Mi hijita hace dogging – I
Dicen, que el que tiene un amigo, tiene un tesoro. Y que quién ofrece el tesoro, tiene amigos para siempre. Nosotros tenemos dos tesoros, nuestras hijitas. Se las ofrecemos a nuestros amigos, y nuestras niñitas se sienten orgullosas de la cantidad de.
– Papá ¿de verdad estoy guapa… crees que les gustaré?
Mi hijita se mostraba ante mí, recién arreglada, lavada y perfumada por su madre, mi esposa Maribel. Incluso en sus labios había un ligero toque, muy sutil, de carmín. Era finales de Marzo, ya empezaba a hacer calor y mi hijita iba muy escuetamente vestida, un escasísimo top y una microfaldita a cuadros, como las escolares, que apenas le tapaba el culo. Unos cortos calcetines blancos y zapatitos rojos con ligero tacón de 4 cm, que un zapatero, familiar de una amiga de mi esposa, había diseñado para ella y que también fabricaba para otras niñas. Por supuesto, no llevaba bragas.
Nueve meses antes había cumplido ya los 8 años. Y ya no era virgen en ningún agujero. Mi polla y los dildos de mi esposa, la habían dilatado desde hacía tiempo, y sus agujeros estaban ya preparados para ser perfectamente penetrados por otras pollas. Y hoy, mi hijita Tere, con la envidia y la desesperación de nuestra otra hija Andrea, de 5 años, iba a ir con su madre a un Centro Comercial grande y conocido, para ser intercambiada con otras niñas por sus madres y poder tener sus primeras experiencias sexuales públicas.
Era su primer dogging, o si lo preferís, su primer cancaneo. Y como cancaneo viene de can, esa tarde iba a ser usada como una perrita por vez primera. Aunque solo estaba previsto ser usada por mujeres. Pero estaba permitido el uso de consoladores-dildos como preparativos de las próximas pollas de carne.
Me sentía orgulloso de la educación sexual que le estábamos dando a ella y a su hermana. Y de lo pervertidos sexuales que éramos su madre y yo. Dos auténticos amantes del sexo libre y sin tapujos, que habíamos decidido crear una familia incestuosa y sin ataduras morales. Metí mi mano por el ajustado top y acaricié el precioso pezón derecho de mi amada hija, mientras mi mano izquierda acariciaba su vulva con unos deseos enormes de verla estremecerse de placer. Pero mi esposa apartó mi mano y me dijo:
– Ni se te ocurra Jordi, dos veces la he dejado yo al borde del orgasmo para que esté deseando como loca ser usada esta tarde. Es su primer día y está un poco nerviosa, pero tiene unas ganas enormes de correrse. Deja que sean otras quienes lo hagan y disfruten con ella en privado. Es su bautismo público de sexo.
– Jo mamá ¡deja que papá me corra o deja que me lo haga yo! Os juro que me portaré muy bien, pero necesito correrme ya ¡estoy que me muero!
Comprendí la jugada sucia de la puta de mi esposa, sonreí y aparté la mano de su ya grueso pezoncito, no fuese que se corriese con ese juego. Mi esposa iba tan provocativa y exuberante como siempre, cogió a la niña de la mano, cogieron sus chaquetones, la subió al coche y las dos desaparecieron de mi vista. Al entrar en el salón vi a mi pequeña Andrea, de 5 largos años, totalmente desnuda que me decía sonriendo mientras se acariciaba el coñito:
– Van a tardar varias horas papá ¿podemos follar tú y yo mientras esperamos?
Y mientras me hablaba se acercó a mí, sus dos expertas manos bajaron la cremallera del pantalón y con algunos esfuerzos, sacó mi pollón y cogiéndolo con su mano derecha y mientras los dos nos reíamos, me condujo así hasta mi enorme cama matrimonial donde muchas noches dormíamos los cuatro juntos, mi esposa, nuestras hijas y yo, para gozar del sexo sin barreras.
Efectivamente, casi cuatro horas después y cuando ya la cena estaba preparaba por los acreditados chefs Jordi y Andrea, muy contenta por las dos grandes penetraciones anales que le realicé, entraron mi esposa y la debutante ninfa infantil Tere, las dos muy contentas y mi hija, con varios paquetes de regalos de su primer dogging. Al vernos desnudos, las dos hicieron lo mismo y mi hija mayor removió mi polla, ya muy vaciada por su hermana, y mientras jugaba con ella nos contaron su debut.
