MI HIJO, MI SOBRINO Y SUS AMIGOS *PARTE 1*
Mi esposo y mi hija salieron de viaje, y las ganas en mi cuerpo, de sentir pene me pedía a gritos, pero los amigos de mi hijo con mi sobrino, hicieron que esas ganas aumentaran aún más. .
He conocido y he leído muchas historias(reales) en diferentes páginas. Y de verdad, lo que se encuentre en aquellas páginas es simplemente impresionante, de las vivencia(sea real, o ficticias) y de modo de como las relatan. Dónde los padres cuenta sus vivencias en esas situaciones que a la vez sonaría raras, pero a la misma vez te llena de morbosidad.
Y hoy me animé en contar la mía propia. He vivido por muchas cosas a lo largó de mi vida(hablo experiencias sexuales desde la temprana edad; yo madure desdé muy niña), que marcaron mi forma de pensar y mentalidad a las diferentes situaciones sexuales.
Soy mujer que le encanta mucho el sexo, y la verdad, no me he arrepentido de nada hasta los días que escribo está historia.
Solo quiero desahogarme de todo estas cosas que tengo en mi cabeza, y que mejor hacerlo por escribirle.
Pd: me perdonarán por mi falta de ortografía, soy nueva en todo esto. Y escribo esto; temblando mis manos por los nervios y la excitación que tengo ahora.
Me nombre: Vanessa bajaña, actualmente tengo 38 años de edad.
Soy una mujer de físico muy privilegiada y sé que despierto fantasías eróticas(no es por presumir) en muchos hombres y jóvenes.
Tengo el cabello largo. Mi piel es clara, blanquita.
Me mantengo con mucha actividad física; troto, salgo bailar, voy al gym etc.
Soy de contextura gruesita, me caderas es de forma de pera. mido 1.65. Poseo unas piernas muy torneadas gruesa, mi talla de pechos son 36c; super grande. Y mi culo es una herencia divina familiar. Un culo redondo y grande, pese a mi contextura física que es muy pronunciado.
Soy muy alegre, carismáticas, muy extrovertida y amorosa con mis hijos e espeso. Por si decirlo, soy el alma de cualquier fiesta que voy.
Cómo les mencioné tengo 3 hermosos hij@s, el mayor tiene 18 actualmente, y la menor tiene 13 años respectivamente, y el último que es un bebé de 2 años(este último, es referenciado en este relato, por que de aquí cualquiera puede ser el papá de mi hijo, hasta de mi propio hijo que tengo la duda que sea el papá, pero no le se aún. Obvio, mi marido creído que es suyo)
*Está historia es 100%real*.
Un viernes en la madruga.
Mientras que mis hijos dormían. Yo Alistaba el equipaje de esposo y de mi hija. Dentro de poco iba a salir de viaje y no los iba poder ver por (2)semanas, su viaje será a las islas Galápagos con la familia de mi esposo.
Mi hijo Isaac esa vez no pudo ir al viaje por los exámenes del colegio(ya faltaba poco para que terminé sus estudios, y dejarlo ir sería un error), y Leonela mi hija, ya tenía programado ése viaje con la familia de mi esposo, se hizo maravillas para que la escuela le den ése permiso(hacerse la enferma) por es razón ella se fue al viaje. Y yo no podía ir al viaje por mi trabajo, que ya tenía muchas cosas que hacer. Trabajó en una entidad bancaria; soy cajera. En total, en la casa sólo nos quedábamos; mi hijo y yo.
Estaba todo listo, ya había preparado el desayuno. Mi esposo y mi hija ya había terminado de desayunar.
Raúl(mi esposo), se estaba despidiendo de Isaac que seguía durmiendo en su dormitorio, y yo me estaba despidiendo de mi hija deseándoles buena suerte y que me traigan algo de por allá. Nos dimos unos abrazos fuertes, besos y bendiciones por el viaje, y se marcharon, no volvería dentro de 2 semanas.
Llamé a Isaac. Porqué ya se hacía tardé para que vaya al colegio, él salió de su cuarto todo moribundo como cada mañana, y me imploró que ése día(viernes) no le obligase ir al colegio. – ¡¿Isaac, qué es éso?!-, le mencionaba en son de bromeó, mientras apuntaba mi dedo hacia su intrepierna que cargaba puesto un shorts de pijama corto, dónde se le notaba su bulto muy despierto.
-Estos muchachos hoy en día son muy potentes-, le decía eso, mientras me reía de la situación.
Mi hijo es de contextura delgada, pero si es muy definido por que el va al gym. Es alto y guapo, por eso se explica las chicas que están detrás de él. -mamasita linda, no quiero ir, no hay nada para hoy, el lunes comienza los exámenes, así que déjeme quedarme solo por este día-. Me mencionaba mi hijo, con una carita tristes parecido a esos emoji.
Me convenció por su forma de pedirme, así que le dije «que por hoy no tenía que ir», pero me tenía que tener la casa limpia por que yo tenía que salir al trabajó. Con su cara de felicidad, por haber logrado ése objetivo de quedarse en casa, me dio un beso y un abrazo.
Cuándo me abrazó por detrás, puede sentir su pene muy erecto presionando mis nalgotas, -hijo, que cosa se siente aquí-, mientras le decía eso, yo movía mis nalgas de un lado a otro. No sé si fue mi impresión del momento, pero el también se movió al ritmo que yo movía mis nalgas. Por unos segundos seguido en esos movimientos, y después se alejó, – mamá ¡ya!, no sigas. Mejor me iré a dormir-. Apartándose de mi, mientras corría al cuarto. Yo solo me reía quitándole importancia a ese pequeño acontecimiento, pero sentir el miembro viril de mi hijo, era algo que nunca se me pasaba por mi cabeza, peor cómo lo sentí, detrás de mí, y en mis nalgas. Era una situación cómica así lo tomé, sin más importancia.
Me dirijí al cuarto por que tenía que vestirme para salir, me coloqué el uniforme del trabajó y salí, pero sin antes de exclamarle a mi hijo que tenía que limpiar la casa, esa era la condición para que se quedé. Lo malo que en ese día no podía usar el auto por que estaba en mantenimiento, y salir a esa ahora de la mañana es un calvario los buses y los taxis es un caos, que ya era un poco tardé para llegar a mi trabajó. Y para agregar no pasaba ningún bendito taxi a esa hora.
