Mi hijastra de 11 y mi mujer, Mariana y Alejandra
Planeamos ir al lago a acampar con mi mujer y hijastra de 11 años, mi mujer se queda dormida profundamente tras consumir marihuana .
El día jueves en la tarde, hablando con Alejandra -Ahora pienso que hasta ahora no había escrito su nombre- decidimos ir a acampar al lago el fin de semana, fuimos al cuarto de Mariana, mi hijastra para avisarle que alistara todo, íbamos a estar la noche del viernes y el sábado. Mariana nos dice que ya el traje de baño que tiene no le queda, así que decidimos ir a comprar unos; Mariana eligió uno rosa de dos piezas, un top en que se le marcaban sus redondas tetas en desarrollo y un calzón que se veía muy bien ya que tiene un culo redondo y parado como el de la mamá. Alejandra decidió llevar uno de una sola pieza, color azul cielo, esa mujer hace que cualquier trapo parezca prenda de buen diseñador; ella es delgada y de baja estatura, mide 156cm de altura, me encantan esas tetas redondas naturales con pezon rosa, cintura de abeja y unas caderas amplias que van a juego con unas piernas desproporcionadamente grandes que vienen adornadas con un culo firme, redondo y grande, si juntamos ese cuerpo espectacular con una carita de princesa tenemos un resultado impresionante, no me canso nunca de mi mujer, el sexo con ella es fuerte y caliente. en fin, por último, yo me decidí por una pantaloneta azul cielo también para ir a juego, mi mujer me convenció de llevarla al decirme que se me marcaba bastante el paquete y que quería vermelo todo el fin de semana. Tanto mi mujer como yo hacemos gimnasio tres o cuatro veces por semana, tenemos algunas pesas, barras, discos y mancuernas en casa, así que ambos tenemos un cuerpo en muy buena forma y un rostro bonito, fuera modestias.
Antes de volver a casa fuimos a comer pasta, al llegar a casa le dije a mi mujer que si quería ir por unas copas, aprovechando que ella descansaba el día siguiente, esta vez no salimos en su carro sino que aproveché para darle una vuelta a mi amada R15 que se ha de sentir falta de afecto desde que trabajo en casa. No somos de emborracharnos, estuvimos en el sitio como hora y media charlando más que bebiendo, me lo chupó en el baño y decidimos volver a casa, algo que la pone especialmente caliente es la marihuana y de vez en cuando yo me aprovecho de eso y la convenzo de ir a fumar. Páramos en un parque al que la gente va usualmente para eso, fumamos uno y en eso se acercó una pareja de argentinos parecían por su acento, nos ofrecieron tortas canabicas, decidimos llevar una de la más grande que tenían, nos explicaron que perfectamente tres o cuatro personas podían comer de ahí y quedar muy high, mi mujer partió un pedacito y se lo comió ahí mismo. Hablamos un rato más y volvimos a casa tras ella decirme que quería que la llenara de leche. Mientras íbamos en la moto ella me iba tocando el pene sobre el pantalón, aprovechando que las calles a esa hora muchos carros no tenían. Al llegar a casa saludamos a Mariana, quien ya se estaba alistando para dormir, tenía una camiseta ancha y no lograba ver aún qué tenía puesto abajo. Mi esposa ya estaba llevadita y claro que no quiere que su hija la vea así, así que se fue pronto al cuarto, yo le ayudé a Mariana con una duda que tenía del colegio y mientras le ayudaba pude distinguir que bajo esa camiseta no llevaba más que unos calzones blancos con estampado infantil. No quería tardar para ir a atender a mi mujer así que fui pronto al cuarto pero no cerré del todo la puerta, ella se había desvestido y se estaba desmaquillando, me desvestí yo y me lavé las manos para meternos a la cama, comenzamos besándonos fuerte, entrelazando nuestras lenguas, de vez en cuando ella abría la boca para que le escupiera, nos fuimos tocando, acariciando, besando el cuello, las orejas, yo bajé un poco más y comencé a besarle las tetas, le pasaba con cuidado mi lengua, esa mujer se estremecía y era claro que estaba erizada, la acomodé encima mío, mi pene quedó apuntando hacia mi ombligo, en medio de sus labios vaginales, ella estaba hecha un manantial en ese momento, comenzó a moverse atrás y adelante, en pocos movimientos ya tenía mi pene bien mojado, ella siguió meciéndose mientras yo le agarraba las nalgas y le decía que es mía, nos besábamos y manoseabamos, me dijo que no aguantaba más y se lo metió de un solo sentón, ella es una mujer pequeña y apretada, mi