Mi hijo su profesor y yo (parte 1)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todo comenzó cuando Rebeca la mamá de mi hijo termino siendo alcohólica y una noche después de 6 años tocó la puerta de mi casa y me dejó a Carlitos y ya no supe más de ella.
Carlitos tenía 6 años cumplidos apenas y me quería muchísimo a pesar que desde que Rebeca se separó de mí me permito verlo siempre y gracias a eso no tuvo problema en adaptarse rápido conmigo. Como vivía sólo, pues tenía la casa acondicionada para vivir yo sólo, Carlitos tenía que dormir conmigo.
Las primeras semanas en las noches tenía pesadillas y como maña se llevaba el dejó a la boca y así dormía, y cuando lloraba dormido, lo abrazaba para que se sintiera protegido. Así se mantuvo unos días acostumbradose al calor de mi pecho velludo. Yo estaba acostumbrado a dormir siempre desnudo ya que el calor en donde vivía era insoportable, sin embargo, desde que dormía con mi hijo termine usando ropa interior solamente.
Tuve que cambiar algunos hábitos y mi estilo de vida, debo reconocer que antes de que mi pequeño viviera conmigo, metida cuántas veces quería a mujeres para pasar las noches divirtiéndome con ellas, tomar los tragos los fines de semana con los amigos. Pero todo eso cambió, me convertí en un padre responsable, en las mañanas me bañaba con mi hijo para agilizar tiempos, preparaba su desayuno y lo inscribí a una escuela que está cerca de mi trabajo.
El primer día que lo lleve a la escuela, no quería quedarse, sin embargo, el profesor Pako, un maestro amable, sonriente y como de la misma pinta mía, velludo y una barba muy corta y casi de la misma edad 35 años, logró convencer a Carlitos a quedarse.
Los tres primeros meses, Carlitos se adaptó en la escuela y en la casa, empezamos a ser más unidos, cuando nos buscábamos juntos, yo siempre lo jabonaba, pero el también quería jabonarme y todo se me hacía normal, hasta que en algunas ocasiones, mi pene se empezaba a tener erecciones involuntarias cuando sus pequeñas manos, frotaban cajón jabón mis tetillas. Yo trataba de disimular cuando me preguntaba —Papito, ¿porqué tu dedo gordo se levanta?—. A lo que yo contestaba que era normal.
Una noche, habiendo mucho calor costumbre, antes de dormir me puse un boxer algo holgado y me recoste, le conté un CUENTO a Carlitos y quedó dormido chupando su dedo como de costumbre. Me quedé dormido, pasaban de las 10 pm y empecé a sentir entre sueño, mi pene como crecía y sentía algo tibio que se ahorraba de él, fue una sensación que hacía tiempo no sentía, pero en esta ocasión era aun más rica. Mi enorme pene sa había salido de mi Boxer y comenzaba a rozar el pecho de mi hijo, que al mismo tiempo mientras dormía lo tomó con sus dos manitas, me empezó a salir líquido preyaculador y me quedé en shok por que jamás había sentido algo parecido y a la vez pánico, sobre todo si mi hijo se despertará y viera la escena. Fue entonces que una hora del líquido de mi pene cayó justo en la boca de Carlitos y se introdujo dentro de ella haciendo que su pequeña lengua sorbiera ese sabor, mi hijo pre instinto se llevo mi pene a la boca y succionó todo mi glande, yo estaba sorprendido, aterrado pero a la vez exitadisimo, muy caliente y con mucho cuidado sin hacer ruido me deje llevar, Carlitos succionaba como si lo amamantaran, mis ojos se situaban en blanco del placer enorme querré sentía, y perdí la noción de que era mi hijo quien me estuviera mandando mi gruesa polla y ahogando mis gemidos, estallé, llenando de semen la boca de mi hijo de escasos 6 años, vi como parte de mi leche fue tragada y lo demás se le escurría por las mejillas.
Después de haber sucedido lo de esa noche, quince borrar de mi mente todo lo ocurrido esa noche, al día siguiente Carlitos se levantó como de costumbre dándome los buenos días y en vez de darme un beso en la mejilla, me lo dio en la boca, no le Di tanta importancia, pero a pesar de ello me venían imágenes de lo ocurrido.
Nos metimos a bañar para apoyarnos e ir rápido a la escuela para dejarlo con el maestro Pako.
Cuando iba a tomar el jabón, Carlitos, ya me había ganado y comenzó a jabonarme, comenzó a frotar mis tetas, él sabía que así se me paraba el pene, y cuando ya lo tuve erecto sus manos las fue bajando hasta agarrar mi polla firme y la jabonaba de arriba hacia abajo como si supiera como hacerlo.
Aún más sorprendido, me dijo que si me gustaba y le echo agua para quitarle el jabón y me dijo que le daría besitos para que se desinfla.
Yo estaba petrificado, no sabía en ese momento como reaccionar, mientras que Carlitos volvió a meter Kaká cabeza de mi miembro a su boca y su lengua jugueteaba cajón mi uretra haciendo que una vez más mus ojos se pusieran en blanco, sólo que está vez, hemos de un gran placer y cuando estuve a punto de venirme, tome la cabecita de mi hijo habiendo que le entrara la mitad de mi miembro y me vine dentro de él.
—Carlitos, Carlitos, Perdóname hijo mío, le dije casi llorando y muerto de vergüenza.
— No te preocupes papá—, ¿lo hice bien, o lo intentamos de nuevo?
¿Pero, Carlos.
—Hay papito, si así se siente rico, en la escuela he aprendido mucho.
C O N T I N U A R Á .
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Gracias por conservar y compartir mi relato. Desde que la pagina se cerró. Fue difícil volver a compartir los relatos que escribía para esta pagina. Por fin estamos de regreso.
Espero sigan disfrutado de mis relatos. Saludos al administrador
Hola que tal que pasó con los relatos no los vas a terminar ?
muy bueno esperemos saber mas saludos