En éso, justito aparece el bus que me llevaba directo a mi jornada laboral, lo malo de ir en bus a las 7:20, pasaba lleno de estudiantes de colegios y universitario, «la hora pico se la conoce». Y yo, con el uniforme del trabajo que es típico de una cajera bancaria; con una chaqueta gris, de mangas largas, muy ajustada a mi tamaño de mis pechos, que con eso se me marcaba aún más mis firmes y parado pechos de 36c, y un vestido corto que me llegaba hasta las rodillas de color negro. Pero ya se imaginarán ese vestido como me quedaba, muy ajustado a mi cuerpo y se me formaba una cintura de pera, que marcaba exageradamente mi enorme culo( por esas situaciones no me gustaba ir en bus y peor con el uniforme del trabajo), mis piernas con su respectivamente mallas, por esas razones de mi cuerpo, siempre mandaba a la costurera hacer mi uniforme. Pero aún así, me quedaba muy agustado.
El bus estaba hasta más no poder ¡oh por dios!. Ya sé imaginarán la situación, yo con mi contextura de mi cuerpo y el uniforme que no me ayudaba a nada. Imedientamente robe las miradas de todos, y la mayoría de los jóvenes estudiantes, yo era el centro de esas miradas. Un chico de 16 años morenito, alto con la contextura delgada, me invitó a que me parará a su lado, por donde yo estaba era por la ventana del bus y no podía agarrarme de nada, un frenazo me mandaba al suelo.
Dudaba en ir, pero el bus no es seguro por así decirlo, ni yo estaba segura en ese sitió parada. Accedí a la propuesta del chico, y me coloqué a lado de él mientras que detrás mío por esos momentos no había nadie, estaba bien por ahora, pero igual se sentía que no despejaba las miradas de mí.
De pronto en una parada de bus, unos chicos que eran universitarios(lo que tenía que pasar, pasó), abriendo paso al genterio que estaban en el pasillo del bus, no me di cuenta, pero yo me encontraba en otro sitió, y precisamente por la puerta de salida, por la parte trasera del bus ahora sí estába repleto ningún alfiler entraba ahí, y yo me encontraba en medios de esos chicos. Cómo soy pequeña de estatura, no podía agarrarme de los pasamanos, estaba muy altos, así que obte por apoyarme en unos de los chicos universitario que estaban alrededor de mí.
Antes que él no me dijo nada, solo me quedó mirando y se sonreía, al cuál yo le correspondía con una sonrisa, -me voy a caer si sigo así-, mencioné al chico que lo tenía sujetado por los hombros, el con una quebrada voz, me dijo «que no me preocupara por éso».
Así era el trascurso de esos minutos, hasta que de repente unos chicos de 17 años, de colegio, se colocaron detrás mío, eran 3 chicos morenos; dos altos y un bajito, cómo lo regular que son esos chicos en mi país y más aún en los colegio públicos, son flaquitos.
Los tres sé apoyaron detrás mío, el uno quedó a lado mío y el segundo al otro lado(pensaba que me iban a robar), y el alto que tenía la cara de ser muy atrevido, y si lo era, se colocó detrás mío, con tanta exageración se apoyó en mis nalgas que puede sentir la verilla de su pantalón.
Al instante sentía unos dedos explorando mis muslo, que tímidamente me tocaban. Puede sentir esos dedos caliente, de cómo quieran recorrer por todo lados.
La situación me puso media incomodaba, no quería verles la cara a esos niños, solo miraba hacia la ventana del bus, quería hacerme la desentendida de lo que estaba pensando. Pero era inútil todo eso, por que en cierto punto me estaba gustado, y tampoco quería decirle algo a esos chicos y que ellos pasaran vergüenza, o también yo.
Por eso me mantuve estática hasta esperar mi parada.
Los toqueteo eran un poco más intenso, esta vez lo hacía ya con seguridad el chico alto que estaba detrás mío, sentí su palma de la mano abrirse, y dando pequeños toque contra mis nalgas, que lo presionaba de a poco con firmeza. Yo de pronto sentía una sensación de placer, era poca pero si importante, por que esos niños de colegio estaban ahí haciéndome eso en el bus, en la vista de todos, seguro que las demás personas(no todas) se habían dado cuenta de éso, que esa mujer(yo) se estaba dejando tocar por esos niños.
Lo manoseo eran más notorio, está vez la mano de especialmente que estaba detrás de mí, lo podía sentir con más claridad, ese chico se estaba dando un verdadero festín con mi culo. Los otros chicos presionaba sus manos con mis muslos, en cierta media ya me estaba poniéndo más excitada pero tenía que continuar así de quieta, sin parar bola a los hechos.
El chico que estaba poseído por mi culo, le comencé a sentir su pene parado, su verga la tenía presionando contra mis nalgas, al movimiento del bus y del vaivén, el pegaba con más fuerza su verga en mi culo, y yo me movida; detrás a hacía delante. Así estaba por buen rató, hasta que por fin el bus llegó a la parada dónde tenía que bajarme. Tocaron el timbre del parada, por que yo no podía hacerlo por lo que estaba atrapada de tanta gente, cuando iba a salir de ése bus, créeme, sentí varias manos tocando y presionando mi pobre culo que lo estaban manoseado a diestra y siniestra.
Abrí pasó cómo pude. – está gente son puercos y de degenerado-, mencionó una señora indignada por que ella había visto todo eso cuándo me bajé del bus. No le puede decir nada por que al rato que descendía del bus, por ahí mismo en prendido la ruta el bus.
Pero al fin ya estaba pisando la calle, en dirección a mi trabajó me dirijí. Sin antes haber acomodado mi vestido, porqué lo tenía medio desbaratado y con unas cuantas arrugas de todo eso -¡¡ni más vuelvo viajar en bus, ni más!!-. Exclame molesta pero con una sensación de excitación que había vívido. Aunque en cierto modo ya estaba familiarizada con esa situaciones en los buses desdé mi niñez.
El transcurso del día fue normal en el trabajó; papeleos, quejas de los usuarios, problemas con los sistemas etc. Es el pan de cada día, ya es costumbre para mí. Estresada y agotada es lo normal estar durante esos días de jornada. Pero ese día era distinto, no había tanto ajetreo de la gente, un día que no suele ser los «normales» de la semana, siempre los días últimos son lo más cansado. Pero en fin, ese día no lo fue, me siento cómoda por momentos.
Ése día inclusive salí temprano(16:00 p.m) de lo habitual, todo se debe por que a partir de la hora prevista a las cuatro de la tardé, iban hacer unos arreglos en los sistemas que últimamente estaban fallando. Excusa perfecta para ya estar en mi casa.