verga mide unos 18 centímetros y es gruesa, ella se quedó un momento con toda la verga adentro como esperando que su interior se amolde a mi forma, cuando comenzó a moverse comenzamos a gemir, primero despacio, nos seguíamos besando y ahora ella me escupía dentro de la boca a mi. Comenzó a mover ese culo fuerte y rápido de arriba abajo, como haciendo twerking, yo la nalgueaba con fuerza, podía ver en el espejo enrojecidas esas redondas y blancas nalgas, aquí ella comenzó a gemir mucho más fuerte, yo podía notar que la marihuana ya le había hecho efecto totalmente y se dejaba llevar fácilmente, olvidó o le dió igual que su hija de 11 años estuviera del otro lado del pasillo a contados 6 metros de distancia. Comencé a meterle un dedo por el culo, suavecito, primero agarré un lubricante que hay en la mesa de noche y me puse un poco en los dedos, le unté bien la entrada del culo, saqué un poco más de lubricante para mi dedo, primero le masajeé bien la entrada y se lo fui undiendo de a pocos, le seguí dando dedo pero con mucho cuidado, no usamos mucho su culo pero hoy tenía muchas ganas, ella me dijo que ya casi se venía, así que esperé a que lo hiciera y rápido la recosté en la cama y la seguí penetrando duro por la vagina, algunos chorritos de fluidos comenzaron a saltar y mojarme, la seguí penetrando con fuerza mientras la cogía del cuello, le daba alguna cachetadas y le preguntaba quién es su papi, a lo que ella respondía “tú eres mi papi, mi amor. Lléname de leche caliente” y me repetía una y otra vez “quiero sentir tu leche caliente adentro”. La seguí besando y penetrando fuerte hasta que sentí que me venía, yo sabía que tenía bastante leche guardada, así que la saqué por un segundo para venirme un poco encima, se la volví a meter para echarle todo el resto adentro de la vagina. La parte que le cayó encima, fue a dar a su cara y su abdomen, tomó con un dedo el semen y se lo llevó a la boca para saborearlo “qué rica leche tienes” me dijo. La seguí penetrando duro, esa mujer gritaba del placer. Era imposible que su hija no la hubiera escuchado. Terminamos, la besé, nos amamos y la cobijé, noté que estaba casi dormida, seguramente cosa del alcohol, la marihuana y que ella es multiorgásmica. Ya se había quedado dormida y yo tenía mucha sed, me coloqué unos bóxer solamente ya que era más de media noche y pensé no habría problema. Fui a la cocina y me recosté en el mesón a beber agua, en eso llegó Mariana a la cocina, vestía sólo el calzón y un top de los que usa para el colegio, se le marcaba totalmente las tetas y los pezones hinchados, natural de una muchacha en desarrollo. Me dijo en tono sarcástico que seguramente estaba sediento, yo le respondí que por qué estaba vestida así y me dijo que tenía calor, que estábamos sólo los tres y que su mamá también vestía así a veces. Le sugerí que no vistiera así frente a su mamá porque a ella no le iba a gustar, que lo reservara para su cuarto. Ella salió de la cocina y yo me quedé un poco más, mirando el celular y tomando agua.
Se me ocurrió ir al cuarto de Mariana para darle las buenas noches, cuando llegué ahí ella no tenía la puerta cerrada, pero se escuchaba una respiración agitada, me asomé con cuidado y ahí estaba ella, con la mano metida en su calzón y la otra apretando un poco sus tetas, yo ya estaba caliente así que me dispuse a mirarla un poco mientras se tocaba y yo afuera de su cuarto me tocaba la verga por encima del bóxer. Hice ruido como si viniera subiendo las escaleras apenas y fui directo a su cuarto, ella sacó rápidamente la mano de su panty y quiso disimular que estaba como rascándose el abdomen. Yo entré con la verga un poco parada, ella notó esto y antes de que yo dijera algo ella me dice que si la ví cuando entré, yo le dije que era algo normal, que no se apenara ya que es algo que todas las personas, ya sean hombres o mujeres hacen, algunos más jóvenes y otros un poco después, pero que al ser ella una mujercita claro que iba a tener esas necesidades. Me preguntó si yo ya la veía como una mujer, le dije que no, que aún le falta tiempo para terminar de madurar pero que seguramente será una mujer hermosa como su mamá. Ella queda más tranquila, me pide que me siente en su cama, que quiere hablar un poco más, ella últimamente me tiene esa confianza, seguramente porque cada vez pasamos más tiempo juntos y siempre trato de explicar las cosas claramente