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Incestos en Familia

Mi hija Sophy manosea mi bulto mientras duermo I parte

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por krout.
Hola amigos lectores y seguidores de los relatos eróticos. En esta ocasión la narración que describo no es de mi autoría, sino de un autor anónimo que la escribió en una revista. Espero y les sea de su agrado además de que les haga volar su imaginación.
Esta historia ocurrió hace ya algunos ayeres, en el seno de una familia totalmente tradicionalista, un poco común, llena de aristas y matices. La cual estaba formada por el padre Maxwell un abogado legista, de complexión atlética, alto, moreno estilo bronceado y con un rostro muy varonil, la madre katherine con una profesión dedicada a la medicina, ella era muy hermosa, alta y delgada, tenía dos hijas muy bellas. La mayor Lynsey de 18 años y la pequeña de nombre Sophia de 10 años.

La mayor parte del día las niñas se la pasaban a solas en la casa, debido a la profesión de los padres, solo de vez en cuando la abuela las cuidaba o lo hacia la nana. En una ocasión la madre tuvo una complicación dentro del hospital y por causas de fuerza mayor se tendría que quedar un poco tiempo, sólo medio turno más para cubrir al médico faltante. Ese día estando el padre cansado por el ajetreo y los papeleos de los casos del despacho, se quedo recostado y profundamente dormido sobre un sofá. En ese momento entra la pequeña Sophy y se le queda viendo a su padre, se acerca al sofá y se sienta al lado de los pies de su padre. Ella lo observa con detenimiento, de los pies a la cabeza, de pronto su mirada la dirige a un lugar que le llamo la atención, la entre pierna de su padre, nuevamente lo sigue viendo con ese amor que caracteriza a una pequeña a lado de su progenitor, por segunda ocasión dirige sus ojos azules a la entrepierna paternal, la curiosidad e inocencia tal vez provocaron, que de pronto la pequeña colocara su mano sobre el bulto de su amado padre, tratando de amasarlo, moviendo su pequeña e inexperta palma de la mano, hacia un lado y hacia el otro. De pronto… debido a la sensación, el padre despierta abruptamente asustado, confundido, exaltado, da un brinco y se pone de pie. Sophia se levanta asustada, pensando que por su culpa su padre había despertado y probablemente la reprendería.

El padre se dirigió a su habitación, pero su mente daba vueltas y no estaba tranquilo, pensaba en lo que su pequeña hija había hecho ingenuamente y se preguntaba el porqué no la había corregido por tal acto y además pensaba hasta dónde habría llegado la inocencia de la niña. Mientras cerraba sus ojos recordaba aquella alucinación tan sublime y excelsa, sintiendo de pronto una descarga eléctrica la cual recorría de su cabeza a los pies, por arte de magia esa descarga se posaba en su miembro viril aún flácido, el cual despertaba de su letargo en un santiamén, su falo se llenaba al máximo de sangre, desando salir de la prisión dentro de sus ropas, sentía como se humedecía su slip debido a la excitación y anhelaba acabar con ese frenesí, en aquel momento saco su tolete enorme, lleno de venas por doquier, la cabeza del pene simulaba un gigantesco hongo que parecía estallarle, trato de calmar esa lujuria, dándose placer con una masturbada, pensando en su retoño, pero la razón y el amor para con su hija, hicieron que su mástil de hierro, diera marcha atrás y en unos pocos segundos su pene quedara flácido.

Los días transcurrían normalmente, las niñas al colegio y los padres ambos a sus trabajos correspondientes.
En escasas ocasiones el padre se quedaba al cargo de sus hijas, pero Maxwell trataba a todos los medios posibles el no permanecer a solas con su hija menor, ya que sus pensamientos volaban a mil por hora y él no sabía como sería su reacción sí ocurriera nuevamente lo de días anteriores. Al parecer el destino le tenía trazado un curso diferente o probablemente él lo había deseado con tal fuerza que se presento otra oportunidad, ya que unos días después su hija mayor Lynsey había salido con su novio y no le había avisado a su padre , así que al llegar a su casa Maxwell pensó que su suegra y sus dos hijas estarían en casa, por lo que no existiría ningún inconveniente en dormir, entonces, apago su celular que traía en la mano izquierda, se dispuso a descansar en el mismo sofá, cerró los ojos, reclino su cabeza hacia atrás, abrió sus piernas y empezó a cabecear. De pronto la pequeña lo ve por la ventana que da al jardín trasero de la vivienda, se llena de alegría, de emoción y entusiasmo, entonces se dispone a ir al lado de Max.