Bueno, no iba tener esa paz. Cuándo llegué a la casa(cómo lo imaginaba), Isaac no había arreglado la casa. -¡¿Isaac, dónde rayos estás?!-, exclame muy enojada, – mamá que pasó-, me correspondía mi hijo. Yo soy una mujer pasiva, alegré y de mente abierta, no me gusta regañar a mis hijos de la nada, pero en ése momento de ver que no cumplió lo que habías pactado, pues me arrecho.
-¡que no ves la casa cómo está, Isaac! -. mientras recogía las cosas que estaban tiradas en la sala, Isaac no me dijo nada, sólo hacía silencio, por si sólo comenzó a barrer el pasillo. – mamá, no pensé que ibas salir temprano-, todo incrédulo y con esa carita que era una ternura, yo solo le mencioné que terminara de barrer, y que yo sola iba a terminar con todo el arregló.
Pasaron las horas, no me dio el tiempo necesario para ir al gym, pues, ya con la rutina que me eché arreglando la casa ya con eso era más que suficiente.
Al instante de terminar todo la rutina de limpieza, me fui a mi cuarto me di un buen baño, me puse un camisón color negro holgado muy cómodo, que me llegaba hasta más arriba de las rodillas, que dejaba al descubierto mis hermosos y grandes muslos. Mis piernas son suaves y brillantes, buena pantorrillas, el gym hace su resultados, todo mi cuerpo me lo cuido muchísimo.
Me puse un sostén transparente, de color blanco, son de esos sostenes que te hace levantar aún más los pechos, y la parte favorita mía. Buscando en ropero y precisamente en mis calzones; me puse una bombacha de color blanco, con tirante que van alrededor de la cintura de color dorado, y la parte delantera exactamente mi zona íntima, con unas tirante cortitos, muy cómodo donde mi panocha podía descansar muy bien.
Me puse crema, perfume, me peine y quedé estupenda. -mama, perdóname si, estaba ocupado con las materias que había mandando, no es que no quería hacer nada,- mi hijo Isaac, acerdandose hacía mí, me abrazaba y me besaba, – tú creés que con eso me vas a convencer, no señorito. Estoy enojada contigo-, le dije mientras él me tenía abrazada. Comenzó a decir cosas lindas, de que hermosa soy, de que soy la mejor mamá etc.
Bueno, de todo esos halagos de mi hijo me convenció, le dije que ya olvidará todo eso, que lo perdonaba.
Después con voz que medio se entendía, – mamá, puedo pedirte permiso, van a llegar unos amigos y Santiago a ver unas peliculas-, a la cuál le respondí, -por éso me besaba, solo para pedirme permiso, idéntico a tu padre eres-. Me seguía mirando con esos ojitos tiernos de gatito, que a la final me convenció, -¿pero Isaac, dónde van a dormir tus amigos?-, se quedó pensativo, – no importa, lo harán en el mueble, solamente les doy unas sábanas y listo mamá-. Una gran solución era esa. – y tu primo, Santiago puede dormir contigo el dormitorio-. Le decía, para que Santiago (hijo de mi hermana menor), para que él no duerma en la sala.
Santiago en ése entonces tenía 16 años; es muchacho muy guapo, tímido, bajito de estatura, flaquito, blanquito una sonrisa muy pícara, y ojos claro caféces. Saco el carisma de mi hermana, a pesar que a ése muchachito lo cargaba cuándo recién daba sus primeros pasos.
Eran las 21:00 pm. Yo estaba en mi cuarto; arreglado la cama, acomando unas cositas que están por ahí. En eso escucho timbre de la casa. Mi hijo Isaac se dirigió abrir la puerta, y era mi sobrino Santiago que me saludo gritando mi nombre desdé la sala, y yo en mi dormitorio,- ¡¡tía vane, buenas noches!!-, yo le respondí, -hola mijito, que tal están por allá-. -bien tía, todo en orden-, me respondió Santiago.
A los minutos llegaron los amigos de mi hijo. Las charlas de los chicos los podía escuchar desdé mi dormitorio, ¡hablan fuertemente!, todos me saludaron mencionando mi nombre, en lo cual le correspondió con unas «buenas chicos, diviértesen». «Muchas gracia señora», me respondía ellos. Por las voces calculé que eran
Al menos 3 muchachos, obvio dejando de un lado mi sobrino e isaac.
Mientras que los muchachos reía a carcajadas en la sala de estar, yo seguía preparando mis cosas de maquillajes. Marque a mi esposo para preguntarle sobre el viaje. Me mencionó que todo salió perfecto que llegaron muy bien, y lamentaban que yo y mi hijo no fuéramos al viaje. Hablamos por unos cuantos minutos y después colgamos la llamada.
Con mi esposo Raúl, llevamos años de casados, pese que nos conocimos en una fiesta y desde ahí concebimos a nuestro primer hijo a Isaac. Y pese los problemas que después se nos vinieron encima, seguimos siendo muy felices y lo bueno que aún nos comportamos cómo una pareja de adolescentes, activamente sexuales, tenemos sexo cada vez que podemos y lo disfrutamos al máximo. Pero hoy justito, lamentaba que él no se encontrará en está noche por que todas las noche tengo sexo con mi esposo, y también estaba en perfecto estado de humor para hacerle el amor salvajemente cómo a mi encanta, soy sumisa ante un buen macho, y mi marido lo es.
Estaba muy caliente por la situación que me paso en el bus, volvía a vivir los manoseos que hace mucho no lo había sentido. De solo pensar eso, me calentaba. Llevando mis manos y tocando mi zona íntima, dándole apretones leve en mi zona vaginal.
Pero bueno, no tenía que seguir, mi hijo, mi sobrino y los amigos, estaba en la sala, no me quedaba más remedio que esperar hasta la 2 semanas ¡por dios, son muchos días!.
Reaccioné, en el estado dónde me estaba metiendo, así que decidí ir a ver cómo estábamos los chicos.
Dos de sus amigos se encontraban con él, en la sala. Me acerqué donde estaba mi hijo con sus amigos para sugerir si les hacía falta algo, los amigos de mi hijo se comportaban de una manera un tanto bruta por así decirlo conmigo. Creo que los intimidaba un poco mi presencia. ¡Si soy un amor!.
Me percaté que unos de ellos no dejaba de mirarme mis pechos, y más aún por que tenía puesto el camisón negro holgado con mi sostén que aún más firmes y grande se denotaba mis tatas de 36c y eso era muy exhibicionista, hacía que llamara aún más la atención de ellos.
