Mi hija… Mi historia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi historia.
está es mi verdad y sólo mi verdad.
con la que luchó día a día.
porque se supone que un padre debe de proteger y cuidar a sus hijos.
en mi caso, además de hacerlo, siento deseo sexual por ella.
No se bien como comenzó pero recuerdo la primera vez que mire como mujer a mi hija.
Y hoy quiero compartirlo con ustedes.
Mi primer recuerdo de un incesto se remonta a cuando tenía 14 años, hoy tengo 28, con una prima de 9 años, fueron algunos encuentros donde los besos de lengua, el tocamiento a sus nacientes pechos pero sobretodo el hundir mis dedos en su vagina suave, gordita, limpia.
me hicieron esclavo de un placer prohibido e ilegal.
las menores.
En esos encuentros que no iban más alla de besarnos y explorarnos, experimente por primera vez la sensación de unas manos tersas ajenas en mi pene y testículos, las cuales me hicieron eyacular por primera vez o sentir como se iban mojando mis dedos y las paredes vaginales de mi prima hasta generar un orgasmo cuando introducía dos dedos en su estrecha vagina.
Estos encuentros terminaron un año más tarde cuando a ella le llegó el periodo y yo perdí la atraccion por su cuerpo que pasaba de niña a mujer.
Así pasaron 4 años hasta que conocí a mi esposa, yo tenía 18 y ella apenas 14.
a pesar de que viene de una educación altamente religiosa y de profesar la religión cristiana, fue fácil enamorarla y al mes tomar su virginidad.
al tercer mes de salir y de vivir aventuras sexuales increíbles, como masturbarnos mutuamente en el trasporte publico y despertar todo ese morbo y deseo sexual que su educación reprimio, quedamos embarazados.
Fuimos obligados a casarnos y vivir juntos, no fue fácil pero logramos salir adelante.
Descubrimos y experimentabamos nuestra sexualidad de muchas maneras, aunque solo entre nosotros, su ano fue mio, su boca, y aunque a ella no le gusta hacer oral, ha aprendido a disfrutarlo en ella a tal grado de que se ha venido en mi boca.
Si pudieran ver cuanto se moja y lo fácil que es editarla.
Pasaron los años y llegamos al punto sin retorno: Mi hija, había cumplido seis años, siempre la había visto como una nena regordeta hermosa que llamaba mucho la atención pero nada más, hasta ese viaje a Huatulco -Playa Mexicana- que hicimos para celebrarla.
Al llegar nos topamos con la sorpresa de que nuestra habitación sólo tenía una cama matrimonial, era temporada alta, pero no nos importó.
Mi esposa y yo llevábamos un par de semanas sin tener sexo, estábamos que ardiamos y nos dijimos que ya encontraríamos oportunidad.
Paso el día, la niña en la playa y en las albercas del hotel con su bikini rosa y su cabello en cola de caballo.
Al llegar la noche le pusimos un camisón ligero para dormir y su ropa interior.
La acostamos y mi esposa y yo salimos al balcón a beber algo y a platicar.
Pasaron un par de horas entre cachondeos, besos y tocamientos hasta que nos metimos a la habitación.
Mi esposa iba escurriendo y yo más firme que un poste.
Nos desvestimos y colocamos al lado de mi nena que dormía boca arriba.
La cubrimos con una sábana y comenzamos nuestro acto sexual.
Mi esposa abajo y yo encima.
Bese sus pechos, talla 34D, su cuello, baje a su sexo que estaba super rubricado, 1,2,3 dedos le metí, ella sólo se rebolcaba y ahogaba los gritos mientras la masturbaba para no despertar a la niña.
apagamos la luz y comencé a penetrarla.
Al hacerlo pude notar como habíamos tirado la sábana que cubría a nuestra hija, se colaba algo de luz por las ventanas y algo majestuoso apareció ante mi.
mi nena dormida, con el camisón levantado hasta la mitad de su torso, sus piernas descubiertas, su ombligo al aire y sólo cubierta por un tímido calzoncito blanco con unos dibujos de pajaritos cubriendo su conchita infantil.
esa imagen despertó mi perversión oculta, recordé a mi prima, a todas esas niñas que veía en el parque jugar y en sus descuidos mostrar su ropa interior o algo mas, en las albercas, en las fiestas de mi niña y mientras bombeaba a mi mujer, mi mano cuidadosamente se posó en el estómago de mi nena y poco a poco fue bajando hasta rozar el resorte de ese calzón infantil.