Sophy entra sigilosamente y con mucho cuidado para no despertarlo, nuevamente se sienta sobre el suelo, pero ahora en medio de las piernas de su padre, lo observa con detenimiento y otra vez su pequeña mano la posa sobre el paquete de su padre, que debido a la tela del pantalón delgada se marca de sobre manera, probablemente eso le dio interés. , cuando en un instante la mano emprendió a ejecutar movimientos, sobando el pene de macho, que al apreciar y sentir el tacto de la mano de su hija, inicia su labor de crecimiento e hinchazón. Maxwell adormilado con una pesadez insoportable abre un poco sus ojos, ve a su pequeña Sophy arrodillada a sus pies y jugando con ese juguete grande, grueso, lleno de venas, que ocultaba bajo sus ropas, esa imagen le lleno la cabeza de impudicia, deseo y concupiscencia e hizo que su miembro creciera más a lo bestia y se contrastara sobre sus ropas, él quería levantarse y salir corriendo, pero su instinto animal, el apetito sexual a lo desconocido y la perversidad de saber hasta dónde llegaría la inocencia de su hija, eran más fuertes que la conciencia. Así, que decidió optar por dejar a su hija seguir en su afanosa tarea, además de facilitarle su labor a la pequeña. Con artimañas Max deslizó una mano sobre su vientre hasta dejarlo cerca de la hebilla del pantalón, mientras la niña seguía sobando el mástil descomunal, Max con sus dedos desabrocho con dificultad la hebilla al igual que el botón del pantalón, de reojo observaba a la pequeña quien seguía sobando y masajeando aquel instrumento, su deseo hacia que le temblaran las piernas, que su respiración se entrecortara mientras Maxwell continuaba con su actividad de terminar por bajar el zíper del pantalón, poco a poco lo fue intentando para no llamar la atención de Sophy, pero no lo lograba por completo. Entonces el padre decidió tirar su celular premeditadamente y esperar a que la niña lo buscará y lo levantará, cuando ocurrió eso, él apresuradamente como un loco desesperado por la fogosidad bajo el zíper del pantalón y trató de sacar aquella bestia inmensa y hambrienta, la cual ya babeaba el líquido pre seminal, pero debido al poco tiempo, sólo pudo sacar un poco más de la cabeza, el glande era como un enorme hongo rosado y grueso. En ese instante la pequeña destina su mirada hacia su padre y en ese momento pudo distinguir que era ese garrafal bulto que brotaba bajo el traje de su progenitor, ella quedo boquiabierta, sus ojos se agrandaron, pues en realidad no sabía que era ese pedazo de carne que brotaba de la entrepierna de su papá, con desconfianza posó su palma, ahora sobre el glande de la verga, casi descubierta en su totalidad, con sus pequeños dedos trataba de tocarla al mismo tiempo que se embarraba del líquido que emanaba de la verga. Mientras tanto el padre jadeaba de deseo, sus palpitaciones eran tan rápidas, que el latido de su corazón se podía escuchar a distancia, el sudor recorría su frente, su garganta quedaba tan árida como un desierto que no le permitía pasar ni la saliva, su pecaminosa mente vislumbraba miles de imágenes con su pequeña princesa, su inhiesta y monstruosa verga daban saltos, pequeños brincos, incitando a la niña en descubrirlo y tomarlo por completo.

La malicia estaba a la puerta, el padre ya no distinguía entre el bien y el mal, quedaba empapado en un deseo incestuoso, de pronto Maxwell colocó su mano por encima de la pequeña mano de Shopy, aprisionándola, restregándola, empujándola hacia su miembro, para que la niña no la soltara, de esta forma él la auxiliaba a sobarle sin recato con más fuerza su miembro viril, mientras el padre permanecía aún con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás, poco a poco fue sacando su descomunal verga, con cada movimiento deslizaba el slip hasta dejarlo atorado en la base de sus huevos gordos, que debido a la gran excitación que emanaba de tal acontecimiento, estaban más grandes de lo normal, Así que Max con ayuda de la pequeña mano de su hija inicio una masturbada fenomenal, jamás igualada por otra y que no olvidaría jamás en la vida. Un movimiento tras otro lentamente, pausadamente, tratando de detener el tiempo, para poder disfrutar de esa maravillosa experiencia, él sentía una sensación indescriptible al tener la mano pequeña de Sophy sobre su verga desnuda. De pronto se escucharon voces a la entrada principal de la vivienda, era su hija mayor Lynsey y su abuela, Max como un bólido retiró a la niña, introdujo con mucha dificultad su enorme y gigantesca verga dentro de su slip, se acomodo el pantalón, subió el zíper, se abrocho la hebilla y le dijo a la pequeña con voz enérgica y molesta. -¿qué demonios haces?, vete a tu habitación, sino lo haces te castigaré. La niña confundida con su rostro que dibujaba una tristeza se retiró, subiendo a su recamara.

Mientras tanto el padre no podía estar tranquilo, ya que sus testículos le dolían por no haber eyaculado y ansiaba subir al baño de su recamara, para poder masturbarse y sacar toda la leche que conservaba dentro de él, pero no podía ya que su suegra en ese momento para mala suerte de Max le hablo, él se sentó rápidamente pues su calentura no daba marcha a tras y su herramienta seguía tan firme como el asta de una bandera, trataba de inclinarse tapando su entrepierna con los cojines del sofá, ya que su verga parecía que quería salir nuevamente. Y comenzó una larga y aburrida conversación.

————fin de primera entrega…….

10638 Lecturas/1 octubre, 2018/1 Comentario/por sexosintabues
Etiquetas: amigos, colegio, madre, mayor, padre
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1 comentario
  1. zenit Dice:
    12 enero, 2024 en 5:58 pm

    Qué basura esto.

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