y con naturalidad. En cuanto me siento mi pene y bolas quedan hecho un bulto en mi bóxer, puedo notar que ella me mira de reojo una y otra vez, esto hace que se me pare un poco, pero seguimos hablando, me preguntó cosas de mi, como que cuando me masturbé por primera vez, qué sentí, etc. me preguntó qué me gustaba más de su mamá, le dije que todo pero que me gustaba mucho apretarle el culo, dicho esto ella se gira y me dice que si el de ella se ve bien también, yo sin pensarlo le agarré la nalga y le dije que se veía y sentía muy bien. Mariana me dice que no se vale tocar, que porque ella no me había tocado, que era injusto, yo le pregunté que qué quería Mariana tocar, sin titubear me dijo que el bulto de mi bóxer, que le da mucha curiosidad y no se le ocurría alguien mejor. Lo primero que le dije es que íbamos a tener muchos problemas si se enteraba su mamá, dicho esto me aseguró que Alejandra jamás lo sabría. Le dije que iba a mirar en el otro cuarto para estar seguros, fui y mi mujer seguía totalmente dormida, volví al cuarto de Mariana y me senté en la cama de nuevo, ella me dijo que me recostara mejor, así lo hice. Me dijo que cómo podía tocarme, yo le dije que como quisiera, entonces ella comenzó con un dedo o dos, como a querer percibir la forma debajo de la tela, ahí se me subió más la erección, siguió tocando con un par de dedos por uno o dos minutos, me dijo que se sentía como un palo de duro -eso me hizo gracia-, ahora puso su mano abierta encima y la pasaba arriba y abajo, me dijo que era agradable lo caliente que se sentía mi cuerpo, yo seguía con aroma a fluidos míos y de su mamá, me dijo que si lo podía ver, así que le dije que me bajara ella el bóxer a lo que asintió. Lo agarró por el elástico y yo me levanté un poco para ayudar a que bajara bien, sus ojos se abrieron bastante cuando comenzó a verlo, tenía el glande aún cubierto con el prepucio, no estaba del todo duro pero sí muy crecido. Me dijo que por qué olía , yo le dije que cuando uno se hace mayor comienza a tener aromas más fuertes, le pregunté si le disgustaba y me dijo que no, que olía bien, sólo no distinguía el olor, no se le parecía a nada que hubiera olido antes -aquí voy a decir que tanto mi mujer como yo tenemos olores muy tenues, casi dulces, adoro hacerle orales-. Mariana se acercó y respiró fuerte para sentir el olor, el aire que salía de su nariz me hizo cosquillas y contraje por un momento, esto hizo que mi pene se levantara y le rozara la cara, ella se quedó como en shock y me miró. Yo le pregunté si estaba bien y me dijo que le había gustado, me dijo que si podía agarrarlo, a lo que yo le dije que podía hacer lo que quisiera excepto lastimarme, pero que quería que ella hiciera algo, que se quitara el panty y el top y así ambos estaríamos iguales, desnudos, ella lo dudó un par de segundos y sin decir nada se quitó su top y su panty, yo no lo creía, como su madre tenía unas tetas redondas, aunque pequeñas y su pezon era rosa, muy bonito, su vagina apenas tenía un tenue camino de pelitos muy delgados y casi rubios, que subía hacia su ombligo, y sus labios eran gorditos, con un pequeño clitoris coronando su rajita, ya la había visto antes como conté en anteriores relatos pero esta vez era totalmente diferente, era ella quien se mostraba para mí. Se sentó a un lado mío y comenzó a tocarme el pene, esta vez lo agarró con cierta firmeza y lo movía arriba y abajo, le dije que moviera su mano un poco más hacia abajo, ella lo hizo y dejó al descubierto la cabeza de mi pene, ella se quedó unos segundos mirándolo, luego con la punta de su dedo lo tocó un poco, me dijo que se sentía como una gomita. Ahí yo le puse la mano en la pierna y ella sólo me miró, miró mi mano y siguió tocándome el pene. Le dije que si me dejaba tocar sus nalgas, me dijo que ya lo había hecho, que estaba bien, entonces le pedí que se hiciera como arrodillada, así podía ver mejor la forma redonda de ese culo paradito, el culo de mí hijastra que apenas pasó a secundaria y seguía usando pantys de dibujos. Comencé a pasarle la mano por todas las nalgas, disimulando el rose que le daba a su vagina por detrás, esa niña tiene una figura perfecta, suertudo el chico que logre enamorarla. Yo no me creía la situación en la que estaba, de repente ella le da un beso en la punta, yo la miro y me dice que le daba pena pedir permiso para eso, yo le dije que realmente podía hacer