– Jordi -dijo mi esposa- no solo Tere ha hecho las delicias de cuatro mujeres y las ha satisfecho al máximo a las cuatro, sino que además y sin proponérselo, se ha hecho puta. Por primera vez le han pagado por mamar una polla. Y ya se sabe que la mujer que cobra por el sexo, aunque solo sea una vez, es puta de por vida y si a eso le sumamos los regalos por dogging ¡ya tenemos una hija puta!
Nuestra hija, mientras mamaba y agitaba mi polla con toda su experiencia de años, se reía abiertamente, mientras su hermana tenía una cara de mala leche acojonante. Nunca he conocido a una niña de 5 años con las enormes ganas de follar de Andrea. Quizá, porque nadie, incluyéndome a mí, la habíamos follado en serio aún. Su coño era virgen de pollas aunque no de dildos y su culo solo lo usaba yo con cuidado, como esa tarde.
Su cuerpo, como el de su hermana Tere, estaban más desarrollados de lo normal, pero su vagina estaba aún bastante cerrada y necesitaba tiempo, lentas penetraciones con los dildos y mi polla, y con mucho cariño. Pero explícale eso, a una cría que desea como loca follar, que aún no es su época. Paciencia, que aún no ha llegado a primaria…
** Llegamos a la cafetería de encuentro – continuó mi esposa- y ya habían llegado tres madres con sus tres hijas y cuando aún no habíamos pedido nada, llegaron las otras dos madres con sus hijas, y todas nosotras con una pinta de putones increíble. No veas como las hijas se miraban unas a otras a ver quien follará con mi madre y si sabrán follar mejor que yo. Ya que de las 6 niñas, 3 eran debutantes. Se desafiaban con las miradas. Una de las últimas en llegar, de 9 años, cogió un cigarrillo de su madre y de repente todas se lanzaron a por sus cigarrillos ¿Te imaginas cómo miraban las personas de la terraza a nuestras fumadoras hijas de 8 y 9 años y a nosotras? Un espectáculo, y creo que todos los que las miraban, las deseaban. Y a nosotras también…
** Pero nosotras ni caso -siguió diciendo Maribel- Todas nos fuimos presentando porque como bien sabes, solo nos conocíamos y nos citamos a través de internet, mirábamos a las niñas y no sabía a quién follarme primero, así que lo hicimos a suertes. Y la madre de la cría de 9, Lara, la fumadora inicial, cogió un rotulador que llevaba y rompió una servilleta en seis trozos y puso los nombres, y a mí me tocó primero con Idoia de recientes 8 años, y a nuestra hija con la madre de Lara, que creo se llama Angus. Pagamos la cuenta y nos fuimos cada madre con la niña que le tocó en el sorteo y quedamos que, como mucho en una hora, volveríamos allí para seguir con el intercambio de hijas.
** Idoia -siguió contando mi esposa- me dijo que subiésemos al departamento infantil de deportes, que quería que le comprara una sudadera y unas camisetas. Ya ves cariño, nuestras hijas aún no son putas y ya saben pedir. Es una maravilla de niña. Ella, a pesar de su tierna edad, Lara, Esther y nuestra hija, las mejores de todas según las madres ¡unas verdaderas putas profesionales! ¡Qué placer nos dieron todas!
— ¡Tú ves papá que yo ya puedo trabajar de puta profesional! -dijo mi hija excitada-
– Hasta ahora solo te he follado yo y no muy fuerte cielo, ten paciencia -le dije yo- Pero te prometo que intensificaré mis penetraciones y follaremos cada día para dilatarte.
— Pero es que si no me folláis y me llenas de semen todos los días ¿cómo voy a quedarme preñada? -replicó mi hija- No ves que quiero quedarme preñada ¿qué quieres, que sea la última chica de mis nuevas amigas en quedarme preñada? Todas quieren quedarse preñadas y hacer porno ¿de verdad voy a ser la última?
– Pero al menos a ti ya te folla papá y yo aún sigo virgen de polla, solo follo con mamá y sus dildos de plástico -replicó la pequeña Andrea- El papá solo me mete su polla en el culo y nada más. Y no toda, aunque al menos se corre muy adentro.
