Mi hijastros 12
Anita golosa .
De regreso en casa y cada que tenía oportunidad manoseaba a Anita, solo esperaba tenerla cerca y que nadie nos viera y le metía mano a su vaginita. Mi mano abarcaba casi toda su puchita y ella se deja hacer. Había momentos en que incluso la nena me provocaba para que la tocara.
Pero no había tenido oportunidad de gozarla a placer nuevamente, hasta que llegó el día, fue muy temprano, mi mujer no sé a donde se fue y me dejó con los chamacos, Camilo y su hermano (que habían llegado un día antes en la noche)
Estaba súper dormido y sentí una boca mamandome la verga, me desperté asustado y vi a la nena aprovechando mi camote erecto. La aparte y voltee a todos lados y me dijo: mami me dijo que venía más tarde que iba a hacer unas cosas. Ufff el alma me volvió al cuerpo y deje que la escuincle comiera pito como ella decidiera. Me deje consentir por mi hijastra.
Yo estaba con las piernas abiertas y ella con su carita en medio de mi, con su boca chupe y chupe y su cuerpecito recostado. La veía disfrutar no solo el tronco sino los huevos también. Le encantaba chupar verga (y a mi eso me tenía fascinado)
después de un rato la jale hacia mi pecho y comencé a llenarla de besos en su boca mientras con una mano le iba quitando las pantaleticas y tocando su coñito (que ya lo tenía dilatado) al sentir su puchita dilatada le sonreí y le dije/ ya tienes ganas verdad bb, y ella solo movió la cabeza e forma afirmativa.
la recosté en la cama, en la orilla para ser exacto, le levanté las piernas y puse mi glande en la entrada de su vagina, metí un poco pero sentí que hacía falta lubricante. Sobre todo por el tamaño de mi verga y de lo angosto de su vagina.
puse mucho lubricante y metí un poco de mi verga en esa vagina que inmediatamente me succionó una cuarta parte, sentía palpitar todo su cuerpo y su vagina era como un chupon que succionaba muy cabron. La vi complacida y escuché sus pequeños gemidos. La bombeé suavemente un rato pero mi cuerpo y yo queríamos destrozar esa pucha completa.
Me acerqué a besarla, sin sacarle la verga de su vagina, y le dije: no vayas a llorar, aguántate que te meteré toda la verga. Ella se quedó quieta y entendí que era una aceptación. Sin apresurarme fue metiendo poco a poco cada centímetro de mi palpitante verga. Gise el sentir cómo se abría su puchita para mi, ella gemía un poco más fuerte y vi un par de lagrimas salir de sus ojitos pero no se sacó de mi palo. Al contrario.
deje pasar unos minutos en esa gloria que era la vagina de mi hijastra. Me perdí en sensaciones, Galvez fueron segundos pero sentí que fue mucho tiempo dentro de su rica vagina. Ambos nos sentíamos agitados y extaciados. A mi me encantaba escuchar su respiración entre cortada y sus pequeños gemidos. Era mi momento y no lo desaprovecharía más.
Comencé a meter y sacar parte de la verga, suave, tranquilo pero firme y decidido, de apoco comencé a taladrarla con más ritmo. Ella se veía fascinada y en momentos hasta como ida de la emoción de sentirme dentro. Aceleraba el bombeo y ella gemía un poco más fuerte. Como no quería terminar pronto, detenía un poco el bombeo y disfrutaba ver cómo se comía mi verga. Poco a poco se la volvía a meter y ella la recibía cubriendo palmo a palmo la totalidad de mi verga.
me encantaba ver las venas de mi verga muy brotadas, y como se perdían en el interior de esa vagina que estaba muy roja de tanta verga que le estaba dando.
puse más lubricante en su vagina y continúe llenándola de mi. Una y otra vez la penetre hasta el fondo. Ella gemía más fuerte al sentir el golpe de mis huevos en su coñito. A mi me encantaba ver esa diferencia de cuerpos y como ella podía comerme tanta verga sin salir lastimada.
acelere el bombeo y le aventé todos los mecos que el cuerpo pudo darme en ese momento. Aguante mi verga dentro de ella, la saque de jalón y vi el rio de semen que salió de su vagina maltratada, roja y laserada de tanto que la lime con mi pito.
nos metimos a bañar y le mame la pucha otro rato más y le deje un par de chupetones en la vaginita, me encantaba saberla toda mía. Y ver que esa vaginita ya hinchadita y roja se la había dejado mi verga.
Bajamos, prepare el desayuno, los niños jugaban contentos, Camilo se veía estresado y me preguntó: hoy no ira a trabajar, le conteste que no pero que saldría un rato y le encargaría a los niños. Dibujo una pequeña sonrisa y contestó que con gusto los cuidaba. Seguramente le urgía cogerse a Javiercito.
Salí de casa, y cuando revisé los videos más tarde, vi que Camilo descubrió que la nena ya no era Virgen, se los contaré en el siguiente relato.
dejen sus comentarios.
Que sabroso relato a hijastra ya le gustaba la verga por la mamada que te dio y no se nego a que tu le metas la verga ya la pedia a gritos que la quería tener adentro de su puchita continua con tu relato