Intente detenerme pero no pude! Ya estaba sobre su conchita.
ese bultito que emana un calor que sólo quienes lo han experimentado saben la calidez que representa.
Con mi dedo medio comencé a sobar, marcaba sus labios por encima del calzón.
Cuidando que no despertara o que mi mujer me descubriera.
La emoción y el gusto que eso me provocó es indescriptible.
Sentí que estaba a punto de terminar y entonces si pensarlo, por entre sus muslos deslicé mis dedos y separe la tela que cubría su intimidad, quedando al descubierto parte de sus labios, busque la entrada a su vagina libre de vellos, limpia de cualquier contacto sexual.
Ella se movió un poco, facilitando la acción, me detuve si salirme, hundi sin penetrar un poco más uno de mis dedos hasta sentir su humedad y comencé a moverlo delicadamente.
en ese momento estalle dentro de mi mujer y ella llegó a si clímax.
me dijo que había sido espectacular.
Mi mujer se levanto al baño a limpiarse, yo me quedé en la cama desnudo con la culpa y la excitación aún despierta.
Aproveché la estancia de mi esposa en el baño, me levanté y me puse al lado de mi nena.
termine de levantar su camisón y pude ver con morbo sus pechitos, esos pechitos diferentes a los de sus amigas, cuando eres papá tienes acceso a muchas nenas y a su intimidad por la confianza de otros padres, ya que no eran rositas, mi nena tiene pezones oscuritos y una aureola grande.
Además como es rellenita siempre ha dado la impresión de que ha comenzado su desarrollo.
Los besé muy rápido pero los besé.
Baje mi mirada a su calzón, y sin dudarlo lo baje lentamente, primero vi el resorte marcado en su piel, después un pubis limpio dio paso a su monte, ese monte que culmina en su rajita.
unos labios gorditos cerrados me gritaron pruebame! Y asi lo hice, pase mi lengua sobre ellos, separando las piernas de mi nena para probar su sabor y olor a orina fresca, vaya que tenía el sueño pesado, no se movió ni un milímetro.
Me detuve un poco por la culpa y el miedo, ella dormida y tendida en la cama, mi pene erecto como pocas veces, comencé masturbarme fue cuestión de segundos en lo que llegó el segundo orgasmo de la noche y con ello una lluvia de leche sobre la cama.
Con los restos de mi semen entre mis dedos pase por última vez esa noche mis manos sobre su cuerpo.
La vestí rápidamente y esperé a mi esposa.
Al despertar y mientras mi nena y esposa aún dormían, volví a tocarla, puede que haya sido mi fantasía, o imaginación pero les puedo jurar que su conchita tenia una humedad que no conocía.
Tal vez producto de mi saliva y leche de la noche anterior.
A partir de ese día una obsesión se adueñó de mí, y ya no la miraba solo como a una hija, vivo en conflicto pero también he aprendido a disfrutarlo sin hacerle daño o causarle algún efecto traumático.
Aprovecho al hora del baño para tocarla y darme gusto, o cuando duerme darle unos lengüetazos, estoy convencido de que no me interesa penetrarla, ni siquiera que ella me toque.
Sólo ver, sentir y probar en la clandestinidad su hermoso cuerpo de niña.
También descubrí que me gusta presumirla, la visto con faldas cortas, calzones de algodon color rosa o blanco que marquen su abultada conchita, bikinis de colores claros que al mojarse dibujen su tierna vagina infantil, de ahora 8 años.
Mi obsesión para que ella despierte como ser sexual, me llevo a platicar con mi mujer de darle una educación sexual muy abierta, y aunque en la casa algunas veces andamos al natural, esto se ha intensificado en los últimos años, es sumamente difícil ocultar una erección pero lo hago por el amor que le tengo.
Y ella ha despertado, hemos fomentado que se explore, que conozca su cuerpo, en parte para que no viva con los tabúes con los que creció mi esposa y porque me encanta descubrí sus calzones con sus primeros fluidos, porque si, desde los 7 se mojan un poco.
Se detiene el mundo cuando estamos viendo televisión y ella está tendida en el sillón, de la nada separa sus piernas introduce su mano derecha en el pantalón o si es falda la levanta, despues lucha por meterse debajo del calzón y comienza el mete y saca de algún dedo, pasarán algunos minutos antes de que salga corriendo al baño para orinar y gritarme que necesita otro calzon "porque le gano poquito"
Mi parte favorita del día es cuando la baño, destino un momento de ese tiempo en lavar su zona íntima y a ella parece gustarle el masajito que le doy, separo sus piernas, después su labios y con mi dedo índice suavemente rozo su pequeño y escondido clítoris… ella cierra sus ojos y suelta un chisguete de orina, a veces si tengo mucha suerte me pide que “le lave bien” y repito la acción.