Y se armó un follón entre las hermanas, y mi esposa y yo nos moríamos de risa. Qué putas nos habían salido nuestras hijas, y qué bien lo estábamos haciendo los dos enseñándoles todos los placeres del sexo, que tanto lo deseaban y con tantas ganas los recibían. Impusimos un poco de silencio y mi esposa siguió contando mientras empezábamos a cenar.
** Idoia eligió la ropa y nos metimos en los vestuarios y en un plis-plas nos quedamos las dos desnudas. Y no perdimos el tiempo, mientras las dos nos besábamos y acariciábamos cada una el coño de la otra, la iba fotografiando y grabando mientras iba clavando y jugando en su culo y en su coño, el consolador que llevaba. Dejé el móvil en la percha para no perder detalle ¡es tan pequeña la Idoia y lo hace tan bien! Su vulva la tenía en mi mano y luego toda ella en mi boca y se retorcía de placer con las penetraciones del dildo en su culo. Su vagina es tan estrecha aún, que me costaba penetrar mi lengua dentro de ella, pero eso nos volvía locas de placer.
** Su mano me masturbaba pero como casi me la metió dentro de mi coño, me corrí antes que ella, y no veas como tuve que cerrar la boca para no gritar, pero cuando se corrió Idoia, noté tal estremecimiento en ella, que le tapé la boca con un fuerte y largo beso o hubiese venido la policía.
** Se estremecía como una loca y me pidió que la chupara más. La subí a la banqueta, le abrí las piernas y no te imaginas la cantidad de líquidos que salían de su estrecho e infantil coñito, y además bastante espesos, nada de solo líquidos. Y con ese coñito tan estrecho, solo perforado por su padre de polla delgada, mi lengua volvió a penetrar con unas ansias y unos deseos, que yo misma me masturbaba mientras ella me acariciaba las tetas y tiraba de mis pezones. Casi nos corrimos las dos al mismo tiempo.
** Con todo esto, Idoia quedó totalmente extenuada y tuve que sacar el dildo de su culo después de follarla por ahí, le sequé el sudor con la toalla que siempre llevo en el bolso, nos arreglamos las dos y devolvimos las prendas que ella no quiso, a la dependienta, que nos miraba con cara de mala leche a pesar del gasto que hicimos. Al girarnos, vimos acercarse a Lara con la verdadera madre de Idoia.
** Era surrealista, yo con su hija haciendo de madre, y la madre verdadera con otra niña haciendo de su madre, y las cuatro estábamos rojas y sudadas de los placeres vividos. Se notaba perfectamente que habíamos disfrutado del sexo y que éramos novatas en el dogging. Rojas, con el maquillaje hecho una mierda, pero estábamos totalmente satisfechas las cuatro. Aunque las empleadas y un señor que se acercó, no estuvieron de acuerdo con nuestros placeres. Nos miraron de forma rara y no nos perdían de vista. Me temo que tendremos que cambiar de Centro Comercial o al menos de planta, allí nos están fichando -les dije entre las risas de los cuatro- Demasiadas niñas, niños, madres, padres y desconocidos. Casi mejor follar al aire libre en tantos otros sitios.
— Pues a mí -nos dijo nuestra hija Tere- Me llevó Yasmina al baño directamente, nos metimos en el del rincón y me tumbó sobre la tapa del vater. Me fotografío en varias posturas mientras con sus dedos me abría la rajita y de repente puso su boca sobre mi coñito y empezó a meterme aire caliente de su boca en la vagina, y ese calor, me estaba poniendo de muerte y me estremecía. Luego empezó a jugar con su lengua y no tardé en correrme, y yo misma me tapé la boca porque fue fantástico. Luego me metió un vibrador y lo conectó.
— A continuación, ella se masturbó frente a mí mientras yo le sacaba las tetas de su ropa y jugaba con sus pezones retorciéndolos y tirando de ellos, y cuando ella se corrió, también tapó su boca ¡y casi se mea! Y yo me sentía morir de gusto con esas vibraciones que me volvían loca y me corrí varias veces, y sin que me dijese nada, le dije que se sentase y le abrí las piernas, chupé todo su coño profundamente y la hice correr de nuevo, pero ahora gritó un poco y cuando poco después, me estaba masturbando a mí, tocaron a la puerta la vigilanta por si nos pasaba algo. Apagó el vibrador, me lo sacó y salimos poco después de arreglarnos y le dijo a la vigilanta que tenía yo problemas con la regla ¡yo, con 8 años y la regla! Luego me recargó el móvil como regalo y nos fuimos al punto de encuentro.
