sólo ahí se despegaron.
Del coño de su pequeña salían toda clase de fluidos que su padre lamió para lavarla, como siempre hacía. Y no fue hasta que estuvo limpia que él volvió a follarla con extrema dureza, dejándole una vagina rubicunda e inflamada, llena de su semen a rabiar.
Cuando ella quería gemir, él le daba una bofetada.
-Ahora no te mereces gozar. Esto es para mí. Ya no vamos a hacer el amor como siempre, veo que te gusta un trato más rudo.
La cara le había quedado roja y un tanto inflamada por los golpes de su padre, y así se fueron a dormir.
A la mañana siguiente, después del desayuno, su padre la dejó en el potro de la mesa, y fue a recibir a alguien a quien él saludó de un beso en la boca con mucho placer: El sacerdote que los había casado. El padre se acercó a la mesa y la obligó a abrir la boca.
-Vamos… Saluda. Dale un beso como debe ser.
El cura se acercó y la besó de la misma manera que había besado a su padre, metiéndole la lengua sin reparo. Luego, la bajó del potro para examinarla. Le tocó los pechitos y los pezones, jugando con ellos un momento. La sentó en la mesada y le metió dos dedos en sus agujeros, vagina y ano, para supervisarlos.
-La vagina está entrenada, pero el ano tiene algo de resistencia. Si la quieres prostituir vas a tener que hacerla más elástica, eso se puede arreglar. Pero tu me dijiste que querías preñarla primero.
-Así es. Quiero garantizarme que me de una hija.
-Es un tanto joven todavía, pero si la estimulas lo suficiente deberías poder embarazarla rápido. Nosotros lo hicimos en el convento. Muchas de mis hijas todavía juegan conmigo, y me dieron nietas muy rápido también… Verlas con sus pancitas jugando en el patio es encantador… Ahora ni siquiera les damos uniformes, son unas salvajes que adoran andar desnudas. ¿Te acuerdas de tu estancia allí?
-Demasiado. Me acuerdo de cuando nos duchaban… Cuanto placer me diste… Tu y tus colegas. Una vez me abrieron tanto el culo que me quedé inconsciente, ¿Cuántos fueron esa vez?
-20. Cuando perdiste el sentido te pusimos en un potro como el que tienes aquí y te íbamos repitiendo. Ese culito siempre estaba tan estrecho… Los demás se estiraban rápido pero tu siempre pedías más. Luego no podías dejar de follarte a las ovejas que creímos que te ibas a pescar algo.
Ambos rieron recordando los eróticos momentos y luego miraron a la hija de él.
-Bueno… Resulta que eso viene de familia. Me encontré a mi hija follándose al perro. Y por lo que vi también al caballo. Ahora va a tener la obligación de grabarse a diario montándose a los animales que tanto le gustan. Pero primero, quiero hacer una doble.
El padre alzó a su hija y la volvió a acomodar en su verga, y ella soltó su gemido de placer agudo que empalmó por completo al sacerdote que los había casado.
Sin demora él apuntó hacia su ano, una de sus obsesiones era follarse los culos con mucha fuerza. Su pene entró con algo de resistencia, y la princesa de papi se sonrojó, pidiendo que se lo quitara.
-No quiero, es mucho pene para mí.
-Acostúmbrate, porque te vamos a usar todos los agujeros así a diario.
Ella comenzó a gemir porque sentía como si la estuvieran partiendo en dos. Dentro de sí, podía sentir como se frotaban ambos penes sólo separados por una frágil membrana. Sentía que en cualquier momento esa división se rompería y los penes comenzarían a tocarse entre ellos, como si ella fuera sólo una cosa que estaban usando para darse placer.
Mientras salían y entraban de ella se besaban, y la besaban a ella. Ella nunca había visto a su papi besar a otra persona que no fuera a ella.
Cuando le acabaron el semen salpicó por todas partes, porque las ganas eran muchas y el éxtasis demasiado fuerte. La hija se quedó acostada en la mesa con el semen chorreando mientras el cura le tomaba fotografías a su vagina. Ella posaba sensual entreabriendo la boca con la lengua afuera.
No fue cuestión de tiempo que ella tuvo su primera menstruación después de esa brutal follada. Sus pechitos le comenzaron a crecer y su padre se obsesionó con preñarla. Quería verla parir a toda costa. Por fortuna, sus deseos fueron realidad.
Muy buen relato…, aunque quizás peque de salvaje…, por el tema zoo, digo. Pero, sigue…
Alto morbo, desde tu niñez a la putita de tu hija, continua, muy bueno👍
Excelente relato me encanto ¿Abra 3ra parte ? Me gustaría saber si la bebe que nasca también va ser follada atan prematura edad seria increíble
Menos el embarazo
Me gustó