cualquier cosa, dicho esto se recogió el cabello -yo solamente pensé que era imposible que me lo fuera a chupar- acto seguido le pasó la lengua por la punta a mi pene, ahí toda la sangre de mi cuerpo se me fue a la verga, creció un poco más tanto de largo como de ancho, ella me dijo que no pensaba que pudiera estar más grande, claro, con unas manos como las suyas necesitaba como cuatro manos para cubrirlo con el agarre. Le digo que se sintió muy rico eso, ella respondió lamiéndome más, me miraba a los ojos para decirme lo rico que le sabía mi pene, me limpió bien el glande, me pareció excitante que estuviera lamiendo los restantes del orgasmo de su mamá y semen de su padrastro y que además le gustara tanto. Aquí no me contuve más y comencé a tocarle toda la rajita sin apuro, le indiqué que tuviera cuidado con los dientes para no lastimarme. Yo estaba en el paraíso, de cualquier manera, ella estaba dándome placer y la verdad es que se sentía muy bien. Le pedí que apretara un poco más con sus labios, sentía que estaba cerca de venirme más que nada por la excitación que tenía. Ahí le dije que parara un momento, no quería que estuviera desprevenida, le dije que se sentía tan rico que me lo chupara que estaba a punto de tener un orgasmo, ella me preguntó qué era eso, yo le expliqué que el sexo se sentía bien pero la fase final, el orgasmo, se sentía mucho mejor, le pregunté si ella había sentido ya algo más intenso mientras se tocaba, me dijo que no pero que lo había hablado con sus amigas del colegio y alguna de ellas sí lo había sentido. Me dijo que estaba bien, que ella había llegado a ver porno por sus amigas del colegio y que sabía que iba a salir un líquido blanco de mi pene. Dicho esto se puso a chupar de nuevo, esta vez trataba de meter su lengua en el agujero de mi pene, me chupaba más rápido y con más fuerza, como reclamando su leche, cuando sentí las contracciones, le dije que ya me iba a venir, ella siguió chupando hasta que un par de chorros de semen cayeron en su boquita, se levantó, me miró y señaló un vaso que tenía sobre la mesa de noche, se lo pasé y ahí escupió mi semen, me dijo que no sabía mal pero no soportaba la textura. Me pareció que se veía tan sexy en ese momento que no me aguanté y la besé, ella se quedó por un momento como pensando, pero poco después me siguió el beso, trataba de imitar mis movimientos con la lengua y los labios, la verdad fue un buen beso. Me dijo que había sido su primer beso de verdad, que alguna vez había dado un pico pero no besado así. La recosté a mi lado y la besé un poco más mientras sentía la humedad y calidez de su rajita, tomé un poco de los fluidos que quedaron en mi pene y froté su clitoris con mucho cuidado mientras le lamía sus pequeñas tetas. éramos amantes y cómplices en este momento. Yo le dije que ya debía volver a mi cama, ella me dijo que había aprendido mucho, dijimos hasta mañana y me dispuse a ir con mi mujer, me temblaban las piernas de los nervios, las manos me sudaban y sentía la presión baja. Vi que mi mujer seguía dormida y eso me calmó un poco, me recosté a su lado y la abracé, seguía teniendo la verga un poco dura, por lo que me paré e hice al borde de la cama y comencé a masturbarme en su carita, se lo puse en los labios y ella abrió un poco la boca, pienso que ella dormida podría dejarse coger de cualquiera y por eso siempre soy muy cuidadosa de con quién sale, sin siquiera abrir los ojos ella comenzó a chupar, lo hacía muy rico y yo ya sabía que sería así, tomé su celular y grabé cómo me lo chupaba casi dormida, siempre que se lo cuento a la mañana siguiente no me cree, nunca lo recuerda, pero no hay manera de refutar un video. Ella, dormida me lo chupó hasta que me hizo venirme en su boquita, mientras yo le metía dos dedos a la vagina, su mojada y muy caliente vagina. Todo esto quedó en video. Fui al baño a orinar y volví directo a dormir, ya me sentía muy cansado y era realmente tarde. Seguiré con lo sucedido en nuestra visita al lago en el próximo relato.
siempre agradecido con sus comentarios, si quieren que profundice algún tema o algo así me lo pueden sugerir.
hasta el próximo,
Excelente muy excitante y con morbo, espero la continuacion.
Muy bueno me gusta que das detalles y eso lo hace mas exitante
Muy bueno me gusta que das detalles y eso lo hace mas excitante
Espero ver si hay siguiente parte de esta increíble historia,por favor.