Y mi esposa, con el orgullo de madre muy comprensible en estos actos y el mayor placer de haber contribuido conmigo a convertir a nuestras hijitas en unas putitas sin ningún atisbo de moral, continuó diciéndome:
** Pero la fiesta fue muy especial. Yo tuve relaciones con tres niñas y tu hija, largos y calientes encuentros con otras dos madres. Pero lo mejor fue que al final y cuando íbamos llegando y recogiendo las niñas por la hora que era, Lorena, la madre de Esther, se acercó a mí y me dijo que quería un favor personal. Su marido estaba en el coche esperándolas y como Lorena la había enviado unas fotos de Tere y de otras desnudas y le había gustado mucho nuestra hija, estaba deseando que nuestra niña le hiciese una mamada completa (tragándose el semen) y le daría 100€. En cuanto nuestra putita oyó lo de los 100€, ella misma se cogió de la mano de Lorena y la arrastraba al coche. Y allí, discretamente aparcado en la zona donde se cancanea en público, nos presentó a su esposo, Tere cuando le vio aprobó el encuentro y cuando le sacó la polla silbó.
— Papá ¡es que su polla es casi más grande que la tuya! -indicó nuestra hija-
Y nuestra hijita, dentro del coche con Arturo, que se bajó los pantalones hasta el suelo y con Esther de espectadora mientras se masturbaba, le hizo una mamada tan antológica, que en vez de darle los 100€ prometidos, le dio 120€. Pero los casi 20 minutos que nuestra hija le estuvo haciendo feliz con su boca, lengua y manos, Lorena y Maribel, que encajaron muy bien entre las dos, estuvieron hablando de nuestros matrimonios, nuestras perversiones comunes y nuestra forma de vida incestuosa. Y al finalizar nuestra hija la mamada y salir del coche, Lorena preguntó en voz alta:
– ¿Queréis que el sábado próximo nos reunamos los seis (los cuatro padres y las dos niñas) en nuestro chalet y follemos todos de verdad? Con toda clase de penetraciones y mamadas. En serio, como adultos.
Pero claro, mi esposa tuvo que decirles que nosotros éramos cuatro y no tres y ¿qué hacíamos con Andrea de 5 años? Ellos se rieron y nos dijeron que tenían también un hijo de 5 años, y que ahora, en estos momentos, estaba con los padres de ella. Así que acordamos reunirnos los 8 y follarnos a las hijas mayores y que los pequeños jugasen con todos nosotros, haciendo mamadas pero sin penetraciones. Yo acepté y mi esposa, esa misma noche, llamó a Lorena y con gran alegría de ella y Arturo, lo acordamos así.
Y como todo llega en esta vida, llegó el sábado. Mi esposa fue a la peluquería, ya sabéis, pelo, maquillaje, uñas… y cuando llegó a casa tuvo que hacer de peluquera, maquilladora y todo eso para las niñas. Pero las niñas estaban muy nerviosas y de repente, las dos totalmente desnudas, como tenemos por costumbre ir por casa, vinieron a mi despachito donde estaba preparando unos trabajos y me dicen:
– Papá, no podemos ir esta tarde a casa de Lorena con dudas. Las dos queremos que esta tarde sea la primera tarde de muchas y además, Andrea se pregunta el por qué no puede Arturo follarle el culo, porque ya está bien dilatada por la mamá, aunque tú no la has usado demasiado ¿qué pasará si Arturo quiere follarle el culo… vas a dejar que se la folle o no?
Mi esposa, que al oír a nuestra hija había entrado, me miró y dijo:
– La culpa es tuya Jordi. Las niñas están ya muy bien dilatadas y eres tú quien no las folla satisfactoriamente. Las niñas quieren polla y yo las dilato, pero tú siempre con el miedo que son niñas ¿es que acaso no ves sus cuerpos de putas y sus ganas de sexo? ¿vas a dejar que Arturo la folle si lo desea? Porque si Arturo quiere follar su culo ¿por qué no puede hacerlo con cuidado? Las niñas quieren pollas y a Andrea, aún no le has penetrado el coño. Yo tampoco lo entiendo.