El primero que me di cuenta era Adriano de 17 años, un joven delgado y alto, de casi 1,78 m, sus ojos marrones. Muy lindo.
Pero el parecía ser un chico tímido, por sus miradas muy tímida que me lanzaba, por eso no lo reprendía por mirarme, tal vez si yo le decía algo, eso lo mataría de la vergüenza no soy tan mala con el pobre niño, y además no me hacía ningún daño con mirarme.- En un rato, ponemos unas peli – anunció mi hijo, luego de decirme que no necesitaban nada.
Entendí que no tenía que molestar, así que sólo voltee para dirigirme a mi cuarto, – voy mirar la televisión, aunque estoy cansada por la rutina de hoy, así que me voy a acostar temprano, chicos-, le mencioné, mientras volteaba a ver mi hijo, aunque era mentira, pero no quería que ellos pensaran que la señora(yo) les aguaría la fiesta o lo que tenía planeado hacer.
Me acordaba que no había preparado nada para la merienda, por que nosotros tenemos la costumbre de no comer los días viernes en casa. Y ahora estándo los amigos de mi hijo, y mi sobrino tenía que ver, que le podía ofrecerles a esos chicos. Sin pensarlo, – podemos pedir unos papi pollo para cenar-, di la idea, y todo estuvieron de acuerdo.
Así fue, llame al encargado de comidas rápidas y le podí. El encargo si se iba demorar ya que eran 5 pedidos.
Estaba en la cocina tomando agua, mientras que mi hijo, santi y sus amigos estaba en sofá hablado con voz baja, mientras que Adriano seguía mirándome tímidamente mis pechos, yo de reojo lo miraba, pobre, estaba en una especie de limbo ese muchacho, hasta que Santiago le dijo,- hey, que te pasa Adriano, estas medio pendejo-, al comentario que le hizo Santiago hizo reír a los muchachos, y la burlas comenzaba hacía el pobre muchacho Adriano, que en su rostro dibujaba una sonrisa de vergüenza, yo de verdad si me reía al escuchar eso, pero ya verlo a él incomodo, -¡¿eh, que pasó ahí Santiago, ah?!-, lo miraba fijamente a mi sobrino, con mirada de rechazo por lo que hizo.
Me entro unas ganas de ir al baño urgente, creo que tomar mucha agua ya tenía que botar todo eso. Me dirji rápidamente a mi cuarto, al baño, abrí rápidamente la taza levante el camisón pero no alcancé del todo bajar mi bombacha, que afloje todo ese orine que sonó al chocar con la taza del baño, cómo pueden intuir, moje mi bombacha.
Mi terminé de lavar bien mi panocha, con mi jabón íntimo que deja una fragancia única. Me puse a buscar unos calzones, pero oh sorpresa, la mayoría estaba sucios o mojados, y los que tenía a mi disposición eran bikinis y tangas. Accedí por ponerme una tanga negra bastante diminuta y con una tela que transparentaba un poco, que hacía sobresalir mis labios vaginales por los lados. Era ese, o los bikinis que ya no me quedaban, así que me puse la tanga, de verdad es una mini lucha que tengo cuando me pongo unas tengas, por me contextura gruesa, y de mis piernas y peor aun de mi culo, era una batalla para colocarme la tenga. De un jalón hacia arriba estirando las tiras de la tenga, me pude acomodar bien, de una metida, la tira trasera se me introdujo entre mis grandes nalgas, desde ahí perdí la visto de la tanga en mi culo.
Me acomodaba mi zona vaginal(*por cierto, mi panocha la tengo muy cuidada sin nada de vellos púbicos, mis labios vaginales son gruesitos color rosados, que cada vez que me pongo licras o shorts se me hace la famosa pata de camello*),
ya que con la fuerza que hice para meterme la tanga, mis labios quedaron abierto en par en par, y en medio de ellas estaba la tira de la tanga, así que la acomode un poco mis labios, abriendo un poco las tiras para que así en cierto modo que no llegue a incomodar demasiado, pero iba hacer imposible, porqué al momento de caminar mis labios vaginales se iban saliendo de lado a lado de la tira.
Me puse de nuevo mi camisón negro, y me dirijí nuevamente a la sala, dando los pasos pude sentir mis labios vaginales moviéndose de un lado al otro, era de suponer que esa diminuta tanga no me iba a tapar todo. Nuevamente los chicos me quedaron viendo, – mamá, ¿que te pasó, por que saliste corriendo así?-, le respondí, – nada mijito, sólo fui haber la plata-, haciéndome la loca a la pregunta, no le iba a decir lo sucedido en el baño.
Me aparte de ellos sin darle las espalda, me fui a la cocina por que justo mi esposo me estaba llamado por el celular. Mi espeso me comentaba todo lo que había pasado allá, bueno todo eso hablamos, mientras charlaba por el celular, no dejaba de mirarme nuevamente Adriano, por dios, ese niño ya era demasiado, pero tierno a la vez, por que para disimular no lo hacía perfectamente.
Lo miraba, cuando una de esas, cruzamos miradas, el rápidamente miró hacia el suelo. No quería que él se sentirá incómodo, o por que lo pille piense que me molestaba eso, así que esperé que nuevamente me mirará para lanzarle una sonrisa simpáticamente.
Cómo era de esperarse, mi miró nuevamente y le lancé una pequeña sonrisa, si que nadie de los chico nos me vieran. Solo mi miró y volteó rápidamente para otro lado.
Estuve hablando por un buen rato con mi esposo, que se me había olvidado del el pedido de la comida, le tuve que decir a mi esposo que tenía que llamar al señor que traía el pedido, que hasta la vez podía traer ese bendito papi pollo, nos despedimos, y llamé al encargador.
En unos 40 minutos llegó el encargo, llegaron los 5 papi pollo, bien calientes, para mi hijo, mi sobrino y los amigos que eran 3. Yo de verdad no quería comer, no suelo comer en las noches ya es normal en mí. Pero si me preparé una en salada y un pollo asado.
Los chicos se sentaron en la mesa en la sala frente al televisor, y yo con ellos también.
Comieron los papi pollo en cuanto llegaron, a ninguno le disgustó que yo cenara con ellos en la mesa, de hecho estaban alegres. Y partir de ahí comenzaron los halagos de los chicos.
