Mi hijo 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
No podía creer lo que había echo, pero ahí estaba, desnuda, con mi hijo abrazando mi cuerpo desnudo y su leche saliendo de mi ano.
Satisfecha, sentía una extraña sensación, no me sentía culpable de nada, solo sentía una sensación extraña, de haber disfrutado lo que nunca disfrute, de haber traspasado una puerta que siempre pensé que estaba prohibida, pero me di cuenta que son solo leyendas.
Lo que hice con mi hijo fue puro placer y amor verdadero.
Nunca nadie me ha follado con tanta pasión, tanto amor como mi hijo.
Pensando en todo eso y escuchando la respiración relajada de Raúl, me dormí sin dejar de abrazarnos.
Cuando nos despertamos, era entrada la madrugada, nos miramos y sin decir nada nos besamos, "cuando nos levantemos, vamos a comprar otro colchón, me haz echo orinar de placer", le dije riendo y sintiendo como mi colchón estaba todo mojado.
"Estas arrepentida de lo que hicimos mamá?", me dijo mi hijo, pasando una de sus manos por una de mis tetas, "de lo que estoy arrepentida, es de no haberlo echo antes, fue realmente increíble y placentero haber echo el amor con mi hijo", le dije, volteando mi cuerpo y besando su boca.
Nos levantamos y fuimos los dos desnudos al baño, nos duchamos juntos, "me dejas dormir contigo en tu cama", le dije mientras nos secábamos, "yo quiero dormir siempre contigo mamá", me dijo mirando mi cuerpo completamente desnudo, me hizo dar la vuelta mirando mi culo, "que hermosa que eres, como te quiero mamá", me dijo, sin haberme tocado cuando me miraba.
No me sentí incomoda dejando que mi hijo me vea desnuda, por el contrario, me sentí orgullosa de tener un hombre que me admire sin ser vulgar, ya que con los otros que tuve relaciones, siempre me hacían caminar desnuda frente a ellos y me manoseaban como si fuera una vulgar prostituta, pero mi hijo me admiró y me respetó como mujer.
"Te gusta mi cuerpo hijo?", le dije, terminando de secarme, "eres una mujer tan hermosa que no lo puedo creer", me dijo.
Yo me sentí mas que orgullosa, "ahora mi cuerpo es todo tuyo hijo, mi cuerpo, mi corazón, mi amor, soy toda tuya", le dije, abrazando a mi hijo y nos besamos.
"Me quieres volver a follar?", le dije, sintiendo como su polla estaba dura contra mi coño, "a ti que te parece?", me dijo riendo y dejando que le coja la polla y se la acaricie mientras él me chupaba las tetas, "pero recuerda que no debes correrte en mi coño", le dije entre suspiros, jamás me imaginé que el solo contacto con mi hijo me iba a poner así de cachonda.
Me acosté boca arriba, abriendo mis piernas, le dije a mi hijo que me coma el coño, viendo como se ubicaba entre mis piernas y me hace gritar al sentir como torpemente me lamía y me chupaba el coño.
Yo me retorcía en la cama, era demasiado placer el que mi hijo me estaba dando, mientras Raúl me comía el coño yo me estrujaba las tetas, "sube sobre mí hijo y mete tu polla en mi coño", le dije sintiendo que me iba a correr enseguida, nunca, jamás en mi vida sentí todo esto, siempre me costó llegar, pero con mi hijo, el solo contacto hace que me moje enseguida, sentir su polla dentro mío me hace correr una y otra vez.
Raúl se sube sobre mi y me vuelve hacer gritar cuando su polla me entró toda en el coño.
Mis gemidos eran como los de los animales, yo misma me sentía un animal follando.
"Espera hijo, saca tu polla de mi coño", le dije, cuando Raúl la sacó, yo me puse en el borde de la cama en cuatro patas y me abro las nalgas dejando que mi hijo me vea el ano, "vuelve a meterla por mi culo", le dije temblando de placer, sentí como Raúl se acomoda detrás mío y grite de una forma tremenda cuando mi hijo me volvió a meter su polla por mi ano.
Cuando la tuve toda dentro, deje de abrir mis nalgas y volvía a meter mis dedos en mi coño, parecía una perra en celo, gruñía, gritaba, disfrutaba de la polla de mi hijo entrando y saliendo de mi culo, "sigue, sigue hijo, sigue follando el culo de tu madre", le gritaba metiendo dos de mis dedos en mi coño.
No tengo palabras para describir el placer que siento follando con mi hijo.
"Más, quiero más", le grito y mi hijo mete y saca su polla de mi ano gimiendo, apretando mis nalgas.