– Bien, vamos a hacer una cosa. Esta tarde haremos lo acordado. Tú, Andrea, solo mamarás las pollas y te dejarás hacer sin penetración anal, y mañana domingo por la tarde, te follaré el culo como nunca, te abriré el coño, me derramaré dentro de ti y esta semana lo haré varias veces en los dos sitios, y a partir del próximo sábado, podrás follar por el culo siempre que quieras. Y en pocas semanas, por el coño, como tu hermana, y así celebraremos tu sexto cumpleaños.
Las niñas saltaron de alegría y yo pensé que lo mejor que podía hacer era comprarme una vaca lechera con enormes ubres y mucha leche, porque si tenía que follarme cada día a tres mujeres… iba a necesitar raciones extra de leche de vaca sin desnatar.
Al llegar al chalet de Lorena y Arturo, nuestras hijas estaban frenéticas. Nos abrieron desde dentro la verja del jardín, y ya dentro aparcamos el coche. Y por la puerta de la casa vimos salir a Lorena completamente desnuda, encima de unos taconazos increíbles. Absolutamente depilada y con varios y gruesos piercings en los labios vaginales, pezones y otros sitios, y varios tatuajes, alguno indiscreto como el situado en el Monte de Venus, una gruesa flecha señalando el coño. Detrás apareció Pablo, el hijo de 5 años, también desnudo, con su pollita dura y con un tapón en el culo, que su madre nos dijo que era para dilatarle, por si yo le quería penetrar ese culo tan inocente y ya usado.
Nos dimos besos y abrazos que también compartimos con Arturo (me besó en la boca) y Esther, que con su madre, y a pocos días de cumplir los 9 años, compartía sus gustos por los piercings, uno en el labio vaginal derecho y otro en el ombligo, y tatuajes, ya que tenía dos. Y nos dirigieron hacia el sótano y nos dejó impresionados el tamaño y las instalaciones que disponía ¡hasta dos duchas y unos pequeños armarios para ropa! Varios sofás de polipiel negra y cinco camillas-camastros para follar. Pero también unas vitrinas en las que se veían arneses de grandes pollas y látigos de varios estilos.
Al ver Arturo nuestra cara de extrañeza, solo señaló con su dedo el techo donde habían varias argollas y nos dijo:
– Los adultos tenemos muchas formas de vivir la sexualidad y el bdsm es una de ellas. En nuestro grupo de matrimonios incestuosos todos somos bisexuales, todos amamos el sexo sin limitaciones y es cada uno el que tiene que marcar las suyas. Aquí y en otras dos casas de amigos, tenemos orgías extraordinarias e incluso duras. Y a partir de cierta experiencia, nuestros hijos participan en ellas. Y deseamos que vosotros cuatro participéis también. A mi esposa le gusta mucho la tuya, y te aseguro que es una bisexual depravada y sin limitaciones.
Pero sin darle tiempo para terminar de hablar, su hija Esther dijo en voz alta:
– Mis padres ya me están enseñando ser masoquista. Mis muslos y glúteos ya han sido castigados muchas veces para que aprenda a disfrutar del dolor. Y cuando dentro de pocos días cumpla 9 años, ya me buscarán clientes para ser puta y poder follar por dinero. No una putita del dogging, sino puta de verdad.
Y al oír eso, la que gritó fue mi hija Tere:
– ¡Tú ves papá!, Esther va a ser puta con 9 años y vosotros me habéis dicho que yo no lo seré hasta que no cumpla, por lo menos, los 10 años ¿por qué ella puede ser puta con 9 años y yo no, que los hago este verano…? Eso no es justo.