En vez en cuando escuché comentarios que los chicos me halagaban, le mencionaba a Isaac cosas cómo “tu mamá es muy buena”, “oye, que hermosa está tu mamá”, y cosas así. Yo sólo me hacia la boba y la sorda, pero no puedo ocultar que esos comentarios hacía mí, me dibujaban una leve sonrisa en en mi rostro, esos muchachos se hacían coger cariño y lo estaban logrando.
Estuvimos conversaron unas cuantos minutos ahí en la mesa.
Ariel, el otro amigo de mi hijo, este muchacho parecía que se iba a quebrarse el cuello intentando mirar por de bajo de mi camisón, que no era muy largo y más aún que estaba sentada en el mueble, la tela me daba muy arriba de mis rodillas dejando ver todo mi muslo, y mis piernas se veía en toda su plenitud.
Ariel, era el único que estaba sentado frente a mí, los demás de un lado estaban, y cómo sólo había una mesa muy pequeña y ratona entre nosotros, podía tener una buena visión privilegiado de mis extremidades intimas. Al principio me sentí un poco incómoda de la situación, que agarré un cojín y me las puse en mis piernas, tapando así mis muslos, pero aún así el chico ése, no sabia disimular, lo hacía muy mal, su comportamiento de éste si era un poco descarado por que me seguía mirando, es como si su visión me quería desnudar, pero en cierto punto me provocaba cierta ternura verlo intentar varias veces.
Ariel, era el más chaparro de todos, de hombros anchos caídos y nariz grande, daba toda la apariencia de ser muy atrevido ése muchacho, según Isaac él era el más listo del salón de clases. No parecía muy listo que digamos, porque no lo estaba demostrando en ése momento. Mientras que los demás chicos hablaban y miraban la tele. Yo estaba mirando Ariel de reojo, el chico insistían en querer pescar algo en mi entrepiernas, para que así lo guardé en su memoria la foto de mi lugar íntimo.
Soy buena mujer, verlo así a ese chico me daba cierta pena, de cómo intentaba ver mis parte por varias veces y no lo consiguia.
Asi que decidí darle una pequeña recompensa por sus valiosos esfuerzos, antes de hacerlo, mire disimuladamente a los demás para asesorarme que nadie me miraba de lo que estaba punto de hacer.
Imedientamente dejé un lado el cojín que lo tenía sobre mi y separé un poco las piernas, lo justo y lo necesario cómo para que sólo él me pudiera ver mi ropa interior(que se deleite al menos por unos segundos).
Abrí las piernas al ancho de mis hombros lo suficiente cómo para que él lo notara con facilidad.
Yo disimuladamente miraba la tele, mientras que por segundo lo miraba Ariel, sus ojos se abrieron como si hubiera visto lo más impresionante de su vida(se que soy muy rica, pero no era para tanto, o puedo intuir que esos chicos son muy pajeros), no paraban de mirar mi intrepierna, inclinaba su cabeza de un lado para apreciar más la imagen de mi cositas. Decidí abrir aún más mis piernas para que él pudiera ver todo el paisaje. Y ahí estaba yo, disque mirando la tele, mientras tenía abierta mis piernas frente al pobre muchacho.
Estuve en esa posición al menos unos minuto y cuándo lo miré detenidamente pero sin que él se diera cuenta, me sorprendí al notar un bulto que sobresalía de su pantalón.
El ni siquiera se dio cuenta de éso, estaba muy concentrado viendo mi zona vaginal al aire, con mi bombacha puestas que no era la gran cosa por que me tapaba en general casi toda la puchita.
Asi que cobré la cordura. Inmediatamente cerré las piernas, no no quería provocarle una erección completa al pobre chico. Pensándolo bien lo que había echó me sentía avergonzada, yo una mujer madura con todos sus sentidos bien puesto y haciéndole esas cosas semejante a un chico apenas de 18 años. Pero de todas formas me sorprendió que el chico se excitara tanto con tan poco, se que pasa su edad ver algo así en vivo en directo y una mujer cómo yo, muy madura, entendible que se comporte así(era como verme desnuda para él). Después de que terminamos de comer, y yo me encargué de recoger lo que había sobrado y limpiar todo.
-señora, disculpe, ¿la puedo ayudar?-, volteé ver quien era que me había dicho eso, vi al chico muy guapo entre los (3) amigos de mi hijo, era Gabriel, uno de 19 años de edad el mayor del grupo, un chico alto, de tes de piel blanco, con el cabello ondulado medio largo, y una cara muy fina del muchacho, con la contextura atlética, – gracias mijito, ud tranquilo, yo puedo sola-, le dije en tono de amabilidad, pero rechazando su propuesta, aunque el seguía insistiendo en ayudarme, y yo volvía decirle que no se preocupara por ayudarme, a la verdad ya estaba terminando. ¡que chico más amable!.
Los chicos se fueron a la cocina a lavarse la caras y manos, de ahí volvieron a la sala; dónde se encontraba el televisor, viendo las películas( «que iban a ver esa noche»).
Con mi esposo Raúl nos habíamos encargado de hacer un pequeño cine en casa, era nuestro sueño desde novios. Teníamos un televisor moderno(con internet y todo incluido) y de gran pantalla, y con un sonido tipo sala de cine y un gran sillón de color negro en el que entraban cuatro o hasta cinco más, realmente cómodo. Y aparte había otros tres sillones individuales más, uno a cada lado del sillón principal. En total, para ir a mi cuarto tenía que pasar por la sala de cine hogareño, dónde yacía los chicos.
Había ido a la cocina a limpiar las pocas cositas que estaban ahí sin quitarme la idea de lo que ¡yo había echó!. Y sin más preámbulo, me despedí de ellos tan rápido cómo pude, ellos se despidieron de mí, y agradeciéndome por la cena, hice todo de prisa, no quería que mi presencia les incomodaba o robarles más el tiempo, ya ellos tenía sus planes para esa noche. Me dirigí rápidamente a mi dormitorio quitándome las sandalias mientras caminaba, y en cuanto llegué cerré la puerta me quité el camisón.
«¡¡PUTA MADRE VANESSA, QUE BURRA ERES, QUÉ HAZ ECHÓ¡¡-, sorprendida quedé lo que vi… sinceramente soy muy olvidada de las cosas, jajaj, ¡¡ay dios mío, que había echó!! Con una risa de nerviosismo dibujado en mi rostro de boba.