Como me gusta verla orinar!
Mi perversión ha crecido a tal punto, que hace algunos meses, después de descubrír que se exploraba con un primo un año mayor en su habitación, el cual la tenía acostada en la cama con la falda levantada y las pantaletitas en su mano, el con el zipper de su pantalón abajo y una media erección de ese pene infantil, al comentarlo con mi esposa y cuñados, decidimos que lo mejor era explicarles su cuerpo, antes de que cometieran alguna imprudencia.
Una semana después, antes de bañarlos los sentamos en la habitación, ellos vestidos con una bata de baño, los habíamos desnudado previamente.
Les explicamos la dinámica de la situación y una sonrisa apareció en sus caritas, pedimos, primero al niño que acompañará a mi hija a la cama y antes de acostarla le ayudará a quitarse la batita, al descubrirla desnuda mi esposa y cuñada comenzaron a explicar cada una de las partes del cuerpo de mi hija, tomaron las manos de mi sobrino para que este tocara, primero sus pechos, teniendo especial cuidado en los pezones al hacerle saber lo delicado e importante que son en una mujer.
Mi nena tenía sus ojos cerrados y podías notar el morbo que despertaba, sus pezones se endurecieron y levantaron.
Al separarle las piernas una pequeña capa de liquido viscoso se dejo ver, mi sobrino inmediatamente lo intento limpiar con sus dedos mientras escuchaba la explicación de su madre.
Le pedimos a mi hija que flexionara sus piernas y la ayudabamos a mantenerlas separadas y levantadas para que el pudiera ver su interior por completo.
Mi cuñada le enseñó como debe de tocarse y como debe de dar placer a una mujer.
El cuidadosamente paso uno de sus dedos por el clítoris de mi nena, ella al sentirlo solto un suspiro y puso su cuerpo rígido hasta que comenzó a orinarse.
Apenada, la lleve al sanitario para ayudarla a limpiarse, pude notar en ese momento que mi cuñado tenía una erección enorme, así que aproveche el momento para pedirle que me ayudará a limpiar a mi nena.
le pase una hoja de papel de baño y él temblando limpio, me acerqué al cesto de ropa sucia y saque un calzón blanco se lo metí en la bolsa de su pantalón y le dije que su secreto estaba a salvo.
Tocó el turno de mi sobrino, lo acostamos en la cama, el mismo procedimiento.
Mi nena sostenía su pene y jugaba con sus testículos.
Mi sobrino algo rapido, lubrico la cabeza de su organo y mi nena fascinada no dejaba de jugar con su glande.
A partir de ese dia les permitimos tocarse y ellos cuentan con nuestro permiso para seguir jugando a conocerse siempre y cuando no se obliguen ni se hagan daño.
Fue una de las mejores noches de sexo con mi esposa, al recordar las imágenes de mi sobrino tímida y atropelladamente explorando a mi hija, tocando sus senos, separando sus labios vaginales, probando su sexo.
tocando sus nalguitas.
Y ella bajandole el prepucio, subiendo de arriba a abajo su pene, sus ojos al ver como iba despertando entre sus manos.
Sientiendo sus testículos.
Y al final un abrazo que los hizo rozaran sus cuerpos y sus genitales.
Fue la primera vez que vi que alguien le metía mano a mi hija, y eso despertó otra fantasía en mi, querer compartirla y presumirla Cada vez que va a casa de su primo regresa con sus calzoncitos manchados.
Yo tomo ventaja de esa situación y la visto de manera provocativa, no sólo para mi sobrino, si no tambien para mi cuñado, quien no le quita los ojos de encima a sus piernas y su entrepierna.
Solo de imaginar como mi sobrino recorre su cuerpo, o incluso besa su conchita me llena de excitación, o a mi cuñado masturbarse pensando en mi hija me hace buscar padres e historias similares a mis gustos y sentimientos.
Podas creer o no mi historia, para mi es real, por eso busco padres con quien realmente poder compartir experiencias como esta y fantasías como otras.
Espero sus comentarios, no importa que tan sucios sean o que haya despertado en ustedes.
Un relato lleno de morbo y cuidadosamente relatado. ¡Enhorabuena! Es importante la educación sexual temprana, en este caso fue más allá. Ya contarás cuál es la situación actual entre tu hija y su primo.
Ya quisiera alguien así para que me comparta