Y como nunca hay sueltos demasiados locos, Lorena se metió por el medio:
– Tere tiene razón. Si os vais a meter como compañeros de nuestra pandilla de familias incestuosas y vamos a vivir una vida completamente sexual, las niñas deben entregarse al tipo de sexo que elijan, ser putas, o quedarse preñadas, tal y como ellas lo deseen. Su cuerpo es de ellas. Nosotros solo tenemos que dilatarlas, enseñarles, disfrutar de ellas y hacerlas disfrutar ¿o es que acaso nosotras no hemos sido nunca putas? -dijo mientras empezaba a acariciar y besarse con Maribel-
Y si, mi esposa Maribel había sido puta desde muy joven ¡y muy buena además! Pero mientras todo esto sucedía y nos hablábamos, nos habíamos ido desnudando y mi polla y la de Arturo, estaban extraordinariamente duras, y la primera en darse cuenta con una maravillosa sonrisa, fue la pequeña Esther que se acercó a mí, me cogió la polla y se la metió en la boca. Al ver esto mi pequeña Tere (las dos eran altas, medían casi 140 cm de altura), hizo lo mismo con Arturo. Los dos padres nos miramos y sonreíamos ¡nuestras hijas nos estaban haciendo una mamada fantástica!
Durante más de 10 minutos, dejé que Esther me la mamase a su gusto. Se la metía en la boca, la ladeaba, jugaba su lengua con mi glande, la sacaba un poco para con sus labios replegar mi piel sobre el mismo glande, y así, poco a poco mi piel iba de delante atrás y de atrás adelante. Ya que mi grosor le impedía meterla mucho, jugaba con ella. Su mano derecha y a veces también usaba su izquierda, no solo jugaban con mis huevos, los doblaban y los retorcían, sino que algunas veces, sus dedos se metían en mi culo y era un placer extraordinario notar dos y tres dedos suyos jugando en mi dilatado culo.
Desde luego, la chiquilla estaba muy bien entrenada, y se notaba perfectamente que no tenía ningún complejo sexual. En este aspecto, estaba muy adelantada a mi hijita Tere. Me miraba a los ojos y sonreía y una de las veces, se sacó la polla de su boca y con gran sorpresa mía me dijo:
– ¿Verdad Jordi que dejarás que Tere sea puta cuando cumpla los 9 años? Me gusta tu hija, me la quiero follar y ser su amante y amiga. Pero también quiero compartir con ella nuestros amantes y clientes. Porque te guste o no, tu hija ya es una verdadera perra sexual, ¡mira el placer que le está dando a mi padre!
Giré la cabeza mientras la chiquilla se metía de nuevo mi polla en su boca y efectivamente, vi un espectáculo inimaginable. Mi hija de 8 largos años y solamente penetrada por mí hasta ese momento, estaba tumbada en una de las camillas, abrazada como una loca con Arturo, comiéndoselo a besos y totalmente penetrada por él, que debía tener un placer salvaje por la forma dura que la estaba follando. Porque se la estaba follando como si el cuerpo de mi hijita fuese el de una adulta experta y mientras, su madre, con una cara de satisfacción enorme, lo estaba grabando todo.
Un grito salió de la garganta de mi hija ¡se había corrido por primera vez siendo follada por otro hombre! Conmigo se había corrido muchas veces como con su madre, pero era su primera corrida con otro hombre. Su primer gran paso sexual. Ya no era solo nuestra.
Ese grito me excitó sobremanera y no me lo pensé dos veces. Saqué mi polla de la boca de Esther, cogí a la niña en brazos que gritaba de excitación y alegría, la llevé hasta otra camilla, se acercó su madre que me dio un beso en la boca y otro en la boca de su hija, y mientras nos acariciaba me dijo:
– Fóllatela duro Jordi, a la niña le gusta el sexo duro y ya verás como está preparada para ser puta. Y juntas tu mujer y yo, podemos hacer que en pocas semanas tu hija pueda serlo también. Y si te has puesto tan caliente al ver como Arturo folla a tu hija, imagina como te pondrás cuando veas a tu niña ser follada una y otra vez por gente que les paga. Y lo orgulloso que te sentirás cuando tu hijita te invite a un refresco o a comer, con el dinero ganado por sus juveniles agujeros. Ya ves lo que son las cosas, nuestras dos hijitas serán putas, antes de tomar la primera comunión.
Pero lo último casi no lo oí. Mi cabeza era un caos de pasiones y mi polla pedía guerra inmediata. La tumbé de misionero en la camilla y sin pensarlo dos veces me tumbé sobre ella y la penetré hasta el fondo. Naturalmente parte de mi polla se quedó fuera, pero la niña se ría y me decía:
– Fuerte, fuerte Jordi, ya sabes que me gusta el dolor y el placer. Dame los dos.