Me llevé un gran golpe SORPRESIVO, de pronto recordé que no cargaba puesta la bombacha, ¡¡me la había quitado, por que se me mojó de orine!! justo, hace una hora, y había tenido puesto mi tenga negra con esas madres de tiras finitas que estaban metidas en mi panocha, dejando de lado a lado mis labios vaginales ¡¡que se veía todo!! Ya no sentía mis labios vaginales con la tenga puesta, ya me había acostumbrada a esa sensación, por eso fue que no me acordaba lo que cargaba. ¡¡Ay no!!, que había echó, me daba mucha vergüenza.
Ahora comprendía por qué Ariel cargaba su bulto muy notorio, le había excitado muchísimo al verme tan así, yo una mujer madura, con esa tanga puesta, y mis labios vaginales al aire libre tapado con la minuta tiras, era algo que a ése pobre nene, debí haberle causado una especie de trauma. ¡Chucha!, cómo pude ser tan burra, me había olvidado por completo de ése detalle tan grande.
*Al instante, sentada en la silla frente al espejo*.
De pronto un calor invadió mi cuerpo bajando así hasta mi panocha, me movía de la excitación que estaba en esos momentos, de un lado a otro, cerrando levemente mis ojos. *me estaba pidiéndo sexo, ¡¡ay no!!*
En parte me arrechaba(excitada) un poco el saber que Ariel amigo de mi hijo… si, leyeron bien, ¡¡amigo de mi hijo!! Me había visto mis labios de mí panocha, no es que nadie más ha visto mi panocha, aparte mi esposo hay otros más, pero no precisamente él amigo muy cercano de Isaac.
Me quité el sostén que me estaba estorbando, y así dejando salir a mis tetotas de un brincon se movieron, mis pezones se estaban poniendo algo erectos, los comencé a tocar haciéndolo con las llemas de mis dedos dando círculos, y así puede comprobar que en efecto, me había puesto super arrecha. Pero tenía que controlarme a esos impulsó de puta que guardaba en mi interior, debía que hacerlo, estaban afuera los chicos y no quería que me escucharan gemir, no era el momento ni la hora.
Me fui al baño, me saqué el camisón y la tanga, me lavé mi panocha ¡no puede ser!, la tenía húmeda, miré mis dedos y estaban con ese jugo vaginal, si al tocarme ya sentía esas ganas de masturbarme, *no debo hacerlo*, me repetía a mi misma. Ignorando así lo que mi cuerpo quería, ¡me pedía a gritos! Que le dé esos masajes delicado pero frenéticos a mi clitoris. Terminé de lavarme rápido, me coloqué nuevamente el camisón, dejando de lado la tenga que tenía puestas ya estaba mojada de jugo vaginal. Sólo iba tener puesta mi camisón.
Acto seguido, me acosté en la cama y encendí el televisor, estuve mirando algunas películas por casi una hora y media. (Eran las 23:34). Pero, así de repente, unos potentes pensamientos de una ramera excitada habían vuelto pero con gran fuerza para joderme la noche, ¡puta, que carajo!.
No podía dejar de pensar que ése chico me habia visto así mi chepa. Tan poco podía sacarme la idea de que esos chicos pubertos(incluyendo a mi hijo y a mi sobrino, ni siquiera me importaba) fantasearan con mi cuerpo desnudo, en frente de ellos, que me miraran de esa forma, y yo lo quería.
Comencé deslizar mi mano hacia mi entrepierna y tocando así mi vagina dando pequeños apretones y dándole masajes por todo mi labio inferior de mi vagina ardiente, mientras que me tapaba con mi otra mano la boca para no soltar ningún gemido. En unos segundos ya me estaba masturbándo mi clítoris y podía sentir cómo mi vagina se estaba humedeciéndose por toda la zona vaginal.
Me llené de una gran excitación enorme. No comprendía bien qué me pasaba, estaba perdiendo el control de mi cuerpo y de mi cabeza, y no solía excitarme de esta forma por alguien que no sea mi esposo, pero ya lo estaba haciendo, y era muy superior la arrechera que no podía controlarlo.
Me mordí mi labio inferior, cerrando mis ojos, y moviendome cómo una serpiente en la cama, y teniendo mis piernas abiertas. Y así llegó la siguiente y muy, muy loca idea que se cruzó por mi cabeza que estaba perdida en la excitación, la rechacé inmediatamente, era una lucha que tenía internamente, pero de a poco fue agarrando más fuerza esa puta idea pero excitante a la vez.
Me fui convenciéndome de que podría hacerlo pero sin tener mayores consecuencias, «no sería más que un jueguito divertido para mí», mi lado de puta necesitada, intentaba convencer a mi cordura de mujer madura. Y ya era una batalla perdida así que lo iba hacer, ya no había marcha atrás.
*Tenía muchisima ganas: no me culpen*.
Me levanté de la cama, con algo de nerviosismo en mi cuerpo, pero con la excitación al máximo, era una mezcla perfecta, ¡vale ya!. Abrir el cajón dónde tenía mis demás tangas, agarré una de color rosado, era la misma forma y detalles de la otra que tenía puesto, solamente era el color mi favorito que hacía una mezcla perfecta con mi vagina. Me coloqué mi tanga y de un tirón entró de una, y mis labios de mi chepa quedaron nuevamente abierta de una lado a otro, ya no me sentía incómoda gracias a la excitación que tenía por todo mi cuerpo, y mi mojada que estaba.
Busque otro camisón que tenía por ahí, está vez era uno levemente transparente, tipo encaje, que en el pecho me quedaba algo ajustado desdé mi cintura para arriba, pero desde la cintura para abajo el camisón era todo lo contrario, no era ajustado para nada, parecía flotar como una falda sobre mis piernas sin casi tocarlas. Me daba muy arriba de las rodillas, igual con la luz media apagada no creo que fuera muy notorio, aunque cubría apenas lo necesario cómo para que mi tanga y gran parte de mi culo no se viera, pero eso si, dejaba al descubierto mis gruesas piernas.
me acomode mi camisón y sin ponerme el sosten dejando a mis pechos libre solamente con el camisón que lo tapaba dónde se me marcaba exageradamente mis tetotas y mis pezones. Ahora más decidida que nunca, con un nerviosismo y con mucha arrechera y con el pulso acelerado, abandoné mi cuarto, dispuesta a pasearme delante de los chicos pajeros vestida cómo una verdadera puta, que ni siquiera me importaba que estuviera allá afuera mi hijo, mi sobrino.
Sólo constaba que tenía que modelar frente a ellos y luego regresaría a mi cuarto a masturbarme, es una idea super cachonda. Por suerte, por así decirlo, necesitaba pasar por la sala para así poder llegar a la cocina con la excelente e inocente excusa que iba a tomar agua. Caminaba por el pasillo hacia mi objetivo y muy arrecha.