Parecemos dos animales, no parecemos madre e hijo, hasta que mi hijo la mete bien dentro mío y al sentir su polla palpitar me hace correr con una intensidad como nunca la sentí.
Quedamos agitados, "no la saques, deja que salga sola", le digo, haciendo que mi hijo deje su polla dentro de mi culo hasta que se le empieza a achicar.
Al otro día nos levantamos como a las dos de la tarde, mi hijo no había ido a estudiar ese día, cogí el coche y nos fuimos a comer fuera y a comprar otro colchón, ya que el que tenía anteriormente, lo había orinado todo de placer y lo tuve que tirar.
Raúl me dijo que me desnude, que le gustaba mucho ver mi cuerpo desnudo, yo de inmediato me desnudé, vi como me miraba, una mirada entre deseo y amor, "te gusta mi coño?, pensar que por aquí saliste y ahora entras dándome placer", le dije abriendo mis piernas y dejando que Raúl lo vea, "no te gustaría tener un hijo conmigo?", me dijo pasando su mano por mi coño, "Raúl, hijo, no me hagas hacer otra locura, no lo se, deja que lo piense mi amor", le dije empezando a desnudar a mi hijo también, "mamá, y que tienes que pensar, sería el fruto de nuestro amor", me dijo, dejando que lo desnude por completo y vi su polla dura como siempre, lo hice sentar en el sillón y yo me puse entre sus piernas metiendo su polla en mi boca, "que me dices mamá?", me decía mientras yo chupaba su polla, "te dije que me dejes que lo piense", le dije lamiendo la polla de mi hijo, "cuando me tuviste a mi, lo pensaste o lo hiciste?", me dijo.
Ese chico me pone en cada aprietos, que no se que responder, "pero hijo, una cosa es haber tenido un hijo con un desconocido y otra tener un hijo con mi propio hijo", le dije, dejando de chupar su polla, me sentía aturdida por lo que me decía, confundida, por una parte quería que Raúl me embarace, pero por otra me parecía mas que una locura, una aberración.
"Que papel ocuparías tú con ese chico, el de padre a los 14 años, el de hermano mayor, que serías tú para él?", le dije sentándome a su lado en el sillón, "sería las dos cosas mamá, ahora que soy tuyo, tu amante, tu hijo, tu marido?", me dijo, y me da mucha rabia esas respuestas que no se como rebatirlas, es cierto, que es mío, mi hijo, mi amante, que hago yo sentada desnuda al lado de mi hijo hablando de tener un hijo, que hago yo chupando la polla de mi hijo, tragando su leche, dejando que me folle, y disfrutando como nunca en mi vida disfruté follando como disfruto con Raúl, hasta donde voy a llegar con él?, eran mil preguntas que daban vueltas por mi cabeza.
Otra vez madre soltera?, aunque no me preocupa lo que digan de mi, ya que yo soy auto suficiente y no le pido nada a nadie, y si el hijo que engendremos con mi hijo en estos actos incestuosos saliera con mal formaciones?, eran tantas las dudas, "cariño, y si esperamos a mas adelante para embarazarme?", le dije buscando tiempo para pensar, para saber lo que realmente quiero, de lo que si estoy segura es que amo a mi hijo y no voy a dejar de follar con él por nada del mundo, "entonces tanto no me amas como dices", me dijo, bajando de nuevo la cabeza como había echo cuando me sedujo, "no digas eso cariño, sabes que te amo como tú a mi, es que tengo miedo", le dije, "miedo a que?", me dijo.
No me dejaba salida por ningún lado, y no quería herir sus sentimientos, "bueno, hagamos una cosa, no nos cuidemos, si quedo embarazada quedo, pero sino, no me atosigues", le dije, viendo como mi hijo empezó a saltar de contento delante mío gritando vivas por lo que le había dicho.
Yo estaba loca, me iba a dejar embarazar con un niño, con mi niño, con mi hijo.
"Que te parece si nos vamos a cenar fuera y cuando volvamos, empezamos a no cuidarnos", le dije, "si, estoy de acuerdo, pero mira mamá como estoy", me dijo dejando ver que seguía con su polla dura, "hay hijo, eres insaciable", le dije metiendo su polla en mi boca y se la chupé hasta que se corrió en mi boca, "y cuando estemos en la cama esta noche, me puedo correr en tu coño", me dijo, acariciando mis tetas, "si consentido, puedes correrte en mi coño las veces que quieras, pero ahora deja que me lave la boca así nos vestimos y nos vamos a cenar", le dije, yendo al baño a lavarme la boca y a vestirnos así nos íbamos, necesitaba tomar aire, me sentía mareada por la decisión que había tomado.
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