Y se lo di.
Ya había notado que mi polla entraba muy profundo en su boca, para su edad y para el grosor de la misma. Las dos niñas eran más altas de lo normal de su edad, sus pezones eran preciosos y muy sensibles al orgasmo, los inicios de sus tetas muy prometedores y muy abiertas, lo que denotaban que tendría unas amplias y poderosas tetas, y aunque su vagina era aún estrecha y yo disfrutaba de ella, veía en su cara que la cría era una viciosa. Me sonreía desafiante y yo me prometí arrancarle esa sonrisa.
Esther ya se había corrido al menos dos veces desde que nos vimos esa tarde, y mi polla entraba y salía de su agujero con una gran potencia y rapidez. Con tanta potencia, que tuve que agarrarla de las caderas para que su cuerpo estuviese un poco más quieto y cada vez que se la metía, la penetraba de golpe hasta casi atravesar la Trompa de Falopio y sacar mi polla por su estómago.
Si amig@s. Mi mente estaba nublada y el solo ver, tocar y contemplar esa belleza infantil que me estaba follando, endurecía mi polla como jamás hubiese imaginado. Y poco a poco, fui consiguiendo que la sonrisa burlona de Esther se fuese apagando y mi placer aumentase considerablemente. Y de repente oímos la voz de Lorena que le decía en alta voz a mi esposa:
– Mira Maribel, mira como nuestras niñas son ya auténticas putas. Mira como están siendo penetradas duramente por nuestros hombres, y como se corren una y otra vez y no se han quejado nada, al revés, gritan de placer. En pocas semanas mi hija follará por dinero y sus folladas subirán a internet ¿serás capaz de no permitir que tu hija haga lo mismo y no vayan a follar las dos juntas y se hagan famosas? Mira como Arturo se la está follando por los dos agujeros y como disfruta esa putita de hija que tienes.
– Si mamá si -gritó mi hija- quiero ser puta con Esther y quiero hacer porno ¡ya lo sabéis!
– De acuerdo cariño, te iremos entrenando ya para ser puta. Las dos seguiréis haciendo dogging para promocionaros y para que perdáis los pocos prejuicios que podáis tener. Y en cuanto a hacer porno, si podemos esta misma noche, subiremos Lorena y yo los videos que estamos grabando de vosotras siendo folladas por vuestros padres intercambiados.
Y terminando de hablar mi mujer, que no solo como Lorena estaba grabándolo todo, Esther lanzo un berrido impresionante y su cuerpo se estremecía como si una descarga eléctrica la hubiese atravesado ¡había tenido su enésima corrida y había sido extraordinariamente placentera para ella! Yo, al ver que la niña ya no podía más y estaba muy agotada y sudada, aceleré mis penetraciones y me corrí por primera vez dentro de su infantil coñito que desbordó de semen.
Pero en unos pocos segundos, ocurrió algo maravilloso para todos. Esther, que tenía más experiencia sexual que mi hijita, vio como su padre había terminado de follar a mi niña, se levantó de la camilla/camastro y se fue a la de mi hija, la besó apasionadamente en la boca, las dos se abrazaron estrechamente mientras no dejaban de besarse y luego, se subió al camastro y su cuerpo se puso invertido con el de mi hija con un clásico 69. De esta manera, mi hija fue chupando el coñito de Esther lleno de mi esperma, y Esther chupaba el de Tere, lleno del esperma de su padre.
En ese momento, me di cuenta que realmente, habíamos fabricado dos auténticas putas infantiles y me sentí orgulloso de ello, mientras contemplaba entusiasmado como nuestras dos hijas se estaban haciendo amantes y se entregaban a toda clase de placeres sexuales. Verdaderamente ¡eran dos putas pervertidas! Y yo me encargaría de buscarle clientes que deseasen ser complacidos, muy complacidos en sus vicios.
Y si mis hijitas querían quedarse preñadas en cuanto pudiesen ¡yo sería el más feliz de los padres, viendo crecer sus barrigas y llenarse de leche sus tetitas!
==============
Mmmmmm que rico relato, me encantaría tener una familia asi!