Abrí la puerta de la sala de cine hogareño, está puerta quedaba hacía el costado del sofá principal. Y apenas entré… ¡oh, por dios! vi a los chicos ¡madre Santísima!, me quedé congelada literalmente, con los ojos abiertos cómo una lechuza, ellos me escucharon mi llegada y la puerta abriéndose, y reaccionaron de la misma forma que yo lo estaba.
Un silencio abrumador y sumamente incómodo se manifestó al instante entre todos, y yo la seguía cagando la fiesta a los chicos por la calentura que tenía, pero me di cuenta de unos leves sonidos, precisamente de gemidos que provenía del televisor.
Absolutamente nada de lo que pudiera imaginar en ese rato, excepto mis pensamientos cochinos, me hubiera preparado para la semejante escena que vi. Los cinco chicos, incluido mi hijo y mi sobrino, estaban sin pantalón lo tenía hasta las rodillas y otros sin el puesto, y pude ver cinco vergas juveniles totalmente erectos,*¡¡la verga de mi hijo y de mi sobrino estaban ahí, parados!!* yo no podía creer lo que estaba viendo.
Siempre me dio curiosidad la idea de sorprender a mi hijo masturbándose, algunas veces lo intentaba verlo, pero no tenía éxito alguno, o aveces yo entraba al baño para poderlo ver desnudo, ya que cuando me abrazaba por detrás siempre sentía su bulto pegado a mis nalgas, y se que es grande la verga de mi hijo. Se que puede sonar mal todo lo que digo, pero como toda madre hay que enseñarle a sus hijos de la masturbación, siempre he querido hablar de tema sexuales con mi hijo, pero como todos saben es un tema de papá e hijos. ¡¡Ah cierto!! Y de mi sobrino Santiago ¡¡dios, que pensará mi hermana de mí!! Lo estaba viendo tocándose de verga.
Los chicos estaban sentados frente al televisor con un volumen bajó, dónde unas escenas pornográfica se estaba reproduciendo en esas páginas porno en internet, y obviamente ellos se jalaban sus verga erectas al verla.
Soy una mujer(cómo lo mencioné) de mente abierta, y partidaria de que la masturbación es muy necesaria que debemos auto satisfacerse, por esa razón no discriminó a mi hijo y ni a nadie, y me encanta que él lo haga.
Los cinco chicos continuaban estáticos con esos ojos de búho mirándome fijamente, fue tal grado de sorpresa al verme ahí que ninguno había intentado cubrir sus vergas paradotas, de hecho, aún seguían con sus manos tocándose la verga, no la movía solo permanecía agarrándose sus respectivas vergas, es como si solamente hubieran detenido la paja.
*muy estupida fui al llegar ahí, te pasas Vanessa*
Me arrepentí grandemente, hasta que llegó a mí un impulso de dar media vuelta y cerrar la puerta, e irme corriendo a mi cuarto con la vergüenza en mi rostro, pero pensándolo bien, eso sólo preocuparía a los chicos, sentirían mucha culpa de que fueron descubiertos haciendo algo malo y eso les produciría mucha vergüenza, y pensaría que yo estaba muy molesta por esa situación y no era así.
La culpa era mía, yo muy pendeja llegue a incomodarlos por cometer la gran estupidez de venir hasta acá a hacerme la puta madre arrecha.
Soy muy estúpida.- ¡Uy, disculpen chicos, en serio perdoné! – Dije mientras mis mejia se sonrojába al máximo – n… no, sabía… – ni siquiera podía pronunciar muy bien las palabras se trababan en mi boca, después de que terminé de decir todo eso, los chicos inmediatamente intentaron cubrirse con sus manos sus vergas, pobres de ellos, se veían tan avergonzados tal cuál cómo yo lo estaba, – está bien…chicos, porfavor no se detengan, es mi culpa… no pensaba – ¡puta madre! no sabía cómo explicarles ellos para que no se sientan mal.- ¡pero Mamá! Perdón, pensé que ya estabas dormida, lo siento mamá – mi hijo se levantó, e intentó levantar su pantalón del suelo tapando medio a su vergota erecta.
Yo le respondí, – No pasa nada, en serio. Porfavor, no quiero arruinarles la… – no sabía si llamarlo fiesta o que chucha era eso, y seguían diciendo, – fue mi culpa, no debí venir, chicos sigan con sus asuntos-, una sonrisa de nerviosismo se asomaba en mí cara. – seño… señora, disculpe, lo que hicimos estuvo mal, y es en su casa, porfavor disculpe– se lamentó Ariel mientras se ponía de pies agarrando su camisa e intentaba tapar su pene.
Yo seguía intentado apaciguando la situación — chicos, le repito ¡no tiene nada de malo!, de verdad… es normal, todos lo hacen… jajaja -, nuevamente la sonrisa de nerviosismo me salía.
Santiago, reaccionó de inmediatamente por que al instante puso en pausa la página dónde estaban viendo el porno, – tía perdone, por favor no le diga a mi mamá, no sabía que ust… –, lo interrumpi a mi sobrino *que se tranquilizará, que su tía no iba a decir nada a nadie, que sugieran viendo éso, que no había nada de que tener miedo*. En la tele se veía una mujer morena de cabello rizos y cuerpo monumental(típica de mujeres así de esa tes), la chica estaba recibiendo un grueso y grande pene dentro de su vagina.
Mire hacia los chicos con una carita pasiva, – lamento muchísimo , en serio ¡mucho! de haberlos interrumpido, porfavor, hágamen casó, no se detengan por mí, por que eso si me haría sentir culpable y no quiero eso chicos -. *Sin dejarlo de mirar*.
– señora Vanessa, en serio no queríamos hacer esto, está es su casa, no debimos absolutamente hacer estas cosas yo… – preguntó Gabriel, el chico guapo de los cuatro, seguramente era el que más atraía a las mujeres – uhmm, Es mi culpa – insistí en lo mismo – yo le di permiso a mi hijo para que ustedes se queden aquí para que pase un momento agradable en mi casa, y lo estaban haciendo y yo metida fui, así que ¡No tiene nada de malo!…- Tú mamá si que es muy buena – dijo Adriano el chico tímido– si mi madre nos veía así en estas escena ufff… nos mataba a todos juntos-. Mencionaba Adriano, ahora con más calma y un poco más de confianza, – verán,
yo soy una mujer comprensiva de mente abierta y isaac lo sabe muy bien de éso, yo también pasé por lo mismo que usted en la adolescencia… me hicieron cosas uff, cómo también hice muchas locuras, así que mijitos no tengo derecho de recriminarles nada a ustedes están en su libertad, siéntesen a gustó. Pueden seguir tranquilamente, yo solamente voy la cocina y tomar agua y después los dejo tranquilos, ok-.
Después de que terminé de decir ése mini discurso, los chicos se sentaron en el sofá principal. Mi hijo Isaac se sentó en medio del sofá, a lado de él estaba Santiago, Gabriel y al otro extremo estaba Adriano y por ultimo Ariel. Y yo, ahora sí, con una sonrisa de confianza, caminé hacia la cocina pasando en frente de ellos, eso sí, no podía mover mucho mis brazos al caminar, por que si lo hacía de esa manera, se iba levantar el camisón dejando ver así mi tanga y mi culo a la vista de ellos.
Era obvió que todos me miraron pasar, es muy evidentemente que ellos habían notado mi atuendo muy sexy que cargaba, pero la situación no era tal cómo la imaginaba en mi mente cochina, pude observar sus reacción de cada uno con mis propios ojitos, las vergas de los chicos(¡¡incluyendo de mi propio sobrino y de mi hijo!!) se les pusieron aún más duros, bien erectas.- ¿De verdad madre, quieres que sigamos?-, me dijo Isaac con cara de sorprendido al ver que no molestaba lo que estaban haciendo. – En serio mijito, no se incomode, sigan tranquilos, yo no los molestó más – mencione tomando un vaso con agua, viendo a cada unos de los chicos con su verga erectas, y algunos continuaban con sus pajas, y yo estando en la cocina observaba toda esa escena, mientras bebía agua disimuladamente, creo que mi pedido funcionó.
Gabriel, agarró el mando de la tele, y puso reproducir nuevamente esas escena de pornografícas otra vez.
Pero aún los chicos parecían algo tímidos creo que le incomodaba un poco mi presencia, por que algunos de ellos me miraban con cierta incredulidad lo que estaba pensando en ese momento, y todo eso apreciaba desde la cocina.
Sus masturbaciones no la hacían con mucha energía, estaban analizando la situación con mucho cuidado, como si yo fuera a reprendeles todo eso(bobitos). Ver tantas vergas, de mi hijos, de mi sobrino y sus amigos, eran increíble.
Mientras yo seguía en la cocina sin apartar mi mirada(ninfómana) de las cinco vergotas en que estaban ahí en vivo y en directo, a los tiempo vengo a ver vergas así de todo tipo(incluido de mi propia familia), en mi niñez hice trío como no se lo imaginan con señores y chicos mayores que mí, y ahora ver nuevamente todo eso después de tanto tiempo ¡wow! Eran una sensación muy divina, que no podría explicárselo.
Pero me sentía un poco aturdida, no podía pensar claramente de eso, aunque estuviera echa una gata en celo, tenía que controlarme, era la madura de ahí presente y tenía que comportarme cómo tal.
*era el momento de retirada de ése lugar*
Caminé de regreso a mi habitación de puntitas y sin mencionar ninguna palabra, pero al instante que pasé por por detrás del sofá, Ariel me dijo: Seño, no hace falta que se vaya(una pausa hizo, cómo agarrando aire)… si no le incomoda… – fue como un pedido eso, seguramente el pajerito quería mirarme aun más mi cuerpo que estaba muy caliente, y también le calentaba la idea de que yo lo vea sacando brillo a su vergas.
Le replique Ariel, – Ustedes necesitan privacidad, y yo lo entiendo. Al instante añadió Gabriel – seño, disculpara pero usted no nos incomoda para nada, pero si no quiere esto, y le pone incómoda, lo entiendo – esté chico si se sabia expresarse, guapo y sabe lo que estaba haciendo, un encanto, parecía estar muy triste porque me marchara.- ¿YO, Incómoda? – replique, (la verdad si me ponía bastante incómoda la situación estar ahí con mi hijo y mi sobrino , pues si es una situaciones rara, pero eso me pasa a mi por andar de mamá putona frente de ellos y me la había buscado al venir hasta acá vestida de puta esquinera, pero pensé que podría quedarme un ratito, para que no se sientan culpables y luego de eso regresaría a mi cama), – no mijito, para nada, no me incómoda-.
*Me dirijí al sillon que estaba apuntando a la dirección donde estaban ellos sentados*.
Para demostrarles que no me incomoda para nada la situación y con mucha seguridad me senté en el sillón individual de la izquierda, este no miraba para nada al televisor, sino que apuntaba derechito hacia los chicos pajeros.
Me senté en el sillón, tan delicadamente, con mis manos agarré el camisón y lo estaba jalando para así tapar mis muslos ya que igual era imposible hacerlo por qué eso era muy chiquito, y medio, medio podía tapar mis gruesos muslos, junte mis piernas cómo una niña buena, para que no se me alzará el camisón y para que no viera nada de mi zona vaginal y más aún con la tenga que traía puesta.
Los chicos comenzaron a masturbarse a un ritmo considerable; agarrando sus vergas con sus manos, lo movía de arriba hacia abajó, de arriba hacia abajo, era ese vaivén que estaban haciendo, y conmigo presente, verles las caritas a todos de excitación era un placer enorme. De tanto pajasos que se estaban dando algunos le comenzaba a salir ése juguito rico del preseminal. Y también lo que esperaba después de mucho tiempo, ver a mi hijo masturbarse en frente de su mamita, ¡¡hasta que por fin se dio!!, le vi su vergota que cargaba(después de tanto tiempo, desde niño que yo no lo volví a ver), vaya si que ha crecido la verga de mi hijo, se la veía muy potente y fuerte, una cabeza de su verga grandecita, es mejor que la verga de mi esposo. Y ahora verlo como lo movía su verga ¡¡ay no puede ser que rico es!!. «Me perdonarán pero soy muy fácil en situaciones así».
CONTINUARÁ…
Jaja me dejaste picado sgue contando
Muchas gracias
uff muy excitante relato, ya me imagino todos ellos queriendo que los ayudaras a sacarse la leche viendote ahi, espero con ansias el proximo
Tal cuál así fue jeje muchas gracias
Wauuu, quedé maravillado con tal nivel de detalle de la historia, casi sentí que podía verte. Espero con ansias la segunda parte.
Muchas gracias
La mejor historia que es leído. Ojalá sea real. Me ha puesto muy cachondo y estoy impaciente por